Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7
Notable
La punta de lanza de la gama Swift no decepciona en absoluto. La introducción de la micro hibridación en su motor turbo de 1.4 litros y 130 CV, unido a su bajo peso y a la puesta a punto de su suspensión, hacen que el modelo sea eficiente, fácil de conducir, muy estable y con un toque deportivo. Su equipamiento cerrado eleva la factura final y quizá lo aleja de la oferta de la competencia, que además permite una mayor configuración en todos los sentidos.
Suzuki presentó en el Salón de Ginebra 2017 la nueva generación del Swift como su alternativa más divertida y juvenil dentro del segmento B, atributos que se intensifican en el caso de esta versión Sport. El Swift es uno de los modelos más importantes de la marca, con 5,4 millones de unidades vendidas en todo el mundo de la anterior generación entre 2005 y 2016.
De ellas, un millón de ventas se corresponde con Europa, superando así a otros modelos del segmento como el Opel Corsa, el Fiat Punto o el Škoda Fabia, y poniendo de manifiesto la importancia de este mercado para el fabricante japonés, tanto que esta tercera generación cuenta con un diseño centrado en cumplir con las exigencias del cliente europeo.
El Suzuki Swift Sport está asociado al enérgico motor de 130 CV con micro hibridación que también montan otros modelos de la marca como el Suzuki Vitara o el Suzuki S-Cross. La tercera generación presenta una silueta más baja y ancha, un estilismo más agresivo y una relación peso-potencia que meten al Swift Sport en el terreno de los compactos deportivos.
Vale, no está a la altura de un GTi del segmento B y tampoco es que quiera competir con ellas, pero sí que busca competir con modelos como el MINI Cooper, el Peugeot 208 GT, el Ford Fiesta ST Line o el Renault Clio RS Line, en definitiva, modelos de corte y estética deportiva que rondan los 130 CV y parece que han encajado perfectamente en el mercado actual.
Diseño exterior
Pese al sutil lavado de cara, el Swift Sport sigue siendo un compacto de líneas sencillas y continuistas. Su nueva imagen le ha hecho perder parte de su ADN japonés para asemejarse a lo que vemos constantemente en el Viejo Continente. Para gustos los colores, pero su nuevo aspecto ya no tiene tanta personalidad como antes y ha perdido algo de músculo.
Sus nuevos rasgos dan paso así a un exterior más joven y dinámico, sobre todo al mirarlo de frente. Podemos encontrar luces diurnas LED que ponen la nota más personal, así como la parrilla con diseño de panal de abeja que se ubica en una posición ligeramente elevada. Se encuentra dividida por el paragolpes frontal, que luce un acabado que imita el carbono.
Un splitter delantero imitando la fibra de carbono le da un toque deportivo adicional.
Las ópticas delanteras, por su parte, mantienen su amplio diseño vertical y emplean tecnología LED parcial para la luz de cruce y la de carretera. Ésta ofrece gran calidad lumínica respecto al halógeno de proyector que montaban otros acabados. Bajo las mismas encontramos faros antiniebla redondeados, que se enmarcan en un embellecedor plástico.
En la vista lateral, destacan unos nervios y unos pasos de rueda marcados, al tiempo que las manillas de las puertas montadas en el pilar C añaden a su estilo un aire deportivo. El modelo parece más asentado gracias a unos faldones laterales que imitan el carbono y contrastan con la pintura exterior, así como por las llantas de aleación específicas.
Tienen un tamaño de 17 pulgadas de serie, quedando calzadas por neumáticos Continental ContiSportContact 5 en dimensiones 195/45 R17 81W, unas medidas algo escasas para mi gusto-. Destacan también en la vista lateral los tres pilares pintados en color negro, lo que le otorga un efecto de techo flotante que tanto se ha puesto de moda en la actualidad.
En dimensiones, el nuevo Suzuki Swift Sport alcanza los 3.89 metros de largo, 1.73 metros de ancho y 1.49 metros de alto. La batalla asciende a 2.450 mm; mientras que los anchos de vía alcanzan los 1.510 mm delante y 1.515 mm detrás. Al igual que otros acabados, equipa acceso y cierre sin llave, lo que dota a la maneta delantera de un botón para la apertura y cierre.
La parte trasera es probablemente la más diferenciadora debido entre otras cosas a la doble salida de escape redonda montada en la zona inferior de contraste en acabado carbono. Esta zona además monta, en posición central a luz antiniebla posterior. La luneta posterior ofrece gran visibilidad y, sobre la misma, en un marcado spoiler, se enmarca la tercera luz de freno.
Gracias a un paragolpes algo más musculado, el Swift Sport parece asentarse perfectamente sobre el asfalto. Los pilotos cuentan con tecnología parcial LED para la iluminación y para la luz de freno. No puede equipar techo solar y echo en falta una antena de tipo aleta de tiburón para que todo el conjunto luzca un poco más moderno.
Diseño interior
Nada más acceder al habitáculo, el Swift Sport no resulta “rompedor”. Con un salpicadero bastante tradicional, es intuitivo, sencillo y con todos los mandos muy a mano. La pantalla táctil de siete pulgadas preside la consola central y cuenta con muchas funciones de serie, evitando que el interesado deba invertir en opciones -como ocurre en algunos rivales-.
En términos de calidad, los plásticos duros abundan por todo el habitáculo, incluso en las partes más visibles, pero su aspecto se ha cuidado para que no parezcan excesivamente toscos. A su favor he de decir que son notoriamente duraderos y están bien terminados, con ausencia de crujidos, aunque es inevitable la sobriedad que dan al trabajado conjunto.
En el salpicadero, el primer protagonista es el nuevo volante multifunción con forma de ‘D’, que ahora aglutina mayor cantidad de funciones. Tras él encontramos los clásicos diales redondeados con detalles en color rojo y, entre los mismos, una pantalla LCD de 4,2 pulgadas a color legible y práctica. Ofrece gran cantidad de información del vehículo.
La segunda protagonista es la pantalla táctil de siete pulgadas, que permite la conexión de un smartphone, siendo compatible con MP3/WMA/ACC y una ranura para tarjetas SD. Además, cuenta con Apple CarPlay, Android Auto o MirrorLink, además de navegación en el acabado más alto. Es un sistema sencillo y de gráficos aceptables, pero muy completo.
Sobre la misma se ubican las salidas de ventilación esféricas y, en la parte inferior, encontramos los controles del climatizador monozona. En la consola central podemos ver un amplio hueco portaobjetos, seguido de la palanca del cambio manual, el freno de mano tradicional, los botones para la calefacción de los asientos y un segundo hueco más pequeño.
He echado en falta la presencia de un reposabrazos central, así como más solidez en la parte final de la consola central, que puede moverse fácilmente con la mano sin gran esfuerzo. Por el contrario, me ha gustado que los cinturones de seguridad delanteros puedan regularse en altura, algo que favorece la búsqueda de la postura de conducción óptima.
Y hablando de la postura de conducción, llama la atención que en el Swift Sport no vamos sentados en una postura baja como en otros compactos, sino más bien altos. Esto merma la sensación de deportividad, pero es cierto que mejora la visibilidad en todos los ángulos. La distancia al techo es considerable, algo que incrementa la sensación de espacio en el interior.
Respecto a los asientos deportivos con el reposacabezas integrado, éstos cuentan con un mullido cómodo en todas las plazas y un agarre realmente bueno en la primera fila. Son, probablemente, el aspecto más diferenciador del Swift Sport, junto con las diversas molduras de color rojo que podemos encontrar repartidas por el habitáculo.
Las plazas traseras son amplias y más que suficientes para que dos adultos de hasta 1,90 metros viajen con comodidad. Lo más limitado es la anchura, como ocurre en el resto de las alternativas, salvo que viajen tres niños o tres adultos de corta estatura. No hay reposabrazos central, por lo que el mullido de la plaza central es cómodo y hay buen espacio para los pies.
Respecto al maletero, este es limitado, con una capacidad total de 265 litros, ampliables hasta los 947 litros si abatimos la segunda fila de asientos -60:40 y el suelo no queda plano-. La base es sencilla y bajo ella encontramos el kit antipinchazos. También hay iluminación halógena y algunos ganchos. El borde de carga queda situado a 720 mm del suelo.
Motorización
Para el desarrollo de la nueva versión del Sport, Suzuki ha tomado como base de partida el estupendo bloque 1.4 Boosterjet y ha realizado algunos cambios para hacerlo más frugal, algo que ha robado 11 CV al conjunto hasta un total de 129 CV (95 kW) a 5.500 rpm. Para compensar la pérdida se añade un motor eléctrico con 13 CV y una batería de 8 Ah.
A ello se suma un par de 235 Nm entre las 2.000 y las 3.000 rpm. El sistema híbrido no permite un modo 100% eléctrico, pero sí ayuda mucho en fases de aceleración para mejorar la respuesta en todo momento y para garantizar unos bajos mucho más contundentes y sin vibraciones desde 1.500 rpm, aunque el verdadero empuje no llega hasta las casi 3.000 vueltas.
Al tratarse de un micro híbrido, se beneficia del distintivo ECO de la DGT.
Todo ello da lugar a un conjunto que, sin ser explosivo, se mueve muy ágilmente. Además, al circular a 120 km/h en 6ª velocidad, el motor gira a 2.700 rpm, por lo que no necesitamos reducir marchas para realizar adelantamientos o para poder mantener con energía la velocidad de crucero, ni siquiera cuando nos enfrentamos a pendientes pronunciadas.
Para que os hagáis una idea, en cifras, el Swift Sport es capaz de completar el sprint de 0 a 100 km/h en 9,1 segundos, recuperando de 80 a 120 km/h en 4,6 segundos en tercera velocidad y alcanzando una velocidad punta de 210 km/h. No son cifras despampanantes, pero sí suficientes para divertirnos al volante del modelo.
Sí que he de confesar que me esperaba algo más de sonido de escape en el exterior. En el habitáculo, el sonido que percibimos es mecánico y normal, lo que le resta cierta deportividad al conjunto. Lo que sí convence es el refinamiento del conjunto mecánico, que se muestra suave y sin vibraciones tanto a bajas vueltas como al revolucionar el motor.
El consumo medio declarado se queda en 5.6 l/100 km, con unas emisiones según el ciclo de homologación WLTP de 127 g/km de CO2. Los consumos reales son otra de sus grandes bazas, pues es fácil moverse entre unos razonables 5.7 l/100 km en autopista y 7.5 l/100 km en ciudad. Tras la semana de pruebas el consumo medio fue de 6.2 l/100 km.
El depósito de combustible tiene una capacidad de 37 litros.
Respecto al cambio manual de seis relaciones, este convence por el tacto del pedal, el guiado relativamente preciso de la palanca de cambios, su acertado escalonamiento y las relaciones del cambio, aunque para mi gusto le falta cierta dureza para tratarse de un modelo de corte deportivo y le sobra holgura a la palanca. En cualquier caso, su uso es satisfactorio.
Ficha técnica
Version | 1.4 Mild Hybrid - 4 cilindros en línea |
---|---|
Cilindrada | 1.373 cm³ |
Potencia | 129 CV (95 kW) @ 5.000 |
Par | 235 Nm @ 2.000 - 3.000 rpm |
Peso | 1.095 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 3.890 / 1.735 / 1.495 mm |
Volumen Maletero | 265 (947) litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 9,1 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 4,6 segundos |
Velocidad máxima | 210 km/h |
Consumo homologado | 5,6 / 6,5 - 5,2 - 4,9 - 6,2 l/100 km (Comb. / vel. baja - media - alta - muy alta) |
Emisiones CO2 por km | 127 g/km de CO₂ (Euro 6) |
Precio de partida | 24.900 euros (este motor y acabado sin descuentos) |
Comportamiento
La tercera generación del Swift Sport no decepciona al volante. El modelo está desarrollado sobre una plataforma de nuevo desarrollo que la marca nipona denomina “Heartech” (corazón y tecnología), lo que aporta al compacto un notable extra en comportamiento gracias a una reducción sobre la báscula de 25 kg en esta versión.
La relación par motor-peso del nuevo Swift Sport es de aproximadamente 4.6 kg/Nm, lo que le convierte en uno de los compactos deportivos más competitivos del mercado en lo que a relación peso se refiere. Al mismo tiempo, se ha aumentado la rigidez al emplear acero de muy alta resistencia, conteniendo el peso total del vehículo en unos ajustados 1.095 kilos.
Merece también la pena destacar el equilibrado reparto de pesos en el Swift Sport, que se muestra más aplomado en el paso por curva. La nueva puesta a punto del chasis, la rebaja de la altura (-15 mm) y la plataforma de nueva factura han permitido aumentar la estabilidad y el apoyo cuando circulamos ligeros por autopista o tramos revirados.
El Swift Sport avanza con decisión, cogiendo velocidad de manera lineal y progresiva sin apenas inmutarse. Además, se han mejorado la aerodinámica y el aislamiento, lo que se traduce en una mayor insonorización y un aumento de la calidad de rodadura. Pese a ello, hay que destacar que no hablamos de sus puntos fuertes y podrían mejorarse aún más.
Destaca por ser confortable, pero también más directo que el resto de las versiones del Swift y con cierto toque deportivo de las que éstas no hacen gala. En otras palabras, no tiene un exceso de dureza -que quizá algunos usuarios busquen en él- y puede hacerse uso de él en el día a día sin ningún tipo de inconveniente, no como algunas alternativas más deportivas.
La dirección se ha mejorado para ofrecer al conductor una respuesta más ágil y precisa, aunque no destaca por su funcionamiento cuando le exigimos enlazar curvas rápidas al resultar excesivamente asistida (especialmente en los primeros grados de giro del volante) y poco informativa. Como comentaba anteriormente, también echo en falta unos neumáticos más anchos.
Circulando rápido puede llegar a generarte un poco de desconfianza en algunas situaciones (pese a que cumple con su cometido), sin embargo, es especialmente cómoda para la ciudad, contando con un diámetro de giro de solo 10,2 metros entre bordillos. La desmultiplicación es lineal y no ofrece asistencia en función de la velocidad.
A ello se suma una suspensión optimizada que gana en firmeza para contener mejor los balanceos enlazando curvas, sin llegar a resultar incómoda en carretera. En la parte delantera el Swift Sport monta amortiguadores Monroe y se han instalado unas juntas de la barra estabilizadora más anchas, así como una base de Teflón al soporte del estabilizador.
El cubo y los rodamientos de la rueda se han montado como una sola pieza y la anchura entre los rodamientos se ha incrementado, lo que supone un 15 por ciento más de rigidez en los giros. Por su parte, la suspensión trasera ha sido diseñada especialmente para asegurar una estabilidad superior incluso a altas velocidades.
El brazo de suspensión, diseñado y desarrollado exclusivamente para el nuevo Swift Sport, minimiza la deformación durante los giros. Al igual que su predecesor, el nuevo Swift Sport usa amortiguadores traseros con una fuerza de amortiguación optimizada para mejorar el manejo y el control en la carretera. La suspensión sí es, sin lugar a duda, uno de sus puntos fuertes.
Respecto a los frenos, cuenta con discos ventilados en el eje delantero y discos macizos en el trasero. Estos muestran un funcionamiento adecuado, aunque en el primer tramo de pedal parece no ofrecer apenas respuesta, por lo que requiere de cierto período de adaptación. Además, al levantar el pie, la frenada regenerativa es apreciable de manera notoria.
En materia de asistencias a la conducción y de seguridad, el Swift Sport equipa servofreno de emergencia con detección de obstáculos (entre 15 y 140 km/h), alerta por cambio involuntario de carril, conexión automática de luz de carretera, programador de velocidad activo, alerta de fatiga, alerta de tráfico posterior, asistente de cambio involuntario de carril…
Equipamiento y precio
En la gama del Swift, los niveles de acabado se denominan GLE, GLX y Sport. El primero cuenta con llantas de aleación de 16 pulgadas, faros y pilotos LED, cristales sobretintados, faros antiniebla, volante multifunción en piel, ordenador de viaje, aire acondicionado, elevalunas eléctricos delanteros, cierre con mando y asiento del conductor regulable en altura.
También desde el GLE llevan control de crucero adaptativo, limitador de velocidad, asientos calefactables, alerta de cambio de carril, SmartBeam, control de objetos en ángulo muerto y en maniobras de marcha atrás, sensores de aparcamiento traseros, sistema de sonido con pantalla de 7 pulgadas, bluetooth, radio DAB, Apple CarPlay y cámara trasera.
El nivel GLX añade a lo anterior el climatizador automático, elevalunas eléctricos traseros, acceso y arranque sin llave, llantas de aleación de diseño específico, espejos plegables, navegador integrado y tapicería exclusiva. Las únicas opciones posibles son la pintura metalizada y la extra serie.
El Suzuki Swift Sport destaca por equipamiento, ya que suma a todo lo anterior el paquete exterior deportivo, las llantas de aleación de 17 pulgadas específicas, aviso pre-colisión, de peatones y fatiga; asistente al arranque en cuestas, retrovisores abatibles, radio DAB, navegador integrado, seis altavoces, control por voz y mandos de audio en el volante.
En España, los precios de la gama del Suzuki Swift 2021 sin descuentos ni promociones son los siguientes:
Modelo | Potencia | GLE | GLX | Sport |
1.2 SHVS 5MT | 83 CV | 17.560 € | 18.560 € | – |
1.2 SHVS CVT | 83 CV | 18.960 € | 19.960 € | – |
1.2 SHVS 4WD 5MT | 83 CV | 19.800 € | – | – |
1.4 SHVS 6MT | 129 CV | – | – | 24.900 € |
- Diseño deportivo, pero sin extravagancias ni horteradas. Lo mismo ocurre en el interior, donde lo más destacable son los asientos, que ofrecen buen agarre.
- Gran conjunto mecánico, con buen empuje, bajos consumos, mejores recuperaciones y notable refinamiento.
- Interior amplio, con buena altura al techo y espacio para las rodillas en la segunda fila.
- Gran comportamiento dinámico, aunque no es tan deportivo ciertas alternativas. Por ejemplo, el Fiesta ST.
- El equipamiento de serie es abundante.
- Beneficios de la pegatina ECO de la DGT.
- La capacidad de maletero es un tanto justa, con 265 litros de partida. El tacto de la dirección no termina de convencer.
- No hay opciones más allá de la pintura, es un paquete cerrado de equipamiento sin posibilidad de personalización.
- El sonido del escape es excesivamente discreto, no parece un modelo de corte más deportivo.
- Presencia abundante de plásticos duros con ciertos detalles menos cuidados y tedioso piano Black.
- El aislamiento en carretera podría mejorarse.
- Frenada regenerativa demasiado notable cuando levantamos el pie del acelerador, no permite aprovechar la inercia.