Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
8.1
Notable+
El nuevo Opel Insignia es una señora berlina en todos los aspectos. En todas sus variantes, supera en todo a su predecesor y mejora en todas las cotas para posicionarse como uno de los modelos más grandes del segmento. Es bonito, está muy bien acabado, cuenta con un gran equipamiento y una extensa gama de motores, ofrece confort a raudales y su precio no es desorbitado, Opel parece haber encontrado la fórmula perfecta para triunfar.
A pesar de que los SUV siguen golpeando fuerte en todos los segmentos, con importantes y atractivas novedades mes a mes, el segmento de las berlinas medias y sus variantes familiares parece estar ganando cierta importancia en nuestro país gracias a las versiones de aspecto off road de algunos modelos, como es el caso de este Opel Insignia Country Tourer.
Tras nada menos que 10 años en el mercado, la nueva generación del Opel Insignia llegó el pasado año con importantes novedades estéticas y mecánicas. Desde su nacimiento en 2008, se han vendido casi 80.000 unidades en España, situándose entre las berlinas de referencia hasta 2015.
En su día el Opel Insignia Grand Sport me pareció la referencia del mercado, pero hemos de tener en cuenta que recientemente ha llegado una fuerte apuesta al segmento, el Peugeot 508 que probaremos en unas semanas. Por precio, se enfrenta a grandes familiares como el Skoda Superb, el Kia Optima, el Renault Talisman o el Subaru Outback.
Disponible en tres versiones: berlina o Grand Sports, familiar o Sports Tourer y crossover o Country Tourer, este modelo destaca por ser uno de los más grandes del mercado. En esta versión, rematan el conjunto la mayor altura libre al suelo y los tintes de crossover, guiñándoles el ojo a los Audi A6 Allroad, Volkswagen Passat Alltrack, Volvo V90 Cross Country y Mercedes-Benz Clase E All-Terrain.
La pregunta es… ¿Es tan bueno como la berlina y puede plantar cara a sus rivales superiores?
Diseño exterior
No cabe duda de que el salto generacional le ha sentado realmente bien al nuevo Insignia. Su diseño está realmente trabajado y su silueta ahora es tan atlética como elegante, con unos trazos limpios y un frontal y una zaga futuristas gracias a la incorporación de tecnología LED. En conjunto me parece una de las opciones más bonitas del segmento (aunque eso va en gustos).
En el frontal, rápidamente llama la atención la parrilla de lamas horizontales con detalles y alas cromados. Estas dejan en posición central el logo de la marca y parecen extenderse hacia las tecnológicas ópticas que, en este caso, equipan faros matriciales IntelliLux LED con 32 segmentos LED -1.560€ o Pack Techno (1.872€)-. De serie son halógenos.
Estos ofrecen la que probablemente sea una de las mejores iluminaciones del segmento, con una luz realmente blanca y un sistema adaptativo cuyo funcionamiento es reseñable porque carece de elementos móviles, únicamente enciende y apaga los módulos necesarios. Si sueles conducir por la noche, son cien por cien recomendables.
La característica iluminación diurna LED de Opel en la parte superior de los faros parece marcar la horizontalidad del frontal, también palpable en los tres nervios del capó (y ojo, porque es el primer capó activo de aluminio de la marca). Bajo el logo de la compañía encontraremos una de las cámaras que forman el Pack Parking 360º -1.326€-.
En el tercio inferior encontramos el musculoso paragolpes, el cual presenta varias entradas de aire, los sensores de aparcamiento delanteros y los faros antiniebla, protegidos por un embellecedor plástico que bordea la carrocería para darle ese toque campero definitivo. No faltan los detalles cromados, que aportan un toque de distinción y elegancia al conjunto.
Finalmente, si nos trasladamos a la parte superior, veremos que tras la curvada luna delantera se pueden apreciar las cámaras y los sensores de los sistemas de asistencia donde se ubica el espejo retrovisor interior (hablamos del conocido Sistema Opel Eye que viene de serie en este acabado).
La vista lateral muestra una línea ascendente que aporta un mayor dinamismo al conjunto, con unos faros delantero y trasero que invaden parte de la superficie y dos marcados nervios en la parte de las puertas que ponen de relieve la longitud del modelo. Adicionalmente, vemos detalles cromados bordeando la generosa superficie acristalada con las lunas posteriores tintadas -218€-.
El nervio superior se alarga hasta las ópticas posteriores y recorre los tiradores de las puertas, ambos con detalle cromado y sistema de apertura sin llave; mientras que el inferior manda la fuerza visual hacia la zaga y recalca una superficie limpia muy vistosa, pero también muy desprotegida frente a los golpes o roces salvo en su extremo inferior.
Lo más bonito es quizá la inclinada caída del pilar D en esta versión familiar, que se complementa con unas barras longitudinales sobre el techo en gris plata. Para finalizar con el lateral, equipa unas llantas de 18 pulgadas con diseño de 5 radios dobles en gris technical Haumea -260€- calzadas con neumáticos Continental ContiSportContact 5 en medidas 235/50 R18 97W.
Curiosamente, los intermitentes no se encuentran en los espejos retrovisores, una tendencia bastante habitual.
El Opel Insignia Country Tourer mejora en todas las cotas respecto a su predecesor, alcanzando los 5.0 metros de largo, 1.87 metros de ancho y 1.52 metros de alto (la altura libre es 200 mm mayor que en otras versiones). La batalla se mantiene en los 2.829 mm, con unos anchos de vía delantero y trasero de 1.607 y 1.610 mm, respectivamente.
Remata el conjunto una zaga de líneas horizontales que parece asentar el modelo sobre el asfalto, con un portón de generosas dimensiones en el que incluso podemos apreciar un sutil spoiler que acoge la tercera luz de freno. En posición central de la vista trasera vemos el logo de Opel, escoltado a ambos lados por unos tecnológicos faros LED.
Finalmente, en el tercio inferior encontramos el paragolpes trasero, protagonizado nuevamente por la tira de sensores de aparcamiento y un discreto difusor plástico en el que se encuentran ubicados los catadriópticos traseros, dos embellecedores cromados que imitan una doble salida de escape y un protector el color plata como el del frontal.
Diseño interior
El interior del Insignia tampoco te decepcionará. Es bonito, elegante y acogedor, ofreciendo gran comodidad y espacio para hasta cinco ocupantes, aunque cuatro pasajeros viajarán más cómodos. La calidad percibida es notable y, aunque no alcanza niveles premium, se nota el esmero de la marca por cuidar los materiales, sobre todo en los ajustes.
Los materiales blandos dominan el salpicadero, salvo en las partes bajas que serán las más maltratadas con el paso de los años, al tiempo que los botones gozan de un tacto agradable sin que tengas esa sensación de estar tocando plástico como sí que ocurre en algunos de sus rivales.
Lo mejor de todo y, al igual que ocurre en la mayoría de los modelos Opel, son los asientos ergonómicos probados y certificados por AGR (la Asociación Médica Alemana dirigida por expertos independientes en salud de la espalda), que son únicos en el segmento y, en este caso, cuentan adicionalmente con funcionamiento eléctrico, calefacción, masaje, memoria… -en paquetes desde 676€-.
Estos solo están disponibles en las plazas delanteras y hacen que tanto los largos viajes por autopista como las excursiones fuera de la misma sean un recorrido muy agradable. Por otra parte, el equipamiento es de lo más completo, con generosos elementos de serie y un extenso listado de opcionales tecnológicos. Puedes verlo más abajo.
Para el interior hay tres opciones de tapicería, una mixta y dos en símil de cuero.
Esta unidad cuenta con el Pack OPC Interior -686€-, lo que incluye el acolchado techo en color Negro Jet, los pedales deportivos y el volante de cuero OPC multifunción con detalles cromados y calefacción. En definitiva, un toque más deportivo si no queremos un interior tan señorial (en este caso no hay disponible un paquete OPC exterior).
Tras el volante, encontramos un llamativo cuadro de instrumentos con gran cantidad de información, siendo configurable la pantalla central del mismo. Tampoco falta un Head-Up Display -en paquete desde 728€- que ofrece diversas informaciones, mostrando incluso el cuentarrevoluciones.
En la consola central nos encontramos con la generosa pantalla de ocho pulgadas del Navi RF900 IntelliLink, pero ojo, porque este sistema ha sido sustituido por uno más avanzado en 2019. Por ahora tendremos que esperar a probarlo para hablar de él, pero a grandes rasgos ya tenemos algunas imágenes (podéis verlas en la galería) e información sobre los mismos.
Los nuevos equipos de conectividad toman la denominación “Multimedia” y “Multimedia Navi Pro”. El primero cuenta con una pantalla táctil de siete pulgadas compatible con Apple CarPlay y Android Auto desde la que se controlan la radio, bluetooth, USB, se pueden ver detalles de la climatización y regular algunos parámetros del vehículo.
Las unidades “Multimedia Navi Pro” añaden una pantalla táctil de ocho pulgadas con sistema de navegación integrada que permite tener información en tiempo real del tráfico, de las gasolineras, aparcamientos, etc. Para poder tener toda la información actualizada al instante es necesario tener conectado un smartphone.
Opel OnStar -520€- incluye llamada de emergencia, Apple CarPlay y Android Auto, punto de conexión Wi-Fi 4G y diagnóstico del vehículo.
Algo más abajo del sistema multimedia encontramos una ligera botonería y, en la parte inferior, el climatizador bizona con salidas de ventilación posteriores. Le siguen dos posavasos (que, por otra parte, son los únicos huecos que cuentan con base de goma), la palanca del cambio automático de ocho velocidades, el freno de mano eléctrico y una pequeña guantera.
El resposabrazos central es fijo y se ubica en buena posición, pero quizás la guantera que alberga en su interior se queda algo justa. Tiene incluso un hueco para meter el smartphone, pero su espacio no es de los mejores del segmento, al igual que los otros huecos portaobjetos de la consola central. Alberga también la toma USB.
Respecto a la habitabilidad, el Opel Insignia Country Tourer está homologado para cinco ocupantes, con generosas cotas para que cuatro personas viajen con extrema comodidad, pero sí que es cierto que se queda algo justo para cinco por anchura y altura. Lo mismo ocurre con la altura al equipar techo panorámico, aunque indudablemente mejora respecto a la berlina.
En trayectos cortos la plaza central es perfectamente aprovechable, pero la presencia del túnel de transmisión, las salidas de ventilación posteriores y el mullido de la misma a causa del reposabrazos resultan algo incómodos para largos trayectos. A pesar de ello, es algo que ocurre en la gran mayoría de berlinas, salvo en las referentes por espacio interior.
Respecto a la capacidad de carga, el Opel Insignia familiar cubica 560 litros de maletero (130 litros más que su predecesor), ampliables al abatir los asientos -40:20:40- hasta los 1.665 litros. Cuenta con unas formas muy aprovechables, la boca de carga ofrece unas dimensiones generosas y hay un doble fondo en el que encontramos el kit de reparación de pinchazos o la rueda de repuesto de emergencia -104€-.
Motorización
El nuevo Opel Insignia cuenta con numerosas motorizaciones en diésel y gasolina para sus variantes berlina y familiar, pero en España, los interesados en el Country Tourer sólo podrán elegir entre las versiones más potentes de estos, eso sí, con disponibilidad en ambos combustibles, cambios automático o manual y tracción sencilla o total.
Por una parte, el motor de gasolina 1.6 SHT ofrece 200 CV (147 kW) de potencia y 280 Nm en combinación con la caja automática de seis velocidades y el sistema de tracción más sencillo. En diésel, se puede comprar con el 2.0 Turbo D de 170 CV (125 kW) y 400 Nm con cambio manual y tracción total, o bien con caja automática y tracción delantera.
Tampoco falta el más prestacional 2.0 CDTi BiTurbo que hemos probado, asociado a la transmisión automática de ocho relaciones y la tracción integral. Hablamos de un bloque de aluminio con 1.956 cm³ de cilindrada, dos árboles de levas en la culata, inyección directa por conducto común, turbo, geometría variable, intercooler y Start/Stop de serie.
Es capaz de entregar una potencia de 210 CV (154 kW) a 4.000 y 480 Nm de par motor a partir de las 1.500 rpm, lo que lo convierte en un motor muy prestacional y elástico, capaz de ofrecer gran empuje desde muy bajas vueltas y, a su vez, una aceleración contundente cada vez que pisamos a fondo el acelerador.
A pesar de sus 1.800 kilogramos de peso, el Insignia Country Tourer se muestra muy ágil con esta mecánica, gracias en gran parte al buen hacer del cambio automático, que aprovecha todas sus posibilidades. Este resulta suave y rápido para un vehículo de estas características, subiendo de marcha a 1.700 rpm en una conducción tranquila para contener los consumos.
El funcionamiento del sistema Stop/Start es reseñable en rapidez y suavidad.
Sólo en frío y a baja velocidad puede resultar un poco brusco ocasionalmente, pero nada especialmente reseñable. Adicionalmente, ofrece un modo secuencial en la palanca de cambios y levas de plástico tras el volante, contando con tres modos de conducción: Normal, Touring, para beneficiar el confort en autopista; y Sport, para potenciar el dinamismo.
Como os comentaba, nunca tendrás sensación de falta de potencia y buena prueba de ello son sus cifras, con una aceleración de 0 a 100 km/h en 8.2 segundos, un 80-120 km/h en 6,3 segundos y una velocidad máxima de 228 km/h. Es más, muchos usuarios incluso tendrán más que suficiente con el bloque de 170 CV.
Con 210 CV el Insignia Country Tourer va sobrado, siendo una buena alternativa si viajas muy cargado de ocupantes y equipaje o si te gusta tener buenas dosis de potencia bajo el pie derecho. Además, hablamos de una mecánica bastante refinada que va muy suave y cuya sonoridad se ha trabajado para beneficiar el confort en el habitáculo.
No menos importante es hablar de los consumos, los cuales me han parecido algo elevados. Hablamos de unas cifras reales de en torno a los 6.8 litros en carretera (el motor gira a 2.000 rpm en octava velocidad) y 10 litros en ciudad, con un consumo medio tras la semana de pruebas de 8.0 litros a los 100 km. La marca homologa 5.8 litros, 9.4 litros y 7.2 litros a los 100 km, respectivamente. El depósito es de 62 litros.
Ficha técnica
Version | 2.0 CDTi BiTurbo - 4 cilindros en línea |
---|---|
Cilindrada | 1.956 cm³ |
Potencia | 210 CV (154 kW) @ 4.000 rpm |
Par | 480 Nm @ 1.500 rpm |
Peso | 1.807 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 5.004 / 1.871 / 1.525 mm |
Volumen Maletero | 560 (1.665) litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 8,2 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 6,3 segundos |
Velocidad máxima | 228 km/h |
Consumo homologado | 9,4 / 5,8 / 7,2 l/100 km (urb. /extraurb. / comb.) |
Emisiones CO2 por km | 188 g/km de CO₂ (Euro 6) |
Precio de partida | 46.100 euros (este motor y acabado sin descuentos) |
Comportamiento
El comportamiento de la versión crossover no difiere prácticamente nada del ya probado Opel Insignia Grand Sport. Hablamos de un familiar en el que descubrirás su comodidad nada más sentarte en los excepcionales asientos AGR que, en este caso, cuentan con funcionamiento eléctrico para que te resulte aún más fácil encontrar la postura óptima.
Desde luego, es un extra totalmente recomendable si usamos el coche con frecuencia o durante largos recorridos. Como ya os he comentado, la visibilidad es bastante buena en todos los ángulos y cuenta con el sistema de visión 360º, por lo que maniobrar en ciudad no es una tarea complicada a pesar de sus cinco metros de longitud.
Además, la dirección es adaptativa, resultando muy blanda en ciudad y endureciéndose a medida que ganamos velocidad (diámetro de giro de 11,14 metros entre bordillos y 11,74 metros entre paredes). Pero no es la urbe el hábitat natural de este rutero, sino la autopista, donde se desenvuelve como pez en el agua gracias a la potente, suave y silenciosa mecánica.
Por otra parte y, gracias a la nueva arquitectura Epsilon 2 -entre otras mejoras-, el conjunto reduce su peso en hasta 200 kilogramos respecto a su predecesor, con una mejora torsional del 9 por ciento. Todo ello lo convierte en un gran familiar al que además podrás añadir un montón de equipamiento para hacer tu viaje más agradable, seguro y ameno.
Remata el confort el nuevo chasis FlexRide, que aporta la base para obtener el mejor comportamiento en cualquier situación de conducción. Adapta la amortiguación, la dirección y la respuesta del acelerador y el régimen de cambio, de forma independiente o mediante los modos de conducción mencionados en el apartado anterior.
El nuevo software de control del modo de conducción (Drive Mode Control) es el corazón y el alma del chasis adaptativo.
El conjunto se muestra realmente aplomado y estable incluso si circulamos ligeros, siendo especialmente reseñable el gran trabajo de los ingenieros sobre dos aspectos: la dirección y la suspensión con dureza regulable de serie, la cual me ha parecido algo más dura que en la berlina, todo sea dicho de paso.
La primera de ellas se endurece al aumentar la velocidad y, a pesar de su notable asistencia, resulta bastante directa, permitiéndonos circular con gran sensación de seguridad tanto por autopistas como por carreteras reviradas. Sí, no está pensada para ir de tramo, pero responde con contundencia cuando le exigimos un extra de esfuerzo a la hora de enlazar curvas.
Respecto a la suspensión, es uno de los grandes elementos que contribuyen a que sea un auténtico devora kilómetros -McPherson delantero y paralelogramo deformable detrás-. Filtra de forma excepcional las irregularidades de la carretera, transmitiendo gran confianza incluso a alta velocidad. Eso sí, los cabeceos son sensiblemente más notables que en la berlina.
Las reacciones cuando buscamos el límite son, por el contrario, algo bruscas a causa de una entrada tardía de las asistencias de conducción, pero no es algo que vaya a apreciar la mayor parte de los usuarios. Además, me ha llamado la atención el gran salto existente en reacciones al seleccionar los diversos modos de conducción. Es sin duda un gran producto.
Por último y, respecto a la tracción total, en lugar de un diferencial trasero tradicional, que transmite cantidades iguales de par a las ruedas traseras, el Opel Insignia Country Tourer cuenta con dos embragues multidisco controlados eléctricamente que permiten una transmisión de potencia más individual y precisa a cada rueda.
Actúan con independencia de las condiciones climáticas o del estado de la carretera. Para contrarrestar la tendencia al subviraje en las curvas cerradas tomadas a alta velocidad, el sistema, dependiendo de la posición del acelerador y del movimiento del volante, envía más par motor a la rueda trasera exterior, aunque ya os adelanto que su tendencia es claramente subviradora.
Cuando los embragues están abiertos, el Insignia Country Tourer actúa con tracción delantera; y cuando se cierran, con tracción en las cuatro ruedas.
Si bien la tracción total puede ser beneficiosa en su seguro comportamiento, no goza de una altura tan elevada como para adentrarnos por caminos de gran dificultad. Por el contrario, sí que será un gran aliado en superficies de baja adherencia como barro o nieve, además de contar con algo de altura extra para evitar rozar en rampas de aparcamiento empinadas.
Equipamiento y precio
La gama para España del Opel Insignia Country Tourer 2018 contempla en su equipamiento de serie el climatizador automático de dos zonas, control de crucero con limitador, sistema de navegación con pantalla de ocho pulgadas, bluetooth, USB, faros LED, freno de mano eléctrico, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, espejos eléctricos, tapizado exclusivo, ordenador, sensor de lluvia…
Otros elementos disponibles son el cargador inalámbrico, techo solar, Head-up Display, asientos térmicos y ventilados, alerta de cambio de carril, detector de colisión, alerta de objetos en ángulo muerto, frenada de emergencia o varios packs que aglutinan estos opcionales con alguna ventaja económica.
Los precios recomendados para España del Opel Insignia Country Tourer 2018 sin descuentos ni promociones son los siguientes:
Motor | Potencia | Precio |
1.6 Turbo SHT AT6 4×2 | 200 CV (147 kW) | 42.250 euros |
2.0 CDTi AT8 4×2 | 170 CV (125 kW) | 42.000 euros |
2.0 CDTi 6MT 4×4 | 170 CV (125 kW) | 43.700 euros |
2.0 CDTi BiTurbo AT8 4×4 | 200 CV (147 kW) | 46.100 euros |
- Una excelente relación precio/equipamiento/producto si puedes beneficiarte de los descuentos.
- Es atractivo por fuera y está realmente bien acabado por dentro, con una gran sensación de calidad a la vista, al tacto y en los ajustes (aunque no llega al nivel premium).
- La respuesta del motor es suave, lineal y progresiva, salvo que reclamemos contundencia, en cuyo caso empuja con fuerza.
- Mecánica muy aprovechable con este cambio que, además, es suave y rápido para este tipo de vehículo. Ofrece levas tras el volante.
- La puesta a punto de la dirección y la suspensión es reseñable por la gran comodidad y sensación de control y seguridad que transmiten.
- Gran comodidad a bordo con espacio generoso.
- Equipamiento tecnológico abundante.
- Calidad de rodadura y acústica superior a muchos rivales generalistas.
- Bastante caro si no te puedes beneficiar de los descuentos
- La carrocería Country Tourer no está disponible con todas las combinaciones de motor/acabado.
- Sólo hay un acabado disponible.
- La visibilidad por los espejos retrovisores me ha parecido algo justa y estos distorsionan mucho la imagen.
- Cuatro ocupantes viajan con total comodidad, pero es algo estrecho para viajar cinco personas a bordo.
- La dirección es muy buena en conjunto, pero transmite poca información por su exceso de asistencia.
- Consumo algo elevado.