Diseño/Estética
Calidad de acabado vehículo
Calidad de acabado preparación
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.2
Notable
Disponible con tres variantes de carrocería, el Peugeot Traveller ha logrado hacerse un hueco representativo en el mercado de los MPV grandes y derivados de comerciales. Está disponible en versión camper gracias al especialista Tinkervan, quien nos ofrece un producto muy completo que, bien equipado, ronda los 40.000 euros, una cifra razonable en comparación con las más premium.
En los últimos años se está poniendo muy de moda la ‘camperización’ de los monovolúmenes y los derivados de comerciales, pues ofrecen soluciones muy prácticas para los más aventureros sin necesidad de llevar a cabo un desembolso tan considerable como el que supone una autocaravana. Además, ya no tienen limitaciones de circulación.
Básicamente, son lo que conocemos como una furgoneta adaptada que conserva las dimensiones exteriores de las construidas en serie. A esta se le añade el aislamiento térmico, los muebles y todos los sistemas necesarios para la vida a bordo. Pueden estar dotadas adicionalmente de techo realzado de serie o añadido con posterioridad.
Las furgonetas ‘camper’ son vehículos clasificados por el Código de Circulación como un automóvil que incluye un mobiliario básico en su interior, a modo de casa u hogar, homologado para ser usado como vivienda durante los viajes. De esta forma, proporcionan los dos medios básicos para viajar: transporte y alojamiento.
Cada vez son más los modelos que salen de fábrica con estas características, sin necesidad de acudir posteriormente a preparadores, y en esta ocasión he querido poner a prueba el Peugeot Traveller by Tinkervan. Tras haberme puesto al volante del Peugeot Traveller diésel de 150 CV hace apenas unos meses, tenía curiosidad por conocer las diferencias en la camperización.
Lo cierto es que me ha dejado una sensación agridulce. No es tan sorprendente y cómoda como las casas sobre ruedas de las que os hablé en su día, pero resulta una alternativa interesante al Opel Vivaro Life, las Nissan NV200 y NV300 Camper o los Citroën SpaceTourer, Ford Tourneo/Transit Custom y Toyota Proace by Tinkervan por las utilidades que ofrece y su precio.
Diseño exterior
Una de las mayores virtudes del Peugeot Traveller by Tinkervan son sus similitudes con el resto de las versiones del Traveller, por lo que no llama la atención y es uno de los pocos vehículos de su categoría capaz de entrar en un garaje o en un aparcamiento subterráneo a pesar de equipar un techo elevable.
En la vista frontal destaca su gran parrilla con el borde cromado y la forma tan característica de los faros. La luna delantera al igual que toda la superficie acristalada del modelo, es realmente generosa, lo que contribuye notablemente a la visibilidad en todos los ángulos. Además, los enormes faros emplean tecnología de xenón y para la luz diurna se recurre a los LED.
La vista lateral está protagonizada por dos puertas correderas manuales cuya superficie queda totalmente limpia, contando estas con ventanas fijas y cristales posteriores oscurecidos. Los espejos retrovisores son convencionales (no dobles como en algunos comerciales) y cuentan con detector de ángulo muerto -Pack Visio Park-. Sobre el lado del pasajero está el toldo.
Llenan los pasos de rueda unas llantas de aleación de 17 pulgadas calzadas con unos neumáticos Michelin Agilis Alpin M+S en dimensiones 215/60 R17 C 104/102 H. Respecto a su longitud, es la versión intermedia y alcanza los 4.96 metros de largo (5,31 m. la larga), 1.92 metros de ancho y 1.98 metros de alto, con una batalla de 3.275 mm.
En la zaga, el generoso portón deja a ambos lados las discretas ópticas y ofrece una luna posterior térmica de gran tamaño, a fin de mejorar la visibilidad en unidades que no van equipadas con cámara de marcha atrás -Pack Visio Park-. Dicha cámara es muy útil, pero los gráficos y la resolución son pésimos. En esta camper vemos el portabicicletas en el portón.
En el portón también encontraremos el tirador, ya que este es de apertura manual, sin posibilidad de que sea automático de forma opcional; y la denominación del modelo, así como el logo de la marca y la matrícula en posición central. En el paragolpes se ubican los sensores de aparcamiento traseros y los catadióptricos, ya que la salida de escape queda oculta.
El techo elevable, con 1.98 metros de altura, posee una de las cotas más bajas del mercado en la altura de un vehículo con techo elevable instalado. Destaca por su confort y su luminosidad, gracias a sus amplias ventanas laterales y frontales que pueden abrirse totalmente. Al abrirse, el techo elevado del Peugeot Traveller by Tinkervan es de los más altos del mercado.
Diseño interior
En el interior del Peugeot Traveller by Tinkervan encontramos un diseño muy similar al de sus hermanos de gama, salvando las particularidades de la preparación. En este acabado más sencillo y, con las modificaciones llevadas a cabo para convertirla en una camper, es cierto que hay una abundante presencia de plásticos duros, pero el conjunto es agradable a la vista.
En este sentido, hemos de diferenciar el producto de Peugeot -que en su día me pareció bastante bueno- de las modificaciones de Tinkervan, que son las que me han dejado esa sensación agridulce de la que os hablaba. Es cierto que en diseño, practicidad y modularidad no se le pueden poner pegas, pero en ajustes no son todo lo buenos que nos gustaría.
Concretamente, esta unidad superaba ligeramente los 18.000 kilómetros y los asientos giratorios chirriaban con el movimiento del cuerpo, las persianas de algunos armarios se atascaban, las bisagras para elevar la cama no funcionaban correctamente y la tapa de la cocina vibraba con el simple traqueteo del motor, por poner algunos ejemplos.
En este sentido, es justo señalar que desconozco el trato que el vehículo ha recibido en el tiempo que lleva matriculado, pero me parece un deterioro bastante acusado para un vehículo al que, al fin y al cabo, los clientes le van a dar cierto trote. Confío en que se trata de un hecho aislado y que, en general, el producto de Tinkervan es de mayor calidad en lo que a ajustes se refiere.
En la Taveller, la sensación de solidez es elevada, sin vibraciones ni crujidos al presionar con los dedos el salpicadero y los guarnecidos. Sólo en las partes más bajas podemos encontrar algún detalle menos cuidado, pero en conjunto está muy trabajado. Adicionalmente, la dotación es realmente rica, con múltiples posibilidades de equipamiento.
Algunos de los ejemplos más destacables son el climatizador automático trizona -con controles en la segunda fila-, Head Up Display, sistema de navegación con acceso a internet, arranque y acceso sin llave, asientos eléctricos con memoria, calefacción y masaje; paquete iluminación ambiental, cortinillas parasol o control de crucero activo, entre otros.
Podemos encontrar unos cómodos asientos de tela con ajustes manuales. Únicamente se agradecería una banqueta algo más larga. La modularidad es elevadísima, pudiendo plegarse, desplazarse, reclinarse, girarse e incluso extraerse con facilidad. Además, todos los respaldos son individuales para garantizar un mayor confort y flexibilidad.
El diseño del salpicadero es limpio y moderno, con botones sólo para las funciones básicas del equipo multimedia y el climatizador. La pantalla de siete pulgadas queda bien integrada, pero a la vista parece algo pequeña y los gráficos y la percepción táctil son meramente aceptables, con una fluidez que podría mejorar. Eso sí, es compatible con MirrorLink, Apple CarPlay y Android Auto.
El volante multifunción goza de un tacto agradable y desde Peugeot han tratado de mantener un tamaño ajustado, aunque lógicamente no puede llegar a los niveles de los productos más recientes de la marca. Igualmente, la instrumentación es vistosa y moderna, con esferas analógicas y una pantalla central que, por desgracia, no es a color y su información resulta algo limitada.
Pasando a la habitabilidad, podríamos decir que es excelente en todas las plazas, pues hay espacio a raudales. Además, en Peugeot han pensado especialmente en los ocupantes de las plazas traseras, pues los pasajeros de las segunda fila disponen de iluminación LED, , salidas de ventilación y altavoces. Es una pena que los asientos no agarren más en todas las plazas.
Un detalle de gran valor es que el Traveller by Tinkervan ofrece elementos como el sistema de climatización totalmente compatible con el techo elevable. Lo mismo sucede con otros elementos como el tipo de tapicería, las funciones de ayuda a la conducción, el navegador 3D Peugeot Connect NAV y los equipamientos estéticos y de confort del modelo.
La versatilidad del modelo puede verse en su increíble modularidad. En cuestión de minutos, pasa de ser un turismo de cuatro plazas a una camper. Ambas longitudes de carrocería ofrecen tres espacios de vida diferenciados: un dormitorio en el techo elevable, una cama sobre el maletero y la fila trasera; y un salón, gracias a la mesa plegable y los asientos giratorios.
Todos estos equipamientos pueden sacarse del vehículo sin problemas, por lo que el Traveller by Tinkervan puede convertirse fácilmente en un confortable turismo de cinco plazas para un uso diario. Igualmente, el procedimiento para levantar/bajar el techo o para extraer/recoger el toldo es extremadamente sencillo, no requiriendo tampoco demasiada fuerza.
Respecto al techo, es preciso señalar que la tela ha evolucionado con respecto a la versión que vemos matriculada en las imágenes (la unidad que hemos probado). Ahora incorpora una apertura adicional que lo convierte en un techo elevable “panorámico”, como se puede ver en las fotografías oficiales del modelo. El anterior solo tenía “ventanas”.
Las medidas interiores del techo elevable alcanzan los 2,40 metros en su parte delantera, lo que permite poder estar de pie cómodamente. Su altura mínima es de 0,40 metros en la parte posterior de la cama. Esto permite que no haga falta dar la vuelta para dormir con la cabeza en la parte delantera del vehículo y lo convierte en uno de los modelos más espaciosos.
Motorización
La oferta de motores está formada por los 1.6 BlueHDI de 115 CV y los 2.0 BlueHDI con 150 y 180 CV, este último siempre combinado con una caja de cambios automática de seis velocidades. La tracción de serie es únicamente a las ruedas delanteras, aunque de manera opcional podemos optar por la versión 4×4 Dangel que permite contar con tracción total.
La versión 4×4 Dangel cuenta con bloqueo del diferencial trasero opcional y únicamente se puede asociar al motor 2.0 BlueHDI de 150 CV con cambio manual de seis relaciones, la que probablemente sea la opción más equilibrada -y vendida- de la gama por sus prestaciones y sus consumos ajustados.
En esta ocasión he probado el motor más potente, la opción más recomendada dado el peso añadido de la preparación. Hablamos de una mecánica que cumple con su cometido de forma más que correcta. No ofrece una respuesta vigorosa, pero sí energía suficiente para llevar a cabo adelantamientos con cierta agilidad o subir puertos de montaña sin complicaciones.
Este motor de cuatro cilindros y 1.997 cm³ con dos árboles de levas en la culata, inyección directa por conducto común, turbo, geometría variable, intercooler y Start/Stop ofrece sus 177 CV/130 kW de potencia a 3.750 rpm, mientras que los 400 Nm de par se entregan a partir de las 2.000 vueltas. En conjunto, ofrece buena relación prestaciones-consumos.
Es una mecánica realmente elástica capaz de empujar desde 1.500 rpm sin excesivas vibraciones, especialmente gracias el cambio automático. Es verdad que es un coche de notables dimensiones y con un peso considerable, pero para nada se muestra como un vehículo torpe o falto de potencia y, a 120 km/h, el motor gira a 1.900 vueltas en 8ª velocidad.
Si hablamos de sonoridad y aislamiento del habitáculo, diría que en términos generales es bueno, salvo por el inevitable ruido aerodinámico cuando circulamos a 120 km/h. Rodando de forma habitual por carretera su mecánica se muestra bastante silenciosa, pero en frío y en ciudad es claramente perceptible en el habitáculo. Podría estar un poco más refinada…
Respecto a su cambio automático de ocho velocidades, este dispone de una ruleta para seleccionar la posición, en lugar de recurrir a una palanca convencional. Es cómoda de manejar y no requiere un período de adaptación, además de darle cierto valor al habitáculo. Para este tipo de vehículo es suave y suficientemente rápido, no admite tacha.
Me han satisfecho especialmente los consumos. El mixto homologado es de 6 litros a los 100, una cifra que se ha elevado a 7.9 litros a lo largo de la prueba. En entornos urbanos homologa 7.3 litros, pero rondarás los 8.0 litros, mientras que en autopista es fácil moverse en el entorno de los 7.0 litros reales (homologa 5.3 litros a los 100. Todas las cifras oficiales son en ciclo NEDC.
Ficha técnica
Version | 2.0 BlueHDi EAT8 - 4 cilindros en línea |
---|---|
Cilindrada | 1.997 cm³ |
Potencia | 177 CV (130 kW) @ 3.750 rpm |
Par | 400 Nm @ 2.000 rpm |
Peso | N.D. |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.956/ 1.920 / 1.980 mm |
Volumen Maletero | N.D. |
Aceleración 0 a 100 km/h | 8,8 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 8,6 segundos |
Velocidad máxima | 185 km/h |
Consumo homologado | 5,3 / 7,3 / 6,0 l/100 km (urb. /extraurb. / comb.) |
Emisiones CO2 por km | 159 g/km de CO₂ (Euro 6) |
Precio de partida | 47.216 euros (este motor y acabado con descuentos, preparación, todos los extras e impuestos) |
Comportamiento
La conducción del Peugeot Traveller by Tinkervan es muy similar a la de cualquier otra Traveller. Como sabrás, el modelo está desarrollado sobre la plataforma modular EMP2, la misma del Peugeot 308 o el Citroën C4 Picasso, y si hay algo por lo que destaca es por lo bien que se viaja a bordo. Es confortable en todas sus plazas y la visibilidad es buena en todos los ángulos.
Por otra parte, ofrece buen equilibrio entre comodidad y agilidad, con balanceos medidos de la carrocería, aunque no es tan brillante como una Clase V y, en esta versión camperizada, hemos de tener cuidado con todos los utensilios que transportamos. Además, el reparto de pesos es distinto y es muy importante tenerlo en cuenta para evitar sustos.
Esta es una de las cosas que menos me ha gustado. La mayor parte del peso de la preparación se ubica en el lado del pasajero, que es donde se encuentra la cocina, los tanques de agua, la nevera y el espacio de almacenamiento; especialmente cuando los llevamos llenos. De hecho, desde fuera se nota cierta inclinación del vehículo hacia dicho lado.
Su esquema de suspensiones McPherson delantero y de rueda tirada con brazos independientes ha sido optimizado para que el Traveller sea capaz de filtrar eficazmente las irregularidades del asfalto y, al mismo tiempo, lograr un paso por curva más plano cuando circulamos algo ligeros por autopista. Sin embargo, he percibido una suspensión más blanda y rebotona en zonas de resaltos en comparación con la Traveller que probé en su día.
Uno de los principales puntos a favor de esta camper es su puesto de conducción, con un volante regulable en altura y profundidad. A pesar de que la postura de conducción es notoriamente vertical, no resulta incómoda para viajar y el asiento queda elevado, lo que te permite controlar todo tu entorno a distancia.
Es en tramos de curvas donde la física penaliza al Traveller, con un comportamiento más de barcaza a la hora de enlazar curvas, aunque siempre con reacciones naturales y predecibles. Además, la dirección tampoco resulta excesivamente blanda y actúa con cierta rapidez, pero carece de feedback y precisión por su notable asistencia eléctrica.
No menos sorprendente es en ciudad, donde se mueve más cómodamente de lo que cabría esperar de un coche que casi alcanza los cinco metros. Su dirección ofrece un diámetro de giro aceptable de 12,4 metros entre bordillos -12,9 metros entre paredes-, similar al de las furgonetas de la competencia adaptadas para pasajeros.
Eso sí, tendrás que ser consciente de que llevas mucho coche por detrás a la hora de doblar esquinas o aparcar. Lo que no me ha gustado tanto es el tacto de los frenos, ya que tienes que acostumbrarte al tacto del pedal. Son eficaces, pero requieren pisar el pedal con contundencia. Todos los frenos son de disco, los delanteros ventilados.
Cabe mencionar en este modelo la presencia del Grip Control -1.081€- que, si bien no resulta tan completo como la versión Dangel 4×4 de la que hablamos en su momento, puede salvarnos de un apuro sobre suelo resbaladizo al adecuar la transmisión del vehículo a las características del terreno, ajustando el par motriz en las ruedas delanteras para facilitar la tracción y el agarre.
La rueda selectora ofrece varios modos: Standard (el modo normal, para carretera), Nieve, Barro, Arena y ESP off (permite desconectar el control de estabilidad para ayudar al avance del coche en determinadas circunstancias). Estos programas actúan sobre el control de tracción del vehículo permitiendo dar más par motriz a la rueda que tiene adherencia sobre el terreno.
En materia de asistencias a la conducción, el Peugeot Traveller puede equipar Head-Up Display, sistema de reconocimiento de señales de tráfico, faros de xenón, cámara trasera, alerta por abandono involuntario de carril, cambio automático entre luces cortas y largas, programador de velocidad activo y sistema de frenado de emergencia a baja velocidad.
Equipamiento y precio
Las versiones camperizadas del Peugeot Traveller se distinguen por mantener prácticamente todas las prestaciones, los equipamientos y las opciones presentes en las versiones correspondientes del modelo. Una vez tengas el Peugeot Traveller, Tinkervan tardará entre dos y tres meses en completar la transformación.
La transformación está disponible para las longitudes STANDARD y LONG, aunque la opción de techo elevable panorámico, disponible en tres de los cinco acabados de camperización, tan sólo es posible en STANDARD. En la tabla inferior podéis ver mejor las combinaciones que Peugeot ofrece para adaptarse a las necesidades de cada cliente:
El nivel de equipamiento aconsejado para esta transformación, por motivos como disponer de asientos deslizantes sobre guías en la segunda fila de forma que se incremente el “espacio salón”, la tipología de asientos delanteros, etcétera, es el acabado ACTIVE, al que el cliente podrá incluir las opciones que desee como en cualquier otro Traveller Active.
En la prueba del Peugeot Traveller podéis ver especificados todos los acabados de los que dispone este comercial ligero, así como los precios de la gama al completo. A estos hemos de sumar el precio de la preparación. Se ofrecen hasta cinco niveles de camperización a los que podemos sumar diversos opcionales. Estos son los precios:
- A nivel estético, es realmente similar al Peugeot Traveller convencional, con posibilidad de combinar la camperización con cualquier acabado/color/equipamiento del modelo, sin restricciones.
- Equipamiento camper muy abundante con diversas opciones para todos los gustos y varios opcionales.
- Modularidad del vehículo y facilidad con la que pasamos de un monovolumen a una camper sin apenas esfuerzo.
- Colchones más cómodos de lo que esperaba y gran altura del techo elevable, de los mejores.
- Mecánica resolutiva, con buenos consumos.
- Dos opciones de carrocería para elegir.
- Los huecos portaobjetos son abundantes y de gran tamaño.
- Posibilidad de equiparlo con opciones 4×4.
- La mayor parte del peso está en un lado, lo cual no es bueno en términos dinámicos y de seguridad.
- La calidad de los acabados de la preparación es algo pobre y poco resistente al uso (al menos por lo que he podido comprobar en esta unidad concreta).
- Precio elevado del vehículo base, aunque con los descuentos mejora bastante.
- Los gráficos y la resolución de la cámara de marcha atrás son muy mejorables.
- Los asientos pesan mucho para andar ‘trasteando’ con ellos.
- Recorridos de la suspensión demasiado cortos y tarado blando.