Diseño/Estética
Calidad de acabados
Equipamiento
Habitabilidad
Maletero
Gama mecánica
Comportamiento
Dirección
Relación valor-precio
7.6
Notable
En esta nueva generación, el roadster alemán regresa a la capota de lona con accionamiento eléctrico, un sistema mucho más sencillo y ligero que el anterior techo duro retráctil. Es estética y tecnológicamente más avanzado, hace gala de una conducción más precisa y divertida, cuenta con múltiples opciones de personalización y su oferta inicial está formada por tres variantes de gasolina.
Tras 200.000 unidades vendidas de la anterior generación, estamos ante la vuelta de un roadster clásico, reinterpretado y más dinámico que nunca que ahora destaca por fusionar el dinamismo de un coche deportivo con un diseño emocionante, un ambiente exclusivo y características de equipamiento avanzadas.
Este biplaza equipa una capota de lona totalmente eléctrica y, entre las principales novedades podemos encontrar unas proporciones revisadas, la posición centrada de los asientos, una distancia entre ejes más corta para conseguir una mayor agilidad y vías más anchas que su predecesor.
Además, se han llevado a cabo algunas medidas de ahorro y distribución de peso 50:50, junto con una carrocería aerodinámicamente optimizada. Es más avanzado que nunca para plantar cara a rivales de la talla de los Audi TT Roadster, Mercedes-Benz SLC, Porsche 718 Boxster S y Jaguar F-Type Convertible.
Como ya sabéis, se ha criticado mucho la alianza entre Toyota y BMW para el desarrollo de este Z4 y del Supra pero, ¿son tan parecidos como aparentan? Lo descubriremos en apenas unas semanas cuando nos pongamos al volante del deportivo nipón por primera vez, pero hasta entonces, veamos con detenimiento qué nos ofrece este seductor biplaza.
Diseño exterior
El diseño exterior del nuevo BMW Z4 utiliza un uso preciso de las formas y varios detalles distintivos. En el frontal, se consigue una mirada afilada y agresiva gracias a los faros colocados en los bordes exteriores de la parte delantera y en disposición vertical, por primera vez en la compañía.
De serie equipa unos faros LED y, de forma opcional, podemos optar por faros LED adaptativos opcionales -1.408€-, con función de matriz para luces largas de carretera y de curva no deslumbrantes. Tampoco faltan los sensores de aparcamiento delanteros que son de serie en esta versión.
Otra de las señas de identidad en el frontal es la gran parrilla de riñones BMW que ahora luce un nuevo diseño de malla. Por ahora, solo la veremos en este modelo y en el BMW Serie 3 M-Performance. En este caso, se complementa con los acabados Shadow Line de brillo intenso BMW Individual con contenido ampliado -237€-.
Se trata de una parrilla activa que se abre en función de las necesidades de refrigeración del motor y se complementa con los ‘Air Breather’ laterales para reducir las turbulencias y dirigir el flujo de aire. Como podéis ver, en este modelo gozan de gran tamaño y, con el acabado M Sport exterior, disfrutan de la compañía de la ‘M’ en las aletas delanteras.
Por otro lado, el amplio capó, con prominentes líneas de contorno, se extiende a ambos lados de los pasos de rueda y termina en una curvada luna. La vista lateral es igual de imponente y dinámica, especialmente gracias a los marcados nervios y la limpia superficie de las puertas con acceso confort -698€-.
Los frenos deportivos M cuentan con pinzas fijas de cuatro pistones delante y pinzas deslizantes de un pistón detrás en azul, así como anagrama «M».
Llenan los pasos de rueda unas llantas de aleación de 19 pulgadas -1.479€- (hay entre 17 y 19”) calzadas con neumáticos Michelin Pilot Super Sport en diferentes dimensiones delante y detrás. Estos neumáticos ofrecen un gran agarre y su bajo perfil no repercute en una menor comodidad.
En dimensiones, el nuevo BMW Z4 ha crecido 85 milímetros de longitud, hasta los 4.324 milímetros, es 74 milímetros más ancho (ahora 1.864 milímetros) y 13 milímetros más alto (1.304 milímetros). La batalla es de 2.470 mm y los anchos de vía delantero y trasero alcanzan los 1.609 y 1.616 mm, respectivamente, con un Cx de 0,29.
Una vez llegamos a la zaga, su diseño no pierde ni un ápice de fuerza gracias a líneas musculosas y esculturales con un alerón de tipo cola de pato bien integrado que acoge la tercera luz de freno, luces LED de diseño muy fino y alargado que nos recuerdan al BMW Z8 y un sutil difusor que acoge dos salidas de escape.
Tampoco faltan las tomas de aire para mejorar el flujo aerodinámico y la tira de sensores de aparcamiento posteriores con Parking Assistant -651€-, que incluye cámara para marcha atrás, ayuda de aparcamiento lateral, Control de Distancia de Aparcamiento Activo y asistentes de estacionamiento y de marcha atrás.
En total, hay disponibles ocho colores exteriores para la carrocería, entre los que podemos encontrar tonos clásicos y alegres, así como diversos acabados. En este caso tenemos un San Francisco Red -1.065€-. Por otra parte, para la capota solo se ofrece el negro o el antracita efecto plata -355€-.
Diseño interior
En el interior encontramos un estilo moderno y muy BMW, con un marcado enfoque hacia el conductor y paneles de control claramente estructurados. Se han reducido los embellecedores para obtener un aspecto más purista del habitáculo y los contornos del panel de las puertas hacen eco de algunos de los elementos gráficos de los laterales exteriores.
La calidad de realización es elevada, aunque en ningún caso alcanza el nivel de los modelos más lujosos de la gama ni en ajustes ni en materiales. Si bien comparte algunos elementos tecnológicos con ellos, la presencia de plásticos duros es más abundante, especialmente en las superficies menos visibles y en la zona del parabrisas y la capota.
El conductor y su acompañante disponen de asientos deportivos específicos para este modelo con reposacabezas integrados. De serie están tapizados en cuero Vernasca negro, ofreciendo gran confort y excelente agarre. Pueden tener soporte lumbar -296€-, cinturones ‘M’ -355€-, calefacción -450€- y ajustes eléctricos con memoria -1.420€-.
Las manos se posan cómodamente sobre un volante deportivo M multifunción que, opcionalmente, puede ser calefactado -225€-. Ya sabéis que el tacto y grosor de los volantes de BMW suele ser uno de los puntos fuertes de la experiencia de conducción y, en este caso, no iban a ser menos. Tiene levas solidarias.
Tras el volante encontramos el nuevo cuadro de instrumentos digital de BMW (BMW Operating System 7.0). Con un diseño uniforme y personalizable, se complementa con la pantalla de control de 12,3 pulgadas de la consola central, que permite visualizar el contenido en tiempo real en hasta diez páginas del menú principal libremente configurables.
El control del climatizador bizona destaca por el atractivo display para la temperatura.
El conjunto es realmente intuitivo y sencillo de manejar. Además, el cliente tiene la opción de controlarlo todo mediante el mando del iDrive, el control táctil, el control de voz y el control mediante gestos, aunque es cierto que el MBUX de Mercedes-Benz está un escalón por encima. Tampoco falta un Head-Up Display -1.160€- claramente estructurado en el parabrisas.
En la consola central, el número y tamaño de huecos portaobjetos no es abundante, pero el interior tiene un aspecto práctico gracias al espacio de almacenamiento detrás de los asientos -con red-, los posavasos debajo de la cubierta del reposabrazos central -que se abre en dos secciones con una división longitudinal- y guanteras grandes en las puertas (sin base forrada).
La consola central queda rematada por el iDrive, la palanca de cambios, el selector de modos de conducción, los ajustes del control de tracción, el asistente de aparcamiento y el Start/Stop; el botón del Auto Hold, el freno de mano eléctrico y el botón para abrir la capota. Respecto a otros modelos, no está rematado en negro brillante.
Entre los reposacabezas encontramos un deflector de viento desmontable de plástico.
En términos de habitabilidad, ofrece muy buena sensación de amplitud, con una posición de los asientos realmente baja que incita a una conducción deportiva, aunque lo cierto es que en el asiento del conductor cuesta un poco encontrar la postura óptima de conducción para tenerlo todo bajo control. En todo caso, sólo es cuestión de acostumbrarse.
Me ha gustado que la posición de la capota no perjudique el espacio de carga y que se comuniquen -de serie- maletero y habitáculo a través de una trampilla. El espacio de carga cubica un total de 281 litros y sus formas son aprovechables, pero el acceso resulta algo más limitado. La boca de carga queda a 730 mm del suelo.
Motorización
La oferta inicial del Z4 está formada por tres variantes de gasolina. Todos los motores se benefician de numerosas actualizaciones y transmiten la potencia a la carretera a través de la caja de cambios Steptronic Sport de última generación con ocho velocidades y levas tras el volante.
La versión más potente, el BMW Z4 M40i, equipa un propulsor de 3.0 litros y seis cilindros en línea, con tecnología TwinPower Turbo de M Performance que consigue una potencia de 340 CV (250 kW) y un par máximo de 500 Nm para propulsar al roadster de 0 a 100 km/h en 4,6 segundos.
Un peldaño más abajo nos encontramos con el BMW Z4 sDrive30i, que consigue un total de 258 CV (190 kW) y 400 Nm para completar la carrera de 0 a 100 km/h en 5,4 segundos. Por último, el BMW Z4 sDrive20i desarrolla un total de 197 CV (145 kW) y un par máximo de 320 Nm que se traducen en un 0 a 100 km/h de 6,6 segundos.
Para la prueba me he decantado por la mecánica sDrive30i, equipada con un bloque de aluminio con dos árboles de levas en la culata, turbo, inyección directa e intercooler que, con 1.998 cm3, cuatro cilindros y cuatro válvulas, desarrolla una potencia de 258 CV (190 kW) entre las 5.000 y las 6.500 rpm.
Todo ello viene asociado a un par máximo de 400 Nm entre las 1.550 y las 4.400 rpm, lo que representa un amplio de revoluciones de empuje en las que el Z4 acelera de forma enérgica. Si bien no te pega al asiento porque acelera de forma progresiva, en ningún caso tendrás sensación de que te falte potencia.
Empieza a empujar con fuerza realmente a partir de las 3.000 rpm, aunque en una conducción tranquila, la transmisión sube de marcha en el entorno de las 1.800 vueltas, lo que junto al Start/Stop ayuda a contener los consumos. A un ritmo más elevado sin llegar a practicar una conducción deportiva, el cambio sube de marcha a unas 2.500 revoluciones.
Con sus cifras de potencia es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 5,4 segundos, recuperando de 80 a 120 km/h en torno a los 4,1 segundos (entre marchas) y alcanzando una velocidad máxima de 250 km/h. En carretera, el motor gira a solo 1.900 vueltas en octava velocidad a 120 km/h.
Es un motor suave y generalmente discreto, salvo cuando le buscamos las cosquillas, momento en el cuál empuja con decisión y nos deleita con un bonito sonido de la mecánica que recalca su poderío. Para la mayoría de los usuarios, las cifras que entrega el sDrive30i serán muy gratificantes, sin necesidad de dar el salto al M40i.
Además, sus consumos no son desproporcionados. BMW declara 6.8 litros en ciudad, 5.6 litros en extraurbano y 6.0 litros en ciclo combinado. Si bien durante la presentación no fuimos tratando de buscar consumos, el marcador variaba entre los 8 y los 8.5 litros circulando ligeros en autopista y carreteras secundarias.
Al aumentar el ritmo y en carreteras de montaña jugando con las levas y sin ningún tipo de preocupación por los consumos, el ordenador de a bordo nos indicaba un total de 11,5 litros a los 100 kilómetros tras haber recorrido varios cientos de kilómetros. Fue una ruta bastante larga y muy completa. El depósito de combustible tiene 52 litros de capacidad.
Por último, cabe señalar que el cambio automático deportivo de ocho relaciones por convertidor de par es muy suave y bastante rápido, pero quizás no todo lo que nos gustaría para exprimir a fondo la mecánica del Z4. Esto se debe esencialmente a que la respuesta al acelerador no es inmediata.
En la posición D o S (Sport), el Z4 tiene que pensar un poco antes de entregarnos toda la fuerza cuando vamos enlazando curvas. Lo mismo ocurre con el modo secuencial de la palanca de cambios o con las levas de generoso tamaño tras el volante, que no son todo lo inmediatas que deberían cuando vamos realmente rápido cambiando de marcha constantemente.
En este sentido, el cambio PDK de Porsche es mucho más rápido, preciso y eficaz en toda situación posible, permitiéndote sacarle todo el jugo a la mecánica del 718 Boxter. En el caso del Audi TT, el modo manual es quizás algo más rápido, mientras que el Mercedes-Benz y el Jaguar F-Type tienen cambios igual o más conservadores.
Ficha técnica
Version | sDrive30i - 4 cilindros en línea |
---|---|
Cilindrada | 1.998 cm³ |
Potencia | 258 CV (190 kW) @ 5.000 - 6.500 rpm |
Par | 400 Nm @ 1.550 - 4.400 rpm |
Peso | 1.490 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.324 / 1.864 / 1.304 mm |
Volumen Maletero | 281 litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 5,4 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 4,1 segundos |
Velocidad máxima | 250 km/h |
Consumo homologado | 7,4 / 5,3 / 6,1 l/100 km (urb. /extraurb. / comb.) |
Emisiones CO2 por km | 139 g/km de CO₂ (Euro 6d-TEMP) |
Precio de partida | 56.300 euros (este motor y acabado sin descuentos) |
Comportamiento
El BMW Z4 promete emociones fuertes al volante gracias a un ahorro de 50 kilogramos sobre la báscula y un reparto de pesos perfecto -50:50-. No es un deportivo de pura cepa, sino más bien un descapotable del que disfrutar con la melena al viento a ritmo ligero, pero no te defraudará en absoluto si tienes claro lo que vas buscando.
La postura de conducción del nuevo Z4 es un tanto particular, ya que vas sentado muy cerca del suelo y del eje posterior, en una posición casi tumbado. Esto lo hace más deportivo y tradicional, pero también dificulta la visibilidad a la hora de maniobrar en espacios reducidos, especialmente a través de la luneta trasera.
Por suerte, en este acabado contamos con los sensores de aparcamiento, aunque no está de más en el modelo equipar el conjunto de cámaras que te ayudarán en espacios reducidos. En este sentido, la dirección es cómoda gracias a la asistencia en función de la velocidad, la desmultiplicación no lineal y el diámetro de giro de 11 metros entre paredes.
Pero su hábitat natural no es la ciudad, sino las carreteras secundarias y los pueblecillos costeros, un entorno en el que disfrutar de sus virtudes dinámicas. Como os comentaba, el nuevo Z4 es un coche para circular a buen ritmo, pero me han llamado la atención algunos detalles cuando tratamos de buscarle las cosquillas.
Ya sabéis que BMW es sinónimo de emoción al volante y diversión, sin embargo, he tenido la sensación de que en este modelo las sensaciones llegan muy filtradas al conductor cuando se trata de buscar los límites, especialmente en lo que a la dirección y el diferencial autoblocante se refiere, que pecan de un exceso de asistencia.
Sorprenden para bien el infinito agarre de los neumáticos y del eje delantero, pero cuando damos gas en una curva, las asistencias intervienen con cierta brusquedad, en lugar de dejar que el eje trasero redondee la trayectoria. He echado en falta esa picaresca propia de los BMW que castigan ligeramente tus errores al volante, es parte del encanto de la marca.
El diferencial deportivo M -1.539€- con distribución variable del par entre las ruedas traseras optimiza la tracción y la estabilidad al cambiar de carril de forma dinámica y al acelerar en la salida de las curvas, a velocidades elevadas y con independencia del estado del asfalto, también sobre nieve, hielo o grava.
La optimización de la tracción se logra mediante el bloqueo de los discos controlado electrónicamente para reducir la diferencia de régimen entre las ruedas traseras.
Permite un mejor manejo en aceleraciones transversales extremas, mientras que la regulación continua y permanente del bloqueo del diferencial permite disfrutar de una experiencia de conducción dinámica con un mejor control del vehículo. El sistema procede del deporte del motor y está conectado con el Control Dinámico de Estabilidad (DSC).
Además, actúa proactivamente para permitir una utilización variable, según la situación, del par de bloqueo. De este modo, se neutraliza incluso la mínima diferencia de par entre las ruedas motrices, sin tendencia al subviraje, aunque también coacciona demasiado la diversión que podríamos esperar de un tracción trasera.
No me malinterpretéis, es un gran coche con el que disfrutar al volante de forma segura, pero aquellos que busquen radicalidad verán un poco frustradas sus intenciones. Pensemos que el BMW Z4 responde a la concepción de roadster clásico, con un largo morro que ofrece una conducción muy placentera y particular, pero se siente algo artificial cuando buscamos los límites.
Lo que me ha sorprendido gratamente es la suspensión, la cuál logra un elevado confort incluso en carreteras rotas y, a su vez, consigue que el Z4 no balancee ni lo más mínimo, con un paso por curva muy elevado gracias a un viraje totalmente plano y a unos cambios de apoyo muy rápidos que transmiten gran confianza en la conducción.
En este caso contábamos con la suspensión deportiva M, que se caracteriza por una configuración más deportiva con un ajuste más firme de la amortiguación y la reducción de la altura del chasis en unos 10 milímetros, lo que favorece la agilidad, pero técnicamente debería de perjudicar la comodidad a bordo.
Sin embargo, BMW aclara que los muelles de esta suspensión presentan una firmeza solo moderadamente mayor, en tanto que los estabilizadores más duros de la suspensión de las partes delantera y trasera reducen el balanceo en las curvas, garantizando una precisión claramente mayor de la dirección, pero sin que se vea reducida la comodidad.
Por el contrario, algo peor me ha parecido el aislamiento del habitáculo, ya que tanto el ruido aerodinámico como de rodadura son elevados con la capota cerrada. Además, todo lo que ocurre en los pasos de rueda posteriores es perceptible desde el interior, incluso cuando alguna piedrecilla rebota.
Por otra parte, con la capota abierta, el ruido del viento es elevado a partir de los 100 kilómetros por hora, al igual que las turbulencias en la parte alta de la cabeza (con el deflector de viento montado), siendo prácticamente difícil mantener una conversación a bordo si no es elevando notablemente la voz.
Equipamiento y precio
Uno de los puntos fuertes de la nueva generación está en el equipamiento de serie. Desde el nivel básico incluyen ABS, EBD, TCS, ESP, múltiples airbags, climatizador automático de dos zonas, sistema multimedia con pantalla táctil, bluetooth, USB, llantas de aleación de 17” (18” en M40i), sensor de lluvia, encendido automático de luces y espejo interior fotosensible.
También de serie en todos son los faros Full LED, control y limitador de velocidad, tapizado en piel, alerta de cambio de carril, lector de señales de tráfico, aviso pre-colisión, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, BMW Connected Drive Services, paquete compartimentos, sistema de carga variable, Wi-Fi…
Tenemos dos líneas de acabado disponibles, la Línea Sport -2.500€- y el paquete deportivo M -5.000€-. Entre los opcionales más destacados, además de los ya mencionados, podemos encontrar el control de crucero activo con función Stop&Go -521€- o el sistema de sonido Surround Harman/Kardon -473€-.
En España, los precios recomendados para el BMW Z4 2019 sin descuentos ni promociones quedan de la siguiente manera:
Modelo | Potencia | Precio |
Z4 sDrive20i | 197 CV / (145 kW) | 48.900€ |
Z4 sDrive30i | 258 CV / (190 kW) | 56.300€ |
Z4 M40i | 340 CV / (250 kW) | 70.750€ |
- Diseño diferenciado dentro de la gama de BMW, no es uno más con diseño continuista.
- Vuelve a la capota de lona, todo un clásico.
- Soluciones de almacenamiento en el interior.
- Excelente agarre del eje delantero y de los neumáticos, con reacciones muy seguras.
- Mecánica contundente sin excesos, con un sonido muy agradable.
- El cambio no es todo lo inmediato que nos gustaría para exprimir la mecánica a fondo, especialmente en modo manual cuando vamos enlazando curvas con rapidez.
- Algunos materiales y ajustes podrían pulirse un poco más.
- Sensaciones muy filtradas, con una intervención algo brusca de las asistencias a la conducción y un tacto de dirección sensiblemente artificial.
- He echado en falta la picaresca dinámica de los BMW en este modelo, le falta ser más juguetón.