Coches como el Ford Mustang, por desgracia, quedan pocos. Es una especie en peligro de extinción. Sí, de esos que hay que conducir al menos una vez en la vida. Pese a que la versión europea está mucho más domesticada que la bestia americana, este Ford Mustang Dark Horse Fastback V8 5.0 que probamos hoy no te va a dejar indiferente.
Piensa de forma rápida en un coche que represente el más puro estilo americano; que tenga la firma de las barras y las estrellas por todo su ADN. Seguro que te viene a la cabeza el Mustang. Casi como una marca, cada generación ha encarnado el estilo y la actitud de su época. En su nueva generación (S650), sigue la receta del modelo original de 1964.
Eso sí, lo hace adaptándola a las exigencias del S.XXI. Vemos un diseño más afilado, mucha tecnología y un amplio abanico de ADAS y servicios conectados. Disponible con carrocerías Fastback y Convertible, se ofrece con dos niveles de potencia. Hay caja manual (nuestra favorita) y automática. Por encima queda el brutal Ford Mustang GTD de edición limitada.
El Mustang no tiene rival directo en nuestro mercado y no es un coche barato. Lo bueno es que no hay ninguna alternativa que, por mecánica, sensaciones y potencia tenga su precio de partida. Si quieres algo más europeo tienes los Porsche 718 Cayman, Audi RS 5, Mercedes-AMG C 63 S o BMW M4 Competition. Pero te lo decimos desde ya, no tienen nada que ver al volante.
Diseño exterior
El diseño del Mustang ha evolucionado para ganar la batalla en las listas de ventas a sus rivales. Sin embargo, sigue estando inspirado en sus antepasados construidos entre 1964 y 1970. Se reconoce al instante como un Mustang, pero podemos apreciar nuevos faros delanteros LED de tres franjas y arcos traseros más anchos para darle una postura más musculosa.
La carrocería Fastback destaca por presentar una línea de techo más larga que la de su predecesor. Según Ford, ha sido creada para que sea más fácil entrar y salir cuando se usa un casco. Esto es indicativo de que la firma del óvalo azul ha puesto toda la carne en el asador con el rendimiento y la dinámica de conducción del Mustang Dark Horse.
La parte superior del frontal queda dividida en tres secciones; al tiempo que las tomas de aire inferiores son de mayor tamaño para alimentar el motor de 32 válvulas. Tampoco faltan nuevas ventilaciones en el capó, un divisor frontal rediseñado y, respecto al Mustang GT, los faros oscurecidos y una nueva parrilla rematada en color negro.
Los faldones laterales se extienden más abajo y encontramos algunas insignias propias. Para las llantas tenemos un conjunto de 19 pulgadas. Están calzadas con gomas Pirelli P Zero en dimensiones 255/40 R19 96Y en el eje delantero y 275/40 R19 101Y en el eje trasero. Tras ellas tenemos unas pinzas de freno firmadas por Brembo en color azul.
En dimensiones, el nuevo Mustang Dark Horse alcanza los 4.82 metros de largo, 1.92 metros de ancho y 1.40 metros de alto. La distancia entre ejes asciende a 2.719 milímetros. Por su parte, los anchos de vía delantero y trasero miden 1.595 y 1.643 milímetros. Para la carrocería se ofrecen un total de ocho colores y el techo puede ir en negro.
Hay tonos clásicos y más vivos, con acabados sólido y metalizado. En este caso vemos un Gris Carbon que, en nuestra opción, no le favorece especialmente. Dado su poderío y su imponente estética, algunos de los colores más llamativos de la oferta realzaría mucho más su silueta. Sobre el techo encontramos una antena de tipo aleta de tiburón.
Ya en la zaga, los cambios del Mustang son más sutiles. Vemos faros y paragolpes rediseñados; así como unas líneas algo más redondeadas que en su predecesor. El Mustang Dark Horse se diferencia por un nuevo alerón fijo mucho más marcado, un difusor más agresivo y puntas de escape cuádruples en color negro de las que emana una ronca melodía.
Diseño interior
Los cambios más grandes y significativos del nuevo Mustang están en el interior. Por desgracia, el modelo sigue la tendencia actual del mercado y lo apuesta todo a las pantallas. Adiós a los preciosos diales de gran tamaño. En el Dark Horse encontramos, adicionalmente, algunos elementos específicos y más dotación de serie que en los GT.
En este sentido, destacan el volante de cuero calefactado, las molduras en negro brillante y fibra de carbono, las costuras en azul índigo brillante, los asientos deportivos tipo bacquet Recaro opcionales, una bola de cambio de titanio azul anodizado para la caja manual (o las levas en gris en el automático) y una insignia con el número de chasis.
Si lo prefieres, también puedes optar por los asientos deportivos de vinilo convencionales. En este caso tendrás ajuste lumbar para conductor, reglajes eléctricos, ajuste de altura, calefacción y ventilación. Además, son más cómodos, especialmente para personas corpulentas. Por su parte, la postura de conducción te hace sentir a bordo de un auténtico GT.
Es una pena que la digitalización acapare ahora todo el protagonismo. La verdad es que la abundancia de botones y la atmósfera más clásica de su predecesor lo convertían en un modelo todavía más especial si cabe. Lo bueno es que Ford ha aprovechado los cambios para introducir también una mejora en la calidad a bordo. Ahora tiene mayor empaque.
Podemos encontrar más superficies cubiertas con materiales acolchados que en su predecesor y todos los botones tienen buen tamaño y tacto. Las molduras en aluminio y fibra de carbono le aportan un toque de valor; al tiempo que los plásticos rígidos se reservan a las partes menos visibles. Asimismo, las pantallas tienen una excelente calidad.
Tras el volante tenemos una instrumentación digital configurable de alta resolución y 12,4 pulgadas. Ofrece mucha información con gran nivel de detalles y varias vistas disponibles. Su uso es intuitivo y se maneja con facilidad desde los botones de gran tamaño del volante. Le acompaña un sistema de infoentretenimiento de 13,2 pulgadas.
Equipado con el software SYNC 4, destaca por gráficos, rapidez y respuesta. En suma, la información está bien organizada y su uso es intuitivo, pese a las muchas funciones que incorpora el modelo. Incluye actualizaciones OTA, Apple CarPlay y Android Auto sin cables, control por voz, Amazon Alexa, conexión 5G, navegador, funcionalidades con la aplicación FordPass…
Además, este sistema recibe la tecnología Unreal Engine 3D presente en muchos videojuegos. El objetivo es ofrecer unos gráficos y un funcionamiento sin igual. Ahora prácticamente todo se maneja desde la pantalla táctil, incluido el climatizador bizona. Solo quedan algunos botones para las funciones básicas, como el arranque o lo ‘warning’.
A continuación de estos tenemos las tomas USB, USB-C y 12V; así como una base de carga inalámbrica para el smartphone. Más retrasada queda la palanca del cambio, dos posavasos y el reposabrazos fijo con guantera. La consola tapizada cuenta con pespuntes visibles y el freno de mano le da un toque muy especial al conjunto.
En lo que no destaca, como ves, es en huecos portaobjetos. Cabe destacar, además, que los cinturones no tienen regulación en altura. Lo que sí hay al lado de ellos son unas pequeñas perchas. El Mustang Dark Horse está homologado para cuatro pasajeros, pero solo ofrece buen espacio para dos ocupantes (sin importar su altura, eso sí).
Las plazas posteriores se reservan para un apuro. Eso sí, siempre y cuando hablemos de niños o personas de poca estatura. Es difícil acceder a ellas y el hueco para cabeza y piernas no es abundante. Respecto al maletero, cubica un total de 381 litros. Los asientos de la segunda fila pueden plegarse para ganar algo de espacio adicional -50:50-.
La boca de carga resulta amplia y sus formas son regulares en la parte central. A la derecha tenemos el subwoofer del equipo de sonido B&O con 12 altavoces y a la izquierda un hueco que abarca el paso de rueda. El portón es de apertura manual y bajo el piso está el kit reparapinchazos, junto con algo de espacio para herramientas.
Motorización Ford Mustang Dark Horse
Por suerte, no se han materializado los rumores que hablaban de algún tipo de electrificación en la nueva entrega del Mustang. Eso sí, no hay grandes avances a nivel mecánico. Desaparece el cuatro cilindros EcoBoost de 2.3 litros en Europa; mientras que el V8 Coyote de 5.0 litros se ofrece con dos niveles de potencia y algunas mejoras internas.
En el Mustang GT tenemos mejoras estructurales, un cárter de aceite optimizado, un sistema de inducción del cuerpo del acelerador doble y una admisión dual para mejorar el flujo de aire. Puede ir asociado a la transmisión automática de 10 velocidades o la caja manual de seis velocidades con un software de ajuste de revoluciones.
Los cambios permiten que desarrolle ahora una potencia de 446 CV (328 kW) y 540 Nm de par máximo. Por encima queda este Ford Mustang Dark Horse, cuyo V8 de 5.0 litros incluye bielas de pistón forjadas y un cigüeñal especialmente equilibrado para manejar presiones de cilindro y velocidades de pistón más altas. Está pensado para la pista.
Tampoco faltan árboles de levas reforzados para mejorar la durabilidad y una línea roja a 7.500 rpm. El resultado final es un motor de aspiración natural con 454 CV (334 kW) de potencia y 540 Nm de par motor. Se asocia a una caja de cambios específica de seis velocidades con enfriador de aceite; o a la caja automática de 10 relaciones convenientemente ajustada.
Muy por encima queda el Ford Mustang GTD con su motor V8 de 5.2 litros sobrealimentado que desarrolla 815 CV (599 kW). Está asociado a una transmisión de doble embrague con 8 velocidades montada en la parte trasera; así como un eje de transmisión de fibra de carbono ligero que brinda una distribución de peso cercana al 50/50.
Centrándonos en el Dark Horse, hablamos de un coche que te hará sentir como un yankee de pura cepa. Si bien el modelo europeo tiene algo menos de potencia que el americano, no desmerece en absoluto. En el Viejo Continente no hay nada igual. En su día os conté las razones por la cuales los coches americanos tienden a tener motores grandes.
Concretamente, el Dark Horse equipa un bloque de aluminio con 5.038 cm³ de cilindrada, dos árboles de levas en cada culata, inyección mixta directa/indirecta y admisión variable. Es capaz de entregar la potencia máxima a 7.250 rpm y el par motor a partir de las 5.100 rpm. En esencia, le gusta que lo lleves alto de vueltas y resulta adictivo.
Entre las 3.000 y las 7.500 vueltas, este Mustang es insaciable. Os aseguro que es asombroso ver cómo es capaz de estirar cada marcha hasta el límite. Comparando cifras con algunos rivales, sus prestaciones quizás no son las mejores para su potencia. Sin embargo, es una mecánica soberbia, de funcionamiento suave y de sonido sublime, como ahora veremos.
Se trata de un motor muy contundente. Es capaz de empujar sin gran esfuerzo desde bajísimas vueltas, pero todo su potencial no te pegará al asiento hasta superar las 4.500 rpm. Es más, si repentinamente bajamos alguna marcha a cierta velocidad y pisamos a fondo, notaremos cómo la zaga se revuelve ligeramente antes de lanzarnos como un misil.
Resulta explosivo como ningún otro, pero lógicamente también es posible circular con él de manera tranquila. El cambio sube de marcha a en torno a las 2.000 rpm en una conducción tranquila; al tiempo que, en autopista, el motor gira a 2.100 rpm a 120 km/h en décima velocidad. La mala noticia es que no por ello lograrás sacar unos consumos razonables.
Durante la semana de pruebas, el ordenador de a bordo se movía en torno a los 9.5 litros en autopista y 17 litros en ciudad. La media final ha sido de 13,8 litros a los 100 km. Ford declara un ciclo combinado de 12,4 l/100 km en WLTP, una cifra ya de por sí alta. El depósito tiene una capacidad de 61 litros, lo que no beneficia a la autonomía.
Está claro que se trata de un motor pensado para divertirse, no para preocuparse por los consumos. Buena prueba de ello son los seis modos de conducción personalizables que incorpora para sacarle todo su potencial. En ellos podemos ajustar a nuestro gusto el funcionamiento de diversos parámetros del vehículo.
Por ejemplo, el control de estabilidad, la respuesta del acelerador, el ruido del escape en hasta cuatro niveles, la dureza de la dirección y la dureza de la suspensión. También cuenta con algunas chucherías de lo más suculento como son el Launch Control y una función Drag Strip, permitiendo una tracción máxima y arranques consistentes.
El Cierre de Línea Electrónico aplica solamente los frenos delanteros, permitiendo al conductor que rueden los neumáticos traseros y se calienten sin ponerse en marcha. Además, suma el freno de derrapes electrónico, que opera los frenos traseros con motores eléctricos. En palabras de Ford, está «diseñado para que los conductores novatos aprendan y mejoren sus habilidades de derrape«.
En cifras, declara un 0 a 100 km/h en 4.4 segundos. Recupera de 80 a 120 km/h en 2.3 segundos y alcanza una velocidad máxima de 250 km/h. Hay coches que le superan con esta potencia, pero pocos ofrecen una respuesta tan eficaz a cualquier régimen, con una banda sonora tan única y gutural. Sencillamente, pone los pelos de punta.
Y es que mención aparte merece el sonido de los escapes específico, que resulta muy natural. A medida que subimos el régimen con las mariposas abiertas, su bramido va cambiando de tono hasta lograr girar todas las cabezas que haya a tu alrededor. Si lo escuchas, te enamoras de este coche. También hay un modo de arranque silencioso para evitar miradas indiscretas
Lo menos convincente, para mi gusto, es la caja automática de 10 velocidades. Esta ofrece una mayor eficiencia de combustible y una mejor aceleración. La pena es que te deja con un sabor agridulce al conducir un clásico americano como este. Siempre va en la marcha más larga posible y es capaz de girar a tan solo 1.000 rpm sin existencia de vibraciones.
Para llevar a cabo maniobras rápidas, necesita bajar muchas marchas de golpe y esto influye en el tiempo de respuesta. También se muestra algo brusco en aceleraciones intensas, pero es justo decir que Ford ha pulido mucho su funcionamiento. En una conducción tranquila, esta caja por convertidor de par efectúa unos cambios de marcha casi imperceptibles.
Personalmente, el tacto del cambio manual de seis relaciones me parece mucho más convincente, con cierto toque retro. En cualquier caso, es cierto que la caja automática resulta más cómoda para el día a día. Ofrece levas solidarias tras el volante, pero no modo secuencial en la palanca de cambios. Sí tiene posición ‘M’ para fijar el uso de las levas.
En definitiva, quizá no consideres al Mustang un deportivo de pura cepa por prestaciones. Sin embargo, lo es por las sensaciones tan especiales y exclusivas que transmite al volante, por el olor a clásico de su cuero, por su sonido de V8 y, desde luego, por sus consumos con el precio actual de la gasolina 98. En unos años, lo echaremos mucho de menos.
El Ford Mustang Dark Horse es ‘No replacement for displacement‘ en estado puro.
‘No replacement for displacement‘ bien podríamos definirlo como esa teoría que reconoce que, si bien puede ser impresionante ganar potencia en un motor a través de innovaciones y soluciones sofisticadas como el diseño de la cámara de combustión, optimizaciones en la inyección de combustible o la sincronización variable de válvulas, la manera más fácil y segura de conseguir más potencia es simplemente utilizar un motor más grande.
Ya sabéis, tan americano como el pastel de manzana…
Version | Dark Horse - 8 cilindros en V |
---|---|
Cilindrada | 5.038 cm³ |
Potencia | 454 CV (334 kW) @ 7.250 rpm |
Par | 540 Nm @ 5.100 rpm |
Peso | 1.837 kg |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.819 / 1.917 / 1.403 mm |
Volumen Maletero | 381 litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 4,4 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 2,3 segundos |
Velocidad máxima | 250 km/h |
Consumo homologado | 12,4 l/100 km |
Emisiones CO2 por km | 282 g/km |
Pegatina de la DGT | C |
Precio de partida | 77.450 euros (este motor y acabado sin descuentos ni extras) |
Comportamiento Ford Mustang Dark Horse
Por sus proporciones, puede que desde fuera el Mustang Dark Horse parezca más complicado de conducir en el día a día que otros deportivos europeos. Lo cierto es que, salvo por su capó algo más alargado de lo habitual, no encontrarás una gran complicación. Eso sí, conducir un Mustang es una sensación única que debes probar.
Hablamos de un coche grande por dimensiones, con un gran motor, unos grandes neumáticos, mucha potencia y un sonido único. Cada golpe de acelerador enamora y cada curva te saca una sonrisa. No es ni mucho menos perfecto, como los alemanes, pero en su imperfección está todo su encanto. ¿Lo peor a bordo? Los espacios reducidos.
Si bien la visibilidad no es en absoluto mala, es un coche claramente musculoso y ancho. Claramente, lo que más echarás de menos es la presencia de sensores de aparcamiento delanteros. Nos ayudarían mucho a apurar las maniobras en espacios reducidos. Con todo y con eso, el Mustang puede utilizarse diariamente sin problema.
Sí que debes de tener en cuenta que la desmultiplicación de la dirección es de 15,5. Adicionalmente, tenemos un diámetro de giro de 12,2 metros entre bordillos, una cifra elevada. Es más propia de los superdeportivos que de deportivos más convencionales que podrían rivalizar con el Mustang, como un BMW M4 Coupé o un Mercedes-AMG CLE 63.
En todo caso, hemos de tener presente que no hablamos de un deportivo como tal. Es más bien un Gran Turismo, un modelo con el que disfrutar en vías rápidas más que en tramos muy revirados. Al fin y al cabo, es un vehículo pesado (1.837 kilos), por lo que los cambios de apoyo no son inmediatos, aunque presuma de una excelente adherencia.
A pesar de su fuerza bruta, con los controles activados las reacciones resultan seguras, predecibles y fáciles de controlar siempre que no te pases de listo. Los ingenieros han hecho un gran trabajo sobre la torsión del modelo y la puesta a punto del conjunto. Especialmente en el Dark Horse, que busca ser el más dinámico de la gama sin que te mates.
Para ello, monta un diferencial de deslizamiento limitado y el sistema de amortiguación MagneRide. Cuenta con amortiguadores de dureza variable mediante un sistema magnetoreológico. Esta tecnología es capaz de enviar una veloz respuesta ante un cambio en las condiciones de carretera, ofreciendo buen equilibrio entre confort y agilidad.
Básicamente, estimula electrónicamente un fluido dentro del amortiguador para ofrecer una mayor o menor resistencia de amortiguación. Lo hace en función de la situación al volante, lo que reduce de manera notoria los balanceos en cualquier circunstancia. En la práctica, absorbe eficazmente las irregularidades y no resulta nada seca.
Lo que no podemos es ajustar su dureza con los modos de conducción. Lo contrario ocurre con la dirección, que tiene tres modos de ajuste. Es precisa y rápida, permitiéndonos disfrutar del Dark Horse. Para mi gusto, le falta un pelín de feedback para ser perfecta. En conjunto, es un coche muy completo y permisivo, incluso con las ayudas conectadas.
De hecho, no te recomendamos quitarlas salvo que tengas mucha experiencia al volante. La fuerza bruta del motor y su ágil respuesta a cualquier régimen pueden hacer que un golpe de acelerador erróneo saque todo el carácter sobrevirador del Mustang y se te vaya de las manos. Tampoco lo necesitas con el nuevo freno de derrapes electrónico.
Como hemos comentado en el punto anterior, este opera los frenos traseros con motores eléctricos. En palabras de Ford, está «diseñado para que los conductores novatos aprendan y mejoren sus habilidades de derrape«. A este se suma la función Remote Rev de la que te hablamos en detalle en su día. Básicamente, te permite dar acelerones con la llave.
Cabe mencionar que el equipo de frenos es excelente: fácil de dosificar, con una dureza que te permite reacciones rápidas y con una resistencia a la fatiga encomiable. Monta frenos de disco ventilados Brembo en ambos ejes. Son de dos piezas y 380 mm con pinzas de seis pistones en el eje delantero y de 355 mm con pinzas de cuatro pistones en el trasero.
En materia de asistencias a la conducción y de seguridad viene bien equipado. No faltan asistente de arranque en pendiente, frenada de emergencia en ciudad, asistente de mantenimiento de carril, control de crucero adaptativo, asistente precolisión con detección de peatones y ciclistas, asistente de emergencias, asistente de luz de carretera, reconocimiento de señales de tráfico…
Equipamiento y precio
El Ford Mustang Dark Horse sólo se comercializa con la carrocería Fastback. El equipamiento de serie es bastante completo. Incluye el climatizador automático bizona, asientos delanteros eléctricos, faros Full LED, frenos Brembo, sensores de aparcamiento traseros con cámara, bluetooth, USB, control de crucero adaptativo con limitador, ordenador de viaje…
Otros elementos de serie son la alerta de cambio de carril, aviso pre-colisión, llantas de 19 pulgadas, sistema multimedia de 13,2 pulgadas, Apple CarPlay y Android Auto sin cables, pedales de aluminio, espejo interior fotosensible, sensor de lluvia, encendido automático de luces, acceso sin llave, arranque por botón e instrumentación digital de 12,4 pulgadas, entre muchos otros.
En España, el precio recomendado para el Ford Mustang Dark Horse Fastback sin descuentos ni promociones es de 77.450 euros. Es la versión más cara de la gama, a excepción del GTD de 400.000 euros. Un Ford Mustang V8 5.0 manual arranca en 61.150 euros. No es ni mucho menos barato, pero es el precio a pagar por un producto exótico sin rival.
Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
8.3
Notable+
El Ford Mustang es todo un ‘pony car’ en condiciones, con altas dosis de potencia a altas revoluciones, un culito juguetón, un diseño impactante y un bramido ronco y ensordecedor. Este Dark Horse es la versión convencional más poderosa y cuenta con algunos elementos específicos; al tiempo que mantiene su motor V8 de 5.0 litros. Lo mejor de todo: no tiene rival.
Lo bueno
- Diseño purista y fiel al ADN con el que nació. Es bestia y atractivo desde cualquier ángulo.
- Mecánica atmosférica sobrenatural, con buen empuje a cualquier régimen y capaz de pegarte al asiento. Sin rival en el mercado.
- Ofrece seis modos de conducción personalizables.
- Precioso sonido del motor y muy natural.
- Mejora en tecnología y ADAS, aunque personalmente lo preferimos menos digital.
- Gran comportamiento dinámico, el mejor de la gama, aunque no sea un alemán.
Lo mejorable
- Precio elevado.
- Plazas traseras poco prácticas por espacio y acceso.
- Consumos realmente elevados y depósito de combustible algo justo.
- Su motivo de compra es más pasional que racional, lo que supone un arma de doble filo para la marca. No pasarás desapercibido con un coche tan exótico.
- Ausencia de sensores de aparcamiento frontales.
- Apuesta por la caja manual, su conducción es todavía más purista.