Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
9
Sobresaliente
El nuevo BMW M5 Competition es apasionante, elegante y más potente que nunca. La nueva generación del BMW M5 es el resultado de una ingeniería insuperable y una inteligencia innovadora que llevan el dinamismo de conducción hasta límites inimaginables, todo ello rematado con numerosas tecnologías puntas para que la conducción diaria sea más segura y cómoda. Sin duda alguna, un nuevo nivel del más puro placer de conducir un M.
Tras ponerme al volante del BMW M550i xDrive, me había quedado con el gusanillo de probar el BMW Serie 5 más radical de todos, el BMW M5 Competition. Con él, BMW M GmbH lanza al mercado la sexta generación de la berlina de altas prestaciones más exitosa del mundo, y si tenemos en cuenta que el primer BMW M5 nació en 1984, no les ha ido nada mal.
Según la marca, el nuevo BMW M5 Competition brilla por sus mayores prestaciones, pero también convence por ser un automóvil que ahora cuenta con un enfoque mucho más apropiado para el uso cotidiano y lo distingue su comportamiento impecable. Además, puede contar con diversos aderezos estéticos y aerodinámicos para la carrocería.
Como ya sabéis, con la base del BMW M5, la versión Competition cuenta con un aumento de potencia de 19 kW / 25 CV (460 kW / 625 CV), una respuesta aún más directa y un chasis configurado a medida. Con este lanzamiento, BMW marca la creación de una nueva categoría de producto que ya habíamos visto en el BMW M2 Competition y el BMW M4 Competition.
Adicionalmente, en él encontramos numerosas chucherías aerodinámicas específicas y un equipamiento de lo más completo, lo que le lleva a consolidarse como la berlina más cara y potente del mercado. Sus principales alternativas son el Mercedes-AMG E 63 S 4MATIC+ y el Audi RS6 Avant Performance.
Diseño exterior
El diseño juega un papel muy importante en un vehículo como el BMW M5 Competition. En el frontal, destaca la agresividad del paragolpes, mucho más marcado y que integra unas tomas de aire de mayores dimensiones. Estas se complementan con la parrilla activa, que se abre en función de las necesidades de refrigeración del motor.
Dicho control activo de la rejilla abre las partes internas de los riñones y las entradas inferiores de aire cuando se necesita enfriar más; de lo contrario, las mantiene cerradas para optimizar la aerodinámica. Junto con el ‘Air Curtain’ y el alerón delantero, el ‘Air Breather’ produce una reducción significativa de las turbulencias de aire en las ruedas, así como una canalización dirigida del flujo del viento.
Los faros Full LED adaptativos son de serie, al igual que los sensores de aparcamiento delanteros, aunque es recomendable añadir el Park Assistant Plus -1.405€- con Surround View con Top View, Remote 3D View, PDC y sistema de aparcamiento semiautónomo. La visión nocturna con detección de peatones también está disponible -2.555€-.
En la vista lateral, destaca la toma de aire lateral y un pronunciado nervio bajo las ventanillas que integra las manillas de las puertas (en color de la carrocería), a fin de darle ese toque dinámico tan personal de la marca. De hecho, desde BMW lo denominan ‘Business Athlete’ y, si combinamos su poderosa presencia con su comportamiento, no van desencaminados…
Como no podía ser de otra forma, rematan el conjunto las exclusivas llantas de aleación ligera M de 20 pulgadas con radios dobles estilo 789 M forjadas, en bicolor y calzadas con neumáticos Pirelli PZero en medidas 275/35 ZR20 102Y en el eje delantero y 285/35 ZR20 104Y en el trasero.
Tras ellas podemos distinguir los frenos M de cerámica y carbono -11.243€-, con discos de freno perforados y autoventilados. Se pueden reconocer por el color de las pinzas en dorado mate y el logo «M». Rebajan el peso en 23 kilogramos. Por último, la superficie acristalada es generosa y las lunas posteriores están tintadas -575€-.
En dimensiones, hablamos de 4.97 metros de largo, 1.90 metros de ancho y 1.47 metros de alto. La batalla es de 2.982 mm y sus vías son de 1.625 mm en el eje delantero y 1.594 mm en el trasero, por lo que el BMW M5 Competition no solo puede presumir de un gran aplomo sobre el asfalto, sino también de un gran espacio interior.
La zaga, por su parte, nos recuerda inevitablemente a la del M4 por la forma de los faros con tecnología LED, dándole ese contrapunto deportivo a la elegancia del frontal que tanto gusta a los clientes de la firma germana. En el tercio inferior encontramos un llamativo difusor negro y dos salidas de escape dobles.
Estas nos advierten que lo que se esconde bajo el pronunciado capó no es un juguete para niños, pues el modelo incluye de serie el sistema de escape deportivo M, que ofrece un sonido en consonancia con las aspiraciones deportivas del vehículo. Las colas de escape van también rematadas en negro.
El kit aerodinámico M que luce el modelo incluye un discreto alerón trasero M en la tapa del maletero (‘Gurney’). Hay sensores de aparcamiento traseros y cámara de marcha atrás. Por último, he de señalar que la luna posterior carece de limpiaparabrisas (en todas las versiones), algo que no termina de gustarme.
Diseño interior
Si pasamos al interior, la calidad de los acabados, el tacto de los controles y el remate de los ajustes es de primera, tal y como cabría esperar de un modelo de su condición. No hay crujidos, no hay vibraciones y todo funciona como la seda, pues la calidad de realización es excelente, haciendo uso de materiales acolchados muy agradables y unos ajustes impecables.
Hay detalles de calidad como las guanteras forradas, el suelo de goma en los huecos portaobjetos o la llamativa iluminación interior. El volante es similar al del resto de BMW Serie 5, pero añade dos botones rojos para las configuraciones personalizables ‘M1’ y ‘M2’, así como levas de buen tamaño y tacto de plástico. Puede ser calefactado -345€-.
Tras el volante encontramos un cuadro de instrumentos digital específico, en el que vemos dos “diales analógicos” para el velocímetro y las revoluciones, la información de viaje y la marcha seleccionada. Junto al número de marcha se puede apreciar la velocidad de respuesta del cambio automático, que ofrece tres niveles.
Tampoco falta un Head-Up Display con dos modos de proyección. Muestra gran cantidad de información en su vista convencional, al tiempo que en la vista deportiva podemos encontrar un cuentarrevoluciones y un indicador de la marcha -junto a otras indicaciones habituales-. También es diferente el botón de encendido del motor, que en este caso es de color rojo.
Por su parte, el salpicadero se mantiene en la línea de BMW, con una gran pantalla de 10,25 pulgadas en posición central que incorpora la nueva interfaz táctil que muestra las preferencias del conductor, además del ya conocido control gestual -319€- y todas las novedades en materia de conectividad del BMW Serie 7.
El control del climatizador de cuatro zonas es totalmente táctil y el acabado negro de los botones que lo rodean puede pedirse en una aplicación galvánica más práctica -256€-. Una de las novedades más destacables del interior es el joystick del cambio automático, que toma una nueva forma. Podemos equipar inserciones de cerámica en los mandos -728€-.
Cambia por completo el selector de modos de conducción junto a la palanca, que se ve sustituido por un botón para cada ajuste:
- Respuesta del motor: Efficiency, Sport y Sport+.
- Caja de cambios: Automático o manual, con tres velocidades de respuesta.
- Grado de asistencia de la dirección: Comfort, Sport o Sport+.
- Firmeza de la suspensión: Comfort, Sport o Sport+.
- Tipo de tracción: 4WD (tracción total estándar), 4WD Sport (tracción total con mayor desvío de par al eje posterior) o 2WD (tracción trasera).
- Asistencia de las ayudas a la conducción: DSC ON, MDM o DSC OFF.
Para el tapizado interior hay nueve tipos de cuero, con seis tipos de molduras a juego y la posibilidad de forrar el techo en Alcántara -1.045€-.
Entre los asistentes de conducción –Driving Assistant Plus 2.185€-, aparte de los ya conocidos como el aparcamiento remoto en 3D con la Display Key -447€-, destaca el control de crucero adaptativo -1.533€- con función “stop-and-go”, frenada asistida y la posibilidad de conducción semi-autónoma durante 25 segundos hasta 130 km/h.
En términos de habitabilidad, el nuevo M5 Competition ofrece unos asientos deportivos específicos de mullido extremadamente confortable que, además, agarran de manera sobresaliente tanto en la banqueta como en el respaldo, con múltiples opciones de ajuste eléctrico, memoria e incluso masaje -1.265€-.
Opcionalmente, los asientos con diseño envolvente y logo «M5» iluminado en el reposacabezas -2.428€- agarran todavía más y permiten el reglaje eléctrico de profundidad del asiento, los reposacabezas y la anchura del asiento. Podemos añadir ventilación activa de los asientos delanteros -1.035€- y calefacción detrás -511€-.
Los cinturones van decorados con las tres franjas ‘M’ y pueden contar con protección activa -447€-. También se ofrece el cierre automático de puertas -818€-.
Las dimensiones exteriores se traducen directamente en un mayor espacio interior, especialmente notable en las plazas traseras, donde tres adultos pueden viajar medianamente cómodos en distancias cortas y medias. Pero volvemos al problema de siempre, el invasivo túnel de transmisión y las salidas de ventilación posteriores son demasiado prominentes.
Igualmente, el mullido de dicha plaza central es algo más duro a causa del reposabrazos. En esta segunda fila podemos equipar luces de lectura BMW Individual -410€-, entretenimiento Professional -2.939€- y persianas para las ventanillas con plegado y desplegado eléctrico -754€-.
Por otra parte, es destacable la buena insonorización interior, pues este modelo cuenta con un novedoso concepto acústico con amortiguador de sonidos integrado en el techo y un parabrisas acústico que hacen innecesario alzar la voz cuando hay ruido en el exterior o circulamos ligeros por carretera.
Por último, digno de mención es también el maletero, con formas muy regulares en su parte central y dos huecos en los laterales junto al portón. Cubica 530 litros, 10 litros más que su predecesor, lo que le sitúa por delante del Volvo S90 (500 litros), a la par del Audi A6, pero ligeramente por detrás de un Clase E (540 litros). La apertura y cierre es eléctrica.
Motorización
El BMW M5 Competition podrá ser precioso, pero indudablemente uno de sus puntos fuertes se esconde en el vano motor. Hablamos del poderoso bloque V8 de 4.4 litros con tecnología M TwinPower Turbo (código interno S63) ya conocido en la anterior generación, pero la marca lo ha revisado a fondo para hacerlo más potente que nunca.
Como ya sabrás, este motor de alto régimen ofrece una potencia excepcional de 625 CV (460 kW) a 6.000 rpm, 25 CV (19 kW) adicionales respecto al BMW M5 convencional, así como un extraordinario par máximo de 750 Nm disponibles desde solo 1.800 rpm y hasta las 5.800 rpm. Es elástico e insaciable.
La respuesta al acelerador es inmediata y sobra decir que es capaz de pegarnos con fuerza al asiento a cualquier régimen y en cualquier circunstancia. Es… uno de esos coches capaces de ponerte los pelos de punta en cada aceleración y de hacer que tus acompañantes sientan miedo con solo hundir el pie en el acelerador durante cinco segundos.
Es más, podemos ajustar la velocidad de respuesta del motor y del acelerador con el selector ubicado junto a la palanca de cambios, que nos permite elegir entre Efficient, Sport o Sport Plus, aunque ya os adelanto que el resultado obtenido en el primero de ellos es más que suficiente para cumplir todas tus expectativas.
En cifras, hablamos de una berlina deportiva capaz de catapultarnos hasta los 100 km/h en solo 3,3 segundos cuando activamos la función Launch Control, con una recuperación de 80-120 km/h en menos de dos segundos y una velocidad máxima limitada a 250 km/h. Dicha cifra se puede incrementar a 305 km/h con el M Driver’s Package -1.704€-.
Los ingenieros han aplicado una serie de mejoras para dotar al V8 con estas extraordinarias capacidades de rendimiento. Una tecnología de turbocompresión de nuevo desarrollo y una mayor presión de inyección máxima de 350 bar permiten unos tiempos de inyección más cortos y una mejor atomización del combustible para lograr una respuesta más aguda del motor, así como una preparación más eficiente de la mezcla.
También se han mejorado los sistemas de lubricación y refrigeración, ya que se ha incluido un cárter de aceite con un pequeño depósito delantero y un sistema de refrigeración de aire por carga indirecta. El sistema de suministro de aceite utiliza una bomba de control por mapa totalmente variable y ha sido diseñado para su uso en circuito, donde se pueden generar niveles muy altos de aceleración longitudinal y lateral.
Pero todo ello no sería tan bonito sin una melodía acorde a las prestaciones. En el M5 Competition se le han realizado modificaciones al colector de gases de escape con dos filas de cilindros y se ha instalado un sistema de resonancia Helmholtz entre los dos silenciadores. Además, su sonido está controlado por aletas y varía dependiendo del modo seleccionado.
Con el botón M Sound Control, también ubicado junto a la palanca de cambios, podemos atenuar el sonido, aunque en conjunto he de decir que este aspecto me ha decepcionado un poco. Si bien suena más que el resto de Serie 5, su sonoridad es bastante menor a la de un Audi RS 6 Avant y un Mercedes-AMG E 63 S.
Esto puede ser un arma de doble filo. Es estupendo si buscas discreción, pero no mola tanto si quieres escuchar como Dios manda la melodía del poderoso motor. Además, con el M Sound Control activo, se genera un sonido artificial que se escucha por los altavoces y, aunque está muy bien logrado, no es el sonido limpio del potente motor que llevamos.
Otro aspecto que probablemente no te guste tanto serán los consumos, aunque son mejores de lo que esperaba. La marca homologa 14.4 litros en ciudad, 8.1 litros en extraurbano y 10.7 litros en combinado, aunque en una conducción real no te será difícil rondar los 16,5 litros en ciudad y los 9.0 litros en carretera, con una media de 11.2 litros a los 100 km tras la prueba.
El depósito de combustible tiene una capacidad de 68 litros, lo que garantiza una autonomía respetable.
Lo que me ha gustado mucho es el cambio M Steptronic de ocho velocidades con Drivelogic, enfocado estrictamente a ofrecer el máximo rendimiento deportivo. La posibilidad de realizar cambios increíblemente cortos y suaves, así como el espaciamiento óptimo de las relaciones, son capaces de lograr la felicidad incluso del conductor más exigente.
Además, el amplio rango de relaciones permitidas por el sistema también ayuda a optimizar la eficiencia del combustible y, en una conducción tranquila, el motor sube de marcha en el entorno de las 1.700 rpm, siempre con una suavidad impecable, ya sea en posición D, empleando las levas o con el modo secuencial de la palanca de cambios.
El embrague de convertidor de par está ya completamente acoplado una vez que el automóvil acelera de nuevo.
Por su parte, la nueva palanca de cambio acortada situada en la consola central requiere de un período de adaptación respecto a la que encontramos en el resto de la gama BMW, aunque a mi parecer es más intuitiva y segura por los movimientos que requiere para seleccionar cada posición.
La configuración de la transmisión también se puede modificar usando el interruptor Drivelogic situado en la palanca de cambio. Encontramos tres modos:
- El modo Drivelogic 1 corresponde a una conducción eficiente.
- El modo Drivelogic 2 se presta a la conducción rápida con unos tiempos de cambio acortados.
- El modo Drivelogic 3 está optimizado para la conducción deportiva en el circuito gracias a sus tiempos de cambio extremadamente cortos.
Ficha técnica
Version | V8 M TwinPower Turbo - 8 cilindros en V |
---|---|
Cilindrada | 4.395 cm³ |
Potencia | 625 CV (460 kW) @ 6.000 |
Par | 750 Nm @ 1.800 - 5.800 rpm |
Peso | 1.940 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.966 / 1.903 / 1.469 mm |
Volumen Maletero | 530 litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 3,3 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 1,9 segundos |
Velocidad máxima | 250 km/h (305 km/h con Paquete de Conductor M) |
Consumo homologado | 14,4 / 8,1 / 10,7 l/100 km (urb. /extraurb. / comb.) |
Emisiones CO2 por km | 243 g/km de CO₂ (Euro 6) |
Precio de partida | 148.199 euros (sin descuentos ni promociones) |
Comportamiento
Nada más ponerte al volante del nuevo BMW M5 Competition serás consciente de que no vas a ser capaz de sacarle todo su potencial ni siquiera en un circuito, salvo que seas un piloto profesional y experimentado. No es un Serie 5 que corre mucho ni que tiene mucha potencia, sino una máquina bestial que requiere muchas manos al volante.
La mayoría de los usuarios encontrarán un vehículo más que razonable, e incluso más cómodo y suave, en los BMW 540i xDrive o BMW M550i xDrive, pues si bien el M5 Competition no es incómodo para el día a día, su calidad de rodadura, el tarado de sus suspensiones y la puesta a punto del cambio no son tan confortables como en un BMW Serie 5 convencional.
Más allá de esto, hay que reconocer que la cura de adelgazamiento le ha sentado realmente bien al nuevo BMW Serie 5, especialmente en esta versión Competition que ha sido optimizada respecto al propio M5. Cuenta con diversas modificaciones en el chasis que tienen como objetivo incrementar todavía más la precisión de la conducción.
El primero de ellos es un soporte del motor específico, que tiene un impacto notable en el rendimiento dinámico del conjunto. El soporte del motor tiene algunos aspectos modificados y unos muelles más rígidos (900 N/mm frente a 580 N/mm que vemos en el BMW M5).
La conexión más firme del propulsor a la estructura del vehículo es claramente perceptible, lo que se traduce, incluso, en una respuesta más directa del motor y en la transferencia inmediata de su potencia a la transmisión. El coche también entra en las curvas de forma más directa y precisa gracias al soporte más rígido.
Por su parte, la suspensión delantera de doble horquilla y trasera de cinco brazos rebaja la altura del vehículo en siete milímetros, con acertados ajustes en la suspensión de las ruedas, muelles y amortiguadores. El aumento de las caídas de las ruedas del eje delantero mejora la capacidad del vehículo de absorber fuerzas laterales en curvas rápidas.
Acoplar los extremos de los brazos de la suspensión con rótulas, en lugar de silentblocks de goma, ha dado como resultado un guiado aún más preciso de las ruedas en el eje trasero, al tiempo que la nueva barra estabilizadora también tiene un índice de elasticidad más firme.
En el eje delantero, el nuevo BMW M5 Competition dispone de un soporte de la barra estabilizadora de nuevo diseño. Con los amortiguadores en los ejes delantero y trasero un 10% más rígidos que en la versión estándar del BMW M5, se genera una conducción más firme, que también tiene un impacto positivo en la respuesta de la dirección.
En combinación con los neumáticos de altas prestaciones y la tracción inteligente a las cuatro ruedas M xDrive, hacen que el modelo sea el BMW M5 más rápido y ágil hasta la fecha, sin despegarse del asfalto. Es una auténtica bestia muy difícil de domesticar si te dedicas a buscarle las cosquillas.
Como sabrás, el sistema M xDrive, hizo su debut en la versión estándar del BMW M5. La interacción entre los sistemas M xDrive y el Diferencial M Activo, controlada centralmente, es en gran parte responsable de canalizar la notable potencia del motor a las ruedas sin pérdidas en el proceso.
Además, el modo de tracción trasera (2WD), permite a los conductores experimentados y capacitados deleitarse con la experiencia ofrecida por las generaciones pasadas del BMW M5, es decir, de la conducción en su forma más pura, sin sistemas de control que sujeten el coche. Pero ojo, que esto tiene sus riesgos, sobre todo en la vía pública.
En una conducción dinámica relajada (modo 4WD con las ayudas conectadas), es un coche extremadamente fiel a las órdenes de su conductor. Contiene los balanceos de la carrocería, apoya con firmeza y rapidez, sobrevira suavemente y no comete movimientos erráticos, lo que te transmite constantemente una gran sensación de seguridad y control.
Sin embargo, a medida que vamos subiendo el ritmo, las dimensiones de su carrocería y el peso empiezan a castigar con mano dura la falta de pericia al volante. Es un coche que no perdona los errores del conductor, especialmente cuando seleccionamos los modos de tracción 4WD Sport y 2WD.
En el primero de ellos el M Dynamic Mode permite un mayor deslizamiento de las ruedas traseras, mientras que en el modo de tracción trasera hay que desactivar la intervención de las ayudas electrónicas. Esto, junto a la respuesta inmediata del acelerador y la desmesurada potencia del motor, puede ser un cóctel fatal.
Me ha gustado especialmente la puesta a punto de la dirección M Servotronic (con tres modos de conducción: Comfort, Sport y Sport Plus), pues hablamos de un coche que parece ir sobre raíles, permitiéndote realizar un paso por curva de referencia en el segmento y pisando con aplomo kilómetro tras kilómetro tanto en autopista como en carreteras reviradas.
La verdad es que con semejante puesta a punto te resultará difícil aburrirte tras el volante.
La dirección entrega al conductor la retroalimentación necesaria para leer las carreteras más retorcidas, pero gracias a la dureza variable se ha logrado un gran equilibrio entre dinámica y confort que lo hace cómodo para circular por ciudad o aparcar y, al mismo tiempo, rápido y preciso en respuesta en puertos de montaña y circuitos.
Como la dirección tiene una desmultiplicación menor que la del resto de la gama Serie 5, más concretamente de 14.3 a 1 en vez de 16.3 a 1, encontramos 2.1 vueltas de volante entre topes y un diámetro de giro de 12.6 metros entre paredes.
En resumen, podemos decir que se trata de una berlina única sin rival, y no precisamente porque BMW nos cuente las grandes maravillas de ingeniería que ha hecho sobre chasis y motor, sino porque no hay otra berlina en el mercado que sea capaz de ofrecer las mismas sensaciones, tanto en la parte buena como en la mala.
Equipamiento y precio
El equipamiento del BMW M5 Competition es realmente completo, con elementos convencionales como el climatizador automático de cuatro zonas, asientos eléctricos, arranque por botón, control de crucero, ordenador de viaje, pantalla de 10.25 pulgadas, volante multifunción, sensor de lluvia o encendido automático de luces.
También son de serie los controles de estabilidad y tracción específicos, los asientos deportivos exclusivos, cuatro elevalunas eléctricos, bluetooth, puerto USB, asistente al arranque en cuestas, faros Full LED, freno de mano eléctrico, alerta por colisión, detector de peatones, espejo interior fotosensible y anclajes ISOFIX, entre muchos otros.
Además, encontramos otros detalles de diseño específicos, como las llantas de 20 pulgadas exclusivas con neumáticos de tamaño mixto, el acabado Shadow Line de alto brillo BMW Individual, anagramas “Competition”, cinturones de seguridad negros con las líneas en los colores de BMW M GmbH o alfombrillas con la trama específica del modelo.
El precio del BMW M5 Competition para España es de 148.199 euros sin descuentos ni promociones, pero como buen modelo alemán que es, el listado de opcionales del que dispone es considerablemente extenso y todo dependerá de cuanto queramos aumentar la factura final. Podéis ver algunos ejemplos a lo largo de la prueba.
- Imponente desde el exterior, atrae todas las miradas.
- El salto en calidad y equipamiento es notable, especialmente en el campo tecnológico.
- Su comportamiento dinámico es único y nos da a elegir entre tres modos de conducción con mayor o menor permisividad.
- La puesta a punto de esta versión en cuanto a mecánica, dirección, suspensiones y transmisión es, sencillamente, espectacular, no querrás otra berlina deportiva.
- Los asientos son realmente confortables y tienen un agarre sobresaliente, con múltiples reglajes eléctricos en este caso.
- El cambio M Steptronic de ocho velocidades con Drivelogic es espectacular en rapidez y suavidad.
- El empuje del bloque V8 es tremendamente adictivo, especialmente en línea recta.
- Sonido de la mecánica mejorable. Está demasiado aislado y con la función M Sound Control no es tan limpio como si lo que realmente sonara fuese el motor.
- Es menos dócil que sus rivales y conducirlo a ritmo elevado requiere reflejos, concentración y rapidez de movimientos. No hay margen de error para pensar si has hecho lo correcto, por lo que es peligroso buscarle las cosquillas en la vía pública.
- La plaza trasera central podría ser algo más cómoda.
- El control gestual requiere una ejecución precisa de los movimientos.
- Tienes la sensación de llevar un barco y al volante se trata de un coche que impone, sin perjuicio de que luego su comportamiento dinámico sea impresionante.
Esto es una prueba redactada como Dios manda, sí señor, enhorabuena al redactor. Con referencia al coche, simplemente espectacular. BMWPOWER&FORZAFERRARI.-
Hola Andy. Te agradezco enormemente tu comentario, para mi es un orgullo saber que os gusta el contenido que con tanto esfuerzo creamos cada día. Un abrazo!