El Volkswagen Polo se fabrica en Pamplona (España) y en Uitenhage (Sudáfrica) para innumerables mercados en todo el mundo. Con más de 18 millones de unidades fabricadas, pertenece al grupo de modelos compactos de más éxito en todo el mundo. Tras su renovación, hemos tenido la oportunidad de ponernos al volante del Volkswagen Polo TSI 95 CV DSG.
Dentro de la marca, el pequeño Volkswagen también es «grande». Desde hace años, se posiciona entre los tres modelos más vendidos. Ahora llega al mercado una nueva evolución del Polo. El diseño, las tecnologías y el equipamiento de la sexta generación del superventas se han actualizado ampliamente. Las mismas actualizaciones las recibe el Volkswagen Polo GTI.
No menos interesantes son las novedades que mejoran la eficiencia de los motores de gasolina. La única pega frente a sus rivales es que ninguna de las opciones mecánicas ofrece el codiciado distintivo ECO de la DGT. Más adelante se espera que llegue también una versión de Gas Natural Comprimido (GNC) que sí se beneficiará de esta pegatina.
Desarrollado sobre la plataforma modular MQB-A0 del Grupo Volkswagen, tiene como principales rivales a modelos tan populares como el Dacia Sandero, el Mazda2, el Renault Clio, el Hyundai i20, el SEAT Ibiza, el Toyota Yaris, el Opel Corsa, el Peugeot 208, el Suzuki Swift, el Škoda Fabia o el KIA Rio. Por precio, es uno de los más caros del segmento.
Diseño exterior
La actualización del Volkswagen Polo es especialmente apreciable en el nuevo diseño de la parte frontal y trasera. A nivel estético, el remozado polivalente tiende un puente hacia los modelos ID. También es visible su herencia de los nuevos Golf y Arteon. Recordemos que estos modelos fueron los primeros Volkswagen con una barra transversal LED en la parte frontal.
En particular, en la parte delantera se han diseñado de nuevo el paragolpes, el capó y los faros con tecnología LED ahora de serie. Opcionalmente podemos equipar los faros Matrix LED con asistente y regulación dinámicos. En este caso, encontramos las luces traseras LED con intermitentes dinámicos. La luna delantera, por su parte, mantiene la buena visibilidad.
Gracias al nuevo diseño de los faros, se consigue una firma luminosa de día y de noche especialmente carismática. Por primera vez, la barra transversal de la parrilla del radiador también forma parte como tira LED de esta llamativa firma. Solo se ofrece en combinación con los mencionados faros Matrix LED IQ.LIGHT, también nuevos en el Polo.
En el extremo inferior destaca una segunda entrada de aire a cuyos lados se ubican los faros antiniebla con luz de curva estática. En función de la versión vemos los sensores de aparcamiento delanteros. Para el exterior se ofrecen siete colores, con tonos clásicos y acabado sólido, perlado y metalizado. En este caso vemos el Plata Réflex metalizado.
El nuevo Polo mantiene sus dimensiones intactas. Se queda en 4.07 metros de longitud, 1.75 metros de anchura y 1.45 metros de altura. La distancia entre ejes es de 2.552 milímetros. Los anchos de vía delantero y trasero se sitúan en 1.526 y 1.509 mm, respectivamente. En la vista lateral, destacan un total de nueve diseños de llantas que van de 15 a 17 pulgadas.
Estas llantas Bergamo de 17 pulgadas el negro/torneado brillante opcionales son la variante tope de gama. En esta unidad, calzan neumáticos Nexen N blue HD Plus en dimensiones 215/45 R17 91W en ambos ejes. La superficie de las puertas queda libre de ornamentaciones y el área acristalada es generosa, ofreciendo buena luminosidad al interior y buena visibilidad.
Sobre el techo encontramos en opción un techo solar practicable. La antena, por desgracia, es de tipo convencional.
Si pasamos a la zaga, vemos que la horizontalidad está muy presente. Son protagonistas la denominación de la marca en posición central y los nuevos faros de mayor tamaño. El toque deportivo lo ponen el marcado paragolpes inferior y el alerón de techo con elementos en negro ubicado sobre la generosa luna posterior. En él se integra la tercera luz de freno.
Diseño interior
El interior del Polo también se ha actualizado con diversas características de sus hermanos mayores. Entre las principales novedades tenemos la instrumentación digital, el sistema multimedia de mayor tamaño, nuevas opciones de conectividad y el climatizador con botones táctiles. Todo ello siempre en función del acabado. También hay novedades en diseño.
Aspecto importante que mejora es el de la calidad. Los remates se han cuidado en mayor medida, con mayor abundancia de materiales blandos. Varía según el acabado, pero en este caso el salpicadero ahora es acolchado y los plásticos dan mayor sensación de calidad. Dado el precio del Polo en el segmento, me parece que es una mejora acertada y necesaria.
Los asientos deportivos presentan un mullido muy cómodo para viajar, con buen agarre. Los tapizados cambian dependiendo del acabado. Disponen de algunas comodidades de serie o en opción como el ajuste de altura, ajuste lumbar y calefacción. Las manos se posan sobre un nuevo volante multifunción. Tras este se encuentra el remozado cuadro de instrumentos.
Puede ser de dos tipos, pero siempre de pantalla: 8 pulgadas en los básicos o el nuevo Digital Cockpit Pro de 10,25 pulgadas. Este último es el que equipa esta unidad. La información que ofrece es abundante y personalizable, resultando intuitivo de manejar. Se complementa con hasta cuatro sistemas multimedia dependiendo del acabado.
Estos son los Composition (6.5” MIB2), Ready2Discover (8.0” MIB3) Discover (8” MIB3) y Discover Pro (9,2” MIB3). Es el más completo el que equipa esta unidad. Su respuesta táctil es buena, sus gráficos más que aceptables y su fluidez ejemplar. Además, todos los equipos son compatibles con Android Auto y Apple CarPlay (algunos con conexión sin cables).
Algo más abajo encontramos los mandos de la climatización bizona, por primera vez táctiles con el Climatronic. Me han gustado los abundantes huecos de almacenamiento de los que disponemos, siendo el más grande el de la consola central. Cuenta con base forrada de goma, dos tomas USB-C y puede equiparse con carga inalámbrica para el smartphone.
También son forrados la guantera y el pequeño hueco del lado del conductor, pero no las bolsas de las puertas. Los cinturones pueden regularse en altura. En la consola central encontramos la palanca de cambios y varios botones, dos posavasos, un reposabrazos deslizable que alberga una guantera y un freno de mano tradicional.
El final de la consola central pone a disposición de los pasajeros traseros dos tomas USB-C, pero no salidas de ventilación.
En términos de habitabilidad, las plazas traseras son generosas y ofrecen buen acceso. Además, hay buen espacio para rodillas y cabeza. Eso sí, la plaza central permanece impracticable por anchura y porque el túnel central es pronunciado. En cuanto al maletero, este cubica 351 litros, pudiendo abatirse la segunda fila de asientos -60:40-.
Bajo el doble fondo se puede equipar una rueda de repuesto de tamaño reducido en lugar del kit antipinchazos. La superficie de carga es regular, con huecos a los lados y diferentes ganchos para fijar bolsas. También existe la posibilidad de instalar una red portaobjetos. El borde de carga se queda a 680 milímetros del suelo.
Motorización Volkswagen Polo TSI 95 CV
El motor de acceso es el 1.0 TSI de 95 CV en combinación con una caja manual de cinco velocidades. También se ofrece la de doble embrague DSG con siete relaciones. En un peldaño superior está el 1.0 TSI de 110 CV asociado al cambio DSG. Más adelante llegarán la opción manual de este motor, el 1.0 MPI de 80 CV y el 1.0 TGI de 90 CV adaptado a GNC.
Para la prueba hemos optado por el 1.0 TSI de 95 CV, la que será una de las opciones preferidas por los usuarios. Es un bloque tricilíndrico de aluminio que, con una cilindrada de 999 cm3, dos árboles de levas en la culata, inyección directa, turbo, intercooler y Start/Stop, desarrolla una potencia total de 95 CV (70 kW) entre las 5.000 y las 5.500 rpm.
A ello se une un par motor de 175 Nm disponibles entre 1.600 y 3.500 vueltas. No vas sobrado, pero es suficiente para permitirnos acelerar con algo de energía. Lo cierto es que sorprende desde lo abajo que es capaz de reaccionar este motor sin apenas vibraciones -unas 1.300 rpm-. Eso sí, la mayor parte de la potencia se entrega a partir de las 1.800 – 2.000 rpm.
Lo mismo ocurre en carreteras y autopistas. El Polo reacciona bien a las órdenes del acelerador si no vamos muy cargados ni nos encontramos en pendientes de cierta inclinación. Esto es un punto muy a favor, ya que podemos llevar a cabo adelantamientos con facilidad sin necesidad de tener que estar jugando constantemente con el cambio.
En cifras, el Volkswagen Polo con este motor acelera de 0 a 100 km en 10.8 segundos. Es capaz de recuperar de 80 a 120 km/h (en 3ª velocidad) en 7.6 segundos y alcanza una velocidad máxima de 187 km/h. Para que os hagáis una idea, el motor gira a 2.800 rpm cuando circulamos a 120 km/h en quinta velocidad por autopista.
Es esencialmente en carreteras de montaña o adelantamientos rápidos donde el cambio nos obliga a jugar con él para obtener un empuje notorio. En cualquier caso, esto tampoco supone un inconveniente porque el tacto de la palanca y los pedales es muy agradable. Además, el motor funciona con un refinamiento más que adecuado, sin sonidos molestos ni vibraciones.
A pesar de estar concebido como el modelo más sencillo de la gama, presenta un tacto del cambio y la mecánica en la línea de otros modelos VAG como el Golf o el Taigo. Esto implica un guiado preciso, con gran suavidad en todos los movimientos y un recorrido de la palanca ergonómico. Los desarrollos del cambio y el escalonamiento resultan equilibrados.
Junto al mencionado tacto del cambio, ha llamado mi atención la baja sonoridad de esta mecánica para tratarse de un tricilíndrico. En este caso se muestra refinada, con apenas vibraciones y un buen aislamiento tanto en el habitáculo como en el exterior. La verdad es que el conjunto no admite tacha en este sentido.
El estilo de conducción influye poco en el consumo. Equipando el tren de rodaje deportivo, a la suspensión rebajada y el bloque del diferencial se suman hasta cuatro modos de conducción. Estos varían diversos parámetros del vehículo, aunque las diferencias no son especialmente apreciables. En este caso, los modos de conducción son los Eco, Normal, Sport e Individual.
Los consumos han sido mucho más bajos de lo que esperaba. La marca homologa un consumo combinado de apenas 5.2 litros. Las cifras son de 6.7 litros a baja velocidad, 5.1 litros a velocidad media, 4.5 litros a velocidad alta y 5.4 litros a los 100 kilómetros circulando a velocidad muy alta. Esto es siempre según el ciclo de homologación WLTP.
Si conducimos de manera sosegada, no es difícil situar la media en carretera en torno a los 5.8 litros a los 100 km. En ciudad rondaremos en este caso los 7.0 litros, pudiendo bajar de los 5 litros en tramos interurbanos o viajes con orografía favorable. La media tras la semana de pruebas fue de 5.9 l/100 km. El depósito de combustible tiene una capacidad de 40 litros.
Version | 1.0 TSI R-Line - 3 cilindros en línea |
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Cilindrada | 999 cm³ |
Potencia | 95 CV (70 kW) @ 5.000 - 5.500 rpm |
Par | 175 Nm @ 1.600 - 3.500 rpm |
Peso | 1.172 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.074 / 1.751 / 1.451 mm |
Volumen Maletero | 351 litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 10,8 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 7,6 segundos |
Velocidad máxima | 187 km/h |
Consumo homologado | 5,2 / 6,7 - 5,1 - 4,5 - 5,4 l/100 km (Comb. / vel. baja - media - alta - muy alta) |
Emisiones CO2 por km | 119 g/km de CO₂ (Euro 6) |
Pegatina de la DGT | C |
Precio de partida | 23.040 euros (este motor y acabado sin descuentos ni extras) |
Comportamiento Volkswagen Polo TSI 95 CV
La polivalencia que caracteriza a los modelos de Volkswagen también está presente en el Polo. Puede presumir de un buen equilibrio entre comodidad y tacto de conducción, pero con matices. Mientras que el SEAT Ibiza un poco más hacia la agilidad, el VW Polo lo hace hacia el confort. Esto es así incluso en esta versión, aunque equipemos el paquete deportivo.
Este incluye una suspensión más firme que rebaja la altura 15 mm, selector del modo de conducción y función de bloqueo del diferencial XDS mediante la actuación de los frenos. A nivel práctico, considero que en esta versión no tiene mucho sentido equiparlo. Ni los neumáticos, ni la potencia, ni la transmisión ayudan. Quizá en el 110 CV con caja DSG…
En carretera el aislamiento es muy bueno. El perfil de llanta es adecuado y la suspensión muy cómoda. No hay rebotes ni golpes secos, el Polo trata bien a los ocupantes sin necesidad de que el asfalto esté perfecto. Es algo que lo diferencia mucho de un Ibiza FR, cuya experiencia en autopista fue muy distinta. Además, rueda a buen ritmo con aplomo y estabilidad.
De serie, los amortiguadores son de dureza fija, McPherson en el eje delantero y eje de torsión detrás. Muestran un buen equilibrio a la hora de filtrar las irregularidades del asfalto y permitirnos un paso por curva rápido. En el paquete adicional encontramos la suspensión deportiva, sensiblemente más firme, aunque cómoda para viajar en todo caso.
Pese a ello, los cambios de apoyo son ágiles y la carrocería apenas balance. Transmite confianza porque la precisión de todos los mandos es buena. Al buscarle las cosquillas, siempre nos muestra reacciones dóciles y naturales. La dirección, por su parte, tiene una acertada asistencia eléctrica para un uso normal del Polo, aunque no para divertirse.
Filtra de forma notoria lo que ocurre entre las ruedas delanteras y el asfalto, pero nos permite trazar las curvas con precisión. También resulta más que correcta en rapidez, pero peca ligeramente en feedback. Adicionalmente, permite maniobrar con extrema facilidad. Lo que no ayuda en absoluto son los neumáticos, cuyo agarre nos acerca rápido a los límites.
Las dimensiones del Polo son suficientes para ofrecer un amplio espacio interior y de carga, pero contenidas para que maniobrar en espacios reducidos no sea tedioso. Como su predecesor, presume de buena visibilidad en todos los ángulos, diversas asistencias a la conducción y un diámetro de giro entre paredes contenido (no conocemos la cifra).
Respecto a los frenos, el Polo monta unos discos ventilados en el eje delantero y de tambor en el trasero. Su funcionamiento es bueno en una conducción sosegada, pero un acabado deportivo como este debería recurrir a unos discos macizos traseros, como el Ibiza. Tienen un tacto y asistencia agradables en el pedal, con buena resistencia a la fatiga en un uso normal.
En materia de asistencias a la conducción y de seguridad, tenemos programador de velocidad activo con función predictiva, aviso por salida involuntaria del carril, mantenimiento en el carril, frenada de emergencia con detección de peatones y ciclistas, sistema de aparcamiento semiautomático, aviso de ángulo muerto y, como novedad, el asistente IQ.Drive Travel.
Equipamiento y precio
Los niveles de terminación del nuevo Volkswagen Polo se denominan Polo, Life y R-Line. El primero ya cuenta con un completo equipamiento como faros EcoLED, alerta de cambio de carril, aviso pre-colisión, asistente al arranque en pendientes, detector de fatiga, encendido automático de luces, control y limitador de velocidad, detector de peatones…
También son de serie el aire acondicionado, cuatro elevalunas eléctricos, espejos térmicos, cierre con mando, asiento posterior abatible, sistema de sonido con pantalla táctil de 6,5 pulgadas, Apple CarPlay, Android Auto, bluetooth, radio DAB, USB, instrumentación digital configurable de ocho pulgadas y un largo etcétera.
El nivel Life añade a lo anterior las llantas de aleación ligera de 15 pulgadas, alfombrillas, tapizado específico, retrovisores abatibles con mando, Apple CarPlay y Android Auto sin cables, reposabrazos central delantero y sistema de sonido con pantalla de 8 pulgadas, entre otros elementos de equipamiento.
Por último, el R-Line añade el paquete deportivo exterior, climatizador bizona, espejo interior fotosensible, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, llantas de aleación de 16 pulgadas, instrumentación digital de 10 pulgadas, cristales sobretintados, luces LED interiores, navegador, sensor de lluvia, firma luminosa LED específica, control de crucero adaptativo, etc.
En España, los precios recomendados para la gama Volkswagen Polo 2021 sin descuentos ni promociones son los siguientes:
Motor | POLO | LIFE | R-LINE |
1.0 TSI 95 CV 5MT | 19.275 | 21.235 € | 23.040 € |
1.0 TSI 95 CV DSG | – | 24.000 € | 25.865 € |
1.0 TSI 110 CV DSG | – | 24.710 € | 26.580 € |
Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.7
Notable
El renovado Volkswagen Polo llega con una apariencia y un lenguaje de diseño más modernos, mejores acabados y, sobre todo, mucha tecnología tanto en materia de conectividad como de seguridad y asistencias a la conducción. Ahora más que nunca podemos decir que el hermano pequeño del Golf ha madurado, y lo ha hecho de la mejor forma que podía. Su única pega, un precio algo elevado.
Lo bueno
- Mejora interesante en calidad para el habitáculo. Más superficies blandas, mejores remates.
- Un aspecto renovado que hace que el Volkswagen Golf ya no quede tan lejano en diseño.
- La calidad de rodadura y su buen aplomo en carretera.
- Un buen equipamiento de serie desde los niveles de acabado más básicos.
- Clara apuesta por la seguridad, la conectividad y el confort.
- La mecánica TSI 95 CV es ideal para los más urbanitas por potencia y consumo.
Lo mejorable
- Oferta mecánica sin distintivo ECO o CERO.
- El principal hándicap es su precio, bastante superior respecto a sus oponentes directos.
- No disponemos de la opción de equipar un cambio manual de 6 velocidades, el de cinco queda demasiado justo en muchas ocasiones.
- Frenos de tambor traseros incluso en este acabado deportivo.
- La mecánica probada queda algo justa en su utilización por carretera. Echamos de menos algo más de potencia y debemos revolucionar demasiado el motor para obtener buen empuje.