La velocidad mata. Bueno, eso es lo que nos repiten una y otra vez las autoridades encargadas de velar por la seguridad en las carreteras. Si bien es cierto que parte de esa afirmación es verdadera, también lo es que en las causas de los accidentes influyen centenares de factores adicionales que en ciertos casos aumentan el riesgo y en otros aumentan las gravedad de las consecuencias, siendo la velocidad, uno de estos.
Mientras que en España la DGT lucha contra la velocidad con cientos de radares y helicópteros con tecnología militar para multar, en otros países hacen uso de la cabeza y buscan formas más económicas y viables para que los conductores levanten el pie del acelerador porque parece que allí sí que importa el hecho de que la gente deje de correr y no de que se gane dinero con las multas.
Locals in Hopeman, Moray, are using hairdryers while dressed in high-viz jackets to mimic traffic cops https://t.co/e4QeAakdW1
— The Daily Record (@Daily_Record) 24 de febrero de 2017
Pues bien, esta curiosa historia nos llega desde Escocia, donde alguna que otra vez ya hemos visto otras curiosas medidas como hacer que una carretera totalmente recta parezca plagada de curvas. Concretamente hablamos del pequeño pueblo escocés de Hopeman, una localidad en la que los vehículos circulan normalmente a más velocidad de la permitida por su calle principal y en la que los vecinos han decidido tomarse la justicia por su mano antes de que ocurra una desgracia en la puerta de una casa o un colegio circundante.
Los vecinos de este pueblo decidieron actuar por su cuenta ante la inactividad de los agentes del orden y el fracaso de medidas anteriores como pegar carteles con los límites de velocidad en las farolas o hacer señas a los infractores.
La pintoresca propuesta de los vecinos pasa por ponerse un chaleco reflectante, situarse en un punto estratégico y, cuando pasa un coche a más velocidad de la permitida, apuntarle nada menos que con un secador de pelo. Claro, imagínate que vas conduciendo ligerito atravesando un pueblo y alguien vestido con un chaleco te apunta con un artefacto que no te ha dado tiempo a ver, la primera palabra que viene a tu cabeza es: ‘radar’. Sí, es rebuscado, pero desde luego esta medida disuasoria parece estar funcionando más que las anteriores…