Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
9
Sobresaliente
El nuevo BMW M8 eleva la dinámica, la agilidad y la precisión a un nivel completamente nuevo en su segmento. El modelo insignia ha sido desarrollado conforme a la base de conocimientos de BMW M en la competición de motor, por lo que a su amplio lujo, equipamiento y tecnología suman un motor que es una auténtica bomba de relojería y una conducción capaz de imponer hasta a los mejores pilotos.
El BMW M8 Competition no es otra cosa que la máxima expresión en potencia y lujo del Serie 8, pero añade a este todos los ingredientes en términos de minimización de peso, centro de gravedad, distribución de peso, distancia entre ejes, ancho de vía y rigidez del chasis y de la carrocería para brindar un manejo centrado en una dinámica lateral y longitudinal soberbia.
Según la marca, el nuevo BMW M8 Competition brilla por sus mayores prestaciones, pero también convence por ser un automóvil que ahora cuenta con un enfoque mucho más apropiado para el uso cotidiano y lo distingue su comportamiento impecable. Además, puede contar con diversos aderezos estéticos y aerodinámicos en fibra de carbono para la carrocería.
Con la base del BMW M8 que se vende en otros mercados, la versión Competition cuenta con un aumento de potencia, una respuesta aún más directa y un chasis configurado a medida. Con este lanzamiento, BMW continúa sumando miembros a esta reciente categoría de producto que ya habíamos visto en el BMW M2 Competition o el BMW M5 Competition.
Adicionalmente, en él encontramos numerosas chucherías aerodinámicas específicas y un equipamiento de lo más completo, lo que le lleva a consolidarse como uno de los coupés más poderosos del mercado junto al Aston Martin DB11, el Bentley Continental GT o el Mercedes-AMG S 63 4MATIC+ Coupé. De todos ellos, el BMW M8 Competition es el más barato.
Diseño exterior
El diseño juega un papel muy importante en un vehículo como el BMW M8 Competition. En el frontal, destaca la agresividad del paragolpes, mucho más marcado y que integra unas tomas de aire de mayores dimensiones. Estas se complementan con la parrilla activa, que se abre en función de las necesidades de refrigeración del motor.
Dicho control activo de la rejilla abre las partes internas de los riñones y las entradas inferiores de aire cuando se necesita enfriar más; de lo contrario, las mantiene cerradas para optimizar la aerodinámica. Junto con el ‘Air Curtain’ y el alerón delantero, el ‘Air Breather’ produce una reducción significativa de las turbulencias de aire en las ruedas, así como una canalización dirigida del flujo del viento.
Los faros BMW Laserlight son de serie y ofrecen una iluminación sensacional. También de serie son los sensores de aparcamiento, aunque es recomendable equipar el Park Assistant Plus con Surround View con Top View, Remote 3D View, PDC y sistema de aparcamiento semiautónomo. La visión nocturna con detección de peatones también está disponible.
No faltan de serie el acceso confort sin llave y el cierre automático de puertas.
En la vista lateral, destaca la toma de aire lateral y un pronunciado nervio bajo las ventanillas que integra las manillas de las puertas (en color de la carrocería), a fin de darle ese toque dinámico tan personal de la marca. De hecho, desde BMW lo denominan ‘Business Athlete’ y, si combinamos su poderosa presencia con su comportamiento, no van desencaminados…
Como no podía ser de otra forma, rematan el conjunto las exclusivas llantas de aleación ligera M de 20 pulgadas con radios estrella 813 M forjadas, en bicolor y calzadas con neumáticos Pirelli PZero en medidas 275/35 ZR20 102Y en el eje delantero y 285/35 ZR20 104Y en el trasero. Ofrecen un agarre excepcional, aunque siempre pueden mejorarse.
Tras ellas podemos distinguir los frenos M de carburo de silicio reforzado con fibra de carbono opcionales, con discos de freno perforados y autoventilados. Se pueden reconocer por el color de las pinzas en dorado mate y el logo «M». Por último, la superficie acristalada es generosa y las lunas posteriores están tintadas de manera opcional.
En dimensiones, hablamos de 4.87 metros de largo, 1.91 metros de ancho y 1.36 metros de alto. La batalla es de 2.827 mm y sus vías son de 1.627 mm en el eje delantero y 1.632 mm en el trasero, por lo que el BMW M8 Competition no solo puede presumir de un gran aplomo sobre el asfalto, sino también de un gran espacio interior en las plazas delanteras.
La zaga, por su parte, goza de gran personalidad y una seductora musculatura gracias a los faros con tecnología LED y los ensanchados hombros, dándole ese contrapunto deportivo a la elegancia del frontal que tanto gusta a los clientes de la firma germana. En el tercio inferior encontramos un llamativo difusor negro y dos salidas de escape dobles.
La tecnología BMW EfficientLightweight que hace uso de materiales ligeros para optimizar el peso y la rigidez de la carrocería y las suspensiones.
Estas nos advierten que lo que se esconde bajo el pronunciado capó no es un juguete para niños, pues el modelo incluye de serie el sistema de escape deportivo M, que ofrece un sonido en consonancia con las aspiraciones deportivas del vehículo. Las colas de escape van también rematadas en negro.
El kit aerodinámico M que luce el modelo incluye un discreto alerón trasero M en la tapa del maletero (‘Gurney’). Hay sensores de aparcamiento traseros y cámara de marcha atrás. Por último, he de señalar que la luna posterior carece de limpiaparabrisas (en todas las versiones), algo que no termina de gustarme, pero que es habitual en este tipo de modelos.
Por último, el acabado Shadow Line de alto brillo de BMW Individual se complementa con el uso discreto del negro brillante para el borde de la parrilla con forma de riñón, la malla decorativa de las branquias BMW M en los paneles laterales delanteros, el embellecedor del parachoques trasero y las cubiertas de los espejos retrovisores exteriores.
Diseño interior
No menos interesante es el interior, donde el puesto de conducción ergonómicamente optimizado está orientado hacia una conducción concentrada y refleja el excepcional potencial dinámico del nuevo BMW M8 Competition. Materiales de alta calidad, detalles elegantes y un meticuloso acabado anticipan la incomparable experiencia que aguarda al conductor.
La calidad de los acabados, el tacto de los controles y el remate de los ajustes es de primera, de lo mejor que encontramos en el segmento. No hay crujidos, no hay vibraciones y todo funciona como la seda, pues la calidad de realización es excelente, haciendo uso de materiales acolchados muy agradables y unos ajustes impecables.
Pero no solo algunos retoques aquí y allá hacen que el modelo sea un auténtico M. El nuevo modelo va un paso más allá en materia de personalización gracias a un nuevo modo M que promueve la conducción centrada en la carretera y en el circuito; una configuración para el sistema de frenos y un sistema de visualización y control específico para el modelo.
Hay detalles de calidad como las guanteras y huecos forrados, el salpicadero de cuero o la llamativa iluminación interior. El volante es similar al del resto de BMW Serie 8, pero añade dos botones rojos para las configuraciones personalizables ‘M1’ y ‘M2’, así como levas de buen tamaño y tacto de plástico. Puede ser calefactado.
Tras el volante encontramos el nuevo cuadro de instrumentos digital de BMW (BMW Operating System 7.0) con pantallas específicas y un diseño personalizable, que se complementa con la pantalla de control de 12,3 pulgadas de la consola central. Esta permite visualizar el contenido en tiempo real en hasta diez páginas del menú principal libremente configurables.
Hay ocho tapicerías disponibles y cuatro molduras a elegir.
El conjunto es realmente intuitivo y sencillo de manejar. Además, el cliente tiene la opción de controlador todo mediante el mando del iDrive, el control táctil, el control de voz y el control mediante gestos, aunque es cierto que el MBUX de Mercedes-Benz está un escalón por encima. La disposición de los controles ayuda al conductor a concentrarse en la conducción.
Tampoco falta un gran Head-Up Display con varios modos de proyección. Muestra gran cantidad de información en su vista convencional, al tiempo que en la vista deportiva podemos encontrar un cuentarrevoluciones -junto a otras indicaciones habituales-. También es diferente el botón de encendido del motor, que en este caso es de color rojo.
El control del climatizador de dos zonas destaca por el atractivo display para la temperatura, un detalle de alto valor. Como veis, toda esta superficie se ha rediseñado, al igual que las salidas de ventilación, y bajo las mismas encontramos algunos controles del sistema de información y entretenimiento. En este aspecto no hay diferencias con un Serie 8.
Algo más abajo encontramos un hueco portaobjetos cubierto donde se ubican dos posavasos, una toma de 12V, el cargador inalámbrico del smartphone y una toma USB. Me ha llamado la atención que esta es la única toma USB convencional que hay, el resto son USB-C. La consola central queda rematada por un último conjunto de botones
En ella no faltan el iDrive, la nueva palanca de cambios, el selector de modos de conducción, el de ajustes del chasis y el motor, el Auto Hold, el freno de mano eléctrico y algunas funcionalidades de los asistentes de conducción. La consola central acaba en un cómodo reposabrazos fijo que esconde en su interior una guantera de aceptable tamaño.
Los asientos deportivos delanteros con ofrecen un mullido extremadamente confortable y, además, agarran de manera sobresaliente tanto en la banqueta como en el respaldo, contando con múltiples opciones de ajuste eléctrico y memoria. El diseño específico con el logo «M» iluminado pone aún más en evidencia la ambición deportiva del vehículo.
Toda la comodidad que encontramos delante se pierde en la segunda fila de asientos. Si bien los asientos delanteros se desplazan eléctricamente hacia delante, el acceso es complicado para personas poco ágiles y el espacio para la cabeza y las piernas muy limitado, quedando reservadas a niños o personas de baja estatura. Los cinturones M son de serie en las cuatro plazas.
Respecto al maletero, este cubica un total de 420 litros, ampliables al abatir los asientos de la segunda fila -50:50-. El piso queda plano en este caso. El espacio de carga cuenta con unas formas muy regulares y dos huecos a ambos lados, uno de ellos con una red. El portón es de accionamiento eléctrico y el borde de carga se sitúa a 710 mm de altura al suelo.
Motorización
Sin duda alguna, uno de los puntos fuertes del BMW M8 Competition se esconde en el vano motor. Hablamos del poderoso bloque V8 de 4.4 litros con tecnología M TwinPower Turbo (código interno S63), colector de escape con flujo cruzado, inyección directa con mayor presión y sistemas de refrigeración y lubricación diseñados para conducir al límite en circuito.
Como ya sabrás, este motor de alto régimen ofrece una potencia excepcional de 625 CV (460 kW) a 6.000 rpm, así como un extraordinario par máximo de 750 Nm disponibles desde solo 1.800 rpm y hasta las 5.800 rpm. Es elástico e insaciable, con un apetito frenético para subir de vueltas y una entrega constante de potencia en una banda de revoluciones realmente amplia.
La respuesta al acelerador es inmediata y sobra decir que es capaz de pegarnos con fuerza al asiento a cualquier régimen y en cualquier circunstancia. Es… uno de esos coches capaces de ponerte los pelos de punta en cada aceleración, pero entregando la potencia de forma progresiva, de menos a más, no de manera violenta.
Es más, podemos ajustar la velocidad de respuesta del motor, del acelerador, de la transmisión e incluso de los frenos con el selector ubicado junto a la palanca de cambios, que nos permite elegir entre Comfort, Sport o Sport Plus, aunque ya os adelanto que el resultado obtenido en el primero de ellos es más que suficiente para cumplir todas tus expectativas.
En cifras, hablamos de un coupé deportivo capaz de catapultarnos hasta los 100 km/h en solo 3,2 segundos cuando activamos la función Launch Control y hasta los 200 km/h en 10,6 segundos, con una recuperación de 80-120 km/h en menos de dos segundos y una velocidad máxima limitada a 250 km/h. Dicha cifra se puede incrementar a 305 km/h con el M Driver’s Package.
Los ingenieros han aplicado una serie de mejoras para dotar al V8 con estas extraordinarias capacidades de rendimiento. Una tecnología de turbocompresión de nuevo desarrollo y una mayor presión de inyección máxima de 350 bar permiten unos tiempos de inyección más cortos y una mejor atomización del combustible para lograr una respuesta más aguda del motor, así como una preparación más eficiente de la mezcla.
También se han mejorado los sistemas de lubricación y refrigeración, ya que se ha incluido un cárter de aceite con un pequeño depósito delantero y un sistema de refrigeración de aire por carga indirecta. El sistema de suministro de aceite utiliza una bomba de control por mapa totalmente variable y ha sido diseñado para su uso en circuito, donde se pueden generar niveles muy altos de aceleración longitudinal y lateral.
El sistema de refrigeración consta de dos circuitos de agua y de radiadores de aceite independientes para la transmisión y para el motor.
Pero todo ello no sería tan bonito sin una melodía acorde a las prestaciones. En el M8 Competition se le han realizado modificaciones al colector de gases de escape con dos filas de cilindros y se ha instalado un sistema de resonancia Helmholtz entre los dos silenciadores. Además, su sonido está controlado por aletas y varía dependiendo del modo seleccionado.
Con el botón M Sound Control, también ubicado junto a la palanca de cambios, podemos atenuar el sonido, aunque en conjunto he de decir que este aspecto me ha decepcionado un poco. Si bien suena más que el resto de Serie 8, su sonoridad es bastante menor a la de los RS de Audi o los AMG de Mercedes-Benz.
Esto puede ser un arma de doble filo. Es estupendo si buscas discreción, pero no mola tanto si quieres escuchar como Dios manda la melodía del poderoso motor. Además, con el M Sound Control activo, se genera un sonido artificial que se escucha por los altavoces y, aunque está muy bien logrado, no es el sonido limpio del potente motor que llevamos.
Otro aspecto que probablemente no te guste tanto serán los consumos, aunque son mejores de lo que esperaba. La marca homologa 11,1 l/100 km de media, aunque en una conducción real no te será difícil rondar los 16 litros en ciudad y los 9.6 litros en carretera, con una media de 12,3 litros a los 100 km tras una semana de prueba y más de 1.000 km recorridos.
El depósito de combustible tiene una capacidad de 68 litros, lo que garantiza una autonomía respetable.
Lo que me ha gustado mucho es el cambio M Steptronic de ocho velocidades con Drivelogic, enfocado estrictamente a ofrecer el máximo rendimiento deportivo. La posibilidad de realizar cambios increíblemente cortos y suaves, así como el espaciamiento óptimo de las relaciones, son capaces de lograr la felicidad incluso del conductor más exigente.
Además, el amplio rango de relaciones permitidas por el sistema también ayuda a optimizar la eficiencia del combustible y, en una conducción tranquila, el motor sube de marcha en el entorno de las 1.800 rpm, siempre con una suavidad impecable, ya sea en posición D, empleando las levas o con el modo secuencial de la palanca de cambios.
El embrague de convertidor de par está ya completamente acoplado una vez que el automóvil acelera de nuevo.
Por su parte, la nueva palanca de cambio acortada situada en la consola central requiere de un período de adaptación respecto a la que encontramos en el resto de la gama BMW, aunque a mi parecer es más intuitiva y segura por los movimientos que requiere para seleccionar cada posición. Si nos posicionamos en el modo ‘S’, realmente estaremos seleccionando el secuencial.
La configuración de la transmisión también se puede modificar usando el interruptor Drivelogic situado en la palanca de cambio. Encontramos tres modos:
- El modo Drivelogic 1 corresponde a una conducción eficiente.
- El modo Drivelogic 2 se presta a la conducción rápida con unos tiempos de cambio acortados.
- El modo Drivelogic 3 está optimizado para la conducción deportiva en el circuito gracias a sus tiempos de cambio extremadamente cortos.
Ficha técnica
Version | V8 M TwinPower Turbo - 8 cilindros en V |
---|---|
Cilindrada | 4.395 cm³ |
Potencia | 625 CV (460 kW) @ 6.000 |
Par | 750 Nm @ 1.800 - 5.800 rpm |
Peso | 1.960 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.867 / 1.907 / 1.362 mm |
Volumen Maletero | 420 litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 3,2 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 1,8 segundos |
Velocidad máxima | 250 km/h (305 km/h con Paquete M Driver) |
Consumo homologado | 11,1 l/100 km en ciclo combinado |
Emisiones CO2 por km | 252 g/km de CO₂ (Euro 6) |
Precio de partida | 192.500 euros (este motor sin descuentos ni extras) |
Comportamiento
Al igual que ocurre en muchos de los deportivos y GT que se ofrecen hoy en día, nada más ponerte al volante del nuevo BMW M8 Competition serás consciente de que no vas a ser capaz de sacarle todo su potencial ni siquiera en un circuito, salvo que seas un piloto profesional y muy experimentado. Con todo y con eso, es un coche manejable a ritmo tranquilo.
En vías amplias, es sencillo conducir con cierta alegría y plena sensación de seguridad, pero es importante ser consciente de que no es simplemente un Serie 8 que corre mucho o que tiene mucha potencia, sino una máquina bestial que requiere muchas manos al volante, especialmente si te adentras por vías estrechas dados su anchura y su prominente capó.
La mayoría de los usuarios encontrarán un vehículo más que razonable, e incluso más cómodo y suave, en los BMW M850i o BMW 840d xDrive, pues si bien el M8 Competition no es incómodo para el día a día, su calidad de rodadura, el tarado de sus suspensiones y la puesta a punto del cambio no son tan confortables como en un BMW Serie 8 convencional.
Conducir el BMW M8 Competition a ritmo elevado requiere reflejos, concentración y rapidez de movimientos. No hay margen de error para pensar si has hecho lo correcto.
Este coupé cuenta con diversas modificaciones en el chasis que tienen como objetivo incrementar todavía más la precisión de la conducción. Además, podemos ajustar múltiples parámetros para adaptar el M8 a nuestras exigencias y a las circunstancias del trazado sobre el que vamos a conducir ¿O quizás debería decir pilotar?
El sistema de control desarrollado para los modelos de BMW M permite configurar de forma separada la potencia y la tecnología del chasis a gusto del conductor y de sus necesidades, pudiéndose activar varios modos de potencia, suspensión y dirección independientemente uno del otro. En los modelos con el sistema M xDrive, la distribución de la potencia entre las ruedas delanteras y traseras también puede ser ajustado.
Pero indudablemente lo más llamativo es la posibilidad de configurar el sistema de frenos según sea necesario. El sistema es 2 kg más ligero en su conjunto y, gracias a un sistema eléctrico -en lugar de una bomba de vacío-, regula la asistencia, modificando la presión necesaria para obtener una respuesta más dinámica. Con ello, BMW asegura intervenciones mucho más rápidas y precisas en el sistema de control de estabilidad de conducción.
También hay que señalar que la respuesta de frenado no se ve afectada en el conductor cuando las carreteras están mojadas, cuando hay aceleración lateral significativa o altas temperaturas a la hora de frenar, lo que garantiza una medición precisa de la potencia de frenado en todo momento. El sistema está disponible para ambos equipos de frenos.
En este sentido, son muchos los que me han preguntado si realmente son apreciables las diferencias entre el modo Confort y el modo Sport para los frenos. En una conducción sosegada puede ser menos palpable la diferencia, pero conduciendo a ritmo elevado es fácil apreciar como las pinzas muerden los discos impasibles con menos recorrido de pedal.
De esta forma, el conjunto transmite mucha más confianza, especialmente con los frenos M de carburo de silicio reforzado con fibra de carbono opcionales de esta unidad, que parecen prácticamente insaciables, aunque los “torturemos” durante un tiempo considerable. Eso sí, si no vamos a dar un uso intensivo al modelo, tampoco serán especialmente necesarios.
Para que podáis comparar, los discos ventilados y perforados delanteros de serie miden 395 mm de diámetro y disponen de pinzas fijas con seis pistones. Los frenos traseros de serie funcionan con pinzas flotantes mono-pistón y discos de 380 mm. Por su parte, los frenos opcionales M carbono-cerámicos cuentan con discos de 400 mm delante y 380 mm atrás.
Respecto al nuevo Modo M, este eleva la intervención del control de estabilidad, permitiendo un sobreviraje controlado, al tiempo que permite la desconexión del DSC. Además, con el nuevo botón M Mode en la consola central, se puede cambiar rápidamente las respuestas de los sistemas de asistencia a la conducción, las pantallas e instrumentos digitales y el Head-Up display.
El M Mode permite al conductor activar los modos ROAD, SPORT y TRACK. Vamos a verlos en detalle:
- Modo ROAD: Todos los sistemas de asistencia al conductor y opcionales están completamente activados.
- Modo SPORT: Los sistemas de asistencia al conductor están activos (en la configuración establecida por el conductor), ahora solo transmite alertas sobre límites de velocidad y restricciones de adelantamientos. Este modo desactiva todas las intervenciones en los sistemas de frenado y dirección, aparte de los avisos de advertencia por colisión o el asistente de evasión. Visibilidad M en los instrumentos y en el Head-up Display (información relevante con una conducción deportiva).
- Modo TRACK: Para un uso en circuito, pues todos los sistemas confort y de seguridad están desactivados. El sistema de las pantallas se apaga para que el conductor esté centrado única y exclusivamente en el trazado, donde obtendrá una sensación ultra pura, inspirada en un coche de carreras con el sentimiento M. El grupo de instrumentos y la pantalla de visualización superior incluyen también la vista M.
Tanto el eje delantero de triángulos superpuestos, como el eje posterior de cinco brazos por rueda, muestran unas propiedades cinemáticas y elasto-cinemáticas configuradas a medida, que ayudan a la precisa ubicación de las ruedas y a la estabilidad direccional. Además, el bajo centro de balanceo se combina con la gran anchura de vías para ejercer un efecto favorable en el control lateral y la estabilidad direccional.
Los brazos forjados específicos M son uno de los factores de la extrema agilidad del M8 Competition, mientras que las precisas respuestas de los elementos de suspensión y amortiguación se deben, en parte, a la rigidez aumentada de las barras estabilizadoras. Un refuerzo de acero en X y un travesaño de aluminio se han montado para una conexión más estable del eje trasero con la carrocería.
Los nuevos BMW M8 Competition también equipan de serie una suspensión adaptativa específica M que incluye amortiguadores controlados electrónicamente. Las fuerzas de amortiguación para cada rueda son ajustadas progresivamente en función de las cambiantes situaciones de conducción, por medio de válvulas electromagnéticas.
La conexión más firme del propulsor a la estructura del vehículo es claramente perceptible, lo que se traduce, incluso, en una respuesta más directa del motor y en la transferencia inmediata de su potencia a la transmisión. El coche también entra en las curvas de forma más directa y precisa gracias al soporte más rígido y a la tracción M xDrive.
En combinación con los neumáticos de altas prestaciones que equipa el M8 Competition y la tracción inteligente a las cuatro ruedas M xDrive, hacen que el modelo sea rápido y extremadamente ágil, sin despegarse del asfalto. Es una auténtica bestia muy difícil de domesticar si te dedicas a buscarle las cosquillas, pero también extremadamente confortable en carretera.
Sorprende lo bien que va el BMW M8 Competition en carretera, los ingenieros han logrado un confort igual o incluso superior al del BMW M5 Competition.
La interacción entre los sistemas M xDrive y el Diferencial M Activo, controlada centralmente, es en gran parte responsable de canalizar la notable potencia del motor a las ruedas sin pérdidas en el proceso. La orientación hacia el tren trasero del sistema M xDrive es otro factor que contribuye a la tremenda agilidad de esta berlina de alto rendimiento.
Además, el modo de tracción trasera (2WD), permite a los conductores experimentados y capacitados deleitarse con la experiencia de conducción más tradicional de la compañía bávara, es decir, de la conducción en su forma más pura, sin sistemas de control que sujeten el coche. Pero ojo, que esto tiene sus riesgos, sobre todo en la vía pública.
En una conducción dinámica relajada (modo 4WD con las ayudas conectadas), es un coche extremadamente fiel a las órdenes de su conductor. Contiene los balanceos de la carrocería, apoya con firmeza y rapidez, sobrevira suavemente y no comete movimientos erráticos, lo que te transmite constantemente una gran sensación de seguridad y control.
Sin embargo, a medida que vamos subiendo el ritmo, las dimensiones de su carrocería, la longitud de su capó y el elevado peso empiezan a castigar con mano dura la falta de pericia al volante. Es un coche que no perdona los errores del conductor, especialmente cuando seleccionamos los modos de tracción 4WD Sport y 2WD.
En el primero de ellos el M Dynamic Mode permite un mayor deslizamiento de las ruedas traseras, mientras que en el modo de tracción trasera hay que desactivar la intervención de las ayudas electrónicas (DSC). Esto, junto a la respuesta inmediata del acelerador y la desmesurada potencia del motor, puede ser un cóctel fatal.
Los ingenieros de BMW M GmbH también han trabajado profundamente en elementos como la dirección electromecánica M Servotronic, lo que hace que el M8 Competition se sienta más directo y dinámico que, por ejemplo, un M5 Competition, que tiene una batalla y longitud mayores, además de un centro de gravedad 24 milímetros más alto.
Me ha gustado especialmente la puesta a punto de la dirección, que combina una servoasistencia dependiente de la velocidad con una desmultiplicación variable de la dirección. Hablamos de un coche que parece ir sobre raíles, permitiéndote realizar un paso por curva de referencia y pisando con aplomo kilómetro tras kilómetro tanto en autopista como en carreteras reviradas.
La dirección entrega al conductor la retroalimentación necesaria para leer las carreteras más retorcidas, pero gracias a la dureza variable se ha logrado un gran equilibrio entre dinámica y confort que lo hace cómodo para circular por ciudad o aparcar y, al mismo tiempo, rápido y preciso en respuesta en puertos de montaña y circuitos.
Como la dirección tiene una desmultiplicación menor que la del resto de la gama Serie 8, más concretamente de 14.3 a 1 en vez de 16.3 a 1, encontramos 2.1 vueltas de volante entre topes y un diámetro de giro de 12.2 metros entre paredes. La verdad es que, con semejante puesta a punto del conjunto, te resultará difícil aburrirte tras el volante.
Equipamiento y precio
El equipamiento del BMW M8 Competition es realmente completo, con elementos como suspensión pilotada, Head Up Display, asientos térmicos y eléctricos, climatizador automático independiente, arranque por botón, control de crucero, ordenador de viaje, pantalla de 10.25 pulgadas, volante multifunción, sensor de lluvia o encendido automático de luces.
También son de serie los controles de estabilidad y tracción específicos, los asientos deportivos exclusivos, los faros Full LED inteligentes, el asistente al aparcamiento automático, la cámara de visión posterior, el tapizado en piel, la BMW Display Key, la alerta por colisión, el detector de peatones, el espejo interior fotosensible y los anclajes ISOFIX, entre muchos otros.
Además, encontramos otros detalles de diseño específicos, como las llantas de 20 pulgadas exclusivas con neumáticos de tamaño mixto, el acabado Shadow Line de alto brillo BMW Individual, anagramas “Competition”, cinturones de seguridad negros con las líneas en los colores de BMW M GmbH o alfombrillas con la trama específica del modelo.
El precio del BMW M8 Competition para España es de 192.500 euros sin descuentos ni promociones, pero como buen modelo alemán que es, el listado de opcionales del que dispone es considerablemente extenso y todo dependerá de cuanto queramos aumentar la factura final. Podéis ver algunos ejemplos a lo largo de la prueba.
- Imponente desde el exterior, atrae todas las miradas.
- Su comportamiento dinámico es único y nos da a elegir entre múltiples opciones de ajuste para el chasis y el motor.
- La puesta a punto de esta versión en cuanto a mecánica, dirección, suspensiones y transmisión es, sencillamente, espectacular, no querrás otro coupé deportivo ni por dinamismo ni por comodidad en carretera.
- Los asientos son realmente confortables y tienen un agarre sobresaliente, con múltiples reglajes eléctricos.
- El cambio M Steptronic de ocho velocidades con Drivelogic es espectacular en rapidez y suavidad, con varias posibilidades de ajuste.
- El empuje y el sonido del bloque V8 son tremendamente adictivos, especialmente en línea recta.
- Fuerte apuesta por la tecnología, sobre todo en materia de asistencias a la conducción.
- La pantalla de la instrumentación podría estar mejor integrada y cubrir todo el espacio en lugar de ser rectangular, como ocurre en Audi.
- Los cinturones no tienen ajuste de altura.
- Sonido de la mecánica mejorable. Está demasiado aislado y con la función M Sound Control no es tan limpio como si lo que realmente sonara fuese el motor.
- Es menos dócil que sus rivales y conducirlo a ritmo elevado requiere reflejos, concentración y rapidez de movimientos. No hay margen de error para pensar si has hecho lo correcto, por lo que es peligroso buscarle las cosquillas en la vía pública.
- Las plazas traseras son demasiado pequeñas y de acceso complicado.
- El control gestual requiere una ejecución precisa de los movimientos y puede ser molesto para personas que gesticulan mucho al hablar.