Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.4
Notable
Sucesor del Meriva, el Opel Crossland se ha renovado en 2021 para ofrecernos un híbrido entre monovolumen y crossover de esos que tanto triunfan actualmente. Fabricado en la planta de Figueruelas (Zaragoza) y encasillado dentro del segmento B-SUV, es espacioso y cuenta con un diseño bastante personal. Su gama de motores es amplia y ofrece buen equipamiento de serie y opcional a precios competitivos al aplicar los descuentos.
El Opel Crossland es un automóvil muy importante para el fabricante de automóviles alemán, que no está pasando por su mejor momento que digamos. La renovación del crossover pequeño debería permitirles mejorar unas cifras de ventas que han sufrido los efectos de la crisis sanitaria de una manera mucho más notable de la que la han padecido otras marcas.
Ya sin la «X» en su denominación, el renovado Opel Crossland se produce en las instalaciones que PSA posee en Zaragoza (la conocida planta de Figueruelas) desde el pasado 21 de diciembre de 2020, y además lo hace en exclusiva mundial para todos los mercados en los que es comercializado, incluyendo algunos fuera de Europa como son Singapur y Chile.
Del Opel Crossland X ya se habían vendido más de 300.000 unidades en todo el mundo y la nueva alternativa debería lograr unas cifras similares al ofrecer un producto más completo en todos los sentidos. Hablamos de un crossover de tamaño recortado, siendo un poco más grande que el Mokka, aunque es cierto que ambos se encuentran en el mismo segmento.
En el Crossland encontramos un diseño diferenciador, una calidad de acabados adecuada, un equipamiento completo -que no excesivo-, una gama de motores equilibrada y un precio bastante competitivo para rivalizar con modelos como los Fiat 500L, Citroën C3 Aircross, Hyundai Kona, KIA Stonic, Peugeot 2008, Renault Captur, SEAT Arona o Škoda Kamiq, entre otros.
Diseño exterior
La familia del renovado Opel Crossland presume de cambios importantes en el frontal, con rasgos suavizados y un mayor protagonismo para las ópticas principales, que mantienen los LED matriciales en los acabados más altos. La parrilla y otros detalles son específicos, destacando en los GS-Line los elementos de corte más deportivo.
Todo el conjunto se muestra urbano, alegre y desenfadado, con un frontal presidido por una parrilla en negro. A ambos lados de la misma se ubican las ópticas LED, que cuentan con iluminación diurna LED en su extremo superior. En los embellecedores laterales del paragolpes podemos equipar luces antiniebla. Los sensores de aparcamiento son opcionales.
En el tercio inferior vemos una generosa entrada de aire, justo por debajo de la matrícula. Cuenta con una protección en plata. A juzgar por su curvado capó carente de excesivo musculo, podríamos pensar que se trata de un monovolumen y no de un crossover, pero los protectores plásticos inferiores le dan ese toque campero que tanto gusta a los usuarios.
La vista lateral no es menos llamativa que el frontal, con varios signos de identidad propios. En primer lugar, encontramos unos voladizos realmente cortos que albergan unos marcados pasos de rueda en los que podemos equipar llantas de entre 16 y 17 pulgadas; así como una generosa superficie acristalada con las ventanillas traseras oscurecidas.
De la línea de cintura para arriba el color negro es el protagonista y sobre el techo vemos unos raíles cromados, así como una antena de tipo aleta de tiburón. Llama la atención el detalle cromado que bordea las ventanillas en su extremo superior para terminar en las ópticas traseras, una forma de diferenciar donde empieza el techo en los acabados bicolor.
Cabe comentar que el pilar trasero es algo grueso, lo que dificulta la visibilidad en el tres cuartos trasero.
Los espejos son eléctricos y calefactables en opción, como el sensor de ángulo muerto (todo forma parte de un paquete junto con la cámara trasera), mientras que los acabados superiores pueden añadir el sistema de aparcamiento semi-autónomo y cámara 180º. En este caso equipa unas llantas negras con neumáticos Bridgestone Turanza T001 en dimensiones 195/60 R16 89H.
En dimensiones, el renovado Opel Crossland mide 4.22 metros de largo, 1.76 metros de ancho y 1.60 metros de largo, unas medidas superiores a las del nuevo Mokka, pero iguales a las de las unidades anteriores al lavado de cara. La batalla alcanza los 2.604 milímetros y las vías delantera y trasera miden 1.518 y 1.491 mm, respectivamente.
En la vista trasera, el Crossland es claramente reconocible. Sus ópticas LED opcionales con efecto tridimensional le otorgan una firma lumínica muy característica, al igual que las marcadas líneas horizontales o el sutil spoiler localizado sobre la luna posterior. Los faros quedan unidos por un embellecedor negro brillante y divididos por el gran portón.
Justo por debajo del logo de la marca encontramos la denominación del modelo. Bajo la matrícula vemos un paragolpes plástico que alberga los catadióptricos y un protector cromado similar al del frontal. En este caso, la salida de escape queda camuflada. Opcionalmente podemos equipar también un gancho de remolque desmontable.
Diseño interior
Las novedades en el interior del Crossland son más discretas, pero podemos apreciar materiales de mayor calidad y funcionalidades más amplias en los sistemas de infoentretenimiento. También puede incluir por primera vez los asientos más confortables con certificación AGR y conserva del anterior la banqueta trasera deslizante, muy práctica.
El habitáculo del Opel Crossland es uno de sus puntos fuertes. Es cierto que al tratarse de un B-SUV las grandes dosis de espacio no son su principal baza -aunque supera al Opel Mokka-, pero presume de buena habitabilidad. La sensación de empaque es buena gracias al agradable tacto de la mayoría de los materiales y a la ausencia de vibraciones o crujidos.
Sí, los plásticos duros y rígidos están presentes en gran parte del interior, pero no transmiten esa sensación tan fría que encontramos en algunos rivales, incluido el VW T-Roc. A pesar de ello, se le podría haber restado sobriedad añadiendo molduras de colores en combinación con el exterior como podemos ver, por ejemplo, en el Kia Stonic o el Hyundai Kona.
Destacan los excelentes asientos ergonómicos probados y certificados por AGR (la Asociación Médica Alemana dirigida por expertos independientes en salud de la espalda), que son únicos en el segmento. Cuentan con tapicería de tela con una franja roja muy atractiva y son muy cómodos tanto para ciudad como para largos viajes, pecando en agarre en la banqueta.
Los cinturones delanteros no cuentan con regulación en altura.
El volante multifunción cuenta con diversos botones para que todo quede al alcance de la mano y su tacto es agradable. Tras el mismo, encontramos un sencillo y clásico cuadro de instrumento, siendo configurable la pantalla central. Lo cierto es que la ergonomía está bastante lograda y la postura de conducción resulta muy cómoda, con una altura elevada.
En la consola central nos encontramos con la pantalla opcional de 10,7 pulgadas del sistema multimedia Navi Pro con navegador, cuya interfaz es igual que la de PSA. El menú central puede parecer algo sobrio, pero lo cierto es que su manejo es sencillo e intuitivo, aunque no es todo lo rápido que nos gustaría y su percepción táctil se queda algo justa.
La radio digital DAB, así como Apple CarPlay y Android Auto son de serie.
Además, los gráficos del navegador pueden parecer algo anticuados respecto a otros sistemas actuales. Debajo del sistema de infoentretenimiento encontramos una ligera botonería y, en la parte inferior, el climatizador (bizona opcional). Le siguen un hueco portaobjetos con las tomas USB y de 12V, pero la carga inalámbrica de teléfonos es una opción.
Más atrás están presentes una tira de botones, la palanca del cambio manual de seis velocidades, el freno de mano tradicional, una guantera descubierta con acceso desde los asientos posteriores y el reposabrazos central. En esta zona está presente el tedioso negro brillante en las molduras, el cual es sucio y muy sensible a los arañazos.
Respecto a la habitabilidad, el Opel Crossland está homologado para cinco ocupantes, con generosas cotas para que cuatro personas viajen con gran comodidad, pero sí que es cierto que se queda algo justo para cinco pasajeros por anchura. Destaca, por el contrario, en altura, ya que personas de incluso más de 1,90 metros viajarán con comodidad en los extremos.
En trayectos cortos la plaza central es perfectamente aprovechable, pero la presencia de la guantera entre los asientos delanteros nos obliga a separar las piernas, lo que acaba resultando incómodo en largos trayectos. En todo caso, no es algo que no ocurra en prácticamente todos los modelos del segmento B-SUV y en modelos de tamaño superior.
Respecto a la capacidad de carga, el nuevo Crossland no destaca en el segmento, pero ofrece buenos datos tanto entre los monovolúmenes como entre los crossovers, con unas formas aprovechables y una gran boca de carga. Hablamos de 410 litros de maletero y, si abatimos los asientos posteriores (40:20:40), la cifra asciende hasta los 1.255 litros.
La banqueta posterior con ajuste longitudinal en 150 mm permite aumentar la capacidad de carga hasta los 520 litros. Todo está bien tapizado y el suelo de carga se queda totalmente plano gracias a una bandeja que se puede ajustar en dos posiciones. Bajo el piso está el kit de reparación de pinchazos, aunque cabe una rueda de repuesto de emergencia opcional.
El borde de carga queda a 750 mm del suelo.
Motorización Opel Crossland
La gama mecánica del Opel Crossland también se ha renovado. Ahora los usuarios pueden elegir en gasolina el 1.2 Turbo con 110 y 130 CV; mientras que en diésel se ofertan los 1.5 Turbo D con 110 y 120 CV. La caja de cambios es manual de seis velocidades en el primero y automática con el mismo número de velocidades en el segundo. La tracción es delantera.
Para la prueba me he decantado por la versión de acceso a la gama diésel, el bloque 1.5 Turbo D de cuatro cilindros. Eroga una potencia de 110 CV (81 kW) a 3.500 rpm y 250 Nm de par motor a partir de las 1.750 vueltas. Este motor sustituye al anterior 1.6 con 99 CV, resultando sensiblemente más solvente que este, pero no mucho más refinado en conjunto.
Este propulsor de 1.499 cm³ fabricado en aluminio cuenta con dos árboles de levas en la culata, inyección directa por conducto común, turbo, geometría variable, intercooler y sistema Start/Stop. Resulta una mecánica bastante ahorradora y es más suave que el tres cilindros del Opel Insignia, con mejores recuperaciones desde bajo régimen y menores vibraciones.
Con todo y con eso, se queda un escalón por debajo en refinamiento general respecto a algunos motores diésel de la competencia. Si bien no es un motor vigoroso ni prestacional, en la mayoría de las situaciones mueve con suficiente soltura los 1.289 kg que pesa el Crossland, por lo que para muchos usuarios probablemente sea la opción más equilibrada.
Si el uso esencial que le vas a dar al vehículo es urbano o interurbano, e incluso si eres de los que viajan de vez en cuando con poco equipaje y compañía, es la opción acertada. En teoría, la opción con 120 CV debería ofrece ese plus necesario, pero en cifras ambos son muy parejos. Por el contrario, sí permite equipar la transmisión automática, más cómoda en el día a día.
En el 110 CV la respuesta a bajas vueltas es más lineal y progresiva que enérgica, con algunas vibraciones o tirones en el entorno de las 1.500 revoluciones, así que en estos casos siempre es mejor bajar una marcha que tratar de apurar la que llevemos engranada, especialmente si necesitamos algo de empuje para llevar a cabo maniobras como adelantamientos.
Por ver algunos datos, el Opel Crossland 1.5D empieza a empujar a partir de las 1.800 vueltas y alcanza los 100 km/h desde parado en 11.8 segundos, declarando una velocidad máxima de 185 km/h. Respecto a las recuperaciones, tarda 7.9 segundos en pasar de 80 a 120 km/h en cuarta velocidad y gira a 2.100 rpm cuando circulamos por autopista a 120 km/h.
En cuanto al cambio manual de seis relaciones, se ha llevado a cabo una puesta a punto más equilibrada y natural, con un uso suave de la palanca y el pedal del embrague. Su guiado no es del todo preciso y su tacto resulta bastante blando, pero cuenta con unos desarrollos acertados y el escalonamiento no es tan amplio como suele ocurrir en los modelos de PSA.
El depósito de combustible tiene una capacidad de 45 litros.
Uno de los aspectos más convincentes son los consumos, incluso aunque no nos esforcemos en ello. Opel declara un combinado en WLTP de 4.6 l/100 km, excesivamente bajo, pero durante la semana de pruebas nos movimos en cifras reales de 6.0 litros en ciudad y por debajo de 5.0 litros en carretera. La media final fue de 5.0 l/100 km tras más de 500 km.
Version | 1.5D GS Line - 4 cilindros en línea |
---|---|
Cilindrada | 1.499 cm³ |
Potencia | 110 CV (81 kW) @ 3.500 rpm |
Par | 250 Nm @ 1.750 rpm |
Peso | 1.289 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.217 / 1.765 / 1.605 mm |
Volumen Maletero | 410 - 520 (1.255) litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 11,8 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 7,9 segundos |
Velocidad máxima | 185 km/h |
Consumo homologado | 4,6 l/100 km en ciclo combinado |
Emisiones CO2 por km | 120 g/km de CO₂ (Euro 6) |
Pegatina de la DGT | C |
Precio de partida | 22.450 euros (este motor y acabado sin descuentos ni extras) |
Comportamiento
El Opel Crossland se plantea más como un crossover que como un SUV, por lo que su conducción tiende más hacia la de un turismo que hacia la de un todocamino. Además, Opel ha llevado a cabo algunos cambios a nivel técnico. Por otra parte, la postura de conducción es ligeramente elevada y muy cómoda, con un fácil acceso y salida del habitáculo.
El plus de altura ayuda también a que, en alguna salida esporádica fuera del asfalto, no rocemos los bajos del vehículo con facilidad. Eso sí, no nos engañemos, sus capacidades off road son muy limitadas, ya que es tracción delantera, por lo que no podremos ir más allá de una pista forestal si no queremos rozar las protecciones inferiores o quedarnos sin tracción.
Circulando por carreteras y autopistas se desenvuelve con soltura y gran comodidad, con un aislamiento correcto (lo más notable es el ruido aerodinámico) en el habitáculo y una estabilidad adecuada, aunque no destaca especialmente entre sus rivales en estos aspectos, especialmente a medida que elevamos la velocidad.
El esquema de suspensiones -McPherson delantera y rueda tirada con elemento torsional trasera- resulta agradable en términos generales, filtrando con eficacia las irregularidades del terreno y conteniendo de forma aceptable la carrocería, aunque en algunas ocasiones puede llegar a resultar un tanto seca, algo que ocurre habitualmente en el segmento.
Según Opel, se han mejorado el chasis y los muelles y amortiguadores en ambos ejes, al tiempo que se ha modificado la columna de dirección para mejorar la precisión de guiado. En la práctica lo cierto es que resulta difícil apreciar los cambios y los tramos de curvas se le siguen atrancando, ya que está pensado plenamente para una conducción tranquila.
Seguramente, muchos de sus compradores harán un uso esencialmente urbano del Crossland, con alguna salida ocasional a la naturaleza los fines de semana, y en este aspecto he de señalar que tanto las medidas como la visibilidad son adecuadas para maniobrar con facilidad, con asistencia en función de la velocidad y un diámetro de giro entre paredes de 11,2 metros.
Del equipa de frenos no hay nada que destacar, equipando discos ventilados delanteros y macizos en el trasero.
Y hablando de la dirección, esta resulta bastante ágil, pero su exceso de asistencia te transmitirá la sensación de que no termina de estar en contacto con las ruedas. Probablemente no te percates de ello en un uso normal del coche, pero sí que podrías notarlo de forma más acusada a la hora de aventurarte un poco ligero por un tramo revirado.
En cuanto a los sistemas de asistencia y seguridad, el Opel Crossland puede equipar alarma de cambio involuntario de carril, alerta de colisión frontal con frenada de emergencia y detección de peatones, aparcamiento asistido, reconocimiento de señales de tráfico, detector de fatiga, detector de vehículos en ángulo muerto y control de velocidad de crucero, entre otros.
Equipamiento y precio Opel Crossland
Los acabados para el Opel Crossland en nuestro país se denominan Crossland, Edition, GS-Line, Business Elegance y Ultimate. Desde el básico cuenta con aire acondicionado, radio DAB, USB, control y limitador de velocidad, ordenador de viaje, lector de señales de tráfico, luces de lectura y asiento del conductor regulable en altura.
Otros elementos de serie son las luces diurnas por LEDs, asistente al arranque en cuestas, alerta de cambio de carril, elevalunas eléctricos delanteros, cierre centralizado con mando, volante multifunción, espejos retrovisores térmicos, asiento posterior abatible y paragolpes pintados en el color de la carrocería, entre otros.
El nivel de acabado Edition suma faros LED, sensor de lluvia, encendido automático de luces, elevalunas eléctricos en las cuatro puertas, ordenador de viaje, espejo interior fotosensible, sistema multimedia con pantalla de 7 pulgadas, aviso pre-colisión, radio DAB+, Apple CarPlay, Android Auto, bluetooth, puerto USB, asiento posterior abatible…
El acabado GS-Line añade la carrocería en dos tonos, llantas de aleación de 16 pulgadas en color negro, detalles en color rojo para el contorno de ventanillas, paquete interior LED, moldura frontal en símil aluminio, asientos deportivos y volante deportivo, entre otros elementos de equipamiento interesantes.
La terminación Business Elegance posee sistema de navegación con pantalla de 8 pulgadas, llantas de aleación de 16 pulgadas en color aluminio, climatizador automático de dos zonas, paquete cromado, asistente al aparcamiento delantero y trasero, cámara de visión posterior, faros antiniebla, cargador de móvil sin cables e instrumentación con pantalla de 4,2 pulgadas.
Por último, el acabado Ultimate suma los faros adaptativos Full LED, tapizado en alcántara, acceso y arranque sin llave, asientos AGR, banqueta posterior deslizante, molduras Opel en umbral de puertas, barras de techo cromadas, llantas de aleación de 17 pulgadas y un largo etcétera de elementos que lo convierten en la opción más completa.
En España, los precios para la gama Opel Crossland 2021 sin descuentos ni promociones son los siguientes:
Edition | GS-Line | Business Elegance | Ultimate | |
1.2 Turbo 110 CV 6MT | 21.668 € | 22.708 € | – | – |
1.2 Turbo 130 CV 6MT | – | 23.643 € | 25.202 € | – |
1.2 Turbo 130 CV 6AT | – | – | 26.553 € | 28.112 € |
1.5 Turbo D 110 CV 6MT | 21.450 € | 22.450 € | – | – |
1.5 Turbo D 120 CV 6AT | – | – | 26.709 € | 28.268 € |
- Diseño bastante personal, aunque no a gusto de todos.
- Espacio interior adecuado con excelente cota de altura en todas las plazas.
- Maletero destacable en el segmento e incorpora una banqueta desplazable longitudinalmente.
- Motor equilibrado en rendimiento, aunque es cierto que resulta escaso si acostumbramos a viajar cargados. Excelentes consumos.
- Es cómodo y cuenta con un equipamiento bastante completo, aunque su dotación de serie no es de las mejores del segmento.
- Facilidad de conducción.
- Su estética es personal, pero lleva a confusiones entre un SUV y un monovolumen.
- El hecho de pertenecer al mismo segmento que el Mokka no le beneficia, ya que es un poco más grande, pero carece de algunos elementos que sí incorpora su hermano de gama.
- El precio sin descuentos es algo elevado y no todo el mundo podrá aprovechar todos los descuentos.
- Presencia abundante de plásticos duros y rígidos, aunque es preciso señalar que cuentan con buena apariencia y ajustes.
- Sistema de infoentretenimiento por detrás de algunos rivales en fluidez, respuesta táctil y gráficos.