El último prototipo de la firma alemana, bautizado como Opel GT X Experimental, nos muestra la senda que seguirán los vehículos eléctricos de la compañía en los próximos años, ya bajo el paraguas del gigante galo PSA. Tal y como nos adelantaba hace algún tiempo Mark Adams, vicepresidente Diseño de Opel, “no se trata de reinventarse, sino de llevar la marca a un nuevo nivel, de prepararla para el futuro”.
Con este concept Opel se prepara para consolidar su compromiso de ofrecer una variante eléctrica en cada modelo de la marca a comienzos de la próxima década, una estrategia que la propia marca ha denominado plan PACE!. Estéticamente, este crossover luce una carrocería de tipo coupé con cinco puertas de tipo suicida en una carrocería de apenas 4,06 metros de longitud, 1,53 metros de altura y 1,83 metros de anchura.
Está fabricado en su totalidad con materiales ligeros, luciendo un llamativo frontal con tecnología LED, llantas de 17 pulgadas o cámaras sustituyendo a los retrovisores exteriores. En conjunto, un diseño que en el equipo de Opel se conoce como «visual detox«. Igualmente, no faltan los tres colores tradicionales en el ADN de los conceptos de Opel: el amarillo del primer prototipo de la compañía en 1965 y el gris y negro del GT Concept de 2016.
En el interior alberga un generoso espacio, tanto como el acceso amplio y cómodo. Al igual que en el exterior, se ha apostado por el minimalismo, suprimiendo todo aquello innecesario como la botonería. De esta forma, el salpicadero queda presidido por una generosa pantalla que se complementa con otras dos ubicadas en los laterales, las cuales muestran las imágenes de las cámaras que sustituyen los espejos retrovisores.
En sus entrañas, el Opel GT X Experimental esconde un esquema de propulsión 100% eléctrico, alimentado por una batería de iones de litio de 50 kWh de capacidad. Para el sistema de recarga se recurre a la inducción, es decir, sin ningún tipo de conexión mediante cables, al tiempo que el modelo anuncia un nivel 3 de autonomía.