Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Capacidad off-road
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.8
Notable
Corría el año 1979 cuando Mercedes-Benz lanzaba al mercado el primer Clase G, un todoterreno de pura cepa con el que más de 300.000 clientes han vivido experiencias únicas durante casi cuatro décadas. Exteriormente el Clase G ha cambiado muy poco, sin embargo, bien podríamos decir que se ha reinventado constantemente, especialmente en esta última entrega. Es, simplemente, único.
Dicen que el Mercedes-Benz Clase G es uno de esos coches que hay que conducir una vez en la vida, y qué razón tienen. Es un vehículo icónico que, aunque pasen los años, sigue conservando ese atractivo y aplomo únicos. Buena prueba de ello es esta nueva generación, y es que un clásico es un clásico y debe mantener la misma esencia que el primer día.
Como sabrás, el Clase G ya tiene unos cuantos años a sus espaldas. En 2019 ha cumplido nada menos que 40 años de vida como uno de los 4×4 más salvajes y espartanos que se conservan hoy a la venta en el mercado. Aunque estéticamente pueda parecer algo envejecido, sigue siendo un coche increíblemente práctico y capaz que ha sufrido hasta 14 restyling desde su nacimiento en 1979.
Salvo por las ópticas y leves detalles, poco o nada nos permite diferenciar al nuevo modelo de su predecesor. Sigue siendo cuadrado, robusto y tan bestia como lo quiere el público, pero mejoran su chasis de largueros y travesaños, sus motores y las transmisiones, al tiempo que se incrementa su tecnología y gana en calidad. Además, crecen sus cotas.
Donde se ha producido un cambio más importante es en el interior, donde ahora encontramos un salpicadero repleto de tecnología y grandes pantallas muy en la línea del resto de productos de la gama Mercedes-Benz. Por fin lo hemos probado, así que demos un repaso a todas las virtudes y defectos que caracterizan a esta nueva generación.
Diseño exterior
El diseño exterior de ‘caja de zapatos’ que luce el Clase G parece firme y sólido desde un primer vistazo, con una gran cantidad de formas rectas que han cambiado muy poco desde que se construyera su primera maqueta a escala 1:1 en 1973. Con todo y con eso, con el paso de los años ha reducido su imagen más tosca y ruda para apostar por una imagen más lujosa.
Su parrilla frontal ha evolucionado, con nuevas lamas horizontales, al tiempo que sus paragolpes han recibido formas más estéticas. Gracias a las nuevas luces diurnas integradas en el faro LED High Performace principal, consigue un apariencia más actual y cercana a la de sus hermanos, pero por lo demás sigue siendo único en su especie.
En esta unidad contamos con los MULTIBEAM LED con 84 LED activables por separado -desde 5.063€ en paquete Advantage, Premium o Premium Plus-, lo que permite un ajuste muy rápido y preciso de los faros al tráfico. Tampoco pasan desapercibidos los intermitentes sobre el capó, una de sus señas de identidad y uno de los elementos que hacen única su conducción.
Es en la vista lateral donde más impone su presencia. Su superficie acristalada es generosa -con los cristales posteriores tintados (591€)- y sus tiradores de las puertas iguales a los de los años ’80, pero ahí reside precisamente uno de sus encantos, en la forma tan rústica en la que accedemos al habitáculo, con un sonido al abrir y cerrar de lo más característico.
Los espejos retrovisores cuentan con ajustes eléctricos, anti-deslumbramiento y calefacción, integrando los intermitentes. Ahora los pasos de rueda son del mismo color de la carrocería y albergan unas llantas de aleación AMG calzadas con neumáticos Pirelli Scorpion Zero en medidas 275/50 R20 113V M+S. No faltan las estriberas para facilitar el acceso al habitáculo.
Por otra parte, ha crecido en dimensiones y alcanza los 4.82 metros de largo (+53 mm), 1.93 metros de ancho (+64 mm) y 1.97 metros de alto. La batalla mide 2.890 mm y las vías delantera y trasera miden 1.638 mm. El coeficiente aerodinámico es de 0,54. Puede parecer enorme a primera vista, pero el Mercedes-Benz GLS le supera en longitud y anchura.
La zaga es una de las partes que menos ha cambiado con el paso de los años, con la clásica rueda de repuesto situada sobre el portón trasero y las ópticas traseras cuadradas, al igual que la enorme ventanilla trasera. Lo que más me gusta es que la cámara de marcha atrás vaya ahora situada en una posición más baja, permitiendo ver mejor los obstáculos.
Los sensores de aparcamiento delanteros y traseros, así como la ayuda activa para aparcar y la cámara trasera son de serie, pero podemos complementarlos con el paquete de aparcamiento con cámara de 360º -1.283€- que incluye la delantera y dos laterales. También se incluyen en los paquetes Premium y Premium Plus junto a muchos otros elementos.
El parachoques trasero ha recibido algunos cambios que suavizan sus líneas, pero apenas se aprecia a primera vista si no tenemos al lado modelos de generaciones anteriores. El enganche de remolque es de serie y vista desde arriba, esta unidad cuenta con un techo solar practicable eléctrico con cortinilla manual -2.253€ o paquetes Premium y Premium Plus-.
Por último, hay que mencionar que el Paquete AMG Line -6.387€- de esta unidad incluye discos delanteros perforados, kit estético AMG, detalles de acero inoxidable, alfombrillas AMG, pasos de rueda ensanchados, pedales de acero inoxidable, volante deportivo, llantas de 20 pulgadas, escape deportivo y listones de las puertas con iluminación, entre otros.
Diseño interior
El Clase G ha experimentado una revolución en su interior que lo acerca en términos de calidad y acabados a sus hermanos de gama, perdiendo prácticamente todo su carácter espartano y rudimentario. Con todo y con eso, se mantienen dos detalles esenciales, el asidero sobre el salpicadero en el lado del acompañante y los tres botones clásicos de los bloqueos.
También son características las formas geométricas, simétricas y robustas a lo largo de todo el salpicadero, pero el salto evolutivo es notable. La tendencia del mercado va hacia la digitalización, así que no podían faltar las enormes pantallas del resto de la gama o las toberas de aire circulares ¿Realmente pegan estos elementos en un Clase G?
Pues sí y no. Soy de los que consideran que un clásico es un clásico y no son necesarias tantas ‘pijerías’ para seguir vendiendo un vehículo como este, pudiendo modernizarlo sin necesidad de copiar al resto de la gama, pero el mercado manda y desde Mercedes-Benz quieren que su mítico todoterreno sea y parezca moderno, al tiempo que mantiene su esencia.
En cualquier caso, Mercedes-Benz ha puesto mucho esmero en el interior de la Clase G, que forma una unidad armoniosa con el expresivo, clásico y elegante exterior. Cuando nos montamos en él nos llama la atención el tecnológico salpicadero, con la nueva moldura que cubre la anchura total del habitáculo y subraya la habitabilidad del modelo.
En términos de calidad y ajustes ha mejorado, con una mayor proporción de superficies blandas y una reducción de los plásticos rígidos, pero todavía encontramos algunos crujidos en el salpicadero. Por suerte, en esta unidad muchos de los elementos en el tedioso Piano Black se han sustituido por las molduras en madera, que le dan un toque aún más elegante.
El cliente puede elegir entre diversas maderas nobles (raíz de nogal o fresno metalizado), aluminios y lacados.
En general, transmite gran sensación de calidad, mucha más que su predecesor y, tanto para la tapicería como para las molduras, hay múltiples opciones disponibles. Destacan especialmente en términos de lujo los paquetes Interior exclusivo -8.057€- e Interior exclusivo Plus -13.161€-, que ofrecen un abundante abanico de equipamiento.
Por otra parte, en el tablero de esta unidad vemos madera y un revestimiento de símil de cuero. El diseño de los difusores de ventilación, el reloj analógico y los mandos de nueva configuración por debajo de la unidad central subrayan la impresión general de alta calidad, manteniéndose los característicos botones de bloqueo del diferencial.
Detrás del volante de tres radios -que puede ser calefactado (400€)-, multifunción de cuero con botones táctiles y ajuste eléctrico, se encuentra como elemento central de la configuración horizontal del habitáculo un display de diseño radicalmente tecnológico que ya hemos visto en otros modelos y que reemplaza al cuadro de instrumentos tradicional.
El diseño de los dos relojes redondos para la velocidad (izquierda) y el número de revoluciones (derecha) se basa en los elementos clásicos y este último es personalizable, pudiendo ofrecer distintas informaciones como, por ejemplo, la navegación. Lo que no podemos equipar es un Head Up Display por la posición tan vertical de la luneta.
El menú situado entre los dos relojes redondos para «Viaje», «Navegación» y «Multimedia» con los submenús correspondientes resulta familiar a primera vista, y se maneja como hasta ahora, accionando teclas en el volante. El área central entre los relojes se utiliza para visualizar informaciones de los sistemas de asistencia a la conducción.
Siempre que interviene uno de estos asistentes, como el DISTRONIC PLUS, el Stop&Go Pilot, el control activo de ángulo muerto o el detector activo de cambio de carril, se visualiza la advertencia correspondiente de un modo fácilmente comprensible para el conductor. El paquete de asistencias a la conducción tiene un coste de 2.016 euros.
En total, dos displays en color TFT de alta definición con 12,2 (cuadro de instrumentos) y 12,3 (sistema multimedia) pulgadas, constituyen la central de información de la Clase G. La pantalla izquierda asume la función del cuadro de instrumentos y muestra todas las informaciones relevantes para el conductor, pudiendo configurarse en diversos modos.
El display derecho se utiliza para el manejo ergonómico de las funciones de infoentretenimiento y de confort, aunque carece del más novedoso sistema MBUX. Es rápido, intuitivo y cuenta con unos gráficos excelentes, posicionándose en este sentido entre los mejores del segmento. Lo mismo ocurre con la instrumentación.
Bajo el sistema de infoentretenimiento encontramos una hilera compuesta de 11 botones que nos dan acceso a funciones del climatizador trizona y, a continuación, los conocidos botones de acceso directo a las funciones del sistema multimedia junto al mencionado reloj analógico. Si continuamos con el orden descendente, nos toparemos con dos posavasos cubiertos.
Lo cierto es que no hay abundantes huecos portaobjetos, pero sí los suficientes. Delante del apoyabrazos fijo ubicado entre los dos asientos se sitúa el completo centro de mando rodeando al controlador táctil COMAND para el sistema de infoentretenimiento, el teléfono y las funciones del coche, entre otros.
Un detalle especial de alto valor son las superficies metalizadas de los interruptores, con pintura de efecto aluminio armonizadas con los colores del habitáculo y en contraste con el acabado de la consola central. Ahora, estas superficies metalizadas también están presentes en el volante, junto a nuevos controles táctiles.
En combinación con el cambio automático, la palanca selectora situada tradicionalmente en la consola central se sustituye por una palanca DIRECT SELECT y levas de cambio tras el volante multifunción. De ese modo, la sección horizontal de la consola central ofrece más espacio. Junto a los aireadores centrales encontramos el discreto botón de arranque y parada.
En términos de habitabilidad, las plazas delanteras gozan de un amplio espacio y unos comodísimos asientos. Cuentan con ajuste eléctrico, apoyo lumbar, memoria y calefacción de serie, pero también podemos equipar masaje, función dinámica (hincha los laterales al girar) y climatización por los 4.548 euros adicionales que cuesta el paquete de asientos multicontorno.
Los ocupantes de la segunda fila ahora también disponen de asientos de primera. Por su concepción y exclusividad, los asientos, los paneles de las puertas y los mandos no tienen nada que envidiar a los de la parte delantera. Además, también son calefactados de serie, salvo en el caso de la plaza central.
Los amplios asientos traseros de serie están formados por un banco con tres plazas, un apoyabrazos con compartimento y portavasos doble. Cuentan con anclajes ISOFIX para sillas infantiles y pueden equipar airbags laterales -470€-. Desde los mismos podemos incluso acceder al maletero.
Si bien atrás no es tan amplio como podría parecer desde el exterior, mejoran la practicidad y las cotas interiores para incrementar el confort de los pasajeros. Atrás pueden viajar tres adultos cómodamente por espacio para las piernas, altura y anchura. El acceso es cómodo, pero se complica principalmente por la altura libre del conjunto.
Estas son las nuevas cifras:
Cota | Diferencia |
Espacio libre para las piernas delante | + 38 mm |
Espacio libre para las piernas detrás | + 150 mm |
Anchura a la altura de los hombros delante | + 38 mm |
Anchura a la altura de los hombros detrás | + 27 mm |
Espacio a la altura de los codos delante | + 68 mm |
Espacio a la altura de los codos detrás | + 56 mm |
Respecto al espacio de carga, el maletero del Clase G goza de un total de 454 litros (pierde 37 litros), ampliables hasta nada menos que 1.941 litros. Los asientos son abatibles -60:40- y sus formas son regulares, pero no hay doble fondo. Pone la guinda del pastel un portón que se abre de forma lateral, como en los 4×4 de antaño. Sencillamente único.
Motorización
El Mercedes-Benz Clase G está disponible con tres mecánicas diferentes, una diésel y dos gasolina. La rama de los gasolina arranca con el G 500, equipado con un V8 con 4.0 litros y dos turbocompresores que rinden 422 CV (310 kW) y 610 Nm. Puede acelerar de 0 a 100 km/h en 5,9 segundos, no está nada mal para una bestia de más de dos toneladas y media de peso…
Justo en un escalón superior está el todopoderoso Mercedes-AMG G 63. Ahora equipa un bloque V8 de 4.0 litros capaz de desarrollar 585 CV de potencia y 850 Nm de par para catapultarlo de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos. Este rendimiento dinámico se mantiene hasta la velocidad máxima limitada de 220 km/h, o 240 km/h con el paquete AMG Driver.
En la oferta diésel encontramos el G 350 d objeto de esta prueba, el cual cuenta con un bloque de aluminio con dos árboles de levas en la culata, inyección directa por conducto común, turbo e intercooler que, con 2.925 cm3 y cuatro válvulas, desarrolla una potencia de 286 CV (210 kW) entre las 3.400 y las 4.600 rpm.
Todo ello va asociado a un par máximo de 600 Nm entre las 1.200 y las 3.200 vueltas, lo que hace del Clase G 350 d un coche mucho más elástico en esta generación. No solo empuja con fuerza desde más abajo, sino que, además, lo hace en un rango bastante más amplio de revoluciones, algo ideal a la hora de remolcar peso o practicar una conducción off road.
También es novedad la introducción del cambio automático por convertidor de par 9G-Tronic en este modelo. La nueva transmisión permite rebajar los consumos de forma notoria y cumple con su finalidad de manera diligente en función del modo de conducción seleccionado en el DYNAMIC SELECT: Eco, Comfort, Sport e Individual.
Sin lugar a duda, el Clase G se ha refinado hasta límites insospechados. De hecho, una de las mejoras más importantes de la mecánica es la insonorización, además de un sutil aumento de las prestaciones y un notable incremento de la eficiencia. Con ello, Mercedes-Benz ha logrado un producto más capaz que cumple con la estricta normativa de emisiones.
Con sus cifras de potencia, el Mercedes-Benz G 350 d es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 7.4 segundos, recuperando de 80 a 120 km/h en torno a los 6.3 segundos y alcanzando una velocidad máxima de 199 km/h, por lo que en ningún caso hablamos de un todoterreno perezoso, a pesar de declarar sobre la báscula 2.451 kilogramos.
Respecto a los consumos, Mercedes-Benz anuncia un combinado de 9.6 litros a los 100 kilómetros, pero tras probarlo durante varios días en un viaje de 1.000 kilómetros con tres personas a bordo, el ordenador de a bordo indicó más de 12 l/100 km en ciudad, bajando a 10.9 l/100 km en carretera y deteniéndose en un combinado de 11.4 litros en términos reales.
Sí, es muy tragón a pesar de tratarse de un diésel, pero no tendrás excesivos problemas de autonomía gracias a su depósito de combustible de 100 litros. Por desgracia, en autopista su mayor hándicap es la aerodinámica, porque en novena velocidad el motor gira a apenas 1.600 rpm a 120 km/h, lo que ayuda a contener los consumos.
Respecto al cambio 9G-Tronic, este hace gala de la misma suavidad y rapidez que en el resto de los modelos de la gama, lo que nos permite aprovechar todas las capacidades del Clase G. Como es habitual, la palanca no tiene un modo secuencial, pero sí que hay levas metálicas tras el volante, algo que siempre viene bien fuera del asfalto.
En una conducción tranquila, el cambio 9G-Tronic sube de marcha en el entorno de las 1.500 rpm.
Ficha técnica
Version | G 350 d - 6 cilindros en V |
---|---|
Cilindrada | 2.925 cm³ |
Potencia | 286 CV (210 kW) @ 3.400 - 4.600 rpm |
Par | 600 Nm @ 1.200 - 3.200 rpm |
Peso | 2.451 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.817 / 1.931 / 1.969 mm |
Volumen Maletero | 454 (1.941) litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 7,4 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 6,3 segundos |
Velocidad máxima | 199 km/h |
Consumo homologado | 9,6 l/100 km (combinado WLTP) |
Emisiones CO2 por km | 252 g/km de CO₂ (Euro 6) |
Precio de partida | 114.500 euros (este motor y acabado sin descuentos) |
Comportamiento
Una de las cosas que más llama la atención al volante de un Clase G es el puesto de conducción, situado a tal altura que parece que estamos conduciendo un camión. Si lo que estás buscando es un vehículo para moverte por la ciudad, el Clase G indudablemente no es para ti, sin perjuicio de que puedas hacerlo con mayor o menor facilidad.
Su visibilidad es realmente buena dada la asombrosa altura a la que vas sentado, salvo por la parte trasera a causa de la rueda de repuesto, aunque es justo señalar que ha mejorado mucho, al igual que la visión que ofrece la cámara de marcha atrás. Lo que no mejora es la maniobrabilidad, con un diámetro de giro que se mantiene en 13,6 metros entre paredes.
Sí sorprende, por el contrario, lo bien que entra en las plazas de aparcamiento, ya que no es ni tan largo ni tan ancho como parece -recordemos que un Mercedes-Benz GLS es mayor en ambas cotas-, aunque como os digo, maniobrar con él requiere paciencia. Adicionalmente, cuenta con sensores de aparcamiento traseros y, en este caso, cámaras 360º.
Opcionalmente podemos equipar el tren de rodaje con amortiguación adaptativa regulable -1.941€- con dos programas: Confort y Sport.
En carretera el aplomo del Clase G es notable, con unas suspensiones realmente cómodas. En el eje trasero se monta un nuevo eje rígido con cuatro brazos longitudinales a cada lado y una barra Panhard, lo que aumenta el confort al circular por carretera. A nivel técnico, tampoco faltan una nueva suspensión AMG y un peso total que se reduce en 170 kilos.
Por otra parte, nos encontramos con un tacto de la dirección que ha mejorado mucho, especialmente a la hora de hacer largos viajes. Ahora ofrece una asistencia mucho más equilibrada que, sin llegar a ser ideal para enlazar curvas, muestra un mayor peso a velocidades de crucero elevadas, mejorando el confort y el paso por curva.
Ya no hay que hacer constantes correcciones y la dirección ofrece desmultiplicación no lineal y asistencia en función de la velocidad. Además, la insonorización en carretera ha mejorado de forma notoria, especialmente con el doble acristalamiento, así que la mayor incomodidad a la hora de viajar es la postura de conducción, excesivamente vertical.
Con todo y con eso sigue siendo un coche torpe, pero lo cierto es que no esperas otra cosa de él, porque te va a enamorar por muchas otras razones. Enlazar curvas y Clase G no son dos conceptos que deben rondar por tu cabeza, pues su elevado centro de gravedad y unos acusados balanceos de la carrocería harán saltar rápidamente los controles de estabilidad.
En el campo, el Clase G es otro cantar, ya que ha sufrido un incremento en sus capacidades todoterreno, algo muy raro de ver hoy en día donde todo el mundo lo que quiere es un SUV para adentrarse en el tráfico diario. Así, vemos novedades como:
- Una reductora que puede conectarse en marcha hasta 40 km/h (pasando por la posición ‘N’ en el cambio 9G-TRONIC) y desconectarse hasta 70 km/h.
- Unos ángulos de entrada y ventral que mejoran en 1º, con 31º y 26º, respectivamente (el ángulo de salida se mantiene en 30º).
- Una capacidad de vadeo 10 centímetros mayor (hasta 70 cm).
- Una inclinación lateral 7º mayor, hasta 35º.
- Una capacidad de superar pendientes de hasta 45°, lo que supone una capacidad ascensional del 100%.
- Un reparto del par en condiciones normales de 40/60 (delante/detrás).
- La presencia de tres diferenciales bloqueables al 100%, capaces de distribuir todo el par a uno de los ejes, o las ruedas.
- Unos recorridos de suspensiones de 85-100 mm en el eje delantero y 82-142 mm en el eje trasero.
- Una altura libre entre ejes respecto al suelo 6 mm mayor (hasta 241 mm).
Gracias a un nuevo tren de rodaje, también encontramos el G-Mode, un modo para todoterreno que adapta la amortiguación regulable del tren de rodaje, la dirección y el acelerador para ofrecer la mejor experiencia off road posible en cualquier modo de conducción –se activa al conectar uno de los bloqueos-.
De manera opcional podemos equipar la protección técnica de bajos -360€-.
Recordemos que en el salpicadero también podemos ver varios controles de tracción, como en anteriores generaciones. Al igual que sus predecesores, esta nueva generación ha tenido que superar los retos de la montaña de Schöckl, el macizo ubicado cerca de Graz, Austria, donde se pone a prueba y se fabrica el modelo desde su nacimiento en 1979.
Equipamiento y precio
En España, todos los Mercedes-Benz Clase G cuentan con una dotación sumamente completa. En seguridad no faltan los múltiples airbags, detector de fatiga, lector de señales de tráfico, alerta de cambio de carril, sistema de mantenimiento de carril, sistema PRE-SAFE, freno de mano eléctrico, faros LED, sensor de lluvia y encendido automático de luces.
Otros elementos estándar son los cuatro elevalunas, cámara posterior, sistema de navegación Command, bluetooth, USB, control por voz, ordenador de viaje, volante multifunción, climatizador Thermotronic, llantas de aleación de 18 pulgadas, tapizado en piel, control de crucero, asientos eléctricos, asientos calefactables delanteros y traseros, volante deportivo…
El citado sistema multimedia posee una pantalla de 12.3 pulgadas con servicios conectados, Wi-Fi LTE, Apple CarPlay, Android Auto, tres años de actualizaciones gratis de los mapas, lector de SMS, lector de tarjetas SD, función streaming de audio, panel táctil controlador… Lo hemos visto en detalle en el apartado de ‘Diseño interior’.
Como buen alemán que es, también hay disponible un extenso listado de opcionales, con elementos como el parabrisas calefactado -672€-, la calefacción independiente con telemando -2.342€-, la ionización del aire -299€-, el las alfombrillas de goma -265€-, elmando de apertura del garaje -346€-, la carga inalámbrica de smartphones -801€- o el entretenimiento para las plazas traseras -2.715€-, además de los ya mencionados.
Los precios del Mercedes-Benz Clase G en España sin descuentos ni promociones son los siguientes:
Versión | Potencia | Precio |
G 350 d | 210 kW (286 CV) | 114.500 euros |
G 500 | 310 kW (421 CV) | 127.450 euros |
Mercedes-AMG G 63 | 420 kW (585 CV) | 173.750 euros |
- Diseño único. No es el más bonito del mercado, ni el más fresco, ni el más aerodinámico, pero no hay ninguno como él y eso lo hace muy especial.
- Los detalles que lo hacen único: el asidero del pasajero en el salpicadero, la forma de abrir y cerrar las puertas tan rudimentaria, la rueda de repuesto y la forma de abrir el portón…
- Salto tecnológico brutal en el interior.
- Notable incremento en lujo, seguridad y confort. Ahora sí que es un Mercedes-Benz, con cierto toque clásico.
- Sensaciones de conducción únicas. Parece que vas a bordo de un camión, encarar las curvas con cierta velocidad es toda una aventura y sorprende la forma en la que empuja con un peso de más de 2.5 toneladas, especialmente en el modo Sport.
- Espacio interior sobresaliente sin que el modelo sea excesivamente grande (aunque lo parezca).
- Capacidades off road excelentes, puedes meterlo por donde quieras.
- Mejora notable en insonorización y confort en carretera. Suspensión y dirección muy mejoradas.
- No es el coche más práctico para el día a día ni por dimensiones, ni por altura, ni por visión trasera ni, por supuesto, por maniobrabilidad.
- Su precio es desorbitado incluso para tratarse de un coche tan «exclusivo», al igual que el de los opcionales.
- El consumo incluso de la versión diésel está muy por encima del de sus rivales, aunque es cierto que cuenta con un generoso depósito de combustible de 100 litros.
- Cerrar las puertas requiere cierta energía y, en muchas ocasiones, varios intentos.
- Balanceos de la carrocería acusados en tramos de curvas, con una dirección lenta que nos obliga a circular excesivamente despacio en algunos casos.
- No permite equipar todas las asistencias a la conducción de los modelos más altos de la gama Mercedes-Benz.