Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
8.1
Notable+
El Ford Mustang es todo un ‘pony car’ en condiciones, con altas dosis de potencia a altas revoluciones, un culito juguetón, un diseño impactante y un bramido ronco y ensordecedor. En España está disponible en tres versiones y cuenta con un generoso equipamiento, aunque no es barato. Es, sin duda, un producto exótico sin rival directo en nuestro mercado por lo bestia que resulta.
El Ford Mustang es uno de esos coches que hay que conducir una vez en la vida, y eso que la versión europea está mucho más domesticada que la bestia americana. Tras su último facelift, el Mustang 2018 llegó con diversas modificaciones estéticas que lo hacen todavía más atractivo, mejoras de calidad en el habitáculo y un equipamiento más completo.
Si pensamos de forma rápida en un coche que represente el más puro estilo americano y tenga la firma de las barras y las estrellas por todo su ADN, seguro que nos viene a la cabeza el Mustang. Casi como una marca, cada generación de este pony car -que no muscle car– ha encarnado perfectamente el estilo y la actitud de su época.
Si hay un coche fiel a sus principios, quizá sea el Mustang, un modelo que siempre ha tenido dos puertas, tracción trasera, un V8 bajo el capó -casi siempre- y un atractivo físico innegable adaptado a los gustos de cada época. Incluso ahora el Mustang tiene un tinte retro, algo que se lleva mucho y que vuelve nuevamente a lograr captar a sus adeptos.
En España está disponible en tres versiones, el EcoBoost, el GT y la edición especial Bullit. Ninguna de ellas tiene desperdicio, pero por desgracia no llegarán al viejo continente los más salvajes Mustang GT350 y Mustang GT500. Con todo y con eso, os aseguro que esta variante GT de 450 CV no te va a decepcionar en absoluto…
Demos una vuelta a galope por todos sus secretos.
Diseño exterior
Como os comentaba, el Ford Mustang es uno de los modelos que mejor ha mantenido su esencia con el paso de los años. Tras el último restyling, recibió diversas mejoras estéticas para convertirse en un modelo más agresivo y diferenciado, a fin de seguir ocupando los primeros puestos en las listas de ventas de su segmento.
El perfil del capó es ahora más bajo, con conductos de ventilación integrados, combinados con un diseño de rejilla que otorga al Mustang un aspecto más agresivo y afilado y, al mismo tiempo, mejora la aerodinámica. Para las agresivas ópticas se ha optado por la tecnología Full LED, tanto en la iluminación diurna como en la convencional y las antiniebla.
Los encastres de los faros delanteros también han sido rediseñados para recrear la forma trapezoidal de la rejilla superior.
La enorme parrilla delantera en negro acoge en posición central al mítico logotipo del Ford Mustang, proporcionando en su conjunto una mirada única al frontal. No menos llamativo es el splitter delantero a color contraste, con vértices afilados y marcadas líneas. Únicamente he echado en falta los sensores de aparcamiento delanteros con ese morro tan largo.
Las franjas negras en acabado mate que podemos ver sobre la carrocería son uno de los accesorios disponibles en el catálogo de Ford Performance, al igual que las placas de matrícula y la pegatina que reza ‘Ford Performance’ sobre la pronunciada luna delantera. Le dan al modelo un toque único, personal y muy poderoso.
La vista lateral no es menos llamativa, con marcados pasos de rueda en los que encontramos unas generosas llantas de 19 pulgadas -1.400€- en níquel brillante, calzadas con neumáticos Michelin Pilot Sport 4 S en medidas 255/40 ZR19 100Y en el eje delantero y 275/40 ZR19 105Y en el trasero. En la parte delantera, esconden unos frenos Brembo con pinzas en negro.
La horizontalidad de las líneas queda fijada por dos marcados nervios que atraviesan todo el lateral, recalcando su poderío la insignia 5.0 de las aletas delanteras. La superficie acristalada de borde cromado es más bien reducida y el área de las puertas limpia de ornamentaciones, aunque sí que encontraremos unas marcadas taloneras a contraste.
En medidas, el Ford Mustang GT alcanza los 4.79 metros de largo, 1.92 metros de ancho y 1.38 metros de alto, por lo que no hablamos de un coche precisamente pequeño. La batalla asciende a 2.720 milímetros, mientras que los anchos de vía delantero y trasero alcanzan en ambos casos los 1.642 mm.
El modelo está disponible con un spoiler opcional de portón trasero -500€- que le confiere un perfil aún más deportivo.
La sugerente caída del techo de estilo fastback da paso a una zaga cargada de personalidad, especialmente gracias a los faros LED de gran intensidad y efecto tridimensional que se enmarcan en un embellecedor negro. En posición central, no falta el emblema GT en una nueva demostración de poderío.
Ya en el extremo inferior, el gran protagonista es el prominente difusor negro que acoge cuatro salidas de escape, por las cuales el bloque V8 nos deleitará con su ronca melodía en cada aceleración. Remata el gran conjunto la luz antiniebla en posición central, dándole un toque aún más deportivo. Tampoco faltan la cámara y los sensores de aparcamiento traseros.
Diseño interior
Al igual que ocurre en el exterior, el interior del Mustang mantiene la esencia del tradicional pony car americano, pero convenientemente actualizado a los tiempos que corren. Además, transmite mejores sensaciones en términos de ajustes y calidades, pues se ha refinado para conquistar al público europeo. Con todo y con eso, su acabado es más bien sencillo y hay algunos crujidos al presionar.
Sí que es cierto que se han utilizado materiales de tacto suave para los revestimientos de las puertas y los acabados blandos recubren la mayor parte de las superficies, salvo en las partes más bajas, donde podemos apreciar algunos plásticos más rígidos y menos atractivos. Por su parte, los tiradores de las puertas tienen acabado en aluminio.
La consola central cuenta con un nuevo acabado cosido a mano de tacto suave, repujado con hilo de color en contraste que ofrece un aspecto más dinámico al conjunto. Adicionalmente, el entorno del panel de instrumentos está disponible en cuatro nuevos acabados y la instrumentación recurre a una pantalla digital muy personalizable.
Esta ofrece muchísima información y buena visibilidad a través del aro del gran volante, muy a la americana. Podemos elegir los colores, tres formatos en función del modo de conducción seleccionado -Normal, Deportivo o Circuito- e incluso diversas aplicaciones enfocadas al uso del vehículo en circuito (acelerómetro, tiempo de aceleración, distancia de frenado, cronómetro..)
Por su parte, el volante goza de un tacto agradable, es regulable en altura y profundidad y su dureza puede variarse en tres niveles -Normal, Confort y Deportivo- gracias a un selector ubicado en el salpicadero. La única pega es que tiene demasiados botones, al igual que ocurre en el salpicadero.
Existe la posibilidad de equipar un paquete interior en Carbono -1.050€-, el cual añade insertos de piel Alcántara en las puertas y los asientos, así como un entorno del panel de instrumentos y de la palanca de cambios de fibra de carbono. Desde luego, con esta combinación el modelo no pasará desapercibido.
Los asientos de serie son cómodos y de gran tamaño, pero esta unidad monta los asientos de cuero tipo competición Recaro -2.050€-, algo más duros, más bajos y con un agarre sensacional. Se pueden elegir en tres colores, rojo, azul y ébano, pero solo los asientos deportivos de serie son eléctricos, tienen ajuste lumbar y pueden ser climatizados -700€-.
En la parte alta del salpicadero no faltan las clásicas salidas de ventilación redondas y la insignia Mustang. El sistema de infoentretenimiento queda algo bajo.
Como se puede ver, gran parte de la botonería es la misma que vemos en el resto de modelos de la gama, al igual que la pantalla táctil de ocho pulgadas del sistema multimedia. Recurre al sistema operativo SYNC 3 compatible con Android Auto y Apple CarPlay y, a pesar de que los gráficos y la resolución son sencillos, goza de buena fluidez y su manejo es muy intuitivo.
Bajo el mismo encontramos una serie de botones divididos en dos zonas diferenciadas, aquella dedicada al equipo multimedia y otras para los controles del climatizador bizona. En una tercera sección se ubican diversos controles de tipo interruptor y el botón de arranque. Inmediatamente debajo encontramos un pequeño hueco con las tomas de 12V y USB.
Ya en la consola central, nos topamos con la palanca del cambio manual, cuya bola se ha sustituido por una rematada en fibra de carbono del catálogo de Ford Performance. Junto a ella, dos generosos posavasos y el freno de mano de tipo convencional, demasiado prominente para mi gusto.
En último lugar, algo más retrasado (quizás demasiado) está el apoyabrazos fijo, bajo el que se esconde una pequeña guantera de difícil acceso en la que encontramos otra toma USB. Cabe mencionar que encontramos hasta cuatro Custom Pack con equipamiento para personalizar el interior -de 2.700 a 3.200 euros-.
En términos de habitabilidad, el Ford Mustang está homologado para cuatro pasajeros, pero solo ofrece buen espacio para dos ocupantes (sin importar su altura, eso sí), reservándose las plazas posteriores para un apuro y siempre y cuando hablemos de niños o personas de poca estatura. Es difícil acceder a ellas y el hueco para cabeza y piernas no es abundante.
Respecto al maletero, el Ford Mustang cubica un total de 408 litros, aunque los asientos de la segunda fila pueden plegarse -50:50-. Su boca de carga es algo angosta y sus formas medianamente regulares, salvo por la presencia del subwoofer y un hueco en el lado izquierdo que abarca el paso de rueda. El portón es de apertura manual.
Motorización
En la gama española del Ford Mustang encontramos dos mecánicas gasolina con tres niveles de potencia en total. La versión de acceso cuenta con el bloque 2.3 Ecoboost que ahora tiene 290 CV de potencia, es decir, 25 CV menos que antes. Ofrece una experiencia de conducción más suave y agradecida gracias a una función de overboost temporal para el turbo.
En el escalón superior está el brutal 5.0 V8 atmosférico de 450 CV, que ha sido mejorado para lograr una mayor potencia y un límite más alto de revoluciones que nunca. Incorpora el sistema dual de inyección directa de alta presión y puerto de inyección de combustible de baja presión de Ford, que también incrementa el par bajo.
En última instancia, el Ford Mustang Bullit hace gala del potente bloque de 5.0 litros y ocho cilindros, pero en esta versión especial se han efectuado algunos cambios en la electrónica y conductos de admisión para elevar la potencia total hasta los 460 CV. Está asociado únicamente a la caja de cambios manual de seis relaciones.
Tras hablaros hace algún tiempo de las razones por la cuales los coches americanos tienden a tener motores grandes y de las distintas formas de medir la potencia, he decidido ponerme al volante de un Ford Mustang equipado con el propulsor V8, a fin de conocer que el lo que siente un yankee de pura cepa.
Hablamos de un bloque de aluminio que, con 5.038 cm³ de cilindrada, dos árboles de levas en cada culata, inyección mixta directa/indirecta y admisión variable, es capaz de entregar una potencia de 450 CV (331 kW) a 7.000 y 529 Nm de par motor a partir de las 4.500 rpm, resultando tremendamente elástico y adictivo.
Es, sin lugar a duda, un motor muy contundente, capaz de empujar sin gran esfuerzo desde bajísimas vueltas, pero todo su potencial no te pegará al asiento hasta superar las 4.500 rpm. Es más, si repentinamente bajamos alguna marcha a cierta velocidad y pisamos a fondo, notaremos cómo la zaga del Mustang se revuelve antes de lanzarnos como un misil.
Es explosivo como ningún otro, pero lógicamente también es posible circular con él de manera tranquila. El cambio te recomienda subir de marcha a apenas 1.600 rpm en una conducción tranquila y en autopista el motor gira a apenas 1.900 rpm a 120 km/h en sexta velocidad, aunque no por ello logrará sacar unos consumos aceptables.
Sus prestaciones quizás no son las mejores para su potencia, pero es una mecánica soberbia, de funcionamiento suave y sonido sublime.
Durante la semana de pruebas, el ordenador de a bordo se movía en torno a los 9.3 litros en autopista y 15 litros en ciudad, con una media de 12,1 litros a los 100 km. Ford declara 18.6 litros, 8.8 litros y 12.4 litros a los 100 km, respectivamente. El depósito de combustible tiene una capacidad de 61 litros, lo que no beneficia a la autonomía.
Está claro que se trata de un motor pensado para divertirse, no para preocuparse por los consumos, y buena prueba de ello son los seis modos de conducción que incorpora para sacarle todo su potencial: Normal, Deportivo+, Circuito, Carril de aceleración -para las míticas Drag Race americanas-, Nieve y el nuevo MyMode personalizable.
También cuenta con Launch Control y función Drag Strip de serie en todas sus versiones, permitiendo una tracción máxima y arranques consistentes. El Cierre de Línea Electrónico aplica solamente los frenos delanteros, permitiendo al conductor que rueden los neumáticos traseros y se calienten sin ponerse en marcha.
En cifras, hablamos de un 0 a 100 km/h en 4.6 segundos, pasando de 80 a 120 km/h en 3.0 segundos y declarando una velocidad máxima de 249 kilómetros por hora. Hay coches que le superan con esta potencia, pero pocos ofrecen una respuesta tan eficaz a cualquier régimen, con inmediatez ante los golpes de acelerador.
Su sonido es muy natural y cuenta con un modo de arranque silencioso para evitar miradas indiscretas.
Mención aparte merece el sonido de los escapes, configurable en cuatro modos desde la instrumentación -Silencioso, Normal, Deportivo y Circuito-. A medida que subimos el régimen con las mariposas abiertas, su bramido va cambiando de tono hasta lograr girar todas las cabezas que haya a tu alrededor.
La caja de cambios manual de seis velocidades también ha sido mejorada para gestionar la potencia del motor V8, integrando un embrague de doble disco y un volante de inercia de doble masa, lo que permite una mayor resistencia y cambios de marcha más rápidos. Os aseguro que es asombroso ver cómo es capaz de estirar cada marcha hasta casi 8.000 rpm.
Su tacto es muy agradable y de recorridos cortos, con un guiado marcado, pero las marchas ofrecen cierta resistencia antes de engranarlas, lo que dificulta sensiblemente la conducción deportiva. En todo caso es un cambio muy satisfactorio, con cierto toque de clásico que mantiene viva la esencia Mustang.
Ficha técnica
Version | 5.0 V8 - 8 cilindros en V |
---|---|
Cilindrada | 5.038 cm³ |
Potencia | 450 CV (331 kW) @ 7.000 |
Par | 529 Nm @ 4.600 rpm |
Peso | 1.743 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.789 / 1.916 / 1.382 mm |
Volumen Maletero | 408 litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 4,6 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 3.0 segundos |
Velocidad máxima | 249 km/h |
Consumo homologado | 18,6 / 8,8 / 12,4 l/100 km (urb. /extraurb. / comb.) |
Emisiones CO2 por km | 277 g/km de CO₂ (Euro 6) |
Precio de partida | 49.550 euros (este motor y acabado sin descuentos) |
Comportamiento
Puede que desde fuera el Mustang parezca más complicado de conducir que otros deportivos que vemos con mayor frecuencia, pero lo cierto es que, salvo por su capó algo más alargado de lo habitual, no encontrarás mayor complicación, pues la visibilidad está más lograda de lo que pensaba, especialmente por la luna trasera.
Es cierto que no veremos tan bien a nuestro alrededor como en vehículos de enfoque familiar, pero durante la prueba únicamente he echado en falta la presencia de sensores de aparcamiento delanteros, los cuales ayudarían mucho a apurar las maniobras. Con todo y con eso, el Mustang resulta muy manejable incluso en ciudad.
Quizás el mayor inconveniente en este sentido sea la desmultiplicación de la dirección (16), que nos ofrece un diámetro de giro menor del que cabría esperar inicialmente (12,2 metros entre bordillos), más propia de los superdeportivos que de deportivos o GT más convencionales que podrían rivalizar con el Mustang.
Los ingenieros de Ford han mejorado las dinámicas de conducción del Mustang para conseguir la experiencia de conducción más atractiva.
En todo caso, hemos de tener presente que no hablamos de un deportivo como tal, sino más bien de un Gran Turismo, un modelo con el que disfrutar en vías rápidas más que en tramos muy revirados. Al fin y al cabo, es un vehículo algo pesado (1.743 kilos), por lo que los cambios de apoyo no son inmediatos, aunque goza de una gran adherencia.
En este sentido, los ingenieros han hecho un gran trabajo sobre la torsión del modelo y la puesta a punto de la suspensión. Los amortiguadores han sido recalibrados para mejorar la estabilidad en las curvas, y la suspensión trasera es ahora más rígida, con una junta de eje transversal que reduce movimientos no deseados en cada giro.
Además, las barras antivuelco más gruesas confieren un mayor control de la conducción. Pero si quieres un plus siempre puedes optar por el nuevo sistema de amortiguación MagneRide, hasta ahora reservado a los Mustang Shelby GT350 y que cuenta con amortiguadores de dureza variable mediante un sistema magnetoreológico.
Dicho sistema es capaz de enviar una veloz respuesta ante un cambio en las condiciones de carretera. Básicamente, estimula electrónicamente un fluido dentro del amortiguador para ofrecer una mayor o menor resistencia de amortiguación, dependiendo de la situación al volante, lo que reduce de manera notoria los balanceos en cualquier circunstancia.
Y ojo, porque esto no implica que tenga una suspensión incómoda. Si bien la versión descapotable pierde un poco de precisión para ganar en confort, en esta versión fastback ocurre lo contrario, equipando una suspensión algo más dura. Con todo y con eso, absorbe eficazmente las irregularidades del terreno y no resulta excesivamente seca.
Me ha gustado mucho la dirección con sus tres modos de ajuste. Es precisa y rápida como para disfrutar del Mustang, aunque para mi gusto le falta un pelín de feedback para ser perfecta. En conjunto, es un coche muy completo y suficientemente permisivo, por lo que no hay necesidad de desactivar los controles de tracción y estabilidad para divertirse.
Es más, no es recomendable hacerlo en la vía pública por la fuerza bruta del motor y su ágil respuesta a cualquier régimen. Un golpe de acelerador erróneo con los controles desactivados o en una posición más permisiva puede hacer que el carácter sobrevirador del Mustang se te vaya de las manos y, en el mejor de los casos, contra un árbol.
Por último, quiero mencionar que el equipo de frenos es excelente: fácil de dosificar, con una dureza que te permite reacciones rápidas y con una resistencia a la fatiga como la que deberíamos encontrar en todos los modelos de corte deportivo. Hablamos de frenos de disco ventilados Brembo en ambos ejes, con un diámetro de 380 mm delante y 330 mm detrás.
Equipamiento y precio
El equipamiento del Ford Mustang para España es bastante completo. El Ecoboost ya contempla el climatizador automático de dos zonas, tapizado en piel, asientos delanteros eléctricos, faros Full LED, sistema de sonido con pantalla táctil, bluetooth, USB, control de crucero adaptativo con limitador, ordenador de viaje…
Otros elementos de serie son la alerta de cambio de carril, aviso pre-colisión, diferencial de deslizamiento limitado trasero, espejo interior fotosensible, sensor de lluvia, encendido automático de luces, acceso sin llave, arranque por botón e instrumentación digital configurable con 12 pulgadas, entre otros.
Tanto la versión GT como el Bullit cuentan con algunos elementos específicos a nivel de equipamiento y de diseño. Hablamos de llantas de aleación de 19 pulgadas, insignia del maletero exclusiva, algunos colores para la carrocería…
Los precios recomendados en España para el Ford Mustang 2019 sin descuentos ni promociones son los siguientes:
Motor | Fastback | Convertible | Bullit |
2.3 EcoBoost 290 CV 6MT | 41.550€ | 45. 550€ | – |
2.3 EcoBoost 290 CV 10AT | 44.550€ | 48. 550€ | – |
5.0 Ti-VCT V8 450 CV 6MT | 49.550€ | 53.300€ | 55.500€ |
5.0 Ti-VCT V8 450 CV 10AT | 52.550€ | 56.300€ | – |
- El Ford Mustang es único en nuestro mercado.
- Diseño purista y fiel al ADN con el que nació. Es bestia y atractivo desde cualquier ángulo.
- Instrumentación digital con abundante información, muy personalizable y con gran visibilidad y nitidez.
- Mecánica atmosférica sobrenatural, con buen empuje a cualquier régimen y capaz de pegarte al asiento con inmediatez. Tiene hasta seis modos de conducción muy a la americana.
- Precioso sonido del motor y muy natural.
- Tacto del cambio con cierto toque de clásico, capaz de encandilarte. No querrás el automático.
- Gran comportamiento dinámico con excelente puesta a punto de amortiguación y dirección, aunque no es un deportivo, es un GT.
- Plazas traseras muy poco prácticas por espacio y acceso.
- Consumos realmente elevados y depósito de combustible algo justo.
- Su motivo de compra es más pasional que racional, lo que supone un arma de doble filo para la marca. No pasarás desapercibido con un coche tan exótico.
- Hay demasiados botones en el volante y el salpicadero.
- Algunos remates y materiales del interior podrían haberse cuidado más.
- Ausencia de sensores de aparcamiento frontales.
Muy buena la prueba y las fotos, ¿es un coche realmente complicado de conducir? ¿Exige un nivel de conducción alto con los controles activados?
Hola Javi. Gracias por el comentario, me alegro de que te haya gustado.
La verdad es que poco más te puedo decir del comportamiento respecto a lo que has leído, trato de contar las cosas como son, de la forma más objetiva posible. Te puedo hablar en un plano más subjetivo y decirte que a mi me encantó porque es un coche diferente a los refinados modelos deportivos que encontramos en el mercado europeo. Es cierto que no es tan radical como generaciones anteriores del Mustang que, literalmente, daban miedo de llevar deprisa, pero sí que requiere conocer sus medidas y sus reacciones, porque envía mucho par a las ruedas y es un modelo grande y pesado.
¿Complicado? Pues si vas buscándole las cosquillas más de la cuenta sin conocer el coche, puedes llevarte algún susto, sobre todo en carretera abierta, pero con todo activado lo más seguro es que lo veas venir antes de que el coche castigue tu error. ¿Nivel de conducción alto? Nuevamente te digo, tienes que tener claro que no es un hatchback deportivo, es un GT. Hay coches tipo Audi RS o Mercedes-AMG que parecen ir sobre raíles aunque vayas pasadito, mientras que otros tipo BMW o el Mustang van a requerir que tengas manos si les quieres sacar el jugo. Como te digo, en mi opinión, no requiere un nivel excesivamente alto, pero sí que conozcas el coche y lo que puedes esperar de él.
Espero haberte ayudado ¡Un saludo!
Estupenda y detallada prueba, Álvaro. Excelente trabajo. Gracias!