Resumen de Prueba
Equipamiento
Diseño
Confort
Consumo
Motor
7.5
Notable
El primer cabrio firmado con la letra R resulta una auténtico fuera de serie que nos sorprenderá por unas aceleraciones lineales en unos rangos muy amplios. Su espectacular y radical diseño atraen sin duda a los amantes del sol y la velocidad.
Esta semana volvemos a tener como invitado a un Volkswagen Golf. Si ya os mostramos hace relativamente poco al Gran Turismo Diésel en todo su esplendor [Ver prueba Golf GTD] , ahora le toca el turno al máximo exponente de la familia, a un modelo que porta una letra, la “R”. Desde hace ya más de 10 años, la letra “R” firma los modelos compactos más potentes pensados en Wolfsburg.
En este caso, y por primera vez en la historia de la marca, el Golf Cabrio viste la letra “R” con orgullo. El modelo llegó al mercado en la primavera del año pasado y es ahora cuando tenemos la oportunidad de probar un cabrio equipado con un motor turbo de 2.0 litros TSI que desarrolla nada menos que 265 cv de potencia.
Un poco de historia del Golf Cabrio
Hace ya 34 años que Volkswagen introdujo en el mercado el modelo que sustituyó al que quizá fuera, es y será el modelo cabrio más conocido de la marca germana, el Beetle Cabriolet, y no debió de hacerlo mal pues hasta la fecha conocemos de la existencia de cinco “marks” y cerca de 680.000 unidades vendidas de esta referencia automovilística, el Golf Cabrio.
Fue en 1979, apenas seis años después del desplome económico cuando Volkswagen, de la mano de Karmann, agregó una nueva versión a la ya amplia familia del exitoso Golf, una carrocería sin techo que causó furor en la década de los setenta.
Esta nueva versión sin techo del compacto Bestseller por excelencia denominado MkI, no renunciaba al espacio del habitáculo, proporcionando amplitud suficiente para cuatro adultos.
Obviamente, no hablábamos de un coche que se caracterizaba por su rapidez, hasta que llego el GTI, pero estas versiones compensaban la potencia con una estabilidad, aceleración y frenada muy por encima de la de los modelos coetáneos. Además, contaba con capota eléctrica o manual y cristal trasero térmico. Era un auténtico dos en uno.
El Mk1 medía 3,70 metros de largo, 1.61 de ancho y 1.41 de alto y montaba tres motorizaciones conocidas, la de 1.1 litros (52cv), 1.6 litros (110 cv) y 1.8 (112cv) junto con cajas de cambio manuales de 4 y 5 velocidades y una automática de 3.
Antes de abandonar el mercado para ser reemplazado por el Mk2 en 1983, Volkswagen sacó varias versiones especiales como las conocidas Etienne Aigner, Wolfsburg, Carat y la Best Seller Edition.
Su sucesor, el Mk2, introdujo avances en materia de seguridad tales como el ABS. Además se incrementó el tamaño en unos centímetros y se añadieron nuevos motores a los ya existentes que además, fueron renovados.
En aspectos generales, ambos coches eran idénticos, había cambios en las ópticas delanteras y en algunos de los acabados.
Tuvimos que esperar hasta 1993 con la llegada del Mk3 para ver curvas en el Golf Cabrio y un “look” más renovado. El equipamiento seguía creciendo, al igual que su tamaño que pasaba a 4.07 metros de largo, 1.69 metros de ancho y 1.42 de alto.
La seguridad ya era un factor muy a tener en cuenta. Aparecieron los primeros Airbags en el modelo, estructuras de deformación programada, dirección asistida y aire acondicionado. El Golf había renacido y estaba lleno de cosas para mostrarnos.
Siete años después apareció el Mk4, o Mk3.5 (como también se lo conoce), pues tenía el mismo cuerpo que el mk3, se renovaba el equipamiento y la parrilla frontal.
Con este modelo, se produjo el “boom” de la personalización en cuanto a motores, se duplicó prácticamente la oferta de motores de gasolina y se triplicó la de los diésel.
En 2006, apareció el Volkswagen Eos, que apuntaba a ser el sucesor del Golf Cabrio, y más, teniendo en cuenta que el grupo VAG lanza en 2008 el A3 en su variante descapotable, siendo este último, el mismo concepto que el Golf cabrio actual. Menos mal que la marca nos trajo a la quinta generación…
Diseño exterior
El frontal del Golf R Cabrio ofrece un aspecto más deportivo y dinámico que el del resto de los Golf Cabrio.
El Cabrio R monta faros bi-xenón de serie con fondo negro y la luz diurna que montan el resto de modelos, ha sido trasladada de los faros principales a la parte media del paragolpes.
Los faros custodian una parrilla con dos lamas horizontales en negro brillante que montan el gran logo de la marca en la posición central así como la letra “R” en la parte izquierda.
En la parte baja del frontal, el Golf R Cabrio monta un paragolpes específico con tres entradas de aire de grandes dimensiones. En primer lugar, tenemos una entrada central bajo el portamatrículas delantero. A ambos lados de esta entrada encontraremos unas entradas que integran los faros de luz diurna LED.
En el frontal, el modelo monta cuatro sensores de aparcamiento debidamente camuflados para no desentonar.
Las agresivas líneas de la parte delantera se trasladan al resto del vehículo a través del capó, de una curva luna delantera y unas abultadas aletas laterales.
Visto de perfil, el Golf R Cabrio cubre el hueco de los pasos de rueda con unas impresionantes llantas de aleación de 19 pulgadas del tipo «Talladega” en color «Plata Sterling». Estas atractivas llantas montan unos recomendables Dunlop SportMaxx RT en dimensiones 235/35Z R19. Estas espectaculares llantas en diseño de 5 brazos triples encierran un potente sistema de frenos modificado para la ocasión. En vez de un sistema de 16 pulgadas, en el Golf RCabrio se ha empleado uno de 17 pulgadas con discos ventilados y unas pinzas de freno de color negro brillante marcadas con la letra “R”. En la parte delantera, los discos tienen un diámetro de 345 milímetros y en la parte trasera de 310 milímetros.
Volviendo a la vista lateral, el Golf R Cabrio se diferencia del resto de los cabrios por unos retrovisores con las carcasas en negro brillante con el intermitente integrado. La vista lateral acristalada carece de pilar C y resulta muy limpia y continua (las ventanillas del Golf R Cabrio son eléctricas). Con la capota cerrada, el Golf Cabrio cuenta con una línea de diseño de “falso tres volúmenes”.
En la parte trasera reinan unos llamativos faros oscurecidos con tecnología LED en la luz de cruce y freno. Gracias a la disposición y a la forma de las luces, el Golf Cabrio posee una firma lumínica inconfundible en la noche.
Como es natural, los diseñadores e ingenieros rediseñaron la zaga del descapotable completamente. El portón trasero del cabrio, se prolonga hasta el parachoques, monta la tercera luz de freno integrada y se abre completamente hacia arriba para facilitar la introducción de bolsas y maletas, aunque esta tarea es algo incómoda. El Cabrio R equipa un discreto alerón integrado en el ángulo superior del portón que por cierto, tiene el tirador bajo el logo de la marca, ubicado en la posición central. En la parte baja izquierda del portón del maletero encontraremos otra vez el logo R.
Entre el borde inferior de la capota y la puerta del maletero se ubica un elegante perfil cromado que se propaga por la línea de las ventanillas hasta llegar a los pilares A.
La parte inferior de la trasera monta en ambas esquinas los catadióptricos así como dos salidas de escape ovaladas de grandes dimensiones a los extremos de una especie de difusor en negro brillante.
Visto desde arriba, el Golf R cabrio cuenta con una capota de accionamiento electrohidráulico que se puede plegar y desplegar mediante un interruptor ubicado en la consola central. La apertura de la misma se lleva a cabo en 9 segundos y el cierre en 11 segundos. La capota puede accionarse en marcha hasta una velocidad 30 km/h.
Brutal!