El pasado mes de febrero de 2019, el Ayuntamiento de Madrid anunció la incorporación de un nuevo radar de tramo al entramado de calles de la capital. Se ubicó a la entrada de Madrid con el objetivo de «aumentar la seguridad de peatones y conductores«, más concretamente en la A-5, entre el P.K. 4+000 y el P.K. 5+750, en un tramo del Paseo de Extremadura limitado a 70 km/h.
Tras un período de aviso de dos meses que concluyó el pasado 15 de abril, el día 16 del mismo mes comenzaron las primeras sanciones y, hasta el 23 de junio, apenas dos meses después, había detectado la friolera de 23.291 infracciones de velocidad que ya han sido tramitadas para su correspondiente sanción. Si hacemos un cálculo rápido, esos son nada menos que 333 infracciones diarias.
Tal y como informa el Área de Medio Ambiente y Movilidad del Consistorio madrileño, del total de las infracciones, 2.690 tuvieron lugar en sentido entrada y 20.601 en sentido salida. Si analizamos los datos en mayor profundidad, podemos extraer que, entre el 16 y el 30 de abril, incluyendo las vacaciones de Semana Santa, se registraron 4.106 lecturas de radar; seguidas de 10.425 lecturas en el mes de mayo y 8.760 lecturas del 1 al 23 de junio.
Si comparamos estos datos con los del período de aviso, el cual tuvo lugar entre el 15 de febrero y el 15 de abril, nos encontramos con un total de 31.007 excesos de velocidad detectados, de los cuales 8.902 tuvieron lugar en sentido entrada y 22.105 en sentido salida. Dicho de otra forma, durante los 59 días del período en pruebas, la media diaria ascendía a 151 lecturas de radar en sentido entrada y 375 en sentido salida.
Como ya sabréis, el artículo 247 de la vigente Ordenanza de Movilidad Sostenible prevé una fase previa de pruebas a la utilización de nuevos dispositivos tecnológicos o procedimientos sistemáticos de control de detección de infracciones para la formulación de denuncias, en el cual únicamente se informa a los conductores que han cometido una infracción, pero no se les sanciona.
Lo que se pretende es una modificación paulatina del comportamiento de los conductores para que se habitúen a la nueva regulación viaria. Veremos si el nuevo radar cumple su cometido, pero curioso es el dato de que, en 2018, se produjeron precisamente en esta zona 333 accidentes y atropellos. Resultado de los mismos hubo 272 víctimas de distinta consideración y tres personas fallecidas.
Recordemos que, con este último dispositivo, Madrid ya cuenta con un total de cuatro radares de tramo, dos de ellos en la capital -Paseo de Extremadura y Avenida de Córdoba/Calle Doctor Tolosa Latour- y dos en la Comunidad, dependientes de la DGT -en la AP-6 sentido decreciente ubicado entre el P.K. 56,815 y el P.K. 49,263; y el de la A-4 en sentido decreciente que finaliza en el punto 46,993-.