No es la primera marca que recula al respecto pero sin duda este es un giro más que refleja una tendencia cada vez más común en la industria automovilística y es que Mini —la icónica marca británica propiedad de BMW— ha decidido abandonar oficialmente su objetivo de convertirse en una marca 100% eléctrica para el año 2030.
Esta decisión marca un cambio estratégico importante y revela las dificultades reales a las que se están enfrentando los fabricantes de automóviles frente a la electrificación total de sus gamas.
¿Qué motivó el cambio de rumbo de Mini?
En 2021, Mini anunciaba con entusiasmo que eliminaría los motores de combustión interna para el final de la década, uniéndose a una gran ola de marcas que prometían un futuro 100% eléctrico. Sin embargo, la realidad del mercado ha forzado a la marca a replantearse sus prioridades.
Mini da marcha atrás en su plan de electrificación total
Según Michael Peyton, vicepresidente de Mini para las Américas , el motor de combustión interna “sigue siendo muy relevante y lo será en el futuro cercano”. En declaraciones a Automotive News, Peyton fue claro: “Seguimos avanzando hacia la electrificación, pero vamos a mantener los modelos a gasolina durante más tiempo”.
Mini invertirá nuevamente en motores de gasolina
Lejos de abandonar por completo el desarrollo de vehículos a combustión, Mini planea seguir invirtiendo en nuevos motores. Incluso se contempla el lanzamiento de un nuevo SUV compacto con motor de gasolina.
¿Qué significa esto para el futuro de la marca?
Aunque Mini da un paso atrás en su cronograma de electrificación, la marca no descarta seguir explorando modelos eléctricos en otras regiones donde la demanda y la infraestructura lo permitan. De hecho, se barajan ideas como un nuevo modelo urbano inspirado en el Rocketman, o incluso una versión más grande que se ubique por encima del Countryman.
BMW mantiene su estrategia flexible hacia la electrificación
Este movimiento también se alinea con la postura más cautelosa de BMW Group. A diferencia de Rolls-Royce, que sigue apostando por una transición total a lo eléctrico a inicios de la próxima década, BMW ha evitado fijar una fecha límite para dejar de producir motores de combustión. La compañía alemana estima que más del 50% de sus ventas en 2030 podrían ser eléctricas, pero advierte que esto dependerá de condiciones clave como la disponibilidad de infraestructura de carga y la salud del mercado.
En cifras, los vehículos eléctricos representaron solo el 17.4% de las ventas globales del Grupo BMW (incluyendo Mini y Rolls-Royce) en 2024, aunque en el primer trimestre de 2025 la participación ya subió a 18.7%, con un crecimiento interanual del 32.4%.
Este panorama es sin duda alguna desolador y entendemos que se irá extendiendo a otros fabricantes de coches que como Mini corrieron a anunciar su electrificación total como si de una moda se tratara.
Afortunadamente, BMW Group es sin duda alguna, uno de los fabricantes que mejor preparados está a nivel de electrificación en Europa y es que su estrategia está funcionando y su producto aunque aún no pulido del todo, es de lo mejor que podemos comprar hoy “Made in Europe” si nos referimos a eléctricos o electrificados.