Coches como el Ford Mustang, por desgracia, quedan pocos. Es una especie en peligro de extinción. Sí, de esos que hay que conducir al menos una vez en la vida. Pese a que la versión europea está mucho más domesticada que la bestia americana, este Ford Mustang Convertible California Special que probamos hoy no te va a dejar indiferente.
Piensa de forma rápida en un coche que represente el más puro estilo americano; que tenga la firma de las barras y las estrellas por todo su ADN. Seguro que te viene a la cabeza el Mustang. Casi como una marca, cada generación ha encarnado perfectamente el estilo y la actitud de su época. En este caso, recupera la esencia de los ’60.
Si hay un coche fiel a sus principios, quizá sea el Mustang. Un modelo que siempre ha tenido dos puertas, tracción trasera, un V8 bajo el capó y un atractivo físico innegable adaptado a los gustos de cada época. Incluso ahora el Mustang tiene un tinte retro. Sobre todo en esta versión, algo que se lleva mucho y que logra captar a sus adeptos.
El Mustang no tiene rival directo en nuestro mercado. Tampoco hay ninguna alternativa que, por mecánica, sensaciones y potencia tenga su precio de partida. Si quieres algo más europeo tienes los Porsche 718 Boxter, Audi RS 5 Cabrio, Mercedes-AMG C 63 S o BMW M4 Competition Cabrio. Eso sí, no tienen nada que ver al volante.
Diseño exterior
El Mustang es uno de los modelos que mejor ha mantenido su esencia con el paso de los años. Junto a sus credenciales mecánicas y técnicas, esta edición especial trae un diseño exterior que recuerda a los icónicos modelos de los ‘60. Concretamente, corría el año 1968 cuando vio la luz la edición especial original del deportivo.
Este aparecía en el mercado tan sólo cuatro años después del lanzamiento del Mustang. Su diseño estaba inspirado en el prototipo Shelby GT notchback coupé de 1967. Esta edición especial hereda lo mejor de aquel modelo. Por ejemplo, una parrilla exclusiva en negro mate, franjas laterales decorativas, llantas grises y logotipos de la versión.
Echarás en falta los sensores de aparcamiento delanteros con ese morro tan largo, especialmente al aparcar en el garaje.
Las rejillas delanteras superior e inferior del California Special tienen un diseño propio. Lucen un acabado en negro mate. El logotipo GT/CS aparece tanto en la tapa del maletero como en el lateral y en la parrilla delantera. Para las ópticas se ha optado por la tecnología Full LED. Está presente en la iluminación diurna, la convencional y las antiniebla.
La vista lateral no es menos llamativa. Los marcados pasos de rueda acogen unas llantas de 19 pulgadas de diseño único. Están calzadas con neumáticos Michelin Pilot Sport 4 S. Sus medidas son 255/40 ZR19 100Y en el eje delantero y 275/40 ZR19 105Y en el trasero. Esconden unos frenos Brembo con pinzas en color gris oscuro.
La capota es eléctrica, salvo por el anclaje al parabrisas, que es manual.
En el lateral, la horizontalidad de las líneas queda fijada por dos marcados nervios que atraviesan todo el lateral. La superficie acristalada es más bien reducida a causa del techo de lona. El área de las puertas queda limpia de ornamentaciones. Sí que encontraremos unas marcadas taloneras a contraste. Destacan las franjas en negro para la parte inferior.
En medidas, el Ford Mustang GT/CS alcanza los 4.79 metros de largo, 1.92 metros de ancho y 1.40 metros de alto. No hablamos de un coche precisamente pequeño. La batalla asciende a 2.720 milímetros; mientras que los anchos de vía delantero y trasero alcanzan los 1.642 mm en ambos casos. Se diferencia poco de los GT y Bullit.
Sobre el maletero, el GT/CS luce una antena tradicional.
La capota negra de sugerente caída da paso a una zaga cargada de personalidad. Sobre todo gracias a los faros LED de gran intensidad y efecto tridimensional. Estos se enmarcan en un embellecedor negro con la insignia ‘GT/CS’. En el extremo inferior, el gran protagonista es el prominente difusor. Acoge dos salidas de escape dobles.
Remata el gran conjunto la luz antiniebla en posición central, dándole un toque aún más deportivo. El California Special está disponible en un conjunto único de nueve combinaciones de colores de carrocería. Todos ellos se hacen eco del diseño distintivo del automóvil original. En este caso tenemos el Rojo Rapid metalizado.
Diseño interior
El interior del Mustang mantiene la esencia del tradicional pony car americano. Eso sí, actualizado a los tiempos que corren. En el GT/CS encontramos algunos elementos únicos. Por ejemplo, los asientos con logotipo bordado o la placa en el salpicadero. En conjunto, transmite buenas sensaciones en términos de ajustes y calidades.
El Mustang se ha refinado para conquistar al público europeo. Con todo y con eso, su acabado es más bien sencillo, sin grandes diferencias respecto a un Focus o un Fiesta. Es más, hay algunos crujidos al presionar en ciertas partes. También hay zonas en las que se ha cuidado más el ensamblaje que en otras, sobre todo en las menos visibles.
La consola central cuenta con un acabado cosido a mano. Tiene un tacto suave que ofrece un aspecto más dinámico al conjunto.
Sí que es cierto que se han utilizado materiales de tacto suave para los revestimientos de las puertas. Los acabados blandos recubren la mayor parte de las superficies, salvo en las partes más bajas. Ahí podemos apreciar algunos plásticos más rígidos y menos atractivos. Los tiradores de las puertas tienen acabado en aluminio.
Llama la atención la instrumentación, que recurre a una pantalla digital de 12 pulgadas muy personalizable. Esta permite consultar datos como las temperaturas del aire de la admisión y de la cabeza de la culata, la relación entre aire y combustible que entra en la cámara de combustión, el voltaje de la batería o las fuerzas G a las que sometemos al Mustang.
Ofrece muchísima información y buena visibilidad a través del aro del gran volante, muy a la americana. Podemos elegir los colores, tres formatos en función del modo de conducción seleccionado -Normal, Deportivo o Circuito- e incluso diversas aplicaciones enfocadas al uso del vehículo en la pista (acelerómetro, tiempo de aceleración, distancia de frenado, cronómetro…)
Por su parte, el volante goza de un tacto agradable. Es regulable en altura y profundidad y su dureza puede variarse en tres niveles -Normal, Confort y Deportivo- gracias a un selector ubicado en el salpicadero. La única pega es que tiene demasiados botones, al igual que ocurre en el salpicadero. En el centro luce el mítico logotipo Mustang.
En la parte alta del salpicadero no faltan las clásicas salidas de ventilación redondas y la placa California Special frente al asiento del acompañante.
Los asientos de serie son muy cómodos y de gran tamaño. Son algo duros, pero ofrecen una postura de conducción baja y un buen agarre. Entre las comodidades de los asientos de serie hay ajustes eléctricos (no en respaldo), ajuste lumbar y calefacción/ventilación para las plazas delanteras.
Gran parte de la botonería es la misma que en otros modelos. Lo mismo ocurre con la pantalla táctil de ocho pulgadas del sistema multimedia, que queda un poco baja. Recurre al sistema operativo SYNC 3 compatible con Android Auto y Apple CarPlay. A pesar de que los gráficos y la resolución son sencillos, goza de buena fluidez y un manejo intuitivo.
Bajo el mismo encontramos una serie de botones divididos en dos zonas diferenciadas: la del equipo multimedia y otras para los controles del climatizador bizona. En una tercera sección se ubican diversos controles de tipo interruptor y el botón de arranque. Debajo encontramos un pequeño hueco con las tomas de 12V y USB.
Ya en la consola central, nos topamos con la palanca del cambio automático. Junto a ella encontramos dos generosos posavasos y el freno de mano de tipo convencional, demasiado prominente para mi gusto. Elementos como la iluminación ambiental con siete colores o las Track Apps son de serie.
El Mustang Convertible está homologado para cuatro pasajeros, pero solo ofrece buen espacio para dos ocupantes (sin importar su altura, eso sí). Las plazas posteriores se reservan para un apuro y siempre y cuando hablemos de niños o personas de poca estatura. Es difícil acceder a ellas y el hueco para cabeza y piernas no es abundante.
Respecto al maletero, el Mustang Convertible cubica un total de 322 litros. Los asientos de la segunda fila pueden plegarse -50:50-. Su boca de carga es algo angosta y sus formas medianamente regulares, salvo por la presencia del subwoofer y un hueco en el lado izquierdo que abarca el paso de rueda. El portón es de apertura manual.
Bajo el suelo del maletero hay un doble fondo en el que se ubica el kit antipinchazos, aunque hay hueco para una rueda de repuesto.
Motorización Mustang Convertible California Special
Tras la desaparición del motor 2.3 EcoBoost, en la gama española del Ford Mustang encontramos una mecánica gasolina con dos niveles de potencia. La versión de acceso cuenta con el bloque 5.0 V8 atmosférico de 450 CV. Este ha sido mejorado para lograr una mayor potencia y un límite más alto de revoluciones que nunca.
Incorpora el sistema dual de inyección directa de alta presión y puerto de inyección de combustible de baja presión de Ford, que también incrementa el par bajo. Por su parte, el Ford Mustang Mach 1 hace gala del mismo bloque de 5.0 litros y ocho cilindros. En esta versión la potencia aumenta a 460 CV, como en el Mustang Bullit.
Para conseguirlo, se ha modificado el sistema de admisión. Dado su enfoque a los circuitos, también se ha optimizado la refrigeración del motor con un radiador adicional de aceite, la caja de cambios automática con un radiador extra y el diferencial trasero. El sistema de escape también es distinto y produce un mayor nivel de sonoridad, resultando sencillamente adictivo.
Los dos motores se pueden elegir con cambio manual de seis velocidades o bien con la caja automática de 10 velocidades. Esta ofrece una mayor eficiencia de combustible y una mejor aceleración. La pena es que te deja con un sabor agridulce. Siempre en la marcha más larga posible y es capaz de girar a tan solo 1.000 rpm sin existencia de vibraciones.
Para llevar a cabo maniobras rápidas, necesita bajar muchas marchas de golpe y esto influye en el tiempo de respuesta. También se muestra brusco a baja velocidad y en los cambios de las primeras marchas. Sobre todo al pisar a fondo. Por el contrario, esta caja por convertidor de par efectúa unos cambios de marcha casi imperceptibles en marchas altas.
Personalmente, el tacto del cambio manual de seis relaciones me pareció mucho más convincente, con cierto toque retro. En cualquier caso, es cierto que la caja automática resulta más cómoda para el día a día, aunque no sea tan purista. Ofrece levas solidarias tras el volante, pero no modo secuencial en la palanca de cambios. Sí tiene posición ‘S’.
Tras hablaros hace algún tiempo de las razones por la cuales los coches americanos tienden a tener motores grandes y de las distintas formas de medir la potencia, he querido volver a ponerme al volante de un Ford Mustang equipado con el propulsor V8, a fin de disfrutar de lo que siente un yankee de pura cepa. Y os diré una cosa, en Europa no hay nada igual.
Entrando en materia, en el Mustang GT/CS hablamos de un bloque de aluminio con 5.038 cm³ de cilindrada, dos árboles de levas en cada culata, inyección mixta directa/indirecta y admisión variable. Es capaz de entregar una potencia de 450 CV (331 kW) a 7.000 rpm y 529 Nm de par motor a partir de las 4.600 rpm. Resulta tremendamente elástico y adictivo.
Entre las 3.000 y las 7.000 vueltas, el Mustang es insaciable. Os aseguro que es asombroso ver cómo es capaz de estirar cada marcha hasta casi 8.000 rpm. Comparando cifras con algunos rivales, sus prestaciones quizás no son las mejores para su potencia, pero es una mecánica soberbia, de funcionamiento suave y sonido sublime.
Se trata de un motor muy contundente, capaz de empujar sin gran esfuerzo desde bajísimas vueltas, pero todo su potencial no te pegará al asiento hasta superar las 4.500 rpm. Es más, si repentinamente bajamos alguna marcha a cierta velocidad y pisamos a fondo, notaremos cómo la zaga del Mustang GT/CS se revuelve antes de lanzarnos como un misil.
Es explosivo como ningún otro, pero lógicamente también es posible circular con él de manera tranquila. El cambio sube de marcha a apenas 2.000 rpm en una conducción tranquila y en autopista el motor gira a 2.100 rpm a 120 km/h en décima velocidad. La mala noticia es que no por ello lograrás sacar unos consumos razonables.
Durante la semana de pruebas, el ordenador de a bordo se movía en torno a los 9.5 litros en autopista y 15 litros en ciudad. La media final ha sido de 14,9 litros a los 100 km. Ford declara un ciclo combinado de 11,5 l/100 km WLTP. El depósito tiene una capacidad de 61 litros, lo que no beneficia a la autonomía.
Está claro que se trata de un motor pensado para divertirse, no para preocuparse por los consumos. Buena prueba de ello son los seis modos de conducción que incorpora para sacarle todo su potencial: Normal, Deportivo, Circuito, Carril de aceleración -para las míticas Drag Race americanas-, Nieve y el nuevo MyMode personalizable.
Los modos de conducción alteran el funcionamiento del control de estabilidad, la respuesta del acelerador, el ruido del escape y la dureza de la dirección y de la suspensión.
También cuenta con Launch Control y función Drag Strip de serie en todas sus versiones, permitiendo una tracción máxima y arranques consistentes. El Cierre de Línea Electrónico aplica solamente los frenos delanteros, permitiendo al conductor que rueden los neumáticos traseros y se calienten sin ponerse en marcha.
En cifras, hablamos de un 0 a 100 km/h en 4.5 segundos, pasando de 80 a 120 km/h en 2.9 segundos y declarando una velocidad máxima de 249 km/h. Hay coches que le superan con esta potencia, pero pocos ofrecen una respuesta tan eficaz a cualquier régimen, con una banda sonora tan única y gutural. Sencillamente, pone los pelos de punta.
Su sonido es muy natural y cuenta con un modo de arranque silencioso para evitar miradas indiscretas.
Y es que mención aparte merece el sonido de los escapes. Es configurable en cuatro modos desde la instrumentación –Silencioso, Normal, Deportivo y Circuito-. A medida que subimos el régimen con las mariposas abiertas, su bramido va cambiando de tono hasta lograr girar todas las cabezas que haya a tu alrededor. SI lo escuchas, te enamoras de este coche.
El Ford Mustang GT/CS es ‘No replacement for displacement‘ en estado puro.
No será un deportivo de pura cepa por agilidad y precisión, pero desde luego lo es por las sensaciones tan especiales y exclusivas que transmite al volante, por el olor a clásico de su cuero, por su sonido de V8 y, desde luego, por sus consumos con el precio de la gasolina 95 superando los 1,50 euros por litro. En unos años, lo echaremos indudablemente de menos.
‘No replacement for displacement‘ bien podríamos definirlo como esa teoría que reconoce que, si bien puede ser impresionante ganar potencia en un motor a través de innovaciones y soluciones sofisticadas como el diseño de la cámara de combustión, optimizaciones en la inyección de combustible o la sincronización variable de válvulas, la manera más fácil y segura de conseguir más potencia es simplemente utilizar un motor más grande.
Ya sabéis, tan americano como el pastel de manzana…
Version | GT/CS Aut. - 8 cilindros en V |
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Cilindrada | 5.038 cm³ |
Potencia | 450 CV (331 kW) @ 7.000 rpm |
Par | 529 Nm @ 4.600 rpm |
Peso | 1.893 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.789 / 1.916 / 1.396 mm |
Volumen Maletero | 332 litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 4,5 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 2,9 segundos |
Velocidad máxima | 249 km/h |
Consumo homologado | 11,5 l/100 km en ciclo combinado |
Emisiones CO2 por km | 263 g/km de CO₂ (Euro 6) |
Pegatina de la DGT | C |
Precio de partida | 65.931 euros (este motor y acabado sin descuentos ni extras) |
Comportamiento Mustang Convertible California Special
Puede que desde fuera el Mustang GT/CS parezca más complicado de conducir que otros deportivos que vemos con mayor frecuencia. Lo cierto es que, salvo por su capó algo más alargado de lo habitual, no encontrarás mayor complicación, La visibilidad está más lograda de lo que pensaba, especialmente por la luna trasera.
Es cierto que no veremos tan bien a nuestro alrededor como en vehículos de enfoque familiar. Sin embargo, únicamente he echado en falta la presencia de sensores de aparcamiento delanteros, los cuales ayudarían mucho a apurar las maniobras. Con todo y con eso, el Mustang GT/CS resulta muy manejable incluso en ciudad.
La conducción del Mustang GT/CS es idéntica a la del Mustang GT Convertibles. No hay cambios más allá de la estética.
Quizás el mayor inconveniente en este sentido sea la desmultiplicación de la dirección (16). Nos ofrece un diámetro de giro menor del que cabría esperar inicialmente (12,2 metros entre bordillos). Es más propia de los superdeportivos que de deportivos o GT más convencionales que podrían rivalizar con el Mustang California Special.
En todo caso, hemos de tener presente que no hablamos de un deportivo como tal. Es más bien un Gran Turismo, un modelo con el que disfrutar en vías rápidas más que en tramos muy revirados. Al fin y al cabo, es un vehículo pesado (1.893 kilos), por lo que los cambios de apoyo no son inmediatos, aunque goza de una gran adherencia.
En este sentido, los ingenieros han hecho un gran trabajo sobre la torsión del modelo y la puesta a punto de la suspensión. Los amortiguadores de toda la gama Mustang han sido recalibrados para mejorar la estabilidad en las curvas; al tiempo que la suspensión trasera es más rígida. Tiene una junta de eje transversal que reduce movimientos no deseados en cada giro.
Además, las barras antivuelco más gruesas confieren un mayor control de la conducción. Pero si quieres un plus siempre puedes optar por el sistema de amortiguación Magne Ride. Cuenta con amortiguadores de dureza variable mediante un sistema magnetoreológico y nos ayuda a mejorar la sensación de confort.
Dicho sistema es capaz de enviar una veloz respuesta ante un cambio en las condiciones de carretera. Básicamente, estimula electrónicamente un fluido dentro del amortiguador para ofrecer una mayor o menor resistencia de amortiguación, dependiendo de la situación al volante, lo que reduce de manera notoria los balanceos en cualquier circunstancia.
Y ojo, porque esto no implica que tenga una suspensión incómoda. Al contrario de lo que ocurre en el Fastback, la versión descapotable del Mustang pierde un poco de precisión para ganar en confort. Gracias a ello, absorbe eficazmente las irregularidades del terreno y no resulta excesivamente seca.
Otro punto menos favorable en las versiones descapotables es el aislamiento a causa de la capota de lona. No es ni mucho menos un problema o incomodidad en el día a día o largos viajes, pero en este sentido la calidad de rodadura es mayor en el Fastback. Eso sí, no hay grandes turbulencias con el techo abierto.
Me ha gustado mucho la dirección con sus tres modos de ajuste. Es precisa y rápida como para disfrutar del GT/CS, aunque le falta un pelín de feedback para ser perfecta. En conjunto, es un coche muy completo y suficientemente permisivo, por lo que no hay necesidad de desactivar los controles de tracción y estabilidad para divertirse.
Es más, no es recomendable hacerlo en la vía pública por la fuerza bruta del motor y su ágil respuesta a cualquier régimen. Un golpe de acelerador erróneo con los controles desactivados o en una posición más permisiva puede hacer que el carácter sobrevirador del Mustang se te vaya de las manos y, en el mejor de los casos, contra un árbol.
Cabe mencionar que el equipo de frenos es excelente: fácil de dosificar, con una dureza que te permite reacciones rápidas y con una resistencia a la fatiga como la que deberíamos encontrar en todos los modelos de corte deportivo. Hablamos de frenos de disco ventilados Brembo en ambos ejes, con un diámetro de 380 mm delante y 330 mm detrás.
En materia de asistencias a la conducción y de seguridad viene bien equipado. No faltan el asistente de arranque en pendiente, la frenada de emergencia, el asistente de mantenimiento de carril, el control de crucero adaptativo, el asistente precolisión con detección de peatones y el asistente de emergencias, además de los habituales ABS, EBD, EPAS, TCS, múltiples airbags…
Equipamiento y precio
El Ford Mustang California Special sólo se comercializa en España con la carrocería descapotable. El equipamiento de serie es bastante completo. Incluye el climatizador automático bizona, asientos delanteros eléctricos, faros Full LED, sensores de aparcamiento traseros, bluetooth, USB, control de crucero adaptativo con limitador, ordenador de viaje…
Otros elementos de serie son la alerta de cambio de carril, aviso pre-colisión, llantas de 19”, sistema multimedia de 8”, Apple CarPlay, Android Auto, pedales de aluminio, espejo interior fotosensible, sensor de lluvia, encendido automático de luces, acceso sin llave, arranque por botón e instrumentación digital configurable con 12 pulgadas, entre muchos otros.
En España, el precio recomendado para el Ford Mustang California Special sin descuentos ni promociones es de 62.931 euros con caja manual y de 65.931 euros con caja automática. Esto supone un sobrecoste de 2.200 euros respecto al Ford Mustang Convertible GT. No es barato, pero es el precio a pagar por un producto exótico sin rival.
Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
8
Notable+
El Ford Mustang es todo un ‘pony car’ en condiciones, con altas dosis de potencia a altas revoluciones, un culito juguetón, un diseño impactante y un bramido ronco y ensordecedor. Este California Special es la versión más retro y cuenta con algunos elementos específicos; al tiempo que mantiene su motor V8 de 5.0 litrod. Lo mejor de todo: no tiene rival.
Lo bueno
- El Ford Mustang California Special es único en nuestro mercado.
- Diseño purista y fiel al ADN con el que nació. Es bestia y atractivo desde cualquier ángulo.
- Instrumentación digital con abundante información, muy personalizable y con gran visibilidad y nitidez.
- Mecánica atmosférica sobrenatural, con buen empuje a cualquier régimen y capaz de pegarte al asiento con inmediatez.
- Tiene hasta seis modos de conducción muy a la americana.
- Precioso sonido del motor y muy natural.
- Gran comportamiento dinámico, aunque no es un deportivo, es un GT.
- Suspensión más cómoda en las versiones descapotables (aunque también es menos preciso).
Lo mejorable
- Plazas traseras muy poco prácticas por espacio y acceso.
- Consumos realmente elevados y depósito de combustible algo justo.
- Su motivo de compra es más pasional que racional, lo que supone un arma de doble filo para la marca. No pasarás desapercibido con un coche tan exótico.
- Hay demasiados botones en el volante y el salpicadero.
- Algunos remates y materiales del interior podrían haberse cuidado más.
- Ausencia de sensores de aparcamiento frontales.
- Peor aislamiento en las versiones descapotables.
- Apuesta por la caja manual, sin duda alguna.