La gama del Volkswagen Polo se enriquecerá en los próximos días para los mercados del CIS con una nueva variante con carrocería sedán. Para su desarrollo la firma alemana ha tomado como base de partida los Skoda Rapid y SEAT Toledo, y ha actualizado su diseño.
Exteriormente sigue las pautas estilo ya vistas en varios modelos de la marca como los Virtus y Jetta de última generación que en Europa Occidental no serán comercializados. La zaga conserva el generoso portón y añade unos grupos ópticos con tecnología LED.
El interior sí resulta muy «Skoda» al incluir un salpicadero muy parecido al estrenado en los Rapid 2020. Pueden llevar una pantalla táctil tipo tableta de grandes dimensiones, instrumentación digital configurable y un volante multifunción de nuevo formato.
Entre las posibilidades de equipamiento hay que mencionar el sensor de lluvia, climatizador automático, puerto USB, volante y asientos calefactables, llantas de aleación, faros LED, control de crucero con limitador, retrovisores eléctricos, cámara posterior y pack iluminación interior.
La oferta de motores contemplará desde el principio un 1.6 MPI en versiones con 90 y 110 CV, y el interesante 1.4 TSI de 125 CV como alternativa más prestacional. La caja de cambios es manual de cinco velocidades para el más sencillo, manual o automática de seis para el intermedio, y DSG para el más potente.
Los nuevos Volkswagen Polo no llegarán a los mercados de Europa Occidental y se producirán en Rusia para los países del CIS. No sabemos si serán exportados a otras regiones dado que el Virtus cumple en muchos lugares su función como berlina derivada del Polo.