Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.7
Notable
Disponible con tres versiones de carrocería, el Peugeot Traveller ha logrado hacerse un hueco representativo en el mercado de los MPV grandes y derivados de comerciales gracias a una presentación atractiva, un equipamiento digno de monovolumen y una conducción que no dista en exceso de la de un turismo. Es cierto que resulta algo caro, pero es una opción muy a tener en cuenta que ahora incluso nos ofrece versiones 4x4.
El segmento de los MPVs grandes no está pasando por su mejor momento y son muchos los usuarios que anteriormente optaban por estos vehículos los que han saltado a nuevos productos como los multispacio derivados de furgones, o los crossovers grandes con capacidad para siete pasajeros. Salvo casos puntuales, parece que este tipo de modelos tienen los días contados.
Eso se ve tanto en el volumen que mes a mes mueven como en la variedad de productos, pero a pesar de no estar viviendo su mejor momento, los MPV grandes siguen siendo muy necesarios para algunas empresas y particulares, especialmente en el caso de las familias numerosas. Si bien hay MPVs compactos con siete plazas, los grandes son más versátiles y útiles al contar con mayor capacidad de carga y unas plazas más holgadas.
Con todo y con eso, parece haber un repunte en las ventas del mercado español gracias a los nuevos integrantes derivados de los comerciales, como son los Toyota ProAce, Citroën Spacetourer y Peugeot Traveller, este último con muy buena demanda. Si bien resulta algo caro -especialmente las variantes más equipadas-, lo cierto es que realmente tiene mucho más de monovolumen que de derivado de comercial.
Eso es fácil de ver si comparamos sus posibilidades de equipamiento o su conducción con otros modelos como el Opel Vivaro o el Ford Transit Custom Kombi que probé recientemente. El Peugeot Traveller no deja de ser una furgoneta en apariencia, pero hablamos de mundos totalmente distintos, ya que en parte este vehículo viene a cubrir el hueco dejado por el ya extinto Peugeot 807 y se asemeja más al Mercedes-Benz Clase V.
Veamos qué hace destacar al Peugeot Traveller.
Diseño exterior
Salta a la vista que los nuevos Peugeot Traveller, Citroën Spacetourer y Toyota New ProAce son ‘el mismo perro con distinto collar’. Las mayores diferencias entre los tres están en el frontal, adoptando cada uno la estética de familia que llevan los últimos lanzamientos. En este caso, en la vista frontal destaca su gran parrilla con el borde cromado y la forma tan característica de los faros.
La luna delantera -con parabrisas térmico– al igual que toda la superficie acristalada del modelo, es realmente generosa, lo que contribuye notablemente a la visibilidad en todos los ángulos. Además, los enormes faros emplean tecnología de xenón y para la luz diurna se recurre a los LED. Las luces antiniebla y los sensores de aparcamiento delanteros también son de serie en este acabado.
La vista lateral está protagonizada por dos puertas correderas eléctricas cuya superficie queda totalmente limpia, contando estas con ventanas fijas y cristales posteriores oscurecidos. Los espejos retrovisores son convencionales (no dobles como en algunos comerciales) y algo pequeños en mi opinión, pero cuentan con detector de ángulo muerto -Pack Visio Park 676€-.
Hay disponibles ocho colores exteriores para la carrocería, entre los que podemos encontrar tonos clásicos, así como dos acabados: sólido o metalizado. En este caso tenemos un Rich Oak metalizado -509€-.
Llenando los pasos de rueda nos encontramos con unas llantas de aleación de 17 pulgadas calzadas con unos neumáticos Michelin Agilis Alpin M+S en dimensiones 215/60 R17 C 104/102 H. Respecto a su longitud, es la versión intermedia y alcanza los 4,96 m. de largo (4,61 m. la corta y 5,31 m. la larga), 1,92 m. de ancho y 1,89 m. de alto (+200 mm Dangel 4×4), con una batalla de 3.275 mm (2.925 mm la corta).
En la zaga es donde más se aprecian sus similitudes con una furgoneta. El generoso portón deja a ambos lados las discretas ópticas y ofrece una luna posterior térmica y practicable de gran tamaño, a fin de mejorar la visibilidad en unidades que no van equipadas con cámara de marcha atrás -Pack Visio Park-. Dicha cámara es muy útil, pero los gráficos y la resolución son pésimos.
En el portón también encontraremos el tirador, ya que este es de apertura manual, sin posibilidad de que sea automático de forma opcional; y la denominación del modelo, así como el logo de la marca y la matrícula en posición central. En el paragolpes se ubican los sensores de aparcamiento traseros y los catadióptricos, ya que la salida de escape queda oculta.
Diseño interior
En el interior del Peugeot Traveller encontramos un diseño muy similar al de sus hermanos de gama, estando la mayor diferencia en la pantalla del sistema multimedia. Lo cierto es que su nivel de acabado no tiene nada que envidiar al de un monovolumen, pues es agradable tanto a la vista como al tacto a pesar de la presencia de plásticos duros en la mayoría del habitáculo.
Sin embargo, la sensación de solidez es elevada, sin vibraciones ni crujidos al presionar con los dedos. Sólo en las partes más bajas podemos encontrar algún detalle menos cuidado, pero en conjunto está muy trabajado. Adicionalmente, la dotación es realmente rica, con posibilidades de equipamiento muy por encima de las que suelen acompañar a los derivados de vehículos comerciales.
Algunos de los ejemplos más destacables son el climatizador automático trizona -con controles en la segunda fila-, Head Up Display, sistema de navegación con acceso a internet -520€-, arranque y acceso sin llave, asientos eléctricos con memoria, calefacción y masaje; paquete iluminación ambiental, mesa central sobre raíles -1.559€-, cortinillas parasol o control de crucero activo -676€-, entre otros.
Para incrementar el aspecto lujoso, el tapizado interior recubre completamente el habitáculo, por lo que no se ve la chapa en ningún caso. Hay disponibles alfombrillas para todo el vehículo.
Igualmente, podemos encontrar unos cómodos asientos de cuero en todas las plazas, aunque para la segunda y tercera fila -1.091€- los ajustes son manuales. La modularidad en todos es elevadísima, pudiendo plegarse, desplazarse, reclinarse, girarse -1.195€- e incluso extraerse con gran facilidad. Además, todos los respaldos son individuales para garantizar un mayor confort y flexibilidad, al tiempo que los de la primera fila incorporan una bandeja y una red.
El diseño del salpicadero es bastante limpio y moderno, con botones sólo para las funciones básicas del sistema de infoentretenimiento y el climatizador bizona. La pantalla de siete pulgadas queda bien integrada en el conjunto, pero a la vista parece algo pequeña y los gráficos y la percepción táctil son meramente aceptables, con una fluidez que podría mejorar. Eso sí, es compatible con MirrorLink, Apple CarPlay y Android Auto.
El volante multifunción goza de un tacto agradable y desde Peugeot han tratado de mantener un tamaño ajustado, aunque lógicamente no puede llegar a los niveles de los productos más recientes de la marca. Igualmente, la instrumentación es vistosa y moderna, con esferas analógicas y una pantalla central que, por desgracia, no es a color y su información resulta algo limitada.
Pasando a la habitabilidad, podríamos decir que es de diez en todas las plazas, pues hay espacio a raudales. Además, en Peugeot han pensado especialmente en los ocupantes de las plazas traseras, pues los pasajeros de las segunda y tercera fila disponen de iluminación LED, altavoces, salidas de ventilación, posavasos y apoyabrazos (ambos sólo en 3º fila). Es una pena que los asientos no agarren más en todas las plazas.
Los acabados Active y Allure pueden equipar hasta un total de 8 plazas, mientras que para el acabado Business se ofrecen 9 plazas y, para el Business VIP, un total de solo 7 plazas.
Lo mismo ocurre con el espacio de carga, suficiente incluso con las ocho plazas montadas. Con las tres filas, el volumen del maletero es de 603 litros para la versión intermedia, ampliables hasta 1.000 litros con dos filas de asientos y 2.700 litros con sólo una fila. La versión corta goza de un maletero de 224 litros (750 – 2.200 litros) y la larga de 989 litros (1.400 – 3.300 litros).
Motorización
La oferta de motores está formada por los 1.6 BlueHDI de 115 CV y los 2.0 BlueHDI con 150 y 180 CV, este último siempre combinado con una caja de cambios automática de seis velocidades. La tracción de serie es únicamente a las ruedas delanteras, aunque de manera opcional podemos optar por esta versión 4×4 Dangel que permite contar con tracción total e incluso con bloqueo del diferencial trasero -800€-.
La versión 4×4 Dangel únicamente se puede asociar a la mecánica que he elegido para esta prueba, el motor 2.0 BlueHDI de 150 CV con cambio manual de seis relaciones, la que probablemente sea la opción más equilibrada -y vendida- de la gama por sus prestaciones y sus consumos ajustados.
Hablamos de una mecánica que, aunque cumple con su cometido de forma más que correcta, no ofrece una respuesta vigorosa que nos permita una conducción especialmente dinámica, y menos si vamos cargados y con pasajeros en las plazas traseras, pero en un modo de conducción normal y sin demasiada carga en la parte posterior ofrece un rendimiento sobrado tanto para ciudad como para carretera.
En cifras, esta mecánica es capaz de acelerar hasta los 100 km/h desde parado en 11 segundos, pasar de 80 a 120 km/h en 9,3 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 170 km/h.
Este motor de cuatro cilindros con inyección directa por conducto común, turbo, geometría variable, intercooler y sistema Start/Stop ofrece sus 150 CV/110 kW de potencia a 4.000 rpm, mientras que los 370 Nm de par se entregan a partir de las 2.000 vueltas. Con estos datos en la mano y, teniendo en cuenta que el escalonamiento de las marchas es bastante abierto, no es recomendable apurar en exceso las revoluciones.
Con todo y con eso, es una mecánica realmente elástica capaz de empujar por debajo de las 1.500 rpm sin excesivas vibraciones, pero claro, cuando no vamos hasta arriba de carga. Es verdad que es un coche de notables dimensiones y con un peso considerable de 1.705 kg, pero para nada se muestra como un vehículo torpe o falto de potencia salvo en situaciones muy determinadas.
Podría ser el caso de una pendiente pronunciada circulando en 6ª velocidad con ocho personas a bordo, donde es preciso bajar alguna marcha para mantener adelantar o mantener buen ritmo. Sin ir cargados, el empuje incluso en este caso es contundente.
Si hablamos de sonoridad y aislamiento del habitáculo, diría que en términos generales es bueno, salvo por el inevitable ruido aerodinámico cuando circulamos a 120 km/h -el motor gira a 2.200 rpm-. Rodando de forma habitual por carretera su mecánica se muestra bastante silenciosa, a lo que ayuda un buen aislamiento del interior para poder disfrutar de largos viajes sin un continuo sonido de la mecánica en nuestros oídos.
Respecto a su cambio manual de seis velocidades, este ofrece un tacto muy similar al de los turismos de la marca, tanto en la palanca como en el pedal del embrague. Denota calidad al posar la mano en él, pero como os decía, cuenta con desarrollos largos y un escalonamiento también demasiado abierto para aprovechar su uso en carretera, y en algunas ocasiones las marchas no entran con la soltura que cabría esperar.
Se combina con un tacto suave y agradable del embrague (también del resto de pedales), pero la posición de los pedales no es del todo ergonómica, ya que se encuentran a diferentes alturas, muy cerca del volante y en una disposición un tanto horizontal que nos recuerda ligeramente a la conducción de una furgoneta -que, por otra parte, al fin y al cabo es lo que es-.
Sí me han satisfecho los consumos. Esta unidad presume de un consumo mixto homologado de unos 5.3 litros a los 100, una cifra que se ha elevado a 7.8 litros a lo largo de la prueba, pero teniendo en cuenta que íbamos 8 personas a bordo. En entornos urbanos, sin duda, ascenderá por encima de los 5.9 litros a los 100 que homologa, pero con una conducción sosegada tampoco superarás en exceso los 8.0 litros.
Cuando circulamos por autopista a una velocidad de 120-130 km/h es donde se te dibujará una sonrisa en la cara, ya que el marcador ronda los 7.3 litros a los 100 con todas las plazas llenas, estando homologado un consumo extraurbano de 4.9 l/100 km. El tamaño del depósito asciende hasta los 69 litros, más que suficiente para realizar un viaje de distancia media-larga sin tener que hacer paradas innecesarias.
Ficha técnica
Version | 2.0 BlueHDI - 4 cilindros en línea |
---|---|
Cilindrada | 1.997 cm³ |
Potencia | 150 CV (110 kW) @ 4.000 rpm |
Par | 370 Nm @ 2.000 rpm |
Peso | 1.705 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.956 / 1.920 / 1.890 mm |
Volumen Maletero | 603 (1.000 - 2.700) litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 11 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 9,3 segundos |
Velocidad máxima | 170 km/h |
Consumo homologado | 5,9 / 4,9 / 5,3 l/100 km (urb. / extraurb. / comb.) |
Emisiones CO2 por km | 139 g/km de CO₂ (Euro 6) |
Precio de partida | 49.489 euros (este motor, acabado y carrocería sin descuentos) |
Comportamiento
El Peugeot Traveller está fabricado sobre la plataforma modular EMP2, la misma del Peugeot 308 o el Citroën C4 Picasso, y si hay algo por lo que destaca es por lo bien que se viaja a bordo. Es confortable en todas sus plazas y ofrece buen equilibrio entre comodidad y dinamismo, con balanceos contenidos y cierta agilidad en el paso por curva, aunque no es tan brillante como una Clase V.
Su esquema de suspensiones McPherson delantero y de rueda tirada con brazos independientes ha sido optimizado para que el Traveller sea capaz de filtrar eficazmente las irregularidades del asfalto y, al mismo tiempo, contener de forma eficaz los balanceos de la carrocería cuando circulamos algo ligeros por autopista. Rápidamente notarás que su suspensión tiene un tarado más duro que en los derivados de comerciales.
Uno de los principales puntos a favor de este MPV es su puesto de conducción, con volante regulable en altura y profundidad. La sensación de ir a bordo de una furgoneta no es acusada en lo que a postura se refiere, pero conduces a una altura elevada que te permite controlar todo tu entorno a distancia. A todo ello se unen adicionalmente múltiples asistentes a la conducción de los que hablaremos en el siguiente apartado.
Es en tramos revirados donde la física penaliza al Traveller, con un comportamiento más de barcaza a la hora de enlazar curvas, aunque siempre con reacciones naturales y predecibles. Además, la dirección tampoco resulta excesivamente blanda (variable en función de la velocidad) y actúa con bastante rapidez (pero carece de feedback y precisión por su notable asistencia eléctrica).
No menos sorprendente es en ciudad, donde se mueve más cómodamente de lo que cabría esperar de un coche que casi alcanza los cinco metros. Su dirección ofrece un radio de giro aceptable de 12,4 metros entre bordillos -12,9 metros entre paredes-, similar al de las furgonetas de la competencia adaptadas para pasajeros. Eso sí, tendrás que ser consciente de que llevas mucho coche por detrás a la hora de doblar esquinas o aparcar.
Lo que no me ha gustado tanto es el tacto de los frenos, ya que tienes que acostumbrarte al tacto del pedal. Son eficaces, pero requieren pisar el pedal con contundencia. Todos los frenos son de disco, los delanteros ventilados.
Finalmente y, fuera del asfalto, a pesar de una mayor altura -200 milímetros- de la carrocería, el Peugeot Traveller 4×4 Edition no está pensado para circular por terrenos muy rotos, sino más bien para sacarnos de más de un apuro en fincas embarradas, asfaltos con poco agarre o caminos sensiblemente rotos. Lo notarás rápidamente en sus cortos recorridos de suspensión.
La motricidad reforzada del modelo se selecciona mediante un mando giratorio ubicado en el salpicadero. En modo Eco2WD, circularemos en tracción delantera; en Auto, la tracción trasera entra en acción de manera automática y progresiva, sin intervención del conductor; y usando el bloqueo del diferencial trasero (modo R. Lock) se pueden superar grandes obstáculos.
Con ello, la seguridad es máxima en terrenos resbaladizos gracias al diferencial de deslizamiento trasero. Si una de las dos ruedas pierde adherencia, el diferencial ofrece motricidad extra a la de mayor tracción, mientras que en terrenos más sencillos la transmisión 4×4 Dangel favorece el funcionamiento de del eje delantero, lo que supone una importante reducción en el consumo de combustible.
Equipamiento y precio
La gama del modelo la forman tres tipos de carrocería -Compact, Standard, Long- y se divide en Traveller Combi y Traveller Bussiness, aunque las diferencias entre ambas se reducen esencialmente a detalles estéticos menores. Los niveles de acabado se denominan Bussiness (para profesionales), Active, Bussiness VIP (para profesionales) y Allure.
En todos son de serie el ABS, EBD, ESP, TCS, TPMS, varios airbags, dirección asistida, aire acondicionado, sistema de sonido con pantalla de siete pulgadas, bluetooth, puerto USB, control de velocidad, ordenador de viaje, alerta de cambio de carril, sensor de lluvia, encendido automático de luces y retrovisores térmicos.
El nivel Active añade a lo anterior el climatizador automático de dos zonas, luneta posterior abatible, puertas deslizantes con mando eléctrico, alfombrillas, sensores de aparcamiento traseros, airbags de cortina, llantas de acero en 17 pulgadas, cortinillas en ventanas traseras, retrovisor interior fotosensible, espejos abatibles con mando eléctrico y tapizado específico.
La terminación Allure suma el techo de cristal, sistema de climatización independiente para las plazas traseras, asientos delanteros con ajuste eléctrico, térmicos y con masaje, tapizado en piel, sistema de acceso y arranque sin llave, sistema de sonido de altas prestaciones con 10 altavoces, llantas de aleación de 17 pulgadas, volante multifunción forrado en piel, etc.
El VIP está enfocado a empresas (Shuttle Bus) y sobre el Active añade el climatizador posterior, tapizado en piel, asientos eléctricos, térmicos y con masaje, asientos traseros giratorios, acceso y arranque sin llave, sistema de audio Hi-Fi con subwoofer y 10 altavoces, y pierde la luneta posterior abatible.
Los precios para toda la gama del Peugeot Traveller en España sin descuentos ni promociones son los siguientes:
Motor | Business | Active | VIP | Allure |
1.6 BlueHDI 118 CV Compact | 36.239€ | 39.627€ | – | – |
1.6 BlueHDI 118 CV Standard | 36.655€ | 40.043€ | – | 47.068€ |
1.6 BlueHDI 118 CV Long | 37.185€ | 40.573€ | – | 47.598€ |
2.0 BlueHDI 150 CV Compact | 38.660€ | 42.048€ | – | – |
2.0 BlueHDI 150 CV Standard | 39.076€ | 42.464€ | 46.455€ | 49.489€ |
1.6 BlueHDI 150 CV Long | 39.606€ | 42.994€ | 46.985€ | 50.019€ |
2.0 BlueHDI 180 CV 8EAT Compact | – | 47.880€ | – | – |
2.0 BlueHDI 180 CV 8EAT Estándar | 44.790€ | 48.313€ | 52.462€ | 55.617€ |
2.0 BlueHDI 180 CV 8EAT Long | 45.341€ | 48.864€ | 53.013€ | 56.168€ |
- Múltiples opciones de carrocería para elegir.
- Equipamiento propio de un monovolumen, abundante incluso de serie, con muchas opciones de personalización y confort para elegir.
- Excelente modularidad en todas las plazas (asientos reclinables y abatibles, desplazamiento longitudinal…) y comodidades en las mismas (puertas eléctricas, salidas de ventilación, iluminación LED…).
- Comportamiento de la mecánica y el cambio como en los turismos de la marca, con una conducción similar a la de un MPV grande.
- Gran comodidad de los asientos para largos viajes, ofreciendo mucho espacio.
- Los huecos portaobjetos son abundantes y de gran tamaño.
- Buenas dosis de potencia en prácticamente todas las circunstancias, con buen empuje desde bajas vueltas y sin excesiva rumororsidad y vibraciones.
- Posibilidad de equiparlo con opciones 4×4, algo que no tiene la inmensa mayoría de rivales.
- Precio muy elevado, aunque es cierto que con los descuentos mejora bastante.
- Mayores limitaciones que un MPV grande por dimensiones.
- Los gráficos y la resolución de la cámara de marcha atrás son muy mejorables.
- Los asientos pesan mucho para andar ‘trasteando’ con ellos.
- Recorridos de la suspensión demasiado cortos para practicar una conducción algo más off road.
- El pomo de metal no tiene ningún sentido. Cuando dejas el coche al sol, luego es imposible tocarlo durante un rato largo.
me encantaría que los artículos de opinión se basasen en LO QUE LES FALTA a los coches y no lo que está bien. Todos los coches funcionan… lo importante son las sorpresas NEGATIVAS.
Mi historia:
Me compré una Traveller de 9 plazas en junio 2019.
Primera sorpresa… un USB para 9 plazas!!. He tenido que poner extensores para la fila de atrás (ya sean mis hijos, clientes que se trasladan etc, 1 USB para todo el coche me parece ridiculo.
Segunda sorpresa. Cuando llego a casa con el coche y montamos todos, incluyeno mi mujer y un hijo que van delante, quieren reclinar el asiento un poco para atrás, ya que están demasiado «para adelante»… Y NO SON RECLINABLES!!!! que broma es esta??? es mentira lo que decís en el articulo. Solo son reclinables si te compras la version 8 plazas…. ahora nadie quiere ir delante!!
Tercera sorpresa. El adblue… fantástica idea… si funcionase bien. Llevo 2 avisos de adblue a pesar de haber rellenado el depósito bien (lo que me hace preguntarme ¿como se rellena mal?). La amable señorita del concesionario me dice «que si lleno el deposito de gasoil poco a poco o de golpe»— empiezo a flipar. Se refiere a que si echo 20 eurillos, 10 eurillos o pongo lleno. Le contesto que casi siempre lleno y que qué tiene eso que ver con el adblue… me dice que el coche, cada vez que se pone gasolina, hace no se que historias que hace que consuma mas adblue… Como yo siempre pongo lleno, se descarta que mi forma de repostar sea parte del problema… pffiu…. en cq caso, aunque consuma mas adblue, NO DEBERÍA DAR PROBLEMAS UNA VEZ ECHADO EL ADBLUE. La amable señorita me dice que siempre tengo que echar lleno tambien en el adblue… ok, un doble lleno….. no vaya a ser que la tecnología falle por no llenar el deposito de adblue a tope…. en fin, uno simplemente espera que las cosas funcionen. Y deberíamos estar en nuestro derecho DE DEVOLVER EL COCHE POR GILIP*** COMO ESTA.
Por lo demas, el coche bien. Acelera, frena, gira… como todos.
No recomiendo la traveller, yo compre una allure 150cv y en 2 años y medio he visitado varias veces el taller, entre los cuales tuve que cambiar embrague y servo freno con 40000km porque se quemó, y no me quisieron entrar en garantía, como eso un no parar de cosas, cada tontería tengo el testigo de taller… Horrible me arrepiento muchísimo eso que cogí full eqyuoe 42000€ la peor inversión de mi vida