No es la primera vez que os hablamos de los combustibles sintéticos o del diésel a base de algas, pero sí que parece la primera vez que una marca habla sin tapujos al respecto y es que parece que Volkswagen planea reducir la huella de carbono de su flota en Europa en un 40 por ciento para el año 2030 gracias al diésel parafínico.
Aunque la compañía se está centrando cada vez más en vehículos total y parcialmente eléctricos, como alternativa adicional, Volkswagen está ahora aprobando oficialmente modelos con motores diésel de 4 cilindros de última generación para su uso con combustibles parafínicos.
Estos combustibles diésel de reciente desarrollo contienen biocomponentes que permiten un ahorro significativo de CO2 del 70 al 95 por ciento en comparación con el diésel convencional.
Todos los modelos Volkswagen con motores diésel de 4 cilindros (TDI) entregados desde finales de junio de este año (CW 25/21) están homologados para funcionar con combustibles diésel parafínicos de acuerdo con la norma europea EN 15940.
Mediante el uso de combustibles ecológicos se hace posible que los clientes de toda Europa reduzcan significativamente sus emisiones de CO2 tan pronto como el combustible esté disponible en sus estaciones de servicio. Por ejemplo, el uso de combustibles parafínicos es una opción adicional sensata, especialmente para empresas con una flota mixta compuesta por modelos eléctricos y convencionales.
Existe una amplia gama de combustibles parafínicos diferentes. Hay combustibles que se producen a partir de residuos biológicos y materiales de desecho como el HVO (aceite vegetal hidrotratado), por ejemplo. Estos aceites vegetales se convierten en hidrocarburos mediante una reacción con hidrógeno y se pueden agregar al combustible diesel en cualquier cantidad.
También se pueden utilizar al 100 por cien como combustible. Los aceites vegetales como el aceite de colza también se pueden utilizar para la producción de HVO, pero el máximo beneficio medioambiental se obtiene únicamente mediante el uso de residuos biológicos y materiales de desecho como aceite de cocina usado, aserrín, etc. Los biocombustibles como el HVO ya están disponibles en el mercado, y es probable que su participación aumente del 20 al 30 por ciento en el mercado de la energía para el transporte por carretera en Europa en los próximos diez años.
Los combustibles diésel parafínicos ya se pueden encontrar en el mercado -en España de momento es complejo-, en algunos casos, con diferentes denominaciones de producto como: C.A.R.E diésel, NEXTBTL y HVO.
También están disponibles y mucho más que cumplen los requisitos de la norma EN590 y a los que se ha añadido diésel parafínico. Éstas incluyen el Diésel R33, el V-Power diésel, el OMV MaxMotion o el Aral Ultimate Diesel entre otros.
Estos combustibles se pueden utilizar en todos los motores diésel, incluso en los motores más antiguos.
Además, también existirán los llamados e-combustibles como el PtL (Power-to-Liquid) en el futuro. Estos se producen a partir de fuentes regenerativas utilizando CO2 y electricidad.
Los XtL o X-to-Liquid, GtL y PtL hacen uso de la posibilidad de producir inicialmente un gas de síntesis a partir de diferentes materias primas y luego convertirlo en combustible diésel compatible con las normas mediante el proceso Fischer-Tropsch. El exceso de energía verde se puede utilizar aquí en el proceso de producción.
Fuente | Volkswagen