El Abarth 595 lleva ya muchos años en el mercado sin apenas cambios importantes. Salvando el lavado de cara en el que se introdujeron modificaciones estéticas pequeñas y en el interior, sigue muy fiel al producto original al que ya se le va notando bastante el paso del tiempo. Hoy nos ponemos al volante del Abarth 695C 1.4 T-JET 180 CV.
Antes de volverse totalmente eléctrica en 2024, la gama Abarth 595/695 2023 llega con un proceso de configuración simplificado en tres pasos. A ello hemos de sumarle el nuevo tono Orange Racing. La oferta contempla las carrocerías ya conocidas hatchback y descapotable, y únicamente motorizaciones de gasolina con sobrealimentación.
No le busques el sentido a este coche, porque no lo tiene, y eso es sencillamente maravilloso. Es pequeño para cuatro pasajeros, no destaca en calidades ni en tecnología, su ergonomía es limitada, su motor no es especialmente ahorrador… Eso sí, te da algo que no te dará ningún otro coche: diversión y sensaciones a raudales.
Por el precio que tiene y las sensaciones que te ofrece, qué te compras, ¿un MINI JCW? ¿Un Toyota GR Yaris? Ni de lejos. Hablamos de un coche pensado prácticamente solo para divertirse. Y han dado en el clavo, porque exuda personalidad y equipa todo lo que necesitas para ello a un precio razonable. No hay más, es sencillamente sensacional.
Diseño exterior
Si hay algo que no se le puede negar al Abarth 595 es su marcada personalidad. Es un auténtico juguete desde el primer momento en el que lo ves. Además, este Abarth 695C aporta un plus a la estética con algunos elementos y chucherías de lo más atractivo. Para el exterior se ofrecen un total de cinco colores con el nuevo naranja.
La vista frontal está protagonizada por el escorpión en posición central. A ambos lados se encuentran los faros divididos. La iluminación diurna es LED, pero la principal es halógena. En opción podemos equipar los faros de xenón de este ejemplar. El paragolpes, por su parte, está protagonizado por las entradas de aire.
De hecho, la toma inferior se distingue por las letras de Abarth pintadas en ella. A ambos lados tenemos los faros antiniebla, todo ello enmarcado en una moldura plástica. Si pasamos a la vista lateral, las protagonistas son las llantas de 17 pulgadas. Están calzadas con gomas Michelin Pilot Sport 3 en dimensiones 205/40 R17 84W en ambos ejes.
Uno de los puntos fuertes de 695 C es que tras ellas se esconde un sistema de frenos Brembo. Tiene pinzas rojas y discos perforados en los dos ejes. Como puedes ver de un simple vistazo, la superficie acristalada es limitada (aunque no por ello la visibilidad es mala), pero las puertas son amplias. Llaman la atención los faldones más anchos.
Tampoco pasa desapercibida la insignia de Abarth en las aletas trasera. Junto con las llantas, le dan al diseño atemporal del Abarth 695C un toque más macarrilla que le sienta muy bien. Como se ve, los espejos retrovisores y los tiradores de las puertas están hecho en plástico. De igual forma, no esperes contar con acceso y arranque sin llave.
En el Abarth 695C se dejan de lado las comodidades y las pijerías para centrarse en lo que verdaderamente importa: el peso y las sensaciones al volante. En dimensiones, es un coche de bolsillo. Mide 3.66 metros de largo, 1.63 metros de ancho y 1.48 metros de alto. La batalla asciende a 2.300 milímetros.
Los anchos de vía miden 1.409 mm en el eje delantero y 1.402 mm en el trasero. El coeficiente aerodinámico Cx es de 0,32, con un peso de solo 1.165 kg. En la zaga, el gran protagonista vuelve a ser el escorpión en posición central. En el extremo superior, destaca el techo de lona. Puede desplegarse por completo o en varias posiciones intermedias.
Es un coche muy práctico en este sentido, aunque es cierto que el techo de lona empeora la insonorización. En la parte baja, el marcado paragolpes alberga los catadióptricos y un agresivo difusor plástico. En él encontramos las cuatro salidas de escape del sistema Record Monza de la variante Competizione.
Diseño interior
El interior del Abarth 695C tiene la misma personalidad o más que el exterior. No es el coche más cómodo, ni el más tecnológico, ni el mejor acabado, pero es único. En esta versión Competizione nos reciben unos deportivos asientos de tipo bacquet de Sabelt cuyo agarre es sensacional. No tanto su confort, ya que son algo duros en su respaldo.
Además, el reposacabezas queda muy retrasado y, si tienes las manos grandes, tendrás incluso que abrir la puerta para poder girar la rueda del respaldo. Por cierto, dicho respaldo está rematado en fibra de carbono y cuenta con dos detalles muy molones: el tirador para acceder a la segunda fila y la rueda del respaldo, con el escorpión en rojo.
Cabe destacar que los asientos no tienen regulación en altura ni comodidades del tipo ajuste lumbar, calefacción o regulación eléctrica. Tampoco el volante tiene ajuste en profundidad ni los cinturones son regulables en altura. Debido a ello, la postura de conducción es un tanto peculiar. Vas en ángulo recto, como en una silla de oficina.
A nivel calidades, el Abarth 695C es un coche sencillo. Hay elementos de valor como el pomo metálico del cambio, los pedales de aluminio, ciertos detalles en fibra de carbono o los elementos en Alcantara. Sin embargo, lo más abundante son los plásticos rígidos. Pese a ello, la sensación a la vista y el tacto es buena y todo está ensamblado con solidez.
Los posibles defectos que puedas encontrarle la primera vez que montas en él poco o nada te van a importar a medida que recorrer kilómetros con él. Tras el volante, de cómodo tacto, tenemos un cuadro de instrumentos digital con pantalla de 7 pulgadas. Tiene dos vistas, la normal y la Sport, con diversas pantallas elegibles cada uno.
No destaca por personalización ni gráficos, pero nos muestra toda la información necesaria de forma clara. Junto a la instrumentación, un indicador redondo nos informa de la presión del turbo. Este también acoge el indicador de que el modo Sport está activo. El salpicadero, por su parte, está presidido por una pantalla táctil de 7 pulgadas.
Es sencilla en gráficos, respuesta táctil y fluidez. Además, no hay cámara de marcha atrás. Equipa de serie Apple CarPlay y Android Auto por cable, DAB, tomas USB, bluetooth y AUX. El equipo de sonido Hi-Fi Beats de 480 W y el navegador son opcionales. Justo debajo quedan tres botones clave y el climatizador opcional.
Le siguen la palanca de cambios, en una posición muy cómoda, y los elevalunas. En la consola central encontramos las tomas USB, un hueco para el móvil y dos posavasos. Justo detrás se ubica el freno de mano tradicional y otros dos posavasos para las dos plazas posteriores. Estas, como puedes imaginar, ofrecen un espacio limitado.
La anchura no es un problema, pero la altura y el espacio para las piernas no son abundantes. Alguien que mida más de 1,70 o 1,75 metros de altura no viajará especialmente cómodo. Además, la superficie acristalada es limitada y, si no abrimos el techo, es un tanto agobiante. En cualquier caso, te salvan de un apuro y está bien tenerlas.
El maletero tiene una boca de carga pequeña y apertura y cierre manuales. Cubica un total de 185 litros. De serie equipa un kit antipinchazos y el asiento trasero abatible en proporción 50/50 puede salvarte en una visita de sábado al IKEA. El borde de carga queda a 680 milímetros del suelo.
Motorización Abarth 695C 1.4 T-JET 180 CV
La opción de entrada a la gama Abarth es la denominada 595. Se ofrece con el motor de cuatro cilindros 1.4 T-Jet de 165 CV (121 kW). Se combina con la caja manual de cinco velocidades. Los interesados en algo más de «chicha» deberán optar por este Abarth 695. También recurre al bloque 1.4 T-Jet, pero con 180 CV (132 kW).
Esta cifra, pese a no parecer muy elevada, garantiza unas prestaciones muy buenas dado el peso contenido del conjunto. Se puede asociar a la caja manual de cinco relaciones o a la robotizada con el mismo número de marchas. Personalmente, considero que en un coche como este la opción ganadora es la transmisión manual.
Es muy cómoda de manejar tanto por el tacto del embrague como de la propia palanca. El embrague nos permite subir y bajar de marchas de una manera rápida y sin tirones; al tiempo que la palanca presume de un guiado preciso y un tacto más bien durito que te hace disfrutar de cada cambio de marcha. Además, está en una posición acertada.
El tacto de la caja manual es, a mi parecer, uno de los puntos fuertes del coche, aunque he de decir que el de los Mazda MX-5 y Toyota GR Yaris me gustó algo más. Se trata, además, de un motor que sube rápido de vueltas una vez superadas las 3.000 – 3.500 rpm, que es el punto en que el comenzamos a apreciar su verdadero empuje.
Este motor fabricado en hierro y aluminio cuenta con 1.368 cm3 de cilindrada, cuatro cilindros, cuatro válvulas por cilindro, dos árboles de levas en la culata, inyección directa, turbo (Garrett GT144) e intercooler. El par asciende a 250 Nm a partir de las 3.000 rpm; mientras que la potencia máxima de 180 CV se entregan a 5.500 vueltas.
Con estas cifras, el Abarth 695C es capaz de moverse de forma realmente ágil. Sin duda, me decantaría por esta versión antes que por el 595. No es explosivo, pero sí es capaz de transmitirte lo que corre en cada aceleración. Completa el 0 a 100 km/h en 6,7 segundos. Recupera de 80 a 120 km/h en 4,1 segundos (entre marchas) y alcanza los 225 km/h.
Como ves, en materia de prestaciones no vas a quedar decepcionado. Y tampoco lo harás con el sonido de sus escapes Record Monza. Sobre todo, en modo Sport, cuando se abren las válvulas. Discreto en una conducción tranquila, gira cabezas a su paso cuando le damos chicha al 695C, dejando escuchar algún que otro petardeo.
Además, el conjunto resulta bastante elástico. Si usas más de la cuenta el cambio fuera de la urbe, tan claro que va a ser por puro placer. Por otra parte, en autopista es capaz de mantener una velocidad de crucero elevada con solvencia. No necesitarás bajar de marcha para afrontar pendientes o adelantamientos.
Esto se debe a que el motor gira a 3.100 rpm a 120 km/h en quinta velocidad. A mi parecer, una sexta marcha no le vendría mal para reducir sensiblemente los consumos. Estos resultan elevados y notablemente sensibles a los cambios de ritmo. Para movernos en ciudad, además, no encontramos siquiera una función Start/Stop.
Abarth homologa una cifra WLTP combinada de 7,3 l/100 km, aunque si disfrutas del 695C como él mismo te pide, puedes esperar cifras bastante más altas. El consumo real en autopista ronda los 6,5 litros si la orografía no es desfavorable; mientras que en ciudad es posible moverse entre 8,5 y 9 litros siendo un poco cuidadoso.
El depósito de gasolina tiene 35 litros de capacidad.
Tras la semana de pruebas, el consumo medio fue de 6,8 l/100 km combinando ciudad y autopista prestando atención a los consumos. Por el contrario, circulando sin preocupación y disfrutando del Abarth en carreteras secundarias y algún puerto de montaña, el ordenador de a bordo indicaba un combinado de 8,7 l/100 km.
Version | 695C - 4 cilindros en línea |
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Cilindrada | 1.368 cm³ |
Potencia | 179 CV (132 kW) @ 5.500 rpm |
Par | 250 Nm @ 3.000 rpm |
Peso | 1.165 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 3.660 / 1.627 / 1.480 mm |
Volumen Maletero | 185 litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 6,7 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 4,1 segundos |
Velocidad máxima | 225 km/h |
Consumo homologado | 7,3 l/100 km en ciclo combinado |
Emisiones CO2 por km | 166 g/km de CO₂ (Euro 6) |
Pegatina de la DGT | C |
Precio de partida | 31.136 euros (este motor y acabado con descuentos) |
Comportamiento Abarth 695C 1.4 T-JET 180 CV
Qué fácil resulta escribir la prueba de un modelo como este. Cuando un coche te apetece conducirlo a cada minuto y durante una semana no ha hecho nada más que sacarte sonrisas (salvo en los baches, que eso es otra historia), las palabras salen solas. Y por desgracia, no es algo que nos suela ocurrir muy a menudo…
Pocos coches tienen tanto alma como un Abarth 695C. Es un coche único que está pensado para disfrutar. Más allá de su evidente personalidad estética, podríamos definirlo de mil maneras, desde la mejor herramienta para desestresarse hasta tu fiel compañero los fines de semana. Sin duda alguna, le vas a perdonar todos sus fallos.
Cada aceleración, cada curva, cada frenada, cada subida de marcha y cada reducción son motivo para sonreír. La primera vez que te montas en él, suspiras profundamente y no lo ves del todo claro… La segunda, ya estás echando de menos volver a bajar al garaje… Y al cabo de una semana, te planteas darte el capricho de hacerte con uno.
Porque el Abarth 695C es, ante todo, precisamente eso, un capricho. En ciudad y en autopista es un coche cuanto menos duro. Para sus dimensiones, el diámetro de giro es amplio a causa de su directa dirección (10,68 metros entre paredes); al tiempo que la suspensión Koni con válvula FSD tiene un ajuste muy firme -McPherson delante y un eje rígido detrás-.
Las versiones de techo cerrado te aportan un plus de aislamiento del exterior, sobre todo en autopista.
Lo notas absolutamente todo, y eso te obliga a circular a una velocidad reducida por ciudad, sobre todo en zonas mal asfaltadas o con resaltos. Por el contrario, este ajuste tan firme y una dirección tan bien puesta a punto, con elevada precisión y feedback, son los culpables de que el modelo sea tan eficaz en tramos de curvas.
Hablamos de un coche cuya carrocería te permite sentir todo lo que pasa. Si aceleras a fondo, notas que el eje delantero se levanta; mientras que si frenas a fondo puedes apreciar cómo el eje trasero se aligera. En las curvas, no hay cabeceos, inclinaciones ni aspavientos, solo rapidez y precisión a la hora de marcar la trayectoria.
Todo ello, junto con la elevada eficacia de los frenos Brembo, que parecen casi inagotables, te transmite una sensación de control y de estabilidad muy elevadas. Pero ojo, porque no es un coche que se caracterice por perdonar los errores de su conductor. Para buscar sus límites, hay que saber lo que se está haciendo.
En caso contrario, la tracción delantera puede darte algún susto ante frenadas intensas en curva, o salidas de esta pisando gas a fondo. Por suerte, las ayudas electrónicas actúan eficazmente cuando se llevan activadas. El control de tracción, en concreto, puede desactivarse con un botón en el salpicadero. Eso sí, no es recomendable.
Ya sea con o sin ayudas activadas, es un coche permisivo, de esos que ya no quedan. Parte de la culpa la tiene el sistema Abarth DAM (Mechanical Limited Slip Differential), un diferencial de deslizamiento mecánico. Este actúa eficazmente “tirando” del Abarth 695C hacia el interior de la curva, algo que fácilmente puedes apreciar en el volante.
Gracias a ello y, salvo que vayas muy pasado, es fácil conducir a un elevado ritmo en tramos de curvas, mostrando una adherencia lateral elevada y reacciones seguras, con ausencia de deslizamientos en el eje trasero. Volviendo a los frenos, destaca su tacto duro, así como su resistencia a la fatiga y el maltrato constantes. Son una pasada.
Afrontar un puerto de montaña con el Abarth 695C es pura jarana.
El Abarth 695C Competizione monta unos discos ventilados de 305 mm de diámetro en el je delantero y discos macizos de 240 mm de diámetro en el trasero. En cuanto a las asistencias a la conducción y de seguridad, apenas encontramos control de tracción, ABS, ESP, control de crucero, asistente de arranque en cuesta y sensores de aparcamiento.
Equipamiento y precio
El Abarth 595 incluye el aire acondicionado, sistema multimedia con pantalla táctil de 7 pulgadas, Apple CarPlay, Android Auto, radio DAB, USB, llantas de aleación de 17 pulgadas, volante multifunción en piel, luces diurnas por LEDs, faros antiniebla, selector de modos de conducción, escape doble con salidas en acero, pedales de aluminio…
En opción se puede añadir el Pack Turismo. Este suma detalles decorativos como los espejos cromados, las llantas Turismo de aleación de 17 pulgadas, el emblema especial de la carrocería o el tapizado en piel de color marrón o negro con los asientos delanteros deportivos. Por su parte, el Pack Tech suma navegador y climatizador.
En cuanto al Abarth 695, posee detalles en alcántara, asientos Sabelt deportivos con carcasa en gris mate, escape Record Monza, manetas de puertas cromadas, detalles en color «Tar Cold Grey», volante en alcántara y fibra de carbono, pomo de la palanca de cambios en aluminio…
Para esta versión, además del Pack Turismo, está disponible el Pack Competizione algo más “radical”. En él se incluyen elementos como los asientos deportivos con la carcasa posterior en carbono, llantas de diseño exclusivo en 17 pulgadas, costuras a contraste en rojo y escape Record Monza Sovrapposto, entre otros elementos.
El precio del Abarth 595 es de 30.392 € sin descuentos ni promociones. La versión cabrio asciende a 33.500€ . Sin embargo, con las promociones hablamos de 25.620 € y 28.282 €, respectivamente. Los mismo ocurre con los Abarth 695 y 695C, cuyos precios de 34.900 € y 36.800 €, bajan respectivamente a 29.493 € y 31.136 € con los descuentos de marca.
Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
8
Notable+
El Abarth 695C es, como todos sus hermanos de gama, un coche ideal para divertirse. Puede que en un primer momento no te parezca un buen coche en muchos aspectos ni le encuentres el más mínimo sentido, pero bastan unos pocos kilómetros con él para que tu visión sobre este coche cambie por completo. Es de las pocas alternativas que existen para divertirse, sobre todo por el precio que tiene.
Lo bueno
- El toque macarrilla del exterior le sienta de maravilla al diseño atemporal de 695C.
- El techo de lona le aporta versatilidad al conjunto y lo hace distinto al resto.
- Detalles únicos en el interior, como los bacquets o el pomo de la palanca de cambios.
- Por el precio que tiene, no hay mejor opción si lo que buscas es divertirte.
- Potencia, prestaciones y sonido más que suficientes para disfrutar de sus amplias posibilidades.
- Tacto de conducción y de la caja de cambios sublimes. Precisión y eficacia son sus adjetivos.
- No es perfecto, pero es excepcional.
Lo mejorable
- El techo de lona empeora la insonorización.
- El interior es sencillo en materiales y las pantallas meramente correctas.
- Las plazas traseras y el maletero son pequeños.
- La postura de conducción, el confort de los asientos y la ergonomía en general son muy mejorables. Si buscas confort alguno, olvídate.
- Los consumos son elevados y sensibles a los cambios de ritmo. No hay Start/Stop.
- Es un auténtico capricho que carece de todo sentido más allá de la diversión.
- Pocas asistencias a la conducción y de seguridad. Solo las necesarias.
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