En un momento donde parece que prima la exaltación y el valor de lo diferente, algunos lo llevan hasta extremos casi impensables. Es el caso de Lorinser y una de sus últimas preparaciones; El S600 de Mercedes.
Con un concepto diferente del lujo y la deportividad, este preparador ha sometido al W221 a una esperpéntica remodelación que se aleja tanto de la filosofía original del Clase S que hasta me atrevería a decir que se ha perdido y no sabe encontrar el camino de vuelta…
La parte técnica es lo único elogiable. Con el V12 biturbo como base es relativamente fácil conseguir valores como los que logra: 805cv de potencia y una cifra de par de 1270Nm que garantiza la indomabilidad del modelo sin importar el ancho de los neumáticos y todos los controles de que pueda disponer.
Mirando de reojo a cualquiera de los proyectos de Brabus, pero con mucho menos gusto, este S70, que es como han denominado el modelo, puede presumir de superar ampliamente los 300Km/h (aunque se ha limitado por seguridad a esta velocidad) y de acelerar desde parado hasta 100Km/h en 4 segundos.
¿Y cómo consiguen todo esto? Pues bien, la parte estética recurriendo al mal gusto de alguien. La parte mecánica, a través de unos turbocompresores sobredimensionados, un sistema de escape totalmente nuevo, a la fabricación de determinadas piezas del motor en otros materiales más ligeros, y por supuesto a la modificación de la gestión electrónica.
Los interiores mantienen el lujo habitual del cualquier Clase S. Cuero Nappa de la mejor calidad (en este caso el Maybach Zeepelin), molduras de madera seleccionada… Lo más llamativo es el volante sin el emblema de Mercedes y sobre todo el velocímetro tarados hasta 360Km/h. Pero es cuando lo miramos por fuera cuando pueden empezar a aparecernos las livideces. Esas branquias al estilo más patatuning, esos escapes tan llamativos, y hasta el difusor o alerón o lo que sea eso que le han puesto en la luna trasera. ¿Quién puede querer un Clase S así, a parte de alguien con muy mal gusto?
Salvando las llantas de 20 pulgadas, que es lo menos feo del conjunto, sin llegar a ser guapas, ¡ojo! está claro que el gusto por la estética no es el punto fuerte de Lorinser, que en ninguna de sus preparaciones ha conseguido acentuar esa cualidad en un Mercedes.
No me considero un incondicional de Brabus, porque nunca me han llamado la atención estas preparaciones, pero con modificaciones como esta de Lorinser es fácil darse cuenta el abismo que existe entre ambos “modificadores”.
Fuentes: Lorinser y Mercedes