Cuatro son los motores que equipará el nuevo Audi A8 que os presentábamos ayer: dos diésel y dos gasolina. Hoy nos centraremos en las versiones de gasóleo, donde encontramos dos motores TDI de inyección directa sobrealimentados que satisfacen los límites de la normativa de gases de escape Euro 6, y se combinan de serie con el sistema de start-stop.
Un 3.0 TDi que se caracteriza por su eficiencia:
Los 155 gramos de CO2 por kilómetro, equivalentes a 5,9 litros de combustible a los 100 kilómetros, demuestran que el 3.0 TDI es un motor muy eficiente. El diésel V6 con una cilindrada de 2.967 cc rinde 258 CV (190 KW), 8 CV (6 KW) más que antes, y genera 580 Nm de par motor entre las 1.750 y las 2.500 rpm. La aceleración estándar requiere 5,9 segundos en el caso del A8 y dos décimas de segundo más en el A8 L. El consumo asciende a 5,9 litros a los 100 kilómetros (A8 L: 6,0 litros) o 155 gramos de CO2 por kilometro (A8 L: 158 gamos).
Entre las particularidades técnicas del seis cilindros, sometido a una serie de modificaciones, cabe destacar su reducido peso de menos de 200 kilogramos y una gestión térmica especialmente compleja. El cárter del cigüeñal y las culatas disponen de circuitos de refrigeración de agua independientes. Durante la fase de calentamiento, el líquido refrigerante no recircula en el bloque. El 3.0 TDI satisface los límites de gases de escape de la normativa estadounidense ULEV 2 BIN5, así como la segunda fase de la normativa Euro 6, que no entrará en vigor hasta 2017.
Un 4.2 TDI con un par bestial:
En lo que respecta al par motor, el 4.2 TDI no tiene parangón. El V8, con una cilindrada de 4.134 cc, proporciona 850 Nm, disponibles entre las 2.000 y las 2.750 rpm. La potencia se ha incrementado en 34 CV (25 KW), con lo que ahora se sitúa en 385 CV (283 KW). El potente diésel presume de unas impresionantes prestaciones: la aceleración de 0 a 100 km/h la resuelve en 4,7 segundos (A8 L: 4,9 segundos). El nuevo Audi A8 4.2 TDI consume 7,4 litros de combustible a los 100 km, lo que equivale a unas emisiones de CO2 de 194 g/km. En la versión larga los valores son de 7,5 litros y 197 gramos respectivamente.
Entre las mejoras técnicas que ha experimentado el 4.2 TDI se cuentan, por ejemplo, las modificaciones en el ámbito del accionamiento de las válvulas, de los pistones y de los turbocompresores. Con el objetivo de incrementar la eficiencia, el régimen en arranque del diésel V8 se ha podido reducir considerablemente, hasta las 800 rpm. Otra particularidad es el sistema de depuración de gases de escape SCR (SCR: selective catalytic reduction), en el que se utiliza el aditivo AdBlue para disgregar los óxidos de nitrógeno.
Fuente: Audi