Después de conocer cómo era el DBS de la película Casino Royale, el preparador alemán Kahn decidió con su propio toque personal de diseño, y la elegancia sutil de sus creaciones, ponerle su acento a lo que considera que debe ser un DBS, pero sin salirse mucho de la linea que define al modelo y tan grande lo ha hecho, no en vano es uno de los Aston más bonitos, sino el más bonito de su catálogo.
A simple vista parece que estemos ante el modelo de serie, y en eso reside buena parte de su esencia, pero no. Como buena compañera de lo elegante, la sutileza hace de las suyas para que este DBS siga siendo un Aston Martin, pero con el valor añadido de lo diferente. Sin estridencias, pero sin remilgos.
De todas las preparaciones que uno se puede encontrar en el mercado, las de este tipo son de las mías. Las que reafirman donde no hay nada que cambiar. Porque cuando de determinados fabricantes se trata, no hay como lo poco siendo bastante. Lo que se podría definir como «el hacer pero sin hacer».
Lo único que más puede llamar la atención a primera vista son las generosas llantas de 20 pulgadas, y ni siquiera, ya que solo los entendidos repararían en que no son de la casa. Esto es gracias a lo acertado del modelo, unas RSX-R multiradiales que en ese acabado plata brillante parecen haberse diseñado por y para el modelo.
Además, el coche ha sido equipado con un fino labio delantero y un discreto difusor trasero deportivos en negro mate, que en combinación con los cristales ligeramente tintados y las ópticas algo oscurecidas, le aportan a mayores ese porcentaje de elegancia y deportividad para el que desde el principio cualquiera, y me incluyo, pensamos que no cabía lugar.
Interiormente recibe también la impronta de su preparador. Inglés y refinado, la tapicería en alcántara negro con las costuras en hilo visto diferenciado de color blanco, son el colofón perfecto para un habitáculo que no necesita más aderezo. Y es que salvo el volante forrado en piel vuelta, hacerle cualquier otra cosa sería empezar a cruzar la fina linea que separa el buen gusto de la chabacanería.Mecánicamente el alma del modelo se mantiene intacta. Su motor V12 de 6 litros y 517cv siempre ha sido broche de oro y símbolo mecánico de personalidad del DBS. Siendo así y conociendo el trabajo de Kahn Design, ¿para qué tocarlo?
Fuente: Kahn Design