Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.5
Notable
Mercedes-Benz vuelve a la a sorprendernos con una bonita apuesta SUV premium coupé de tamaño medio que nos hará disfrutar gracias a sus posibilidades de equipamiento, a su gama mecánica asociada a la nueva transmisión 9G TRONIC y a la tracción 4MATIC. Sus capacidades off-road son excelentes, igual que la dinámica en el asfalto, todo ello rematado por un interior confortable -aunque algo justo-.
No cabe duda de que la nueva estrategia de Mercedes-Benz de crear un producto con aspecto juvenil, mejor equipado y que se ajuste a bolsillos algo más modestos ha funcionado más que bien. Si el Clase A, el Clase B, el CLA y el Clase C han sido un éxito, no te puedes imaginar lo que está significando para la casa germana de la estrella cruzar esa exitosa combinación con lo que actualmente demanda el mercado, lo que viene siendo un vehículo de tipo SUV.
Si el GLC llegó para sustituir al desafortunado GLK, el GLC Coupé fue puesto en el mercado para robarle su trozo del pastel al BMW X4. Al igual que el GLC estándar, el coupé estrena un montón de mejoras que hacen que el vehículo cuente con una agradable dinámica de conducción dentro de la carretera y una capacidad muy interesante fuera de ella (aunque algo peor que la del GLC, todo sea dicho).
Los SUVs ya no son lo que eran y por eso Mercedes-Benz quiso demostrarnos de lo que eran capaces sus vehículos de la familia G. Ya hemos probado el GLA, el GLC, el GLE, el GLS e incluso el mítico G, sin embargo, hoy me voy a centrar en el GLC Coupé, ya que es uno de los modelos que mejores ventas está logrando en el mercado gracias a su atractivo. En su momento BMW dio en el clavo, primero con el X6 y, posteriormente, con la introducción del X4, por lo que la firma de la estrella no podía dejar pasar su oportunidad.
Si a lo de que las ventas de las variantes “coupé” derivadas de estos grandes SUV o SAP le añadimos un mínimo coste de desarrollo (ya que comparten casi todo con el modelo del que derivan), los beneficios están más que asegurados y además cubren un nicho de mercado que anteriormente no cubrían. Lo cierto es que con la mezcla de SUV multifunción y sugerente coupé se consigue un logrado equilibrio entre el plano emocional y el racional que vamos a analizar a fondo.
¿Tiene sentido este modelo? Veámoslo…
Diseño exterior
La variante coupé del GLC es casi ocho centímetros más largo y unos cuatro centímetros más bajo que el GLC, con el que comparte la arquitectura básica. En conjunto, el GLC Coupé resulta dinámico y compacto gracias a una longitud exterior de 4,73 metros, una altura de 1,60 metros y una anchura de 1,89 metros, mientras que la batalla asciende a 2.873 mm y los anchos de vía delantera y trasera se detienen en 1.620 y 1.619 milímetros, respectivamente. El coeficiente aerodinámico es de Cx 0,31.
En el frontal destaca la vistosa parrilla de efecto diamante, de marcada verticalidad, con lama única y estrella integrada. También llaman la atención el voladizo corto y la protección de los bajos, esta última como alusión al espíritu SUV. El innovador concepto de los faros, disponibles de serie en versión LED High Performance, presenta la impronta luminosa característica de Mercedes-Benz, mientras que las amplias tomas de aire laterales añaden una dosis extra de deportividad.
La perfecta armonía entre conceptos supuestamente opuestos como un coupé y un SUV se manifiesta en la vista lateral del GLC Coupé, con una línea de techo estilizada típica de un coupé deportivo. El habitáculo bajo se ciñe perfectamente al lateral del vehículo, subrayando el carácter de coupé sin afectar en exceso a la comodidad de los pasajeros. Las proporciones resultantes de combinar una línea de cintura alta con hombros anchos confieren al GLC Coupé un particular dinamismo visual.
Hay disponibles 11 colores exteriores para la carrocería entre los que podemos encontrar tonos clásicos o alegres y diversos acabados: uniforme, designo y metalizado. En este caso tenemos un Rojo Jacinto metalizado -1.654€-.
Los peldaños que se ofrecen en calidad de equipo opcional visualizan los inconfundibles genes de SUV. Las ruedas anchas enrasadas con la carrocería están disponibles en varios formatos de entre 18 y 20 pulgadas. Junto con la generosa altura libre sobre el suelo, las ruedas acreditan las ambiciones deportivas del GLC Coupé. En este caso, vemos unas llantas AMG de 19 pulgadas que dejan bastante perfil para incrementar la comodidad abordo, calzando unos neumáticos Hankook Ventus S1 Evo2 SUV en medidas 235/55 R19 101Y.
La configuración de la parte trasera del vehículo es otro de los factores que realzan el aspecto de coupé. La ancha zaga del GLC Coupé con hombros contundentes, un poderoso paragolpes con embellecedores integrados de las salidas de escape y la protección de los bajos en forma de difusor trazan una imagen atlética de presencia rotunda. Al igual que los faros, el diseño nocturno de los pilotos traseros de LED es una seña de identidad del alumbrado característico de Mercedes-Benz. Por desgracia, las dos salidas de escape cromadas son falsas y el tubo queda escondido bajo el vehículo.
Diseño interior
El habitáculo del Mercedes-Benz GLC Coupé refleja el gran paso adelante en términos de calidad y diseño que hemos podido ver en otros modelos de la marca. A gran parte de los elementos del equipamiento interior se les ha dotado de un acabado galvanizado, dando lugar a superficies metálicas con “tacto frío” pero muy moderno y deportivo que, en este caso, contrastan con las molduras de madera de fresno marrón de poros abiertos -569€- que, por suerte, sustituyen al odioso Piano Black que tan poco práctico resulta porque es casi imposible tenerla limpia o sin arañazos.
Sí que es cierto que hay algunas cosas que no me terminan de encajar en un vehículo de su precio. A pesar de que se ha incrementado la sensación de empaque con la ayuda de un lenguaje de diseño específico que, a la vista, resulta muy atractivo, la presencia de los plásticos duros se hace palpable en gran parte del habitáculo. Lo mismo ocurre con el tacto de los materiales, agradable en gran parte de las zonas, pero bastante pobre en otras tantas que, por suerte, se han reservado para las partes bajas.
El trabajo de ensamblado se ha realizado con sumo cuidado y atención al detalle, de modo que parece que ha sido moldeado en una sola pieza. Es aquí donde se aprecia el mayor énfasis de la marca en mejorar los ajustes, pero fácilmente podremos encontrar algunos crujidos en el salpicadero o la consola central sin aplicar demasiada fuerza. A mi parecer, es uno de los puntos a mejorar, pero no dista en exceso de otros modelos de su nivel que también se hacen llamar premium.
Mercedes-Benz ofrece un total de 16 tapicerías de tela o de cuero para el habitáculo del GLC Coupé y siete opciones de molduras para las puertas y la consola central.
El salpicadero de revestimiento acolchado incorpora cinco salidas de aire redondas. La dirección del flujo de aire se regula con una rueda que junto con el mecanismo se asemeja a la turbina de un avión. Lo más visible de la consola quizá sea la pantalla de grandes dimensiones que pertenece al COMAND Online. La pantalla está rodeada por un marco negro, tal y como sucede con el resto de equipos de la marca Becker y su manejo se realiza mediante un nuevo mando táctil al que van aparejados tres botones.
He de decir que la pantalla es un poco “pegote”. No puede extraerse, ni replegarse, y mucho menos adaptarse en caso de reflejo, por lo que en cierto modo, es un gran error, aunque el mercado esté siguiendo esta tendencia. Estaría bastante mejor una pantalla que pudiese ocultarse tal y como hace Audi con sus sistema de infoentretenimiento Otro de los grandes errores de la distribución de botones es la ubicación de los warning, que no solo cuentan con un botón muy pequeño, sino que además queda bastante alejado del radio de acción del conductor.
Esta motorización viene asociada al cambio automático 9G-TRONIC que carece de palanca de cambios como tal, resultando esta sustituida por una maneta situada a la derecha del volante y, como no, con un sistema de levas.
Este “American Style” en la palanca de cambios hace que el vehículo logre un gran hueco con tapa en donde tradicionalmente se encuentra el accionamiento del cambio de marchas y la palanca. Por otro lado, al poseer un freno de estacionamiento eléctrico, ganamos espacios en la prolongación de la consola central. A ambos lados de la misma, se presentan los asientos delanteros, muy deportivos en cuanto a sujeción se refiere a la par que cómodos. Con carácter opcional podemos añadir a los mismos la regulación eléctrica, la memoria, la calefacción….
El cómodo y renovado volante de 4 radios viene con 12 botones y un bisel galvanizado. En el caso de los acabados deportivos el aro se encuentra revestido en cuero perforado y con las costuras en color gris oscuro. Tras este, el cuadro de instrumentos se compone de dos grandes círculos. En nuestro acabado contábamos con unas agujas de color rojo. Justo en la parte central del panel de instrumentos encontramos el ordenador de abordo, formado por una increíble pantalla a todo color en la que podemos consultar cualquier información necesaria para el conductor.
En términos de habitabilidad, el GLC Coupé es un modelo que cuenta con cinco plazas homologadas y las mismas cotas que el GLC -salvo en altura y acceso a la parte trasera, algo peores-, pudiendo viajar atrás tres personas con relativa comodidad. Es incómodo viajar en la plaza central debido a la forma de la banqueta y al prominente túnel de transmisión que limita el espacio para los pies, pero las plazas laterales se asemejan a las plazas delanteras y ofrecen buena altura al techo, por lo que los viajes largos de cuatro personas en este modelo son realmente cómodos.
En la parte trasera se encuentra un amplio maletero iluminado cuyo volumen es de 500 litros (50 litros menos que el GLC), la misma capacidad que podemos encontrar en un BMW X4 de actual generación y ampliables a 1.400 litros al abatir la segunda fila de asientos en proporción 40:20:40. Hay dos palancas en los extremos para abatir los respaldos cómodamente.
Con apretar un botón, el gran portón se abre automáticamente dejando paso a un maletero de formas muy regulares, con dos pequeños huecos portaobjetos a ambos lados, varios anclajes y un doble fondo compartimentado. La función HANDS-FREE ACCESS también permite abrir y cerrar el portón trasero sin tocar la manilla, lo que aumenta el confort a la hora de introducir o sacar equipaje del maletero.
Motorización
Para el Mercedes-Benz GLC Coupé están disponibles un total de cuatro motorizaciones gasolina y tres motorizaciones diésel, todas ellas con el cambio automático 9G-Tronic y tracción total 4MATIC de serie. Entre las primeras encontramos el básico GLC 250 4MATIC Coupé con cuatro cilindros y 211 CV.
Luego ya pasamos a las variantes AMG, cuya gama se compone del GLC 43 4MATIC Coupé de seis cilindros con 367 CV, el GLC 63 4MATIC+ Coupé V8 de 476 CV y el GLC 63 S 4MATIC+ Coupé V8 de 510 CV. Las versiones ‘63’ equipan el cambio deportivo de 9 velocidades SPEEDSHIFT MCT AMG.
Respecto a la gama diésel, esta se compone del GLC 220 d 4MATIC Coupé con un motor de cuatro cilindros de nuevo desarrollo y 170 CV, el GLC 250 d 4MATIC Coupé también cuatro en línea con 204 CV, y el GLC 350 d 4MATIC Coupé con seis cilindros en V y 258 CV.
Para la prueba he optado por la motorización 220 d, la cual resulta la más demandada por su equilibrio en rendimiento y su precio. Gracias a sus 125 kW/170 CV y 400 Nm de par disponibles desde las 1.400 rpm (lo que le permite ser efectivo en un rango generoso de vueltas), este bloque fabricado en hierro y aluminio con dos árboles de levas en la culata, inyección directa por conducto común, turbo, geometría variable e intercooler, logra acelerar los 1.845 kg de peso hasta los 100 km/h en 8,3 segundos.
Desde luego, no es una mala cifra, permitiendo alcanzar al modelo una velocidad máxima de 210 km/h con una recuperación de 80 a 120 km/h en apenas 6,4 segundos. Y lo mejor de todo es que la gama está asociada a la excelente transmisión automática de nueve velocidades 9G-TRONIC que es, simplemente, una delicia, pues lleva a cabo cambios de relación rápidos operando a un régimen de revoluciones más bajo que afecta positivamente en la eficiencia y el confort acústico.
Lo primero que te llama la atención al pulsar el botón de arranque del GLC Coupé es la escasa rumorosidad de su motor, lo que se traduce en un gran confort de marcha y una calidad de rodadura notable. No sólo no transmite apenas ninguna vibración a la carrocería, sino que además es bastante silencioso tanto en el exterior como en el interior del vehículo, a lo que se une una gran insonorización del habitáculo que podemos reforzar con las lunas laminadas.
Al acelerar, su respuesta es suave y directa en relación a la fuerza ejercida sobre el acelerador, armonizando su diseño dinámico con una suspensión que rebaja en 1,5 cm la carrocería respecto al GLC estándar y lo convierte en un modelo algo más ágil en carretera.
Lo único que podríamos echar en falta en el apartado de rendimiento es la respuesta de la transmisión automática, algo lenta saliendo desde parado o cuando pisamos repentinamente el acelerador a fondo (salvo que vayas en modo Sport o Sport+ que mejora ligeramente), pues requiere varios segundos para elegir la marcha correcta e impulsar al modelo. Otra opción es jugar con las levas que encontrarás tras el volante.
Y para rematar, adicionalmente cuenta con hasta cinco modos de conducción -en función del equipamiento- configurables con un botón ubicado en la consola central (al igual que sus hermanos de gama).
El modo «Confort» es un programa equilibrado con el correspondiente reglaje del tren de rodaje y con una armonización de la cadena cinemática orientada a economizar combustible. El programa «Confort» es el primero en activarse tras el arranque, es decir, es el programa básico.
El programa «ECO» está optimizado para minimizar el consumo de combustible. Para ello se aceptan pequeñas mermas del confort en situaciones concretas de marcha; por ejemplo, la reducción de la potencia de los asientos calefactados y de la luneta térmica trasera y la adaptación del efecto refrigerador del equipo de aire acondicionado. Este trabaja con arranque directo asistido por el arrancador. Esto significa lo siguiente: al apagar el motor, un sensor en el cigüeñal registra la posición angular de éste, de modo que la unidad de gestión del motor sabe en qué posición se encuentra cada cilindro. Al arrancar de nuevo el motor, el sistema enciende en primer lugar el cilindro que se encuentra en la posición más favorable.
El programa «Sport» se caracteriza por su agilidad y el mayor placer de conducción, con un reglaje deportivo y una característica directa del pedal acelerador. El tren de rodaje reacciona con rigidez, ofreciendo a pesar de ello un buen nivel de confort.
En el modo «Sport+» la cadena cinemática reacciona de forma directa a los cambios dinámicos de carga con reacciones espontáneas.
Aparte de los programas pre-configurados, el programa «Individual» ofrece la posibilidad adicional de variar diversos parámetros del tren de rodaje (sólo con suspensión neumática), la dirección y la propulsión.
Por último y, respecto a los consumos, la marca homologa 5,7 l/100 km en ciudad, 4,7 l/100 km en carretera y 5,0 l/100 km en ciclo combinado, aunque estas cifras crecen ligeramente en una conducción real. En mi caso, el GLC Coupé rondó los 7,0 litros en ciudad, bajando hasta los 5,3 litros en carretera y declarando un ciclo mixto de 6,2 litros.
En cualquier caso, hablamos de unas cifras bastante buenas para un SUV de 170 CV y casi dos toneladas. Además, es importante señalar que en carretera el motor gira a solo 1.600 rpm cuando circulamos a 120km/h con la novena marcha seleccionada y el volumen del depósito de combustible asciende a 66 litros, lo que se traduce en una buena autonomía para largos viajes que es de agradecer.
Ficha técnica
Version | 220 d - 4 en línea |
---|---|
Cilindrada | 2.143 cm³ |
Potencia | 170 CV (125 kW) @ 3.000 - 4.200 rpm |
Par | 400 Nm @ 1.400 - 2.800 rpm |
Peso | 1.845 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.732 / 1.890 / 1.602 mm |
Volumen Maletero | 500 (1.400) litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 8,3 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 6,4 segundos |
Velocidad máxima | 210 km/h |
Consumo homologado | 5,7 / 4,7 / 5,0 l/100 km (urb. / extraurb. / comb.) |
Emisiones CO2 por km | 131 g/km de CO₂ (Euro 6) |
Precio de partida | 55.780 euros (esta mecánica sin descuentos) |
Comportamiento
Lo cierto es que al ponerte al volante del GLC Coupé este va a sorprenderte en todos los aspectos, especialmente en el dinámico gracias a una suspensión que rebaja en 1,5 centímetros la carrocería respecto al GLC estándar y lo convierte en un modelo algo más ágil en carretera. Es más deportivo, pero también algo menos cómodo que un GLC e incluso que un BMW X4 equipado sin suspensión deportiva.
El esquema de suspensiones queda compuesto por un soporte integral de aluminio en la parte delantera del que parten 4 brazos de aluminio con muelles helicoidales, amortiguador bitubo por gas a presión con sistema de amortiguación selectivo, estabilizador transversal por barra de torsión y un portaeje en la trasera con cinco brazos de aluminio con muelles helicoidales, amortiguadores por gas a presión con sistema de amortiguación selectivo y estabilizador transversal por barra de torsión.
Su puesta a punto es firme, especialmente si equipas el paquete AMG, pero lo cierto es que resulta más cómoda que en los modelos de la gama A del fabricante -salvo el nuevo Clase A que es también una delicia en este aspecto- y filtra bien las irregularidades, no resultando incómoda ni cuando salimos del asfalto. Por el contrario, sí que es un poco rebotona en badenes y resaltos, aunque puedes solventar este problema con alguna de las dos suspensiones opcionales: DYNAMIC BODY CONTROL y AIR BODY CONTROL.
El buen comportamiento se remata por la sofisticada tecnología de su chasis, por el probado motor, por la tracción 4MATIC y en este caso por la distribución de pesos y el ahorro de los mismos.
Gracias a la posibilidad que nos ofrece el modelo de adaptar su carácter general en todo momento, se puede realzar el carácter deportivo, el confort o la eficiencia del vehículo, muy acertada cuando circulamos por la urbe. Cuenta con Start/Stop y su visibilidad es buena en todos los ángulos, quizás algo menos a través de la vista trasera y del tres cuartos posterior, que se ven un poco más comprometidos por el ancho pilar C y la luna posterior de contenidas dimensiones.
En cualquier caso, tanto las medidas del modelo, las cuales no resultan excesivas, como las múltiples asistencias que podemos equipar (sensores, cámaras 360º…), nos permiten una maniobrabilidad elevada en ciudad, sin mayores complicaciones que el resto de SUV de su condición. Todo ello se complementa con un radio de giro de 11,8 metros entre paredes, lo cual no resulta excesivo para un vehículo de su categoría, pero tampoco destaca especialmente.
El GLC Coupé se siente bastante ágil enlazando curvas. No es tan dinámico como un BMW X4 a causa de la intrusiva y notable intervención de las asistencias, pero muestra cambios de apoyo rápidos y reacciones seguras, sin balanceos, aunque la tendencia subviradora es irremediable.
Si a esto le añadimos una dirección de asistencia eléctrica con carácter deportivo (es más rápida que la del GLC: desmultiplicación 15,1 a 1, en lugar de 16,1 a 1) y servoasistencia variable en función de la velocidad -con una desmultiplicación no lineal-, os puedo asegurar que la cosa mejora notablemente. Sí, parece un trabalenguas… pero, en definitiva, hablamos de una dirección que cumple con su cometido en todos los entornos, ya sea en carreteras reviradas, maniobrando en ciudad o circulando por autopistas.
Finalmente y, respecto al uso del Mercedes-Benz GLC Coupé fuera del asfalto, hay que señalar que pierde bastantes puntos respecto al GLC normal, pero aun así puede hacer sus pinitos gracias a un ángulo de entrada de 20,8º, un ángulo ventral de 13,4º y un ángulo de salida de 18,6º, todo ello acompañado de una altura libre al suelo de 155 milímetros. Eso sí, si le vas a dar un uso algo más off road deberías plantarte equiparlo con unos neumáticos adecuados.
Es importante tener también en cuenta que este modelo no puede equipar el paquete técnico Offroad del GLC, en cuyo caso el conductor dispone de cinco programas: «Suelo resbaladizo», «Remolque», «Offroad», «Pendiente» y «Balanceo para liberar el vehículo». El paquete técnico Offroad incluye, además, protecciones de bajos, control de descenso de pendientes y animaciones off road en tiempo real de diversos parámetros (pendiente, inclinación lateral, orientación del volante, brújula…).
Equipamiento y precio
Es importante señalar que el Mercedes-Benz GLC Coupé tiene un precio superior al GLC normal, concretamente más de 3.000 e incluso 4.000 euros en algunas versiones, aunque también es cierto que viene mucho más equipado de serie y todas las versiones cuentan con tracción total permanente 4MATIC y cambio automático de nueve velocidades (9G-Tronic) por convertidor de par.
En seguridad, todas las versiones incluyen las ópticas LED, luces antiniebla, controles de tracción y estabilidad, detector de fatiga, ABS, EBD, TPMS, múltiples airbags, alerta pre-colisión, asistente al arranque en cuestas, control de crucero, cámara de marcha atrás con líneas de guía dinámicas, sistema de control de presión de los neumáticos, asistente para señales de tráfico o función de arranque KEYLESS-GO, entre otros.
En cuanto al resto del equipamiento, no faltan el portón trasero eléctrico, climatizador automático de dos zonas, volante multifunción, sistema de audio con bluetooth, puerto USB, arranque sin llave, tapizado en piel, asientos eléctricos, alfombrillas específicas, llantas de aleación, selector de modos de conducción y paquete cromado.
Como buen alemán, podemos añadirle un extenso listado de opcionales que no son precisamente baratos en la mayoría de los casos. En esta unidad encontramos adicionalmente la pintura Rojo Jacinto metalizada (1.654€), el paquete de retrovisores (654€), el sistema COMAND Online (3.726€), los cristales calorífugos tintados traseros (536 €) y el paquete AMG Line exterior (2.661€).
Los precios de toda la gama del Mercedes-Benz GLC Coupé para España sin descuentos ni promociones son los siguientes:
Modelo | Potencia | Precio |
GLC 250 4MATIC Coupé | 155 kW / 211 CV | 55.260 € |
GLC 220 d 4MATIC Coupé | 125 kW / 170 CV | 55.780 € |
GLC 250 d 4MATIC Coupé | 150 kW / 204 CV | 58.280 € |
GLC 350 d 4MATIC Coupé | 190 kW / 258 CV | 65.950 € |
Mercedes-AMG GLC 43 4MATIC Coupé | 270 kW / 367 CV | 76.880 € |
Mercedes-AMG GLC 63 4MATIC+ Coupé | 350 kW / 476 CV | 113.600 € |
Mercedes-AMG GLC 63 S 4MATIC+ Coupé | 375 kW / 510 CV | 122.800 € |
- Impresionante diseño que combina la robustez de un SUV con la elegancia y deportividad de un coupé.
- Confort no mermado por la línea de diseño, aunque pierde algunas cotas respecto al GLC convencional.
- Motor y transmisión realmente equilibrados, potencia más que suficiente para un uso normal del coche, todo ello unido a unos consumos aceptables.
- Comportamiento dinámico superior al GLC convencional en carreteras viradas gracias al tarado de las suspensiones, la dirección y al tren de rodaje.
- El equipamiento de serie es bastante completo, al menos el elevado precio está mejor justificado que en otros modelos de la gama.
- El precio de partida es elevado, especialmente si quieres tener algo más de potencia.
- Lo mismo ocurre con los opcionales, algo caros en muchos casos.
- Aun quedan algunas lagunas en el equipamiento de serie para tratarse de un modelo premium, pero nada que no ocurra en sus rivales directos.
- La calidad de algunos plásticos y ajustes no está a la altura de un vehículo que se hace llamar ‘premium’, hay partes mejorables aunque resulte bonito a la vista.
- La pantalla de la consola es algo peligrosa (robos) y bastante antiestética, además de que el Piano Black es el mejor amigo de la suciedad y las ralladuras, se podría haber reducido el marco.
- Ayudas electrónicas muy intrusivas si le buscamos las cosquillas, con tendencia subviradora, en este sentido un BMW X4 es más divertido.