Coches como el Ford Mustang quedan pocos. Es una especie en peligro de extinción, de esos que hay que conducir al menos una vez en la vida. Pese a que la versión europea está mucho más domesticada que la bestia americana, este Ford Mustang Mach 1 recibe algunos elementos de los Shelby GT350 y GT500 que lo hacen todavía más radical.
En la historia, es el quinto Mustang Mach 1 (1969, 1971, 1974 y 2003). Si pensamos de forma rápida en un coche que represente el más puro estilo americano y tenga la firma de las barras y las estrellas por todo su ADN, seguro que nos viene a la cabeza el Mustang. Casi como una marca, cada generación ha encarnado perfectamente el estilo y la actitud de su época.
Si hay un coche fiel a sus principios, quizá sea el Mustang, un modelo que siempre ha tenido dos puertas, tracción trasera, un V8 bajo el capó y un atractivo físico innegable adaptado a los gustos de cada época. Incluso ahora el Mustang tiene un tinte retro, especialmente en esta versión, algo que se lleva mucho y que vuelve nuevamente a lograr captar a sus adeptos.
El Mach 1 no tiene rival directo en nuestro mercado. Tampoco hay ninguna alternativa que por mecánica, sensaciones y potencia tenga su precio de partida. El más barato sería el BMW M2 Competition que es casi 13.000 euros más caro. Modelos como el Audi RS 5 Coupé, el Mercedes-AMG C 63 S o el BMW M4 Competition son unos 40.000 euros más caros.
Diseño exterior
El Mustang es uno de los modelos que mejor ha mantenido su esencia con el paso de los años. Junto a sus credenciales mecánicas y técnicas, esta edición especial trae un diseño exterior que recuerda a los icónicos Mustang Mach 1 de las décadas de 1960 y 1970. Luce un capó y franjas laterales específicas, un estilo de carrocería único y llantas propias.
Las rejillas delanteras superior e inferior del Mustang Mach 1 tienen un diseño propio y un acabado en negro brillante. El icónico logotipo ‘Mach 1’ aparece tanto en la tapa del maletero como en las aletas delanteras. Para las ópticas se ha optado por la tecnología Full LED, tanto en la iluminación diurna como en la convencional y las antiniebla.
Echarás en falta los sensores de aparcamiento delanteros con ese morro tan largo, especialmente al aparcar en el garaje.
Cabe destacar que el Mach 1 crea un 22% más de carga aerodinámica que el Mustang GT. Esto es posible gracias a un divisor delantero de mayor tamaño, un alerón rediseñado y un difusor trasero compartido con el Mustang Shelby GT500. También monta una plataforma inferior más larga que incorpora aletas dedicadas para dirigir el aire de a los frenos.
La vista lateral no es menos llamativa, con marcados pasos de rueda en los que encontramos dos diseños de llantas de 19 pulgadas. Están calzadas con neumáticos Michelin Pilot Sport 4 S en medidas 255/40 ZR19 100Y en el eje delantero y 275/40 ZR19 105Y en el trasero. Esconden unos frenos Brembo con pinzas en color naranja.
La horizontalidad de las líneas queda fijada por dos marcados nervios que atraviesan todo el lateral. La superficie acristalada de borde cromado es más bien reducida y el área de las puertas limpia de ornamentaciones, aunque sí que encontraremos unas marcadas taloneras a contraste. Los cristales no son tintados y se ofrece un juego de vinilos para el exterior.
En medidas, el Ford Mustang Mach 1 alcanza los 4.80 metros de largo, 1.92 metros de ancho y 1.38 metros de alto, por lo que no hablamos de un coche precisamente pequeño. La batalla asciende a 2.720 milímetros, mientras que los anchos de vía delantero y trasero alcanzan los 1.594 y 1.646 milímetros, respectivamente. Se diferencia poco de los GT y Bullit.
Sobre el techo, el Mustang Mach 1 luce una discreta antena de aspecto redondeado.
La sugerente caída del techo de estilo fastback da paso a una zaga cargada de personalidad, especialmente gracias a los faros LED de gran intensidad y efecto tridimensional que se enmarcan en un embellecedor negro con la denominación ‘Mach 1’. En el extremo inferior, el gran protagonista es el prominente difusor negro que acoge dos salidas de escape dobles.
Remata el gran conjunto la luz antiniebla en posición central, dándole un toque aún más deportivo. El Mach 1 está disponible en un conjunto único de ocho combinaciones de colores de carrocería, franjas y líneas de contraste, que se hacen eco del diseño distintivo del automóvil original. En este caso tenemos el Gris Fighter Jet con los vinilos.
Diseño interior
El interior del Mustang mantiene la esencia del tradicional pony car americano, pero actualizado a los tiempos que corren. En el Mach 1 encontramos algunos elementos únicos, como los asientos con detalles naranjas, la placa numerada en el salpicadero, los umbrales de las puertas específicos o la palanca con el pomo en blanco (manual).
Como podrás apreciar, algunos elementos son heredados del Mustang Bullit. En conjunto, transmite buenas sensaciones en términos de ajustes y calidades, pues se ha refinado para conquistar al público europeo. Con todo y con eso, su acabado es más bien sencillo, hay algunos crujidos al presionar y zonas en las que se ha cuidado más el ensamblaje que en otras.
La consola central cuenta con un acabado cosido a mano de tacto suave que ofrece un aspecto más dinámico al conjunto.
Sí que es cierto que se han utilizado materiales de tacto suave para los revestimientos de las puertas y los acabados blandos recubren la mayor parte de las superficies, salvo en las partes más bajas, donde podemos apreciar algunos plásticos más rígidos y menos atractivos. Por su parte, los tiradores de las puertas tienen acabado en aluminio.
Llama la atención la instrumentación, que recurre a una pantalla digital de 12 pulgadas muy personalizable. Esta permite consultar datos como las temperaturas del aire de la admisión y de la cabeza de la culata, la relación entre aire y combustible que entra en la cámara de combustión, el voltaje de la batería o las fuerzas G a las que sometemos al Mustang.
Ofrece muchísima información y buena visibilidad a través del aro del gran volante, muy a la americana. Podemos elegir los colores, tres formatos en función del modo de conducción seleccionado -Normal, Deportivo o Circuito- e incluso diversas aplicaciones enfocadas al uso del vehículo en la pista (acelerómetro, tiempo de aceleración, distancia de frenado, cronómetro…)
Por su parte, el volante goza de un tacto agradable, es regulable en altura y profundidad y su dureza puede variarse en tres niveles -Normal, Confort y Deportivo- gracias a un selector ubicado en el salpicadero. La única pega es que tiene demasiados botones, al igual que ocurre en el salpicadero. En el centro luce el mítico logotipo Mustang.
En la parte alta del salpicadero no faltan las clásicas salidas de ventilación redondas y la placa numerada frente al asiento del acompañante.
Los asientos de serie son comodísimos y de gran tamaño, aunque si quieres ir un paso más allá en deportividad puedes optar por los asientos de cuero Recaro. Son algo más duros, ofrecen una postura de conducción más baja y un mayor agarre. Eso sí, solo los asientos de serie son eléctricos (no en respaldo), tienen ajuste lumbar y cuentan con calefacción/ventilación.
Gran parte de la botonería es la misma que en otros modelos de la gama. Lo mismo ocurre con la pantalla táctil de ocho pulgadas del sistema multimedia, que queda un poco baja. Recurre al sistema operativo SYNC 3 compatible con Android Auto y Apple CarPlay. A pesar de que los gráficos y la resolución son sencillos, goza de buena fluidez y un manejo intuitivo.
Bajo el mismo encontramos una serie de botones divididos en dos zonas diferenciadas, aquella dedicada al equipo multimedia y otras para los controles del climatizador bizona. En una tercera sección se ubican diversos controles de tipo interruptor y el botón de arranque. Inmediatamente debajo encontramos un pequeño hueco con las tomas de 12V y USB.
Ya en la consola central, nos topamos con la palanca del cambio automático. En el manual la bola va pintada en color blanco como en el Bullit. Junto a ella encontramos dos generosos posavasos y el freno de mano de tipo convencional, demasiado prominente para mi gusto. Elementos como la iluminación ambiental con siete colores o las Track Apps son de serie.
En términos de habitabilidad, el Mustang Mach 1 está homologado para cuatro pasajeros, pero solo ofrece buen espacio para dos ocupantes (sin importar su altura, eso sí). Las plazas posteriores se reservan para un apuro y siempre y cuando hablemos de niños o personas de poca estatura. Es difícil acceder a ellas y el hueco para cabeza y piernas no es abundante.
Respecto al maletero, el Ford Mustang cubica un total de 408 litros, aunque los asientos de la segunda fila pueden plegarse -50:50-. Su boca de carga es algo angosta y sus formas medianamente regulares, salvo por la presencia del subwoofer y un hueco en el lado izquierdo que abarca el paso de rueda. El portón es de apertura manual.
Bajo el suelo del maletero hay un doble fondo en el que se ubica el kit antipinchazos, aunque hay hueco para una rueda de repuesto.
Motorización Ford Mustang Mach 1
Tras la desaparición del motor 2.3 EcoBoost, en la gama española del Ford Mustang encontramos una mecánica gasolina con dos niveles de potencia. La versión de acceso cuenta con el bloque 5.0 V8 atmosférico de 450 CV, que ha sido mejorado para lograr una mayor potencia y un límite más alto de revoluciones que nunca.
Incorpora el sistema dual de inyección directa de alta presión y puerto de inyección de combustible de baja presión de Ford, que también incrementa el par bajo. Por su parte, el Ford Mustang Mach 1 hace gala del mismo bloque de 5.0 litros y ocho cilindros, pero en esta versión especial se ha elevado la potencia hasta los 460 CV, como en el Mustang Bullit.
Para conseguirlo, se ha modificado el sistema de admisión. Dado su enfoque a los circuitos, también se ha optimizado la refrigeración del motor con un radiador adicional de aceite, la caja de cambios automática con un radiador extra y el diferencial trasero. El sistema de escape también es distinto y produce un mayor nivel de sonoridad, resultando sencillamente adictivo.
Los dos motores se pueden elegir con cambio manual de seis velocidades o bien con la caja automática de 10 velocidades, la cual ofrece una mayor eficiencia de combustible y una mejor aceleración. La pena es que te deja con un sabor agridulce, ya que trata de ir siempre en la marcha más larga posible y es capaz de girar a tan solo 1.000 rpm sin existencia de vibraciones.
Para llevar a cabo maniobras rápidas, necesita bajar muchas marchas de golpe y esto influye en el tiempo de respuesta. También se muestra brusco a baja velocidad y en los cambios de las primeras marchas, especialmente al pisar a fondo. Por el contrario, esta caja por convertidor de par efectúa unos cambios de marcha casi imperceptibles en marchas altas.
Personalmente, el tacto del cambio manual de seis relaciones me pareció mucho más convincente, con cierto toque retro. En cualquier caso, es cierto que la caja automática resulta más cómoda para el día a día, aunque no sea tan purista. Ofrece levas solidarias tras el volante, pero no modo secuencial en la palanca de cambios. Sí tiene posición ‘S’.
Tras hablaros hace algún tiempo de las razones por la cuales los coches americanos tienden a tener motores grandes y de las distintas formas de medir la potencia, he querido volver a ponerme al volante de un Ford Mustang equipado con el propulsor V8, a fin de disfrutar de lo que siente un yankee de pura cepa. Y os diré una cosa, en Europa no hay nada igual.
Entrando en materia, en el Mustang Mach 1 hablamos de un bloque de aluminio con 5.038 cm³ de cilindrada, dos árboles de levas en cada culata, inyección mixta directa/indirecta y admisión variable. Es capaz de entregar una potencia de 460 CV (338 kW) a 7.250 rpm y 529 Nm de par motor a partir de las 4.900 rpm, resultando tremendamente elástico y adictivo.
Entre las 3.000 y las 7.000 vueltas, el Mustang Mach 1 es insaciable. Os aseguro que es asombroso ver cómo es capaz de estirar cada marcha hasta casi 8.000 rpm. Comparando cifras con algunos rivales, sus prestaciones quizás no son las mejores para su potencia, pero es una mecánica soberbia, de funcionamiento suave y sonido sublime.
Se trata de un motor muy contundente, capaz de empujar sin gran esfuerzo desde bajísimas vueltas, pero todo su potencial no te pegará al asiento hasta superar las 4.500 rpm. Es más, si repentinamente bajamos alguna marcha a cierta velocidad y pisamos a fondo, notaremos cómo la zaga del Mustang Mach 1 se revuelve antes de lanzarnos como un misil.
Es explosivo como ningún otro, pero lógicamente también es posible circular con él de manera tranquila. El cambio sube de marcha a apenas 2.000 rpm en una conducción tranquila y en autopista el motor gira a 2.100 rpm a 120 km/h en décima velocidad. La mala noticia es que no por ello lograrás sacar unos consumos razonables.
Durante la semana de pruebas, el ordenador de a bordo se movía en torno a los 9.7 litros en autopista y 15 litros en ciudad. La media final ha sido de 13,4 litros a los 100 km. Ford declara prácticamente los mismos consumos que en el Bullit, con un ciclo combinado de 11,7 l/100 km WLTP. El depósito tiene una capacidad de 61 litros, lo que no beneficia a la autonomía.
Está claro que se trata de un motor pensado para divertirse, no para preocuparse por los consumos, y buena prueba de ello son los seis modos de conducción que incorpora para sacarle todo su potencial: Normal, Deportivo, Circuito, Carril de aceleración -para las míticas Drag Race americanas-, Nieve y el nuevo MyMode personalizable.
También cuenta con Launch Control y función Drag Strip de serie en todas sus versiones, permitiendo una tracción máxima y arranques consistentes. El Cierre de Línea Electrónico aplica solamente los frenos delanteros, permitiendo al conductor que rueden los neumáticos traseros y se calienten sin ponerse en marcha.
En cifras, hablamos de un 0 a 100 km/h en 4.4 segundos, pasando de 80 a 120 km/h en 2.7 segundos y declarando una velocidad máxima de 249 km/h. Hay coches que le superan con esta potencia, pero pocos ofrecen una respuesta tan eficaz a cualquier régimen, con una banda sonora tan única y gutural. Sencillamente, pone los pelos de punta.
Su sonido es muy natural y cuenta con un modo de arranque silencioso para evitar miradas indiscretas.
Y es que mención aparte merece el sonido de los escapes, configurable en cuatro modos desde la instrumentación –Silencioso, Normal, Deportivo y Circuito-. A medida que subimos el régimen con las mariposas abiertas, su bramido va cambiando de tono hasta lograr girar todas las cabezas que haya a tu alrededor. SI lo escuchas, te enamoras de este coche.
El Ford Mustang Mach 1 es ‘No replacement for displacement‘ en estado puro.
No será un deportivo de pura cepa por agilidad y precisión, pero desde luego lo es por las sensaciones tan especiales y exclusivas que transmite al volante, por el olor a clásico de su cuero, por su sonido de V8 y, desde luego, por sus consumos con el precio de la gasolina 95 superando los 1,50 euros por litro. En unos años, lo echaremos indudablemente de menos.
Version | Mach 1 aut. - 8 cilindros en V atmosférico |
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Cilindrada | 5.038 cm³ |
Potencia | 460 CV (338 kW) @ 7.250 rpm |
Par | 529 Nm @ 4.900 rpm |
Peso | 1.861 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.797 / 1.916 / 1.382 mm |
Volumen Maletero | 408 litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 4,4 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 2,7 segundos |
Velocidad máxima | 249 km/h |
Consumo homologado | 11,7 l/100 km en ciclo combinado |
Emisiones CO2 por km | 270 g/km de CO₂ (Euro 6) |
Pegatina de la DGT | C |
Precio de partida | 65.971 euros (este motor y acabado sin descuentos ni extras) |
Comportamiento Ford Mustang Mach 1
Puede que desde fuera el Mustang Mach 1 parezca más complicado de conducir que otros deportivos que vemos con mayor frecuencia. Lo cierto es que, salvo por su capó algo más alargado de lo habitual, no encontrarás mayor complicación a ritmo normal. Es más, la visibilidad está más lograda de lo que pensaba, especialmente por la luna trasera.
Es cierto que no veremos tan bien a nuestro alrededor como en vehículos de enfoque familiar, pero durante la prueba únicamente he echado en falta la presencia de sensores de aparcamiento delanteros, los cuales ayudarían mucho a apurar las maniobras. Con todo y con eso, el Mustang Mach 1 resulta bastante manejable incluso en ciudad.
La conducción del Mustang Mach 1 es sensiblemente más precisa que la de los Mustang Bullit y Mustang GT.
Quizás el mayor inconveniente en este sentido sea la desmultiplicación de la dirección (16), que nos ofrece un diámetro de giro menor del que cabría esperar inicialmente (12,2 metros entre bordillos). Esta cifra es más propia de los superdeportivos que de deportivos o GT más convencionales que podrían rivalizar con el Mustang Mach 1. Y se nota en espacios cerrados.
En todo caso, hemos de tener presente que no hablamos de un deportivo como tal, sino más bien de un Gran Turismo, un modelo con el que disfrutar en vías rápidas más que en tramos muy revirados. Al fin y al cabo, es un vehículo pesado (1.861 kilos), por lo que los cambios de apoyo no son inmediatos, aunque goza de una gran adherencia.
Pese a su fuerza bruta, con los controles activados las reacciones son medianamente seguras, predecibles y fáciles de controlar. Aun así, llevarlo rápido requiere cierta experiencia al volante, porque es más exigente que cualquier alemán deportivo, incluido el BMW M4 Competition. Una vez pillado el truco, es un modelo con el que disfrutar.
En este sentido, los ingenieros han hecho un gran trabajo sobre la torsión del Mustang y la puesta a punto de la suspensión. La suspensión del Mach 1 tiene componentes de las versiones Shelby GT350 y GT500, muelles delanteros más firmes, casquillos más rígidos y barras estabilizadoras específicas. De serie cuenta con la amortiguación MagneRide.
Esta ofrece una dureza variable mediante un sistema magnetoreológico. Dicho sistema es capaz de enviar una veloz respuesta ante un cambio en las condiciones de carretera. Básicamente, estimula electrónicamente un fluido dentro del amortiguador para ofrecer una mayor o menor resistencia de amortiguación, dependiendo de la situación al volante.
Gracias a ello reduce de manera notoria los balanceos en cualquier circunstancia y hace la suspensión “más cómoda”. Esto hemos de cogerlo con pinzas, porque la suspensión es dura en términos generales, aunque absorbe eficazmente las irregularidades del terreno y no resulta excesivamente seca siempre que el asfalto no se encuentre muy deteriorado.
Me ha gustado mucho la dirección específica, que incluye tres modos de ajuste. Es precisa y rápida como para disfrutar del Mach 1, aunque le sigue faltando un pelín de feedback para ser perfecta. En conjunto, es un coche muy completo y suficientemente permisivo, por lo que no hay necesidad de desactivar los controles de tracción y estabilidad para divertirse.
Es más, no es recomendable hacerlo en la vía pública por la fuerza bruta del motor y su ágil respuesta a cualquier régimen. Un golpe de acelerador erróneo con los controles desactivados o en una posición más permisiva puede hacer que el carácter sobrevirador del Mustang se te vaya de las manos y, en el mejor de los casos, contra un árbol.
El equipo de frenos es excelente: fácil de dosificar, con una dureza que te permite reacciones rápidas y una gran resistencia a la fatiga. Estos tienen pinzas de freno Brembo de seis pistones. El servofreno es distinto a otros Mustang y da una respuesta más instantánea. Equipa discos ventilados en ambos ejes, con un diámetro de 380 mm delante y 330 mm detrás.
En materia de asistencias a la conducción y de seguridad no faltan el asistente de arranque en pendiente, la frenada de emergencia, el asistente de mantenimiento de carril, el control de crucero adaptativo, el asistente precolisión con detección de peatones y el asistente de emergencias, además de los habituales ABS, EBD, EPAS, TCS, múltiples airbags…
Equipamiento y precio
El Ford Mustang Mach 1 sólo se comercializa en España con la carrocería Fastback (coupé). El equipamiento de serie es bastante completo, incluyendo el climatizador automático bizona, tapizado en piel, asientos delanteros eléctricos, faros Full LED, sensores de aparcamiento, bluetooth, USB, control de crucero adaptativo con limitador, ordenador de viaje…
Otros elementos de serie son la alerta de cambio de carril, aviso pre-colisión, diferencial de deslizamiento limitado trasero, espejo interior fotosensible, sensor de lluvia, encendido automático de luces, acceso sin llave, arranque por botón e instrumentación digital configurable con 12 pulgadas, entre otros.
El Mustang más equipado también incluye sin sobrecoste las llantas de aleación de 19 pulgadas, la insignia del maletero exclusiva, el sistema de sonido Bang & Olufssen con 1.000 vatios, 12 altavoces y pantalla 8 pulgadas, Apple CarPlay, Android Auto, pedales de aluminio, suspensión MagneRide de ajuste específico, paquete aerodinámico exclusivo…
En España, el precio recomendado para el Ford Mustang Mach 1 2021 sin descuentos ni promociones es de 62.971 euros con caja manual y de 65.971 euros con caja automática. Esto supone un sobrecoste de 12.500 euros respecto al Ford Mustang Fastback GT V8 de 450 CV. No es barato, pero es el precio a pagar por un producto exótico sin rival en nuestro mercado.
Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
8.1
Notable+
El Ford Mustang es todo un ‘pony car’ en condiciones, con altas dosis de potencia a altas revoluciones, un culito juguetón, un diseño impactante y un bramido ronco y ensordecedor. Este Mach 1 es la versión tope de gama y cuenta con algunos elementos específicos, 10 CV de potencia adicionales y un equipamiento de serie más completo. Lo mejor de todo: no tiene rival.
Lo bueno
- El Ford Mustang Mach 1 es único en nuestro mercado.
- Diseño purista y fiel al ADN con el que nació. Es bestia y atractivo desde cualquier ángulo.
- Instrumentación digital con abundante información, muy personalizable y con gran visibilidad y nitidez.
- Mecánica atmosférica sobrenatural, con buen empuje a cualquier régimen y capaz de pegarte al asiento con inmediatez. Tiene hasta seis modos de conducción muy a la americana.
- Precioso sonido del motor, más intenso aún y muy natural.
- Gran comportamiento dinámico con excelente puesta a punto de amortiguación y dirección, aunque llevarlo al límite requiere experiencia al volante.
- Mejores prestaciones y consumos con la caja automática de 10 velocidades.
Lo mejorable
- Plazas traseras muy poco prácticas por espacio y acceso.
- Consumos realmente elevados y depósito de combustible algo justo.
- Su motivo de compra es más pasional que racional, lo que supone un arma de doble filo para la marca. No pasarás desapercibido con un coche tan exótico.
- Hay demasiados botones en el volante y el salpicadero.
- Algunos remates y materiales del interior podrían haberse cuidado más.
- Ausencia de sensores de aparcamiento frontales.
- Funcionamiento del cambio automático que no termina de convencer. Me gustó mucho más el manual, con cierto toque de clásico.