El nuevo Mazda CX-60 es el primero de los dos nuevos modelos que harán uso de plataforma grande o large product. Este SUV refleja el compromiso de Mazda con una visión multisolución de movilidad sostenible; así como su vocación de ofrecer la opción más apropiada para el cliente. Hoy probamos el Mazda CX-60 e-SKYACTIV D.
Al Mazda CX-60 en un futuro no muy lejano se le sumará el Mazda CX-80. Este será un modelo con tres filas de asientos. Los CX-60 y CX-80 se venderán en Europa y Japón; mientras que los más CX-70 y CX-90 solo estarán disponibles en Norteamérica. El CX-60 estará disponible en versiones híbridas enchufables, diésel y gasolina.
Ahora, el Mazda CX-60 acaba de completar su oferta en el mercado español con la introducción de los nuevos motores diésel. Ambos destacan por incluir hibridación ligera y beneficiarse del distintivo ambiental ECO. Y ojo, hablamos de un motor de seis cilindros, algo que lo convierte en una alternativa realmente rara en el segmento.
Por precio, el Mazda CX-60 se sitúa en una posición ventajosa frente a sus principales rivales. Es potente, está bien equipado y es más barato que los modelos similares, salvo en el caso del SEAT Tarraco y el Lynk&Co 01. Los Audi Q5, BMW X3, Lexus NX, Mercedes-Benz GLC y Volvo XC60 son más caros.
Diseño exterior
El nuevo CX-60 tiene un diseño muy Mazda que mezcla el dinamismo con la elegancia gracias al concepto Kodo. Presume de una presencia imponente y, aunque en las imágenes pueda no sugerirnos sus verdaderas dimensiones, hablamos de un modelo francamente grande y muy proporcionado.
La forma dinámica y atlética del Mazda CX-60 se debe a una sección frontal alargada, un habitáculo retrasado con respecto al centro del vehículo y a una trasera corta y elegante. En el frontal nos encontramos una evolución del diseño Kodo. Destaca la presencia de una enorme parrilla frontal subrayada por un detalle cromado.
La parrilla varía su diseño según acabados. Lo mismo ocurre con el detalle cromado, que puede estar oscurecido. Este se extiende hasta los finos faros delanteros Full LED. En posición central encontramos un generoso logo de Mazda acompañado de una de las cámaras del completo sistema de monitorización 360 grados.
A media altura el frontal cuenta con una batería de sensores de aparcamiento bien camuflados. Están escoltados por dos entradas de aire con acabado en negro brillante. Bajo el hueco del portamatrículas nos encontramos una entrada de aire en posición horizontal. Ocupa casi todo el ancho del frontal.
Las líneas del alargado y generoso capó se extienden hasta la luna delantera. Esta cuenta con un grado de inclinación que aporta deportividad a la silueta del modelo y buena visibilidad. Los pasos de rueda están rematados en color de la carrocería en este acabado. Acogen unas llantas de 20 pulgadas. Los sencillos tienen llantas de 18”.
Sobre el techo podemos equipar un cristal panorámico practicable y barras portaequipaje.
Están calzadas con unos neumáticos Bridgestone Alenza en dimensiones 235/50 R20 100W. Continuando con la línea lateral, en la aleta delantera cabe destacar la presencia de una toma de aire simulada. Los retrovisores del color de la carrocería, montados en las puertas y con intermitentes LED, realzan el lateral deportivo del modelo.
En dimensiones, mide 4.75 metros de largo, 1.89 metros de ancho y 1.68 metros de alto. La distancia entre ejes es de nada menos que 2.870 mm. Los anchos de vía miden 1.640 mm delante y 1.645 mm detrás. El coeficiente aerodinámico es de 0,29. Para la carrocería se ofrecen hasta ocho colores. En este caso vemos el Rhodium White.
En la zaga, luce más conservador. Ofrece un gran portón con apertura eléctrica. Queda coronado por un alerón superior en el que se integra la tercera luz de freno. Los pilotos Full LED cuentan con una firma lumínica característica. Su disposición y ancho ayudan a resaltar la envergadura del CX-60. Los escapes, por desgracia, son simulados.
Diseño interior
El diseño interior, elegante y con excelentes calidades, también es inconfundiblemente Mazda. Busca expresar la fuerza de una arquitectura con motor delantero longitudinal y tracción trasera, una configuración ideal para un SUV, y sigue la estela del exterior. Basta con sentarse dentro para darse cuenta de todo el trabajo que ha hecho Mazda.
No solo hablamos de ajustes, también de calidad percibida y de la distribución de los sistemas, botoneras y mandos. Hay múltiples guiños a la estética japonesa y todo queda a mano del conductor. Este posará sus manos sobre un redondo y fino volante multifunción revestido en una fina y suave piel. Nada que envidiar a muchos premium.
Tampoco desmerece en absoluto el equipamiento de confort, que es abundante.
Según nos cuenta la marca, la última evolución de la filosofía de diseño Kodo de Mazda está combinada en el interior con el concepto japonés de Ma. Esto es “la belleza tranquila y digna del espacio vacío”. A ambos se unen las ideas de Kaichô, descritas como “la armonía que surge de mezclar diferentes materiales y texturas”.
En ese contexto, el interior es minimalista. Tiene detalles interesantes en la tapicería de tela, que comunica la artesanía japonesa. Los materiales de alta calidad incluyen madera de arce, cuero Nappa, textiles japoneses sobre telas tejidas y detalles cromados. Mazda también ha hablado sobre “Musubu”, una técnica de unión de textiles.
El tratamiento de las molduras en madera de arce se inspira en el Hacho. Es un concepto estético japonés que explota la asimetría y la irregularidad intencionada. Los tejidos empleados tienen distintas fibras y patrones que responden a los cambios en la iluminación. Se ha empleado también una técnica japonesa de costura.
Es la conocida como Kakenui. Esta produce costuras «colgantes» y deja espacios entre los tejidos de los guarnecidos, que permiten entrever el material que hay debajo. Los colores y texturas de los acabados interiores se resaltan con la ayuda de la iluminación ambiental blanca presente en las molduras de las puertas delanteras y traseras.
En el interior destaca el nuevo sistema de reconocimiento facial y vocal, que permite almacenar hasta seis perfiles y 250 datos de los usuarios. El nuevo sistema de personalización del conductor cumple tres funciones: guiado automático de la posición al volante, restablecimiento automático de los ajustes y asistencia para entrar y salir.
El guiado automático de la posición al volante utiliza una cámara para detectar la posición de los ojos del conductor y otros datos sobre su altura para estimar cuál es su complexión. A partir de esa información, ajusta automáticamente el asiento, el volante, la pantalla Head-Up Display y los retrovisores exteriores.
Lo hemos probado y la verdad es que funciona. Lógicamente, no clava la posición más cómoda para el conductor porque todos tenemos nuestras manías. Lo que por ejemplo no encontramos respecto a los alemanes es un climatizador trizona, iluminación ambiental de varios colores o suspensión neumática que rebaje la altura del maletero.
El puesto de conducción cuenta con tres zonas de instrumentos principales: un panel TFT-LCD de 12,3 pulgadas para el cuadro de instrumentos, un Head-Up Display (HUD) de gran tamaño y una pantalla central de infoentretenimiento de 12,3 pulgadas. La única “pega” a sacar es la ausencia de cierta información en la instrumentación.
Las pantallas se ubican en el amplio salpicadero, el cual presenta líneas continuas que atraviesan las salidas laterales del aire acondicionado y llegan hasta las molduras de las puertas. Con ello refuerza la sensación de amplitud del interior. Respecto a la pantalla del equipo multimedia, esta no admite tacha en su funcionamiento.
Cuenta con una fluidez muy buena y una resolución excelente. Además, nos muestra toda la información de manera muy clara. En función del acabado, tampoco faltan carga inalámbrica del smartphone, Apple CarPlay y Android Auto inalámbricos, radio DAB, conexión Wi-Fi, cámaras 360º, sistema de sonido Bose de 12 altavoces…
Los asientos son muy cómodos en todas las versiones. Como novedad, el ajuste del asiento del conductor está diseñado de modo que puedas regular la altura sin alterar la postura de conducción y la distancia horizontal. Por su parte, el volante cuenta con un ajuste de inclinación de 45 milímetros y un ajuste de altura de 70 milímetros.
Los cinturones delanteros son regulables en altura.
Sí que he echado en falta algo más de longitud en las banquetas. Una buena forma de solucionarlo sería introducir una banqueta extensible, como muchos de sus rivales. En función del acabado, los asientos cuentan con diversas funciones como ajuste eléctrico y lumbar, ventilación y calefacción. El volante puede tener memoria y ser calefactado.
Por su parte, el reposabrazos central fijo ofrece mayor comodidad y apoyo. El mando HMI puede manejarse cómodamente con el brazo apoyado en el reposabrazos central. Bajo este se enconde una guantera. Respecto a la habitabilidad, el acceso y el espacio en la primera fila de asientos es muy bueno, incluso para personas grandes.
Las puertas traseras abren en un ángulo de prácticamente 90º.
El acceso y el espacio en la segunda fila también son buenos para que dos adultos corpulentos y altos viajen cómodamente. Para tres se queda algo justo pese a tener una gran anchura. Es de las mejores del segmento. Hay un espacio para los hombros de 1.504 mm en las plazas delanteras y 1.441 mm en las plazas traseras.
Por el contrario, el espacio para las piernas y para la cabeza se encuentran en una posición media en el segmento. Pese a ello, personas de hasta 1,85 metros de altura viajarán con total comodidad. Cabe además destacar que el túnel de la transmisión sobresale poco del resto del piso. Los asientos exteriores pueden ser calefactados.
El volumen de carga del Mazda CX-60 es de 570 litros. Son ampliables a 1.726 litros con los asientos traseros abatidos -60:40-. Con respecto al CX-5, el ancho de apertura del portón trasero ha aumentado hasta 1.082 mm y la altura de la apertura es de 758 mm. El maletero también incluye una toma de corriente de 12 V CC / 150 W.
En los PHEV la capacidad de carga no se ve afectada por las baterías. Opcionalmente podemos equipar un portón trasero eléctrico manos libres y una bola de remolque parcialmente eléctrica. Por supuesto, no faltan los ganchos y puntos de sujeción, así como iluminación del maletero. El borde de carga queda a 760 mm del suelo.
Motorización Mazda CX-60 e-SKYACTIV D
El Mazda CX-60 e-Skyactiv PHEV ha sido el primero de una serie de modelos híbridos enchufables que la marca introducirá en Europa. Combina un motor de gasolina Skyactiv-G de 2.5 litros y cuatro cilindros en línea con inyección directa con un motor eléctrico de 100 kW y una batería de alta capacidad de 17,8 kWh brutos y 355 V.
Transmite la potencia a ambos ejes a través de una transmisión automática de ocho velocidades totalmente nueva. La suma de ambos motores eroga una potencia total de 327 CV (241 kW) y 500 Nm de par máximo. Según la marca, la autonomía eléctrica WLTP es de 63 kilómetros. La batería se carga por completo desde vacío en 4 horas.
Este 2023 también veremos un e-Skyactiv X de gasolina con seis cilindros en línea y 3.0 litros. Por ahora desconocemos sus cifras de rendimiento, pero no tardaremos en saberlas. Por último, tenemos la nueva motorización e-Skyactiv D con un motor diésel de 3.3 litros con seis cilindros en línea.
Ambos cuentan con tecnología híbrida suave de 48 voltios (distintivo ECO de la DGT) y transmisión de ocho velocidades. El nuevo bloque diésel de aluminio tiene 3.283 cm3 de cilindrada, seis cilindros instalados longitudinalmente e inyección directa controlada electrónicamente a través de un sistema common rail.
Se presenta en dos niveles de potencia: 200 CV (147 kW) y 450 Nm de par con tracción trasera; y 254 CV (187 kW) y 550 Nm con tracción integral Mazda i-Activ AWD. Hemos podido probar ambas opciones ofrecen muy buenas prestaciones sin disparar los consumos. Su potencia es más que suficiente para mover con soltura los 1.900 kg del CX-60.
La batería asociada al sistema tiene una capacidad de 0.33 kWh y brinda función de avance por inercia. Por su parte, el motor eléctrico aporta 17 CV (12,4 kW) y 153 Nm de par. Lo cierto es que la diferencia de prestaciones no es especialmente notable. Decantarse por uno u otro dependerá, básicamente, de si queremos tracción trasera o total.
Para que os hagáis una idea, el RWD declara un 0 a 100 km/h en 8,4 segundos y el AWD, de 7,4 segundos. La recuperación de 80 a 120 km/h la llevan a cabo en 6,2 y 5,3 segundos entre marchas, respectivamente. Las velocidades máximas son de 219 y 212 km/h. Su aceleración en progresiva, pero contundente, con una correcta respuesta del acelerador.
En ambas versiones el motor gira a 1.800 rpm circulando a 120 km/h en octava velocidad.
Gracias a ello, es posible mantener la velocidad de crucero con soltura y sin esfuerzos; así como llevar a cabo adelantamientos en un espacio y tiempo breves, incluso con pasajeros y carga. La mayoría de los usuarios y situaciones no requerirán de mayores cifras de potencia como las que brinda el híbrido enchufable.
Encontramos dos modos de conducción: Normal y Sport. El AWD suma un tercero Offroad. Estos varían diversos parámetros del vehículo, como la respuesta del acelerador. Pese a ello, las diferencias entre modos no son especialmente apreciables. Respecto a la caja automática DCT de ocho relaciones, esta cumple a la perfección con su función.
Es suave en las subidas y bajadas de marcha, así como en la rapidez de maniobra. Cuenta con un modo secuencial en la palanca de cambios y levas tras el volante que giran solidarias. Eso sí, su enfoque no es la deportividad, ya que no resulta especialmente permisivo. Queda subordinado al confort y los consumos.
El depósito de combustible tiene una capacidad de 58 litros.
En este sentido, Mazda homologa un combinado WLTP de 5 l/100 km (RWD) y de 5,2 l/100 km (AWD). Durante la presentación, hemos obtenido consumos en autopista de apenas 4,7 y 5,4 l/100 km, respectivamente. Con el RWD, la cifra aumentó a 6,1 l/100 km tras poner a prueba el modelo por un puerto de montaña y vías secundarias.
Por último, merece la pena destacar el tremendo trabajo de Mazda por aislar el sonido de la mecánica tanto en el exterior como en el interior del vehículo. Además, al acelerar a fondo, el seis cilindros nos deleita con una bonita melodía que se intensifica si seleccionamos el modo Sport. En este sentido, tampoco tiene rival.
Version | Takumi e-SKYACTIV D - 6 cilindros en línea |
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Cilindrada | 3.283 cm³ |
Potencia | 200 CV (147 kW) @ 3.000 - 4.200 rpm / 254 CV (187 kW) @ 3.750 rpm |
Par | 450 Nm @ 1.400 - 3.000 rpm / 550 Nm @ 1.500 - 2.400 rpm |
Peso | 1.890 - 1.935 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.745 / 1.890 / 1.680 mm |
Volumen Maletero | 570 (1.726) litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 8,4 - 7,4 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 6,2 - 5,3 segundos |
Velocidad máxima | 212 - 219 km/h |
Consumo homologado | 5 - 5,2 l/100 km (WLTP) |
Emisiones CO2 por km | 129 - 137 g/km de CO₂ (Euro 6) |
Pegatina de la DGT | Eco |
Precio de partida | 55.819 o 59.419 euros (este acabado con 200 o 254 CV sin descuentos ni extras) |
Comportamiento Mazda CX-60 e-SKYACTIV D
El nuevo Mazda CX-60 no es solo una cara bonita. Hay que reconocer que los ingenieros también han hecho un excelente trabajo a nivel de conducción. Es puramente Mazda, con un tacto firme, rápido y directo que no renuncia en absoluto a la comodidad en autopista para devorar kilómetros sin despeinarse.
El chasis está muy trabajado, al igual que la dirección y las suspensiones. Los movimientos de la carrocería llegan al habitáculo de manera muy difuminada, salvo en tramos muy revirados. Además, el confort acústico es bueno y la suspensión, de tarado firme, filtra bien la mayoría de las imperfecciones del asfalto.
El CX-60 monta una suspensión independiente en ambos ejes. A diferencia de los alemanes, no podemos elegir distintos tipos de suspensión, ni hay suspensión neumática. Sin embargo, eso no impide a este Mazda presumir de un correcto compromiso entre confort y la agilidad. Lo más similar quizá sea un Audi Q5.
Con un tarado bastante firme -y seco en los movimientos rápidos de las ruedas-, el CX-60 contiene eficazmente los balanceos de la carrocería y cambia de apoyo con rapidez y naturalidad. A ello hemos de sumarle una de las direcciones que más nos gustan del mercado por el grado en que nos implica en la conducción.
La dirección de Mazda no peca de excesos de asistencia ni holguras. Es algo dura para usar en ciudad, pero directa, rápida y con gran retorno. Ofrece mucha información sobre la adherencia de los neumáticos y guía con gran precisión la trayectoria de las ruedas, resultando muy gratificante la forma en la que te implica en la conducción.
Donde más vas a notar la falta de asistencia es en maniobras en ciudad a baja velocidad, pero no te va a importar. Además, el CX-60 tiene un rodar suave, un buen aislamiento y una correcta visibilidad. Cabe señalar que el diámetro de giro es de 10,8 metros entre bordillos. La dirección no tiene asistencia en función de la velocidad.
Respecto al equipo de frenos, resulta eficaz en funcionamiento y cómodo de dosificar una vez te haces a él. Requiere de un período de adaptación por dureza. No hemos apreciado nada más que haya que destacar para un uso normal del Mazda CX-60. Equipa discos ventilados de 328 milímetros tanto en el eje delantero como en el trasero.
Por su parte, la tracción total nos aporta un plus de confianza y seguridad en carretera, sobre todo en situaciones de baja adherencia. Además, nos da cierta libertad fuera del asfalto. Eso sí, ni los neumáticos ni las cotas todoterreno lo convierten en un aventurero. La altura libre al suelo es de 175 mm, con ángulos de entrada, ventral y salida de 18,5º, 14,5º y 20º, respectivamente.
La capacidad de remolque es de 2.500 kg.
Por último, no falta un completo equipamiento de tecnologías de seguridad i-Activsense de asistencia al conductor. Son varias las novedades en la seguridad activa, como el asistente de intersecciones, detección de peatones traseros, mantenimiento en carril de emergencia, asistente de velocidad inteligente, función de ayuda al salir del habitáculo, detector de ángulo muerto, frenada de emergencia…
El funcionamiento de la mayoría de ellos es plenamente satisfactorio, pudiendo regularse la distancia a la que queremos que nos alerten y actúen. Las cámaras, por su parte, gozan de gran resolución y calidad de imagen. Sin duda alguna, Mazda ha hecho un excelente trabajo con el CX-60 para apuntar al segmento premium.
Equipamiento y precio
La oferta del Mazda CX-60 se puede solicitar con los acabados Prime-Line, Exclusive-Line, Homura y Takumi. El primero ya cuenta con faros Full LED, climatizador automático dual, sistema multimedia con pantalla táctil de 12,3 pulgadas, Apple CarPlay y Android Auto sin cables, llantas de aleación ligera de 18 pulgadas…
También de serie son el detector de objetos en ángulo muerto, aviso pre-colisión, frenada automática en ciudad, encendido automático de luces, sensor de parking trasero, navegador integrado, espejos térmicos, cuatro elevalunas eléctricos, asiento posterior abatible, faros antiniebla y freno de mano eléctrico, entre otros.
El nivel Exclusive-Line añade la cámara de visión trasera, SmartBeam, asientos delanteros calefactables y ventilados, volante térmico, acceso sin llave, arranque por botón, sensores de estacionamiento delanteros, Head-Up Display y llantas de aleación de mayor tamaño, entre muchos otros elementos de equipamiento.
La terminación Homura más deportiva ya salta a otro peldaño en términos de lujo. Suma a todo lo anterior el tapizado en piel de color negro, el paquete iluminación interior por LEDs, retrovisores, parrilla frontal y llantas de aleación terminadas en color negro, eliminación del paquete cromado, ambiente interior en color oscuro…
Por último, el más alto nivel Takumi disfruta del tapizado en piel «nappa» de color blanco, llantas de aleación de diseño específico en 20 pulgadas, apliques decorativos en madera natural, pack LED interior ambiental LED ampliado también para las plazas traseras, cristales sobretintados y un largo etcétera de equipamiento.
Los precios recomendados para la gama Mazda CX-60 2023 sin descuentos ni promociones son los siguientes:
PRIME-LINE | EXCLUSIVE-LINE | HOMURA | TAKUMI | |
2.5 PHEV 327 CV 4WD AT | 50.268€ | 51.818€ | 54.168€ | 55.718€ |
3.0D MHEV 200 CV AT | 48.719€ | 50.269€ | 54.269€ | 55.819€ |
3.0D MHEV 254 CV 4WD AT | – | 53.869€ | 57.869€ | 59.419€ |
Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
8.4
Notable+
El Mazda CX-60 es un producto muy elaborado e interesante. Se presenta como una alternativa a las opciones premium más conocidas del mercado. Por esa razón, llega cargado de opciones mecánicas, tecnología, diseño y, sobre todo, calidad percibida. No es asequible si se tiene en cuenta como un generalista, pero el nuevo buque insignia de la marca llega cargado de razones de compra.
Lo bueno
- Calidad interior, tacto de los materiales y calidad de ajustes y montaje.
- Insonorización del habitáculo y del motor.
- Sonido del seis cilindros en línea al acelerar con intensidad.
- Equipamiento de serie realmente amplio.
- Precio respecto a sus competidores premium.
- Tacto de conducción muy Mazda, te implica al volante.
- Excelentes consumos.
Lo mejorable
- Suspensión de corte seco en determinadas situaciones.
- Cuadro de instrumentos digital poco elaborado.
- No hay posibilidad de elegir diferentes trenes de rodaje como en los alemanes.
- La lista de opcionales es reducida y vienen en paquetes.
- Algunos asistentes son un tanto bruscos, como el mantenimiento de carril.
- La palanca de cambios resulta poco ergonómica si llevas algo de prisa.
- Asientos, reposacabezas y pedal de freno algo duros.