Los materiales, la combinación de colores y las superficies crean un ambiente lujoso y deportivo.
Una vez accedemos a través de las amplias puertas al interior del Serie 6 y nos sentamos en los confortables y deportivos asientos, nos empezamos a dar cuenta de la capacidad dinámica del modelo.
El salpicadero está claramente orientado hacia el conductor, aspecto que ya hemos podido ver en otras ocasiones en otros modelos de la marca.
La consola central acoge a la pantalla Control Display que alberga el sistema de navegación e infoentretenimiento. Bajo la pantalla encontraremos las salidas centrales de aire y los elementos de mando del sistema audio y del climatizador que también están orientados ligeramente hacia el conductor.
La palanca de cambios, las teclas para la activación del freno para aparcar, la capota y el sistema de control del dinamismo de la conducción, se encuentran en una superficie rebajada en el lado del conductor y que se abre hacia el lado del acompañante.
Los sistemas de navegación, telefonía y entretenimiento se controlan de serie con la unidad de mando iDrive, que incluye la pantalla Control Display de innovador diseño, que se estrena en el nuevo BMW Serie 6 Cabrio. El monitor de a bordo cuenta con unas dimensiones de 10.2 pulgadas si se combina con el navegador opcional Professional.
El acceso a las plazas traseras es algo complejo debido a la altura del vehículo. En caso de que el modelo esté descapotado el acceso es simple y muy cómodo.
Motor
Para la prueba nos hemos decantado por la motorización 640d, un potente y refinado motor de seis cilindros en línea que en combinación con la arquitectura del modelo ofrece unas respuestas dinámicas así como un comportamiento eficiente gracias en parte a la tecnología BMW TwinPower Turbo.
El BMW 640d estrena una variante especialmente potente de la nueva generación de propulsores diésel. El motor de aluminio de 3.000 cc tiene una potencia máxima de 313 CV a 4.400 rpm, y su par máximo de 630 Nm disponible entre las 1.500 y las 2.500 rpm.
La tecnología BMW TwinPower Turbo aplicada en este modelo incluye un sistema turbo de carga en varias fases y con geometría variable de la turbina, inyección directa por conducto común con inyectores con electroválvulas que aplican una presión máxima de 1.800 bar.
El aumento de la potencia máxima y de la capacidad de recuperación es el resultado del trabajo de desarrollo llevado a cabo con el fin de optimizar el sistema de carga Variable Twin Turbo.
El nuevo BMW 640d acelera de 0 a 100 km/h en 5,5 segundos y su velocidad punta es de 250 km/h, limitada mediante corte electrónico. El modelo objeto de la prueba cuenta con un peso en vacío de 1.935 kg repartidos 50:50.
Durante la prueba, el modelo asociado a esta motorización me sorprendió por sus impresionantes prestaciones y sus ajustadísimos consumos. El consumo promedio durante la prueba en autovía, autopista y carreteras secundarios osciló desde los 5.2 a los 5.5 litros a los 100 km. La capacidad del depósito es de 70 litros.
Al descapotar la unidad, el consumo aumentaba entorno a los 0.3 o 0.5 litros a los 100 km.
Durante la prueba de consumo en urbes registramos consumos que podían oscilar entre los 6.6 y los 7.3 litros dependiendo de las condiciones del tráfico.
Nuestra motorización venía asociada a una excelente caja de cambios automática deportiva de ocho marchas. El cambio de marchas es prácticamente imperceptible y la caja logra aumentar la eficiencia. Para cambiar de marchas manualmente, el conductor puede utilizar las levas que se encuentran en el volante.
El modelo monta un selector que permite modificar las cualidades deportivas y de confort a gusto del conductor activando los modos «ECO PRO», «COMFORT», «SPORT» y «SPORT +».
Comportamiento
Si el comportamiento de la gran mayoría de los modelos que salen de las factorías de BMW es impecable, el de uno de sus modelos más emblemáticos no iba a ser menos.
Brutal!