Si Lamborghini acaba de renovar el Huracan, Ferrari no podía ser menos con su 488, y es por ello que la firma del Cavllino Rampante ha elegido el Salón del Automóvil de Ginebra 2019 para presentar su última joya, el Ferrari F8 Tributo, un deportivo de altos vuelos que, aunque la firma no lo indique específicamente, hereda el corazón V8 del Ferrari 488 Pista para seguir dibujándonos sonrisas.
La última berlinetta con motor central-trasero italiana rinde homenaje tanto al motor que lo alimenta como a la receta que ha tenido tanto éxito a lo largo de los años, escondiendo en sus entrañas el motor V8 de doble turbo y 3.9 litros con 720 CV de potencia a 8.000 rpm y 770 Nm de par máximo desde las 3.250 vueltas, un aumento de 50 CV y 10 Nm en comparación con su predecesor.
Con sus nuevas cifras, el Ferrari F8 Tributo es capaz de acelerar hasta los 100 km/h desde parado en solo 2.9 segundos y de 0 a 200 km/h en apenas 7.8 segundos, alcanzando una velocidad máxima de 340 km/h. Dado su mayor peso (1.330 kilogramos) respecto al Ferrari 488 Pista, es ligeramente más lento que este, estando también asociado a una caja de cambios de siete velocidades y doble embrague.
Junto a las mejoras de rendimiento y la disminución de peso, el F8 Tributo promete un mejor control al conducir al límite, así como una mayor comodidad a bordo. Esto es posible gracias a una mejora del 10 por ciento en la eficiencia aerodinámica y a la introducción de una nueva versión del Ferrari Dynamic Enhancer (FDE +), que se puede activar en la posición RACE del Manettino por primera vez.
Además, el F8 Tributo incluye la última versión (6.1) del control de ángulo de deslizamiento lateral y un volante de menor diámetro. Todo ello se complementa con el agresivo paquete aerodinámico exterior, con nuevas tomas de aire dinámicas y alerones delantero y trasero remozados. No es un diseño completamente nuevo vistas sus proporciones, pero sí un profundo lavado de cara.
En la zaga, la pantalla Lexan que cubre el vano motor del F8 Tributo luce unas persianas que son un claro homenaje al legendario Ferrari F40. Se complementa con los redondeados faros de LED.
Según la propia marca, refleja el nuevo lenguaje de diseño a adoptar por los futuros deportivos. Llama especialmente la atención el S-Duct en la parte delantera, inspirado en la Fórmula 1 y que aumenta la carga aerodinámica en un 15 por ciento en comparación con el 488 GTB. Los faros LED son más compactos y horizontales, permitiendo incorporar nuevas tomas de refrigeración de los frenos por encima de ellos, logrando un flujo de aire mejorado en todo el paso de rueda.
En el habitáculo encontramos una evolución del interior del Ferrari 488 GTB, aunque Ferrari incide en que cada elemento del salpicadero, los paneles de las puertas y el túnel central se han rediseñado por completo. Los aspectos más destacados incluyen un nuevo HMI (Human Machine Interface), un nuevo volante multifunción, salidas de aire redondeadas y una pantalla táctil de 7 pulgadas en el lado del pasajero.