Por regla general, las alarmas antirrobo que podemos instalar en nuestros vehículos son bastante molestas y poco efectivas, ya que se activan accidentalmente con tanta frecuencia que la gran mayoría de nosotros hemos desarrollado una especie de sexto sentido que nos ayuda a ignorarlas desde el segundo pitido.
Por ese motivo, desde Kickstarter han desarrollado un sistema que, por mucho que queramos, es imposible ignorar, aunque ya os adelanto que probablemente cause más de un infarto con su funcionamiento… Al fin y al cabo una explosión de 150 decibelios es algo que nadie en su sano juicio pasaría por alto.
Pensado para utilizarse en una bicicleta o un ciclomotor, este invento bautizado como BIKE MINE consiste en una pequeña pero muy ruidosa carga explosiva unida a un detonador de modo que, cuando alguien pretenda mover nuestro vehículo sin nuestro permiso ¡BOOM! (se convirtió en Chocapic).
Bromas aparte, en realidad es un dispositivo tan simple como brillante: no necesita baterías ni electrónica, tan solo un pequeño casquillo que produce un estallido similar al de un fuego artificial (sin desprender ningún tipo de proyectil o metralla, por lo que es legal en prácticamente todo el mundo) y un cable de detonación que se ata a una rueda o un objeto fijo del entorno.
Así, la fuerte explosión permite a todo aquél que se encuentre relativamente cerca percatarse de que algo no funciona bien y, de paso, ahuyentar a los ladrones y parte del vecindario.
Su creador, un joven británico, está actualmente buscando una financiación de 20.000 dólares para desarrollar su peculiar proyecto, ofreciendo a todo el que quiera colaborar una de estas minas para su vehículo por una donación de 71 dólares y dos por el módico precio de 143 dólares. Por el momento es solo un proyecto, pero piénsatelo dos veces la próxima vez que vayas a tomar prestada una bici no sea que el invento salga adelante y tengamos un disgusto.