Aunque para muchos es casi una rutina semestral, para muchos conductores, pasar la ITV es algo que hacen por primera vez -al ser conductores jóvenes o al conducir coches que acaban de cumplir los cuatro años- y claro, vienen los olvidos y llegan las multas por no pasar la ITV.
Aunque el principal anuncio que hacen desde la administración es que al tener la Inspección técnica de tu vehículo al día puede ser causante de siniestros viales, con fallecidos y heridos de gravedad, creo que el enfoque es incorrecto. Si está bien mantenido, un coche no tiene que ser más o menos peligroso pasando la ITV o no, pero es una obligación legal y un «estándar» que tienen que pasar todos los vehículos en función de su edad.
Como norma general, la gente no pasa la ITV por olvido, falta de fecha o por descuido, aunque cada vez han crecido más las personas que no la pasan porque les viene mal económicamente. A pesar de que estamos en una época bastante dura, pasar la ITV es importante para que el coche pueda circular legalmente, estar administrativamente al corriente y para que tu seguro no pueda zafarse en caso de accidente, ya que muchos de ellos en estos casos alegan que el vehículo no se encuentra en una situación administrativa correcta.
Además, está calificado como una infracción grave o muy grave por la normativa aplicable en materia de tráfico; un incumplimiento que puede conllevar una sanción económica de 200 o 500 euros, dependiendo del caso. Pese a ello, las multas por este hecho han aumentado en los últimos años.
De acuerdo con cifras entregadas por la DGT y que la AECA-ITV analiza, en el 2021 las sanciones por tener la ITV caducada aumentaron un 32% con respecto al 2015, manteniéndose en valores muy similares el volumen total de sanciones en ambos años.
El año pasado se registraron 591.077 multas por no tener la ITV al día, 194.411 más que en el 2015, cuando hubo 396.666; esto pese a que en el último año el total de sanciones impuestas se redujo. Si esta cifra de 2021 la multiplicamos por la cantidad mínima en caso de no contar con la ITV al día, que son 200 euros, nos da un resultado de 118.215.400 de euros. Lógicamente, esta cifra no es del todo realista y es que el la multa por no pasar la ITV acogiéndonos al «pronto pago» es de 100 euros, pero claro, hay que tener en cuenta que muchas sanciones por no tener la ITV en vigor pueden ser de 500 euros, 250 euros con el pronto pago.
Las multas por no tener la ITV al día no solo han aumentado en número, sino también en porcentaje con respecto al total de sanciones impuestas. Mientras en el 2015 las multas por la ITV caducada representaban el 8,2% del total, en el 2021 han ocupado el 12,3%; únicamente superadas por las sanciones por exceso de velocidad que lideran el desafortunado ranking.
Tener la ITV caducada, es decir, tanto circular con el vehículo como tenerlo estacionado la vía pública sin haber realizado la inspección técnica en la fecha en la que le correspondía acarrea una sanción económica de 200 euros y la obligación inmediata de realizar la ITV.
Circular con la ITV desfavorable, es decir, seguir circulando con el vehículo pese a que se le detectaron defectos graves que sólo le permitirían desplazarse hasta el lugar de reparación implica una multa de 200 euros. En este supuesto, el titular del vehículo está obligado a reparar los defectos graves y volver a la estación de ITV, en un plazo máximo de 2 meses, para comprobar la subsanación de dichos defectos.
Circular con una ITV negativa, es decir, seguir circulando con el vehículo al cual se le han detectado defectos muy graves acarrea una sanción de 500 euros. En estos casos, el vehículo no está autorizado a abandonar la estación de ITV por medios propios, sino que tendrá que hacerlo transportado por una grúa hasta el lugar de reparación y volver a la estación ITV, en un plazo máximo de 2 meses, para comprobar la subsanación de los defectos.
A estas sanciones, hay que añadir lo que ya os hemos explicado con anterioridad y es la no cobertura de la compañía aseguradora en caso de siniestro, lo que puede originar unos elevados gastos para el propietario del vehículo en función de la gravedad del hecho.