La segunda generación del Renault Duster arranca ahora su producción y comercialización en América Latina, siendo Brasil la base para su exportación a otros mercados de la región. Es muy similar al Dacia Duster que conocemos en Europa aunque con algunas modificaciones tanto en el exterior como en el habitáculo.
Al primer vistazo lo primero que llama la atención es el nuevo paragolpes frontal con los faros adicionales de largo alcance integrados en una zona quizás demasiado expuesta a golpes de estacionamiento. La firma lumínica se mantiene, así como los antiniebla en una posición inferior.
La gran parrilla con el logotipo de Renault no pasa desapercibida y el rombo en el portón también es de generosas dimensiones para que no haya dudas de que es un Duster. Según niveles de acabado podrán tener molduras plásticas, barras de techo, protectores laterales, llantas de aleación en dos tonos, etc.
En el interior hay algunas variaciones que añaden una nota diferenciadora al salpicadero, siendo las salidas de aire rectangulares las más llamativas. También se emplea un sistema multimedia diferente, apliques decorativos específicos y un ordenador con cambios en la información.
Por el momento la oferta mecánica es muy limitada y se ofrece exclusivamente con el bloque 1.6 SCe de 120 CV capaz de usar gasolina sin plomo y etanol. Se puede escoger entre la caja manual de cinco velocidades o una automática de tipo CVT, y siempre con tracción delantera. Para el 4×4 habrá que esperar un poco y llegará acompañado del motor 1.3 TCe de 170 CV con cambio de doble embrague.