Toyota lleva años jugando con el hidrógeno y ojo, porque en los últimos años no solo hemos hablamos de la pila de hidrógeno, hemos hablado del motor de hidrógeno, un tipo de motor que nos permite aprovechar toda la tecnología actual para que los motores «quemen» hidrógeno en vez de gasolina.
Hoy hemos sabido que Toyota ha dado un giro interesante con la presentación del motor V8 2UR-GSE modificado para hacer uso de hidrógeno.
El motor V8 de 5.0 litros que nosotros conocemos del Lexus RC F ha sido enviado a Yamaha y ahora funciona al 100% con hidrógeno.
La revelación de este motor modificado sigue al anuncio de noviembre pasado de una colaboración con Toyota, Mazda, Subaru y Kawasaki para investigar el uso de combustibles alternativos en motores de combustión actuales. Cabe destacar que este programa hablaba de diésel biológico con origen de algas así como de hidrógeno como combustible.
La historia del motivo por el cual Toyota ha recurrido a Yamaha es que es un colaborador asiduo del fabricante nipón. Además de afinar motores como los del Lexus LFA, Yamaha también desarrolló las culatas del motor V8 objeto de conversión a hidrógeno.
Para esta versión de hidrógeno se modificaron los inyectores, las cabezas de los pistones, el colector de admisión y otras piezas que no nos han detallado. El motor ahora produce 455 CV a 6800 rpm y 540 Nm de par a 3600 rpm, lo que vienen siendo cifras más o menos similares a las que el motor ofrecía antes de su modificación.
Takeshi Yamada del Centro de Investigación y Desarrollo Técnico de Yamaha cree que existe un enorme potencial en las características únicas de los motores de hidrógeno.
Una de estas características es una mayor respuesta, ya que el hidrógeno se quema unas ocho veces más rápido que la gasolina sin plomo. Desafortunadamente, eso significa que si bien la combustión de hidrógeno es más limpia (el principal producto de desecho es el agua), las autonomías también son mucho menores.
Hay algunos obstáculos importantes en el camino para que proyectos como este se conviertan en una realidad de producción aunque parece que Toyota parece dispuesto a seguir adelante a pesar de todo.
¿Será esta la salvación de los motores de combustión interna?