A principios de noviembre del año pasado, Mazda anunció la vuelta al ruedo de la competición con su pequeño y atractivo roadster, el nuevo MX-5.
Mientras que la Copa de la última generación del mítico roadster fue anunciada en el SEMA, aún habrá que esperar a 2016 para que la competición comience.
Con escenarios prefijados para América del Norte, Europa y Asia, todos los participantes pilotarán coches preparados idénticos que montarán bajo el capó un motor 2.0 litros SKYACTIV -G de cuatro cilindros.
La serie global culminará a finales de 2016 en Laguna Seca, California, donde los mejores pilotos de todo el mundo competirán por el título. Entre otros premios, el ganador recibirá una prueba para el siguiente nivel de la competición de Mazda, la TUDOR United SportsCar Championship.
Por el momento, el modelo se encuentra en una extensa fase de pruebas y ajustes antes de ser entregadas las primeras unidades a los equipos que quieran apuntarse a esta competición a cielo abierto.
Con el fin de garantizar la máxima diversión al volante y respetar también la máxima esencia de este icono de la carretera, la marca nipona invitó a dos participantes de anteriores copas monomarca al asfalto de Laguna Seca con el fin de buscar el punto de equilibrio óptimo en el biplaza.
Para que os hagáis una idea de la dificultad, los japoneses están actualmente evaluando siete fabricantes de neumáticos, ocho proveedores de frenos, y siete socios para el kit de suspensión. Si combinamos estos y otros parámetros, se están evaluando un total de 392 combinaciones para el vehículo de carreras.
Además de las pruebas en circuito, los ingenieros también están tomando millares de métricas con el fin de compaginar las pruebas reales con pruebas de simulador en las que se podrá evaluar otro tipo de desgastes y resultados.
Cuando la marca cuente con el modelo definitivo se revelarán las especificaciones de forma oficial, justo antes de que el modelo se ponga a la venta este verano.