Si creías que 2020 marcaría un punto de inflexión en la industria del automóvil con la entrada en vigor de la nueva normativa de la Unión Europea (UE) en materia de emisiones, espérate a conocer lo que tienen preparado para 2030. Los automóviles son los responsables de alrededor del 12% de las emisiones totales de dióxido de carbono (CO2) de la UE y en el Viejo Continente se han propuesto acabar con él.
Desde 2009, la legislación de la UE establece objetivos obligatorios de reducción de emisiones para automóviles nuevos. Los primeros objetivos se comenzaron a aplicar en 2015 y lo cierto es que pasaron relativamente desapercibidos, pues los objetivos más estrictos todavía están por llegar. Parte de ellos se aplicarán en su totalidad a partir de 2021, con una introducción gradual a partir de 2020.
El 17 de abril de 2019, el Parlamento Europeo y el Consejo adoptaron el Reglamento (UE) 2019/631 -podéis leerlo en el enlace-, que establece unas normas de emisiones de CO2 más estrictas para turismos y vehículos comerciales ligeros (furgonetas) nuevos en la UE a partir de 2020. Más concretamente, el nuevo Reglamento se comenzó a aplicar el 1 de enero de 2020.
Hechos los deberes actuales, Europa comienza ya a mirar hacia la próxima década. Tal y como ha anunciado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la nueva propuesta para reducir las emisiones de CO₂ en la UE a partir del año 2030, será de «al menos, el 55 %» con respecto a los niveles de 1990, en lugar del 40 % fijado hasta la fecha.
Con esta maniobra, que llega en el peor momento posible teniendo en cuenta las catastróficas consecuencias del coronavirus para el sector del automóvil, la Comisión Europea pretende conseguir que una gran mayoría de los fabricantes de automóviles dejen de fabricar vehículos con motores de combustión, es decir, con mecánicas gasolina o diésel.
La asociación de fabricantes de automóviles de Alemania (VDA) ya ha explicado que rechazará firmemente un mayor endurecimiento de los objetivos.
Si bien hablamos todavía de un borrador, la Comisión Europea está decidida a rebajar las emisiones medias de CO₂ de los turismos en 2030 un 50% por debajo de los niveles de 2021. Si tenemos en cuenta que la cifra actual es de 95 g/km, estaríamos hablando de que la media de emisiones de CO₂ de los coches vendidos en Europa debería ser de 47,5 g/km en tan solo una década.
Esta cifra dista en gran medida de la media de emisiones que se estaba valorando en la actualidad para 2030, que se había concretado en 59,37 g/km.
Si ya resulta difícil rebajar una media de casi 60 g/km, con consumos y emisiones propios de eléctricos e híbrido enchufables, la nueva normativa significaría un consumo medio máximo de 2.0 l/100 km en un coche gasolina y de 1,7 l/100 km en un diésel. La pregunta es: si se abandonan las mecánicas de combustión, ¿conseguirán los fabricantes ofrecer energías alternativas a precios populares?