A mediados de junio de 2015, Mitsuoka Motor debutó en Europa con el Mitsuoka Roadster. Fundada en 1968 por Susumu Mitsuoka, Mitsuoka Motor Company es un fabricante de automóviles japonés único que hasta hace poco ha sido en totalmente desconocido fuera de Japón. Mitsuoka Motor produce pequeños volúmenes de vehículos lujosos hechos a mano por expertos artesanos y siempre con un diseño único.
Hace tres años lanzaron el Mitsuoka Viewt, un pequeño utilitario con aires retro basado en el Nissan Micra y ahora se han atrevido con una transformación más ambiciosa. Ha sido bautizado como ‘Mitsuoka Rock Star‘, que bajo la apariencia de un Chevrolet Corvette Stingray esconde un Mazda MX-5 ND con un motor de cuatro cilindros y tan solo 131 CV de potencia. El resultado final es sorprendente, consiguiendo calcar esas líneas del frontal y la mirada agresiva del modelo original.
Mitsuoka ha conseguido crear un Corvette C2 a escala con un diseño muy sugerente, aunque hay algunos elementos que delatan al modelo original, como el habitáculo, las puertas o el parabrisas. Aún así, podemos decir que se trata de una de las réplicas más espectaculares del carrocero japonés, además, por primera vez inspirado en un modelo estadounidense y no británico.
A pesar de no equipar los icónicos faros escamoteables, esta réplica recibe un frontal agresivo y afilado, con prominentes entradas de aire, elementos cromados y unas pequeñas ópticas circulares que mantienen la esencia retro del modelo. La guinda del pastel son un juego de llantas multiradio con unos faldones laterales y una zaga musculosa con cuatro pilotos.
En el interior los cambios son más sutiles, de forma que es imposible esconder los orígenes de esta réplica. En el volante han sustituido el logotipo original por el de Mitsuoka, mientras que los paneles de las puertas y los asientos reciben ahora una tapicería de cuero rojo y negro. Bajo el capó tampoco hay cambios, conservando el motor gasolina de cuatro cilindros y 1.5 litros con 131 CV de potencia.
El precio del Rock Star en Japón parte de los 4.688.200 yenes, unos 36.000 euros aproximadamente según el tipo de cambio actual. Una réplica muy conseguida que será el mejor regalo para los amantes del Corvette que no puedan permitirse hacerse con el modelo original.