Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
8.1
Notable+
El nuevo Volvo XC60 es un relevo generacional como Dios manda. El cambio respecto a su predecesor es total en todos los aspectos y cada vez está más cerca de su hermano mayor -el XC90- tanto en diseño como en tecnología o habitabilidad. A pesar de ello, mantiene una gran personalidad y se siente como pez en el agua en todos los entornos. Desde luego, no tiene nada que envidiar a sus rivales alemanes, superando incluso a alguno que otro.
Aunque parece un titular de 1945, lo cierto es que hablamos de una realidad en el segmento SUV premium europeo, y buena prueba de ello es el premio al Coche del Año en el Mundo 2018. En su segunda generación, es mucho más coche en todos los aspectos, transmitiendo gran parte de sus novedades al más pequeño de la familia, el Volvo XC40 que también tuve ocasión de probar hace apenas unos meses.
Si bien Volvo parece la gran olvidada en el segmento de los premium, los últimos productos de la firma sueca no tienen nada que envidiar a los grandes alemanes como el BMW X3 o el Audi Q5. Se trata de un producto que ya apunta maneras y el mercado se está comportando realmente bien con él. Resulta difícil no quedar maravillado con la presencia, el confort, la seguridad y la dinámica del nuevo XC60.
Desarrollado sobre la nueva plataforma escalable SPA del fabricante -pensada en torno a la electrificación para las series 90 y 60-, es un coche realmente importante que en su primera generación logró convertirse en el líder europeo, siendo el modelo más vendido de Volvo durante su ciclo de vida que superó el millón de unidades.
Desde que Geely comprara Volvo, la firma sueca se ha sostenido sobre cuatro pilares: arquitecturas modulables, nuevos motores, electrificación y conducción autónoma. Puede que a día de hoy algunos aspectos estén más desarrollados que otros, pero realmente en cada Volvo que llega al mercado vemos un avance en todos estos campos.
A simple vista parece la fórmula perfecta, ¿nos vamos a conocerlo a fondo?
Diseño exterior
El diseño exterior del XC60 se mantiene muy en la línea del nuevo ADN del fabricante sueco, resultando realmente similar al de su hermano mayor, el Volvo XC90. Sin embargo, en Volvo cada modelo mantiene su personalidad propia en numerosos aspectos, a diferencia de lo que ocurre en otras marcas.
Ya desde el frontal nos encontramos con la robustez de la nueva generación: Volvo ha decidido romper con el diseño y evolucionar. Presidiendo el frontal nos encontramos con una gran parrilla cromada que toma diferentes formas en función del acabado. En posición central se ubica el logotipo de la compañía que, en el caso de esta unidad de pruebas, contaba con la cámara frontal.
El Sistema de Asistencia en el Aparcamiento -702€- del XC60 utiliza diversos sensores ultrasónicos para aparcar automáticamente, en paralelo o en batería. La cámara de 360 grados te muestra en la pantalla digital una imagen completa del perímetro del vehículo, para que no tengas ningún problema en aparcar incluso en las plazas más ajustadas.
A ambos lados de la generosa parrilla nos encontramos con uno de los elementos más expresivos el nuevo Volvo XC60, los tecnológicos faros activos Full LED -605€- con lavafaros -290€-. El sistema genera un haz luminoso sumamente amplio y largo, resultando una pasada en la noche. En mi opinión, es un opcional por el que merece la pena pagar.
El alumbrado es más del doble de intenso que las luces halógenas convencionales y para ayudarnos a ver mejor hacia los lados por la noche, las luces giran hasta 30 grados en cualquier dirección con los movimientos del volante.
La elevada posición de la cámara encargada de detectar otras luces en la calzada es la responsable de que el sistema de LED adaptativo funcione tan bien.
Gracias al nuevo sistema, se puede dejar la luz larga conectada en todo momento ya que cuando otro vehículo se aproxima en dirección opuesta, el sistema evita que el otro conductor se deslumbre sombreando tan sólo la parte necesaria de luz, ni más ni menos.
En estos faros podemos apreciar la nueva firma lumínica que la marca sueca ha bautizado como “Martillo de Thor” por su diseño en forma de T. Esta firma lumínica resulta inconfundible durante la noche y durante el día, pues además de conformar la iluminación nocturna, cumple la función de iluminación diurna DRL, así como la función de intermitencia.
Continuando con el frontal, si nos trasladamos a la mitad inferior nos encontraremos con varias entradas de aire, aunque algunas son meramente decorativas. En una altura realmente baja nos encontramos con la batería de sensores de aparcamiento que se combinan con el sistema de cámaras.
En las esquinas inferiores nos encontramos con los faros antiniebla -212€-. A velocidades de hasta 40 km/h, la luz antiniebla con función de curva ilumina la zona hacia la que giras hasta un ángulo de 15 grados para aumentar la seguridad de la maniobra. Las suaves líneas del frontal se extienden al resto del vehículo a través de un gran y ligero capó.
Como podéis ver, las líneas fluyen gracias a ligeros abombamientos en los extremos que migran hacia los pilares “A”, los cuales enmarcan una gran luna delantera. La luna delantera oculta una cámara ubicada en la base del retrovisor interior y que forma parte de las herramientas de monitorización y medición de los sistemas de seguridad.
Ya en el lateral podemos apreciar cómo Volvo ha trabajado en las líneas limpias, así como en la integración. De esto último nos damos cuenta en los faros delanteros, que se extienden hacia el lateral, al igual que los generosos faros traseros, permitiendo que esta zona quede iluminada y el modelo sea visible de perfil.
La zona acristalada cuenta con una superficie generosa y un borde cromado, al tiempo que las ventanillas laterales de esta unidad de pruebas estaban sobretintadas -424€- y cuentan con doble acristalamiento -998€-. A media altura nos encontramos con unos retrovisores abatibles eléctricamente, con función anti-deslumbramiento y sistema de información de puntos ciegos (BLIS).
El BLIS se activa cuando el coche supera una velocidad de 12 km/h y reacciona con casi cualquier tipo de vehículo, incluyendo las motocicletas. Además de la generosa superficie del espejo, el sistema de ángulos muertos ha evolucionado y su sensibilidad es impresionante.
Siguiendo con el diseño, el modelo cuenta con unos marcados nervios en la parte inferior que parecen complementarse, mientras que el nervio superior recalca la altura de la zaga y ofrece una sensación visual de dinamismo. El protector cromado inferior nos recuerda el acabado con la palabra ‘Inscription’ grabada.
Los pasos de rueda cuentan con la presencia de unas generosas llantas de aleación de 20 pulgadas -726€-, aunque podemos equipar hasta unas de 22”. En esta unidad de pruebas encontramos unos neumáticos Michelin Latitude Sport 3 de dimensiones 255/45 R20 105V en ambos ejes, y lo cierto es que se nota en el agarre.
El Volvo XC60 mide 4.69 metros de largo, 1.90 metros de ancho y 1.66 metros de alto. Cuenta con una batalla de 2.865 milímetros y unas vías delantera y trasera de 1.653 milímetros y 1.657 milímetros, respectivamente, mientras que el coeficiente aerodinámico es de Cx 0,32. Se encuentra en la línea de sus principales rivales.
En la parte trasera es donde el Volvo XC60 gana en personalidad propia, sin alejarse en ningún caso del ADN de la marca. Sí, me refiero a esa parte superior estrecha y a esa inferior ancha que genera una curva muy característica donde se incorporan los alargados pilotos posteriores con tecnología Full LED y un gran número de funciones de seguridad.
La luna trasera se ha montado de forma que no se deje ver la superficie de chapa por lo que volvemos a ver esa sensación de homogeneidad y de integración de cada uno de los elementos del modelo. El generoso portón del maletero que contaba con asistencia eléctrica -514€- monta el nombre de la marca en posición central.
El gran paragolpes trasero se extiende desde los pilotos y abarca toda la parte inferior que, además, parece estar dividida en dos alturas gracias a la introducción de un pliegue a media altura. Este integra los catadióptricos en los extremos. Justo debajo vemos la tira de sensores de aparcamiento -411€- y un marcado difusor que integra las dos salidas de escape cromadas.
Finalmente, el acceso al vehículo sin llave garantiza rapidez y comodidad -605€-, especialmente a la hora de abrir el portón del maletero cuando vas cargado (basta con pasar el pie por debajo). El modelo cuenta con un mando a distancia de gran calidad tapizado parcialmente en el mismo cuero con el que se encuentran tapizados los asientos.
Diseño interior
Si en el exterior Volvo ha hecho un magnífico trabajo, en el interior la cosa no cambia, y es que estamos hablando de uno de los Volvo más lujosos y tecnológicos de todos los tiempos. Una vez sentados en el puesto de conducción, nos damos cuenta del arduo trabajo de Volvo, en términos de ergonomía, confort y diseño.
Los asientos de tipo butaca de cine te proporcionarán una excelente vista independientemente de dónde te sientes, sin embargo, es en las plazas delanteras donde más a gusto estaremos. A cambio, su agarre no es el más destacable del segmento, aunque no debería ser un inconveniente en este tipo de vehículo dado su enfoque al confort.
Los asientos ajustables eléctricamente -de serie para el conductor y desde 454€ para el acompañante- con cojines extensibles y ajuste lateral regulable -226€-, permiten encontrar la postura perfecta y el máximo confort. Esta unidad cuenta con el Pack Luxury Seats -2.093€- que incluye calefacción en cuatro plazas, asientos delanteros ventilados, cuero Nappa…
Igualmente, las manos se posan cómodamente sobre un volante deportivo de cuero -121€- de tacto agradable y grosor adecuado. El volante multifunción cuenta con una superficie en negro brillante con 14 botones que nos dan acceso a diversas funciones del vehículo, como el ordenador de viaje o el control de crucero.
Tras el volante, nos topamos con un cuadro de instrumentos 100% digital fruto de la incorporación de una pantalla de 12,3 pulgadas a todo color que ofrece diferentes vistas, entre la que encontramos la clásica de los diales, el mapa del sistema de navegación, el ordenador de viaje… Sin embargo, la información no es intuitiva y no hay mucho margen de personalización.
Lo cierto es que el salpicadero y la botonería rebosan calidad tanto a la vista como al tacto, encontrándonos prácticamente todas las superficies tapizadas con material blando, desde el salpicadero hasta las puertas. Además, el detalle en madera flotante Drift Wood le da un toque elegante y sofisticado al interior, haciéndolo realmente agradable.
En este punto he de decir que es una pena que algunos elementos se hayan hecho en plástico duro como la tapa de la guantera o parte de la consola central, ya que desmerecen ligeramente un gran conjunto como este. Igualmente, en Volvo han abusado del tedioso Piano Black que atrapa el polvo y las manchas de los dedos como ningún otro material.
Uno de los puntos fuertes del interior del nuevo Volvo XC60 es la consola central, que ha sido sabiamente reducida y aglutinada en funciones a una pantalla de 9 pulgadas. Así es, en la consola central ahora sólo hay 8 botones y, como no, un completo (quizá demasiado) interfaz en la pantalla que nos ofrece acceso a todos los menús.
Estudiado de principio a fin, este sistema ofrece un uso sencillo, una interfaz muy clara (pero con abundante información) y todas las opciones de las que dispone el conductor en un coche convencional -y muchas más-. En todo caso, el minimalismo está muy bien, dando una gran sensación tecnológica, pero con algún botón extra todo sería más sencillo y menos peligroso.
El reproductor de CD que lleva esta unidad integrado en el reposabrazos central es opcional -103-. Echo muy en falta la conectividad con Apple CarPlay y Android Auto de serie -363€-.
Las marcas están apostando por limpiar todo el salpicadero de botones, lo cual para algunos es todo un alivio, pero introducir algunas funcionalidades en una pantalla pensada para el infoentretenimiento no lo termino de ver del todo práctico. Es el caso del climatizador y lo es esencialmente por dos motivos.
Lo primero, porque cambiar la temperatura te obliga a cambiar la pantalla que lleves puesta -subir o bajar la temperatura un solo grado te obliga a pulsar, como mínimo, tres veces la pantalla- y, si es el navegador, ya estás perdido; y lo segundo, porque se aglutinan muchos controles en una pantalla cuando con una ruedecita y tres botones seríamos tan felices…
Eso sí, estamos hablando de un sistema muy refinado y lo cierto es que la dimensión de la pantalla, pese a parecer grande al principio, se queda pequeña conforme nos hacemos a su interfaz. Sin lugar a duda, estamos hablando de una magnífica integración que además reúne todos los sistemas en uno.
Por otra parte, el sistema de sonido Bowers&Wilkins con subwoofer es, sencillamente, espectacular, quizá el mejor del mercado, eso sí, tendrás que pagar por él la friolera de 3.328 euros. Si no quieres gastarte tanto, también puedes optar por el equipo de alta fidelidad de Harman Kardon -847€-.
La consola central se extiende entre los asientos delanteros y adopta una posición horizontal en la que nos encontramos con la palanca de cambios, varios huecos portaobjetos, el selector de modos de conducción, una guantera con reposabrazos fijo y, como no, el sistema de arranque y parada mediante un interruptor giratorio.
En términos de habitabilidad, la segunda fila de asientos está pensada para tres adultos y la disposición de sus cómodos asientos garantiza unos trayectos agradables, aunque con el túnel de transmisión, el mullido más duro a causa del reposabrazos central y el climatizador electrónico de cuatro zonas -666€- la plaza central no es muy cómoda.
El acceso atrás es realmente cómodo y la posición de los asientos está elevada. En esta unidad, los asientos y los reposacabezas son abatibles -182€- también desde el maletero -272€-.
Echo en falta que la segunda fila de asientos pueda regularse longitudinalmente. Igualmente, si el respaldo de los asientos posteriores fuera reclinable unos grados, se ganaría notablemente en confort. En cualquier caso, un BMW X3 tampoco ofrece esta posibilidad que sí que podemos encontrar en el Audi Q5.
Respecto al espacio de carga, el Volvo XC60 cubica un total de 505 litros, ampliables hasta los 1.432 litros si abatimos los asientos traseros -60:40-. Es algo más pequeño que el de sus rivales, pero cuenta con doble fondo, una superficie de carga de formas regulares, trampilla al habitáculo y ofrece espacio para la rueda de repuesto -145€- bajo el piso del maletero.
La superficie de carga es cierto que queda algo alta (650 milímetros del suelo), pero esta altura puede rebajarse haciendo uso del sistema que bajaba la suspensión neumática -el chasis Four C de 2.290€- gracias a una botonera situada en la pared derecha del maletero, algo que ya vimos en el nuevo Audi Q5.
Motorización
Bajo el capó, la oferta del SUV sueco contempla tres opciones diésel, tres de gasolina y un híbrido enchufable. En todos los casos hablamos de bloques de cuatro cilindros turboalimentados con 2.0 litros de cilindrada, asociados a la transmisión manual de seis velocidades o a la automática por convertidor de par de ocho relaciones.
Igualmente, podemos optar por la tracción sencilla o por la tracción total AWD de la marca en función de la mecánica. En la rama de los diésel encontramos los D3 de 150 CV, D4 de 190 CV y D5 de 235 CV, todos con tecnología PowerPulse.
El motor de acceso está vinculado a la caja manual en combinación con la tracción delantera y el consumo medio se ha fijado en los 5.0 l/100 km, con unas emisiones de 132 g/km de CO2. El segundo de ellos registra un consumo combinado de solo 5.2 litros, cifra que se eleva hasta los 5.5 litros a los 100 km en el caso del tercero.
Es relativa novedad el bloque 2.0 D4 con 190 CV asociado a la caja de cambios manual de seis velocidades y a la tracción sencilla.
En gasolina se ofrecen los T4 de 190 CV, T5 de 254 CV y T6 de 320 CV, con unos consumos de 7.1 litros, 7.3 litros y 7.7 litros a los 100 km, respectivamente. En el caso del T6, hablamos además de una mecánica biturbo que cuenta con compresor y turbocompresor, lo que le permite detener el crono en el 0 a 100 km/h en solo 5,9 segundos.
Como culmen de la gama encontramos la versión híbrida, el poderoso T8 Twin Engine -que incluso tendrá versión Polestar con 421 CV– que ya conocimos en el Volvo XC90 en su día. Gracias a la combinación del bloque T6 y un motor eléctrico de 87 CV, es capaz de generar una potencia conjunta de unos nada despreciables 407 CV.
Dichas cifras le permiten acelerar hasta los 100 km/h en solo 5,3 segundos, al tiempo que homologa 2.1 litros de consumo medio a los 100 km. Adicionalmente, la batería de ion litio ofrece una capacidad de 10,4 kWh con una autonomía eléctrica de 45 kilómetros, lo que le permite beneficiarse de la codiciada pegatina cero emisiones.
En esta ocasión me he decantado por la mecánica más sencilla en diésel, el bloque D3 con tracción 2WD y cambio manual. Hablamos de un motor que, con una cilindrada de 1.969 cm³, dos árboles de levas en la culata inyección directa por conducto común, turbo, geometría variable e intercooler, es capaz de desarrollar una potencia de 150 CV (110 kW) a 4.250 rpm.
Si bien no es una mecánica tan refinada como los seis cilindros de BMW, destaca por su escasa rumorosidad y suavidad para tratarse de un bloque diésel.
En este caso, la cifra de par asciende 350 Nm entre las 1.500 y las 2.500 rpm, por lo que el rango de mayor eficacia no es excesivamente amplio. En cualquier caso, no me ha parecido un coche escaso de potencia salvo que vayamos a viajar muy cargados, con un empuje aceptable a bajas vueltas, aunque será a partir de 1.800 rpm cuando notemos la mayor “patada”.
Su aceleración es lineal y muy progresiva, no requiriendo gran esfuerzo para ganar velocidad con soltura. Igualmente, en carretera, en sexta velocidad, muestra solvencia para adelantar y mantiene el ritmo de forma adecuada. Circulando a 120 km/h el motor gira a 2.000 rpm, lo que además ayuda a no disparar en exceso los consumos.
Y hablando de consumos, lo cierto es que estos resultan bastante contenidos en condiciones reales, moviéndose en el entorno de los 8.0 litros en ciudad y 6.6 litros en carretera, con un consumo combinado de 7.1 litros a los 100 km tras la semana de pruebas. Oficialmente, homologa 6.0, 4.6 y 5.1 litros/100 km, respectivamente. El depósito tiene 55 litros de capacidad.
Por último y, respecto al cambio manual de seis relaciones, este cuenta con un tacto agradable tanto de la palanca como del embrague, resultando sencillo pillarle el “truco”, aunque para mi gusto su guiado podría estar algo más marcado y resultar más preciso. Además, tienen un escalonamiento sensiblemente abierto.
Ficha técnica
Version | D3 - 4 cilindros en línea |
---|---|
Cilindrada | 1.969 cm³ |
Potencia | 150 CV (110 kW) @ 4.250 rpm |
Par | 350 Nm @ 1.500 - 2.500 rpm |
Peso | 1.920 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.688 / 1.902 / 1.658 mm |
Volumen Maletero | 505 (1.432) litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 10,2 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 8,4 segundos |
Velocidad máxima | 190 km/h |
Consumo homologado | 6,0 / 4,6 / 5,1 l/100 km (urb. /extraurb. / comb.) |
Emisiones CO2 por km | 133 g/km de CO₂ (Euro 6) |
Precio de partida | 46.917 euros (este motor y acabado sin descuentos) |
Comportamiento
La conducción del Volvo XC60 es, sin lugar a dudas, de las más confortables del segmento, especialmente con el chasis Four-C (2.290€). No es tan preciso como un Audi Q5 ni tan ágil como un Porsche Macan, pero sí que contiene mejor los balanceos que, por ejemplo, un BMW X3, el cual teóricamente ofrece un tarado más deportivo.
La suspensión neumática que forma parte de este opcional es parte de la culpable de su excelente comportamiento, ya que es capaz de adaptar la dureza, la altura o la respuesta ante las imperfecciones de la carretera en cuestión de milisegundos: en off road se eleva 40 milímetros, en Eco disminuye 10 milímetros y en Dynamic otros 10 milímetros.
Es un modelo enfocado a los largos viajes en carretera por confort, pero no por ello peca en exceso en el apartado dinámico o en la urbe. Ofrece gran visibilidad en todos los ángulos y la dirección cuenta con una asistencia notable, lo que facilita considerablemente las maniobras. El diámetro de giro es de 11,4 metros entre paredes y 11,8 metros entre bordillos.
Es fácil percibir que no hablamos de un vehículo enfocado a la deportividad, sino más bien al máximo confort, con cambios de apoyo meramente aceptable,s pero reacciones naturales.
Sin embargo, dicho exceso de asistencia también le penaliza a la hora de enlazar curvas. En carreteras de montaña puede parecernos que no hay ninguna conexión entre la dirección y el coche dada su escasa capacidad informativa, aunque lo cierto es que a pesar de que la forcemos, la dirección del Volvo XC60 le guía exactamente por donde le indicamos, incluso a ritmo ligero.
Al mismo tiempo, los frenos son eficaces y fácilmente dosificables (discos ventilados en ambos ejes). Con unos neumáticos con buen agarre, es realmente fácil circular deprisa por carreteras reviradas con este SUV sin que la sensación de inseguridad o inestabilidad esté presente en nuestra cabeza.
Además, las reacciones del modelo son muy nobles y tanto los sistemas de seguridad como el chasis cumplen de forma notoria con su función. Pero como os decía, su hábitat natural son las autopistas, terreno en el que el XC60 se siente más cómodo. Incluso a alta velocidad la insonorización del habitáculo es sorprendente, sobre todo con el doble acristalamiento.
Viajar a bordo del XC60 es un auténtico lujo y, adicionalmente, el Volvo XC60 ofrece hasta cuatro modos de conducción: el modo Normal se programa para darte la comodidad máxima; mientras que el modo Eco calibra el motor y la caja de cambios para un menor consumo de combustible (el acelerador ofrece una respuesta más suave y menos rápida y la caja de cambios utiliza marchas más largas).
En el extremo opuesto, el modo Dynamic se ajusta para conducir de forma deportiva, con rápidas respuestas del motor; y el modo Off Road se puede establecer a velocidades por debajo de 20 km/h para maximizar el rendimiento del coche en carreteras en mal estado y facilitar la conducción en situaciones difíciles.
Por último, fuera del asfalto el Volvo XC60 es capaz de hacer sus pinitos, pero deberás equiparlo con la tracción total y unos neumáticos adecuados si vas a salir de caminos de baja dificultad. En este caso, hablamos de una unidad con tracción sencilla, debiendo optar por un motor más potente para acceder a la avanzada tecnología AWD Instant Traction.
Esta ayuda a incrementar la estabilidad de marcha y la tracción en todo tipo de superficies y en todas las condiciones meteorológicas. Dispone de un sistema de gestión electrónica que supervisa de forma constante la velocidad de las ruedas, el acelerador, el par motor, la velocidad del motor y los frenos.
En los vehículos que equipan el AWD, cuando el vehículo está parado, se activa siempre la tracción a las cuatro ruedas para ofrecer una tracción máxima.
En condiciones normales de calzada seca, toda la potencia se distribuye a las ruedas delanteras para reducir al mínimo el consumo de combustible sin perjuicio de la estabilidad. Si resulta necesario, hasta un 50% de la potencia del motor puede distribuirse a las ruedas traseras.
Equipamiento y precios
Como es habitual en Volvo, los niveles de acabado se denominan Momentum, R-Design e Inscription. Además, Hay un extenso listado de opcionales que van desde el techo solar panorámico o la iluminación Full LED hasta la palanca del cambio de cristal. En todos los acabados hay, además, diversos paquetes disponibles.
Desde el nivel Momentum se incluyen de serie el climatizador automático de dos zonas, sistema de audio con pantalla a color, bluetooth, USB, sensores de parking traseros, control y limitador de velocidad, ordenador de viaje, llantas de aleación de 18 pulgadas, sensor de lluvia, encendido automático de luces, aviso pre-colisión, sistema de frenada automática, luces diurnas o pilotos traseros LED, entre otros.
El acabado R-Design es el más deportivo de todos e incluye algunos elementos específicos como los ajustes de los modos de conducción, detalles R-Design, panel de instrumentos digital de 12,3 pulgadas, tapicería con cuero Nappa, llantas de aleación de 19 pulgadas o doble salida de escape integrada.
El acabado Inscription, por su parte, aporta un toque de elegancia, con tapicería de cuero y asientos confort, inserciones en madera o asiento del conductor con regulación eléctrica. También cuenta con panel de instrumentos digital de 12,3 pulgadas, llantas de aleación de 19 pulgadas o doble salida de escape integrada.
Los precios para la gama española del Volvo XC60 2018 sin descuentos ni promociones son los siguientes:
Motor | Momentum | R-Design | Inscription |
2.0 T4 190 CV 8AT | 48.180€ | 51.579€ | 53.344€ |
2.0 T5 254 CV 8AT | 52.180€ | 55.579€ | 57.344€ |
2.0 T5 254 CV AWD 8AT | 54.795€ | 58.194€ | 59.959€ |
2.0 T6 320 CV AWD 8AT | 62.195€ | 65.594€ | 67.359€ |
2.0 T8 407 CV AWD 8AT | 68.500€ | 71.162€ | 72.916€ |
2.0 D3 150 CV 6MT | 41.950€ | 45.219€ | 46.917€ |
2.0 D4 190 CV 6MT | 44.950€ | 48.219€ | 49.917€ |
2.0 D4 190 CV 6MT AWD | 48.675€ | 51.944€ | 53.642€ |
2.0 D4 190 CV 8AT | 47.465€ | 50.734€ | 52.432€ |
2.0 D4 190 CV AWD 8AT | 51.190€ | 54.459€ | 56.157€ |
2.0 D5 235 CV AWD 8AT | 56.535€ | 59.804€ | 61.502€ |
- Su diseño gana en atractivo y es probablemente uno de los SUV más bonitos de la actualidad.
- Cuenta con una excelente dinámica y un confort de conducción superiores incluso sin equiparlo con la suspensión neumática.
- Interesante habitabilidad en todas las plazas (salvo la central trasera). Sistemas de seguridad punteros incluso de serie, en muchos casos diseñados o afinados por Volvo.
- Conectividad y calidad del sistema Sensus y de la interfaz del sistema multimedia. Interior limpio y agradable tanto al tacto como a la vista al que apenas se le pueden sacar ‘peros’.
- El sistema de sonido Bowers & Wilkins es, sencillamente, espectacular.
- Mecánica equilibrada y con potencia suficiente como para no necesitar dar un salto al D4.
- Pese a que la calidad de los acabados por norma general es muy buena, hay ciertos toques y ajustes que requieren un vistazo, como la tapa de la guantera o la consola central.
- Abuso del odioso Piano Black en diversas superficies. Es elegante pero extremadamente sucio.
- El precio de partida es elevado y los opcionales son caros en algunos casos. Además, en un acabado tope de gama como este muchos de los elementos opcionales que he ido mencionando deberían ser de serie, como los sensores de aparcamiento, por poner un ejemplo claro.
- No termina de convencerme que la climatización se encuentre dentro del sistema de infoentretenimiento.
- Los controles no son todo lo intuitivos que deberían y puede resultarte complicado al principio manejar el panel de instrumentos o la pantalla táctil del sistema multimedia dada la cantidad de funciones que aglutinan.