Corría el año 1979 cuando Mercedes-Benz lanzaba al mercado el primer Clase G, un todoterreno de pura cepa con el que más de 300.000 clientes han vivido experiencias únicas durante casi cuatro décadas. Exteriormente el Clase G ha cambiado muy poco, sin embargo, bien podríamos decir que se ha reinventado constantemente.
Como ya sabíamos, el Salón del Automóvil de Detroit 2018 ha sido el lugar elegido por la firma de la estrella para presentarnos el renacer de este icono. Ha sido una de las presentaciones que más expectación ha creado en la cita norteamericana y, desde luego, no es para menos, pues los chicos de Mercedes-Benz prepararon una presentación por todo lo alto para asegurarse de que el mundo entero descubrirá todas las virtudes del modelo de la mano de Arnold Schwarzenegger y el CEO de Daimler, Dieter Zetsche.
Seguramente te estarás planteando cuales son las novedades del Mercedes-Benz Clase G 2018 estéticamente hablando, y es lógico teniendo en cuenta que salvo por las ópticas y leves detalles, poco o nada podemos diferenciarlo respecto al modelo actual. Sigue siendo cuadrado, robusto y tan bestia como lo quiere el público, sin embargo, mejoran su chasis de largueros y travesaños, sus motores y las transmisiones, al tiempo que se incrementa su tecnología y gana en calidad. Además, es 53 mm más largo y 121 mm más ancho.
Como puedes ver, el interior del Clase G también se mantiene fiel a la tradición, con formas geométricas, simétricas y robustas a lo largo de todo el salpicadero, pero en esta ocasión el salto evolutivo es notable. La tendencia del mercado va hacia la digitalización, así que no podían faltar las enormes pantallas del resto de la gama o las toberas de aire circulares pero, ¿realmente pegan estos elementos en un Clase G?
Pues sí y no. Personalmente soy de los que consideran que un clásico es un clásico y no son necesarias tantas ‘pijerías’ para seguir vendiendo un vehículo como este, pudiendo modernizarlo sin necesidad de copiar al resto de la gama, pero el mercado manda y desde Mercedes-Benz quieren que su mítico todoterreno sea y parezca moderno al tiempo que mantiene su esencia, así que la solución pasa por meter dos pantallas de 12,3 pulgadas (para la instrumentación y el sistema multimedia), el nuevo sistema MBUX que también veremos en el Clase A y más equipamiento.
Junto al equipamiento de confort, el más amplio hasta la fecha (Paquetes Exclusive Interior y Exclusive Interior Plus, asientos climatizados con masaje, equipo de sonido Burmester…), también veremos una generosa variedad de acabados y tapizados para el habitáculo, todos ellos fabricados con materiales de primera calidad. Al mismo tiempo, mejoran la practicidad y las cotas interiores para incrementar el confort de los pasajeros.
Estas son las cifras:
Cota | Diferencia |
Espacio libre para las piernas delante | + 38 mm |
Espacio libre para las piernas detrás | + 150 mm |
Anchura a la altura de los hombros delante | + 38 mm |
Anchura a la altura de los hombros detrás | + 27 mm |
Espacio a la altura de los codos delante | + 68 mm |
Espacio a la altura de los codos detrás | + 56 mm |
Es, sencillamente, mejor en todo, tal y como cabría esperar de una nueva generación. Pero de entre todas las mejoras hay una que nos llama la atención especialmente, el incremento en sus capacidades todoterreno, algo muy raro de ver hoy en día donde todo el mundo lo que quiere es un SUV para adentrarse en el tráfico diario. Así, veremos novedades como:
- Una reductora que puede conectarse en marcha hasta 40 km/h (pasando por la posición ‘N’ en el cambio 9G-TRONIC) y desconectarse hasta 70 km/h.
- Unos ángulos de entrada y ventral que mejoran en 1º, con 31º y 26º, respectivamente (el ángulo de salida se mantiene en 30º).
- Una capacidad de vadeo 10 centímetros mayor (hasta 70 cm).
- Una inclinación lateral 7º mayor, hasta 35º.
- Un reparto del par en condiciones normales de 40/60 (delante/detrás).
- La presencia de tres diferenciales bloqueables al 100%, capaces de distribuir todo el par a uno de los ejes, o las ruedas.
- Unos recorridos de suspensiones de 85-100 mm en el eje delantero y 82-142 mm en el eje trasero.
- Una altura libre entre ejes respecto al suelo 6 mm mayor (hasta 241 mm).
Recordemos que en en el salpicadero también podemos ver varios controles de tracción, como hasta ahora, y esa fue la primera señal reveladora de que el Clase G, al menos, mantendría sus buenas capacidades fuera del asfalto. Al igual que sus predecesores, esta nueva generación ha tenido que superar los retos de la montaña de Schöckl, el macizo ubicado cerca de Graz, Austria, donde se pone a prueba y se fabrica el modelo desde su nacimiento en 1979.
En el eje trasero se monta un nuevo eje rígido con cuatro brazos longitudinales a cada lado y una barra Panhard. Esta construcción aumenta el confort al circular por carretera a velocidad de crucero. A nivel técnico, tampoco faltan una nueva suspensión AMG y un peso total que se reduce en 170 kilos.
Respecto a la gama mecánica, durante el lanzamiento veremos el G500, un bloque V8 twin-turbo de 4.0 litros capaz de desarrollar 422 CV (310 kW) y 610 Nm de par máximo entre las 2.000 y las 4.750 rpm, aunque algo más adelante cabría esperar la llegada de diversas variantes algo más racionales. Toda la potencia se transmitirá a las cuatro ruedas a través de una transmisión automática de nueve velocidades con convertidor de par 9G-TRONIC.