Incomparablemente rápido, ligero, extremo. Con su Bugatti Bolide presentado hace unas semanas, la marca de lujo francesa vuelve a empujar los límites de lo que es físicamente posible. Nunca antes Bugatti había diseñado un vehículo tan intransigente, centrado únicamente en la pista de carreras.
El Bugatti Bolide sirve como un estudio de diseño experimental y un portador de experiencia tecnológica: los diseñadores e ingenieros crearon y desarrollaron el vehículo conceptual real y manejable en menos de un año, utilizando nuevos materiales y procesos de fabricación que demostraron ser seguros.
El Bolide también es único en términos de sus elementos técnicos: Bugatti ha creado un vehículo radicalmente liviano alrededor del icónico motor W16 de 8.0 litros con una potencia de 1.850 CV y 1.850 Nm de par.
El chasis monocasco está hecho de fibra de carbono ligera y de alta resistencia, mientras que todos los tornillos y componentes de conexión están hechos de titanio. Además, en numerosos puntos se utilizan componentes funcionales huecos y de paredes delgadas hechos de una aleación de titanio aeroespacial.
En la simulación, el Bolide casi alcanza las cifras de la Fórmula 1 con una velocidad máxima de más de 500 km / h, aunque sin sacrificar el manejo y la agilidad máximos.
El Bolide tarda 3:07,1 minutos en completar una vuelta de Le Mans y 5:23,1 minutos en completar Nürburgring Nordschleife -aunque en simulaciones, claro está-.