Tras el reciente lanzamiento de la nueva generación del BMW X6, la marca germana ha mostrado al mundo es aspecto de la segunda generación de los miembros más grandes de la familia X, una vez han pasado por las manos de BMW M GmbH y han recibido unos cuantos de retoques.
Ya fue en la anterior generación que salió al mercado en 2009, cuando la marca germana dio a conocer el concepto de las altas prestaciones en esta clase de vehículos.
Los nuevos modelos BMW X5 M y X6 M continúan la historia, recibiendo un gran legado de éxitos en ventas que pretenden mejorar con la ayuda de un nuevo aspecto exterior y mucha más tecnología al servicio de las prestaciones.
Un V8 de 4.4 litros más potente y con más par
Bajo el capó de esta generación nos toparemos con un motor V8 de 4.400 cc que ha aumentado su potencia y su par. Gracias a la aplicación de la tecnología M TwinPower Turbo (el colector compartido por las dos bancadas, la sobrecarga TwinScroll Bi-Turbo, la inyección directa de gasolina High Precision Injection, así como el sistema VALVETRONIC), los modelos desarrollan ahora 423 kW/575 CV disponibles entre las 6.000 y las 6.500 rpm. Al mismo tiempo fue posible aumentar el par hasta los 750 Nm.
Gracias a estas nuevas cifras, ambos modelos son capaces de parar el crono en apenas 4,2 segundos al acelerar de 0 a 100 km/h y su velocidad máxima está limitada a 250 km/h.
Nuevo cambio M Steptronic de ocho marchas con Drivelogic
En comunión con este nuevo motor encontraremos a la nueva caja de cambios M Steptronic de ocho marchas con Drivelogic. Se trata de una caja de cambios que funciona de una forma muy similar a las cajas de doble embrague u ofrece unas reacciones espontáneas y unos rápidos cambios de marchas.
Según la casa germana, esta caja automática con convertidor armoniza a la perfección con el nuevo motor turbo de mayor par y significa un paso de gigante respecto a la caja de 6 marchas de la generación anterior.
Además, es la primera caja automática con convertidor que permite avanzar a velocidad muy lenta si lo solicita el conductor (Low Speed Assistant) y cambiar mediante las levas.
Para acelerar al máximo al arrancar el coche, puede activarse el sistema «launch control», un sistema igual que el que os mostramos en la prueba del BMW M4 –Ver Prueba BMW M4-.
Posibilidad de derrapar de modo controlado
Para dotar a esta gran familia –en el sentido literal de la palabra- de la capacidad de ser un auténtico M, ahora se da la posibilidad de derrapar de modo controlado.
Ahora, gracias al depurado sistema de control dinámico de la estabilidad DSC contaremos con funciones de regulación optimizadas
Además se han añadido funciones adicionales destinadas a mejorar la seguridad activa (activación de la función de los frenos en espera, activación de las pastillas para secar los discos, sistema de apoyo en caso de pérdida de eficiencia de los frenos a causa del «fading») y, también, el confort (asistente para poner en marcha el coche, freno para aparcar con función Automatic Hold).
El control dinámico de la estabilidad DSC le permite al conductor elegir entre tres modos de conducción: DSC on, MDM (M Dynamic Mode), DSC off. Mientras que con el modo «DSC on» intervienen los frenos específicamente para oponerse a la tendencia de subvirar o sobrevirar, el modo «MDM» admite un mayor resbalamiento de las ruedas, por lo que los conductores que prefieren un estilo de conducción más dinámico y de esta forma pueden hacer derrapar el coche ligeramente.
Un sistema de suspensión a gusto del conductor
Unos muelles más rígidos y una carrocería 10 milímetros más baja, además del sistema activo Dynamic Drive, reducen eficientemente los movimientos y las inclinaciones laterales de la carrocería. De serie, ambos modelos cuentan con amortiguación neumática con regulación automática de la altura del eje posterior.
El DDC permite modificar el comportamiento de la amortiguación y escoger entre los modos COMFORT, SPORT y SPORT+.
Unos frenos a la altura de la masa
Para parar a las bestias de más de 2.200 kg a altas velocidades se ha optado por introducir un sistema de frenos de materiales compuestos de alto rendimiento. En la parte delantera, la mordaza fija es de seis bombines mientras que en la trasera se ha optado por una mordaza flotante con un pistón.
En comparación con los frenos de los modelos antecesores, la superficie de las pastillas aumentó en un 50 por ciento mientras que el peso se ha reducido en más de 1,5 kg.
El agarre al asfalto es lo más importante
Los dos modelos están equipados de serie de llantas de aleación ligera de peso optimizado de 20 pulgadas (adelante: 10 J x 20; atrás: 11,5 J x 20) combinadas con neumáticos Pirelli P Zero (adelante: 285/40 R20 Y; atrás: 325/35 R20 Y).
Opcionalmente pueden adquirirse llantas forjadas de 21 pulgadas (adelante: 10 J x 21; atrás: 11,5 J x 21) con neumáticos Michelin Pilot Super Sport UHP (adelante: 285/35 R21 Y; atrás: 325/30 R21 Y).