Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.9
Notable
El Opel Insignia es una señora berlina en todos los aspectos, especialmente en esta versión GSi, la más potente y deportiva de la gama. Supera en todo a su predecesor y mejora en todas las cotas para posicionarse como uno de los modelos más grandes del segmento. Es bonito, está muy bien acabado, cuenta con un gran equipamiento, ofrece confort a raudales y su precio no es desorbitado: Opel parece haber encontrado la fórmula perfecta para triunfar.
Cuando nos encontramos ante grandes productos como este Opel Insignia Grand Sport GSi, es una pena recordar que los SUV siguen golpeando fuerte en todos los segmentos, con importantes y atractivas novedades mes a mes que poco a poco están acabando con el segmento de las berlinas medias y sus variantes familiares.
GSi es la denominación que Opel da a las versiones con un enfoque deportivo en su gama. Son unas siglas míticas y en este caso se ofrece para dos de las carrocerías del Opel Insignia: el Insignia Grand Sport (la berlina) y el Insignia Sports Tourer (el familiar), dejando fuera al Insignia Country Tourer del que hicimos una prueba hace apenas unos meses.
En su día el Opel Insignia Grand Sport me pareció la referencia del mercado, pero hemos de tener en cuenta que recientemente ha llegado una fuerte apuesta al segmento, el Peugeot 508, con el que hicimos una comparativa. Por precio, se enfrenta a grandes berlinas como el Škoda Superb, el Kia Optima, el Renault Talisman o el Mondeo de Ford.
En esta versión está disponible con dos mecánicas -diésel y gasolina-, cuenta con algunas modificaciones en determinados elementos mecánicos para ofrecer unas reacciones dinámicas más ágiles y luce diversos cambios en la carrocería que ayudan a diferenciarlo del resto de la gama. La pregunta es… ¿Realmente estamos ante una berlina de corte deportivo?
Diseño exterior
No cabe duda de que el salto generacional le ha sentado realmente bien al nuevo Insignia. Su diseño está realmente trabajado y su silueta es tan atlética como elegante, con unos trazos limpios y un frontal y una zaga futuristas gracias a la incorporación de tecnología LED. En conjunto me parece una de las opciones más bonitas del segmento (aunque eso va en gustos).
Las versiones GSi se distinguen por contar con la suspensión rebajada Flex Ride puesta a punto por Opel Sport, unas llantas de aleación de 18 pulgadas, los faldones laterales, el alerón sobre la tapa del maletero, las ópticas oscurecidas, el nuevo difusor posterior, los frenos Brembo y los paragolpes de diseño específico con detalles cromados.
En el frontal, rápidamente llama la atención la parrilla de lamas horizontales con detalles y alas cromados. Estas dejan en posición central el logo de la marca y parecen extenderse hacia las tecnológicas ópticas que, en este caso, equipan faros matriciales IntelliLux LED con 32 segmentos LED de serie.
Estos ofrecen la que probablemente sea una de las mejores iluminaciones del segmento, con una luz realmente blanca y un sistema adaptativo cuyo funcionamiento es reseñable porque carece de elementos móviles, únicamente enciende y apaga los módulos necesarios. Si sueles conducir por la noche, son cien por cien recomendables.
La característica iluminación diurna LED de Opel en la parte superior de los faros parece marcar la horizontalidad del frontal, también palpable en los tres nervios del capó (y ojo, porque es el primer capó activo de aluminio de la marca). Bajo el logo de la compañía encontraremos una de las cámaras que forman el Pack Parking 360º -Pack Premium 1.500€-.
El Pack Parking 360 permite una vista aérea del modelo al maniobrar y cuenta con asistencia semi-autónoma para llevar a cabo las maniobras.
En el tercio inferior encontramos el musculoso paragolpes, que destaca en esta versión por las tomas de aire de mayor tamaño, así como por un sutil splitter inferior. Tampoco faltan los sensores de aparcamiento y los detalles cromados, que aportan un toque de deportividad al conjunto. Tras la curvada luna delantera se pueden apreciar las cámaras y los sensores del Sistema Opel Eye.
La vista lateral muestra una línea ascendente que aporta un mayor dinamismo al conjunto, con unos faros delantero y trasero que invaden parte de la superficie y dos marcados nervios en la parte de las puertas que ponen de relieve la longitud del modelo. Adicionalmente, vemos detalles cromados bordeando la generosa superficie acristalada con las lunas posteriores tintadas.
El nervio superior se alarga hasta las ópticas posteriores y recorre los tiradores de las puertas, ambos con detalle cromado y sistema de apertura sin llave; mientras que el inferior manda la fuerza visual hacia la zaga y recalca una superficie limpia muy vistosa, pero también desprotegida frente a los golpes o roces. Curiosamente, los intermitentes se ubican en la aleta, no en los retrovisores.
Lo más bonito es quizá la inclinada caída del pilar C que, a pesar de que pueda parecer lo contrario, ofrece suficiente altura en las plazas posteriores para personas de hasta 1,85 metros. Rematan el lateral unas llantas de 20 pulgadas -1.260€- calzadas con neumáticos Michelin Pilot Sport 4S en medidas 245/35 ZR20 95Y.
El Opel Insignia mejora en todas las cotas respecto a su predecesor, alcanzando el GSi los 5.0 metros de largo, 1.87 metros de ancho y 1.49 metros de alto. La batalla se mantiene en los 2.829 milímetros, con unos anchos de vía delantero y trasero de 1.607 y 1.610 mm, respectivamente.
Remata el conjunto una zaga de líneas horizontales que parece asentar el modelo sobre el asfalto, con un portón de generosas dimensiones en el que podemos apreciar un marcado spoiler. En posición central de la vista trasera vemos el logo de Opel, escoltado a ambos lados por unos tecnológicos faros LED.
La luneta posterior puede parecer algo pequeña por su inclinación, pero lo cierto es que desde el interior la visibilidad es bastante buena. En ella encontramos la tercera luz de freno. En el tercio inferior encontramos un musculoso paragolpes trasero, donde están los sensores de aparcamiento, los catadióptricos y un difusor que acoge dos generosas salidas de escape cromadas.
Diseño interior
El interior del Insignia no te decepcionará prácticamente en ningún aspecto, salvo en deportividad, ya que el único elemento realmente distintivo son los asientos deportivos con apoyacabezas integrados y gran sujeción lateral, que cuentan con certificación AGR (la Asociación Médica Alemana). También podemos encontrar pedales de aluminio en este acabado y alfombrillas específicas.
Puntos a favor son su atractivo y su elegancia, resultando muy acogedor y ofreciendo gran comodidad y espacio para hasta cinco ocupantes, aunque cuatro pasajeros viajarán más cómodos. La calidad percibida es notable y, aunque no alcanza niveles premium, se nota el esmero de la marca por cuidar los materiales, sobre todo en los ajustes.
Los materiales blandos dominan el salpicadero, salvo en las partes bajas que serán las más maltratadas con el paso de los años, al tiempo que los botones gozan de un tacto agradable sin que tengas esa sensación de estar tocando plástico como sí que ocurre en algunos de sus rivales.
Lo que no me ha terminado de convencer son estos asientos performance semi-baquet que, por su forma a la altura de los hombros y mi complexión física, me han resultado más incómodos que los del resto de la gama. En este caso, cuentan adicionalmente con banqueta extensible, funcionamiento eléctrico, calefacción, masaje, memoria… -en paquetes desde 1.500 hasta 3.890 euros-.
Para el interior hay tres opciones de tapicería y varios paquetes de equipamiento.
El ergonómico volante OPC multifunción cuenta con la base achatada y calefacción. Tras el mismo, encontramos un cuadro de instrumentos con gran cantidad de información, siendo configurable solo la pantalla central del mismo. Tampoco falta un Head-Up Display -700€- que ofrece diversas informaciones, mostrando incluso el cuentarrevoluciones.
En la consola central nos encontramos con la generosa pantalla de ocho pulgadas del nuevo sistema “Multimedia Navi Pro”. Es mucho más completo e intuitivo que el anterior, resultando compatible con Apple CarPlay y Android Auto. Desde la pantalla controlamos la radio, el bluetooth, los USB, los detalles de la climatización y otros parámetros del vehículo.
Además, el nuevo sistema de navegación integrada permite tener información en tiempo real del tráfico, de las gasolineras, aparcamientos… Eso sí, para poder tener toda la información actualizada al instante es necesario tener conectado un smartphone. Cabe mencionar también que han mejorado los gráficos, pero la calidad de las cámaras 360º es algo pobre.
Algo más abajo del sistema multimedia encontramos una ligera botonería y, en la parte inferior, el climatizador bizona con salidas de ventilación posteriores. Le siguen dos posavasos (que, por otra parte, son los únicos huecos que cuentan con base de goma), la palanca del cambio automático de ocho velocidades, el freno de mano eléctrico y una pequeña guantera.
El reposabrazos central es fijo y se ubica en buena posición, pero quizás la guantera que alberga en su interior se queda algo justa. Tiene incluso un hueco para meter el smartphone, pero su espacio no es de los mejores del segmento, al igual que los otros huecos portaobjetos de la consola central. Alberga también la toma USB.
Respecto a la habitabilidad, el Opel Insignia GSi está homologado para cinco ocupantes, con generosas cotas para que cuatro personas viajen con extrema comodidad, pero sí que es cierto que se queda algo justo para cinco por anchura. Lo mismo ocurre con la altura, aunque indudablemente este dato mejora en la variante familiar y en el Country Tourer.
En trayectos cortos la plaza central es perfectamente aprovechable, pero la presencia del túnel de transmisión, las salidas de ventilación posteriores y el mullido de la misma a causa del reposabrazos resultan algo incómodos para largos trayectos. A pesar de ello, es algo que ocurre en la gran mayoría de berlinas, salvo en las referentes por espacio interior.
Respecto a la capacidad de carga, el Opel Insignia cubica 560 litros de maletero, ampliables al abatir los asientos -40:20:40- hasta los 1.665 litros. Cuenta con unas formas muy aprovechables, la boca de carga ofrece unas dimensiones generosas y hay un doble fondo en el que encontramos el kit de reparación de pinchazos.
Motorización
La oferta mecánica del Opel Insignia GSi contempla dos opciones: gasolina y diésel. El primero de ellos es el bloque 2.0 SIDI con 260 CV en combinación con la caja automática de ocho velocidades y el sistema de tracción total a las cuatro ruedas. Alcanza los 250 km/h de velocidad máxima y acelera de 0 a 100 km/h en 7.3 segundos.
La opción diésel recurre al motor 2.0 Bi-Turbo D con 210 CV de potencia y un par máximo de 480 Nm. Al igual que la variante de gasolina, se asocia en exclusiva a la tracción total a las cuatro ruedas y a la caja automática de ocho velocidades. Es la opción que he elegido para esta prueba, a fin de comprobar si deportividad y mecánica diésel son compatibles.
Hablamos de un bloque de aluminio con 1.956 cm³ de cilindrada, dos árboles de levas en la culata, inyección directa por conducto común, turbo, geometría variable, intercooler y Start/Stop de serie. Entrega los 210 CV (154 kW) a 4.000 rpm y los 480 Nm de par a partir de las 1.500 rpm, lo que lo convierte en un motor prestacional y elástico.
Es capaz de ofrecer gran empuje desde muy bajas vueltas y, a su vez, una aceleración contundente cuando pisamos a fondo el acelerador, pero no podemos hablar de prestaciones deportivas como tal. Por otra parte, el sonido de la mecánica le delata, pues además de ser acusado, no es el que esperaríamos de una berlina con insinuaciones deportivas.
Sí que es cierto que, a pesar de sus 1.807 kg. de peso, el Insignia GSi se muestra ágil con este motor, gracias en gran parte al buen hacer del cambio automático, que aprovecha bien sus posibilidades. Resulta suave y suficientemente rápido en una conducción sosegada, pero en una conducción más dinámica empiezan a aparecer algunos ‘peros’.
El funcionamiento del sistema Stop/Start es un poco brusco en combinación con esta mecánica.
Por otra parte, en frío y a baja velocidad, puede resultar un poco brusco. Sube de marcha a 1.700 rpm en una conducción tranquila, ofreciendo un modo secuencial en la palanca de cambios y levas de plástico tras el volante. Me ha sorprendido lo permisivo que resulta en posición manual, pues no sube de marcha por sí mismo al alcanzar un régimen alto.
Hay tres modos de conducción: Normal y Touring, para beneficiar el confort; y Sport, para potenciar el dinamismo. Todos alteran el funcionamiento del acelerador, de la dirección y del cambio. Adicionalmente, los Insignia GSi tienen un cuarto modo exclusivo denominado Competición, que se activa desconectando con dos pulsaciones el control de tracción.
Como os comentaba, nunca tendrás sensación de falta de potencia y buena prueba de ello son sus cifras, con una aceleración de 0 a 100 km/h en 7.9 segundos, un 80-120 km/h en 6.1 segundos y una velocidad máxima de 231 km/h, pero aquellos que realmente estén buscando una berlina deportiva, probablemente quedarán más satisfechos con la opción de gasolina.
Por el contrario, el Insignia GSi es una buena alternativa si viajas con frecuencia y lo haces muy cargado de ocupantes y equipaje, o si te gusta tener buenas dosis de potencia bajo el pie derecho. En este sentido, es importante hablar de consumos, ya que estos me han parecido sensiblemente elevados para tratarse de una mecánica diésel.
Hablamos de unas cifras reales de en torno a los 6.1 litros en carretera (el motor gira a 2.000 rpm en octava velocidad) y 9.7 litros en ciudad, con un consumo medio tras la semana de pruebas de 7.7 litros a los 100 km. La marca homologa 5.5 litros, 9.3 litros y 6.9 litros a los 100 km, respectivamente. El depósito es de 62 litros.
Ficha técnica
Version | 2.0 CDTi BiTurbo - 4 cilindros en línea |
---|---|
Cilindrada | 1.956 cm³ |
Potencia | 210 CV (154 kW) @ 4.000 rpm |
Par | 480 Nm desde 1.500 rpm |
Peso | 1.807 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.998 / 1.871 / 1.490 mm |
Volumen Maletero | 560 (1.665) litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 7,9 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 6,1 segundos |
Velocidad máxima | 231 km/h |
Consumo homologado | 5,5 / 9,3 / 6,9 l/100 km (urb. /extraurb. / comb.) |
Emisiones CO2 por km | 188 g/km de CO₂ (Euro 6) |
Precio de partida | 48.100 euros (este motor y acabado sin descuentos) |
Comportamiento
A nivel dinámico, Opel nos habla de algunos cambios en el chasis de los Insignia GSi enfocados a incrementar la deportividad, aunque lo cierto es que estos apenas son perceptibles (al menos en la versión diésel) y el modelo sigue siendo más una berlina confortable ideal para viajar que una berlina de corte deportivo.
El comportamiento del Opel Insignia GSi apenas difiere del de las otras versiones que he probado, salvo porque se siente sensiblemente más preciso a las órdenes que le damos a la dirección y por el ruido de rodadura, que me ha parecido más elevado en este acabado a causa de las enormes llantas que equipa, aunque en ningún caso resulta molesto.
La visibilidad es bastante buena en todos los ángulos y, con los asistentes, maniobrar en ciudad no es una tarea complicada a pesar de sus cinco metros de longitud. Además, la dirección es adaptativa, resultando muy blanda en ciudad y endureciéndose a medida que ganamos velocidad (diámetro de giro de 11,14 metros entre bordillos y 11,74 metros entre paredes).
El nuevo software de control del modo de conducción (Drive Mode Control) es el corazón y el alma del chasis adaptativo.
Pero no es la urbe el hábitat natural de este rutero, sino la autopista, donde se desenvuelve como pez en el agua gracias a la potente mecánica y el gran equilibrio que Opel ha logrado entre comodidad y dinamismo. Hay opciones que transmiten más al volante, como un Clase C o un Giulia, pero también son menos confortables.
Gracias a la nueva arquitectura Epsilon 2 -entre otras mejoras-, el conjunto reduce su peso en hasta 160 kilogramos respecto al Insignia OPC de anterior generación, con una mejora torsional del 9 por ciento. Todo ello lo convierte en una gran berlina a la que, además, podrás añadir un montón de equipamiento para hacer tu viaje más agradable, seguro y ameno.
Uno de sus puntos fuertes es el sistema de amortiguadores de firmeza variable FlexRide, que permite elegir entre tres niveles de dureza (se asocian a cada modo de conducción) y aporta la base para obtener el mejor comportamiento en cualquier situación de conducción, conteniendo muy eficazmente los balanceos y filtrando con calidad las irregularidades del asfalto.
El conjunto se muestra realmente aplomado, seguro y estable incluso cuando circulamos ligeros, con reacciones muy neutras que no requieren un gran período de adaptación. Adicionalmente, los neumáticos de serie aportan un agarre espectacular, evitando en gran medida la tendencia subviradora del Insignia GSi.
La dirección se endurece al aumentar la velocidad y, a pesar de su notable asistencia, resulta bastante directa, permitiéndonos circular con gran sensación de control tanto por autopistas como por carreteras reviradas. No está tan afinada como la de, por ejemplo, un BMW, pero responde con precisión cuando le exigimos un extra de esfuerzo a la hora de enlazar curvas.
Respecto a la tracción total, en lugar de un diferencial trasero tradicional, que transmite cantidades iguales de par a las ruedas traseras, el Opel Insignia GSi cuenta con dos embragues multidisco controlados eléctricamente que permiten una transmisión de potencia más individual y precisa a cada rueda. Actúan con independencia de las condiciones climáticas o del estado de la carretera.
Para contrarrestar la tendencia al subviraje en las curvas cerradas tomadas a alta velocidad, el sistema, dependiendo de la posición del acelerador y del movimiento del volante, envía más par motor a la rueda trasera exterior. En condiciones normales de circulación el reparto de potencia es del 50 % a cada eje, pudiendo variar hasta un 65 % al eje delantero y un 35 % al trasero.
Equipamiento y precio
En la gama española, todos los Opel Insignia GSi cuentan de serie con el paquete deportivo exterior, que incluye paragolpes de diseño específico, taloneras laterales, alerón posterior, suspensión deportiva y rebajada en 10 milímetros, diseño de llantas de aleación exclusivo en tamaño de 18 pulgadas y cristales sobretintados.
En el interior son de serie los asientos más envolventes semi-baquet tapizados en piel, los pedales de aluminio y otros pequeños detalles que realzan la deportividad. A nivel de equipamiento, hablamos de una de las versiones más completas de la gama tanto en seguridad como en confort.
La dotación estándar contempla el climatizador automático de dos zonas, control de crucero con limitador, sistema de navegación con pantalla de ocho pulgadas, bluetooth, USB, faros LED, freno de mano eléctrico, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, espejos eléctricos, tapizado exclusivo, ordenador de a bordo, sensor de lluvia…
Los precios se alejan de lo habitual en un producto generalista.
Algunos opcionales disponibles son el cargador inalámbrico, techo solar, Head-up Display, asientos térmicos y ventilados, alerta de cambio de carril, detector de colisión, alerta de objetos en ángulo muerto, frenada de emergencia o varios packs que aglutinan estos elementos de equipamiento con alguna ventaja económica.
Podéis ver el precio de los opcionales con los que cuenta esta unidad a lo largo de la prueba. Todo aquello en lo que no se indique precio, es de serie en este modelo. Por otra parte, en el momento de escribir la prueba, no estaba disponible el Opel Insignia GSi Grand Sport, así que los precios que vemos a continuación son los de la versión familiar.
Los precios recomendados para España del Opel Insignia Sports Tourer GSi 2019 sin descuentos ni promociones son los siguientes:
Motor | Potencia | Precio |
2.0 Turbo 4×4 AT8 | 260 CV (191 kW) | 46.700 euros |
2.0 CDTi BiTurbo 4×4 AT8 | 210 CV (154 kW) | 48.100 euros |
- Una excelente relación precio/equipamiento/producto para lo que ofrece si puedes beneficiarte de los descuentos.
- Es atractivo por fuera (pocos rivales pueden tener un aspecto tan deportivo) y está realmente bien acabado por dentro, con una gran sensación de calidad a la vista, al tacto y en los ajustes (aunque no llega al nivel premium).
- La respuesta del motor es progresiva, salvo que reclamemos contundencia, en cuyo caso empuja con fuerza. Motor muy elástico.
- Los neumáticos y la tracción total ofrecen un agarre casi infinito.
- La puesta a punto específica de la dirección y la suspensión destaca por una mayor precisión y firmeza, transmitiendo comodidad, sensación de control y seguridad.
- Buen equilibrio entre dinamismo y confort, con espacio generoso.
- Equipamiento tecnológico abundante.
- No es realmente una berlina deportiva, hay opciones que nos implican más en la conducción.
- El ruido de rodadura es más elevado que en el resto de las versiones de la gama, aunque no molesto.
- El bloque motor es poco refinado, sensiblemente ruidoso y no ofrece un agradable sonido de coche potente.
- Poca diferenciación en el interior, salvo por los asientos semi-baquet que, personalmente, me han parecido algo incómodos a la altura de los hombros.
- La visibilidad por los espejos retrovisores es algo justa y estos distorsionan la imagen.
- Cuatro ocupantes viajan con total comodidad, pero es algo estrecho para viajar cinco personas a bordo.
- A la dirección le falta ser un poco más informativa, pero han hecho un gran trabajo.
- Consumo elevado para tratarse de un diésel.