El pasado fin de semana, el Pikes Peak International Hillclimb emitió una declaración en la que ponía punto y final a la participación de motocicletas en el evento de competición el próximo año. La noticia llega apenas unas semanas después del siniestro que acabó con la vida del cuatro veces campeón Carlin Dunne en esta edición 2019.
Poco después de que tuviera lugar el incidente, la junta directiva del evento se reunió y decidió que «para determinar la viabilidad a largo plazo del programa de motocicletas, estas no participarán en 2020, a fin de que los organizadores de la carrera puedan recopilar datos para revisar a fondo el impacto en el evento de la ausencia esta categoría«.
Esto deja una puerta abierta a su posible regreso más adelante, pero por ahora no está del todo claro y no lo estará hasta finales de 2020. En cualquier caso, hemos de tener en cuenta que las motos han sido parte del PPIHC durante los últimos 29 años, y su historia en esta montaña de los Estados Unidos se remonta a la carrera inaugural en 1916.
Como declara el presidente de Pikes Peak, Tom Osborne, «el programa de motocicletas no ha sido un evento anual. Han corrido 41 de los 97 años que llevamos compitiendo en Pikes Peak, pero es el momento de analizar detenidamente cada aspecto de la carrera, incluido el programa de motocicletas, y determinar si el evento puede cambiar o no«.
Curiosamente, la madre de Dunne, Romie Gallardo, no quiere que se cancele la categoría de motos: «Sé a ciencia cierta que Carlin no querría que finalizase el programa de motocicletas. Él querría que aprendiéramos de esta tragedia. Alentaría a las autoridades oficiales de reconstrucción de accidentes a hacer lo que están capacitados para hacer, y para que los oficiales de la carrera implementen las precauciones de seguridad adicionales requeridas«.