El Audi TT destaca desde hace 20 años por su concepción vanguardista y deportiva. Pese a ello, no renuncia a una polivalencia relativa capaz de hacer que el modelo pueda conducirse cómodamente a diario. Por desgracia, no le queda mucho en el mercado, así que hemos aprovechado para probar el Audi TT Coupé 45 TFSI Tourist Trophy.
El Audi TT se irá para regresar como «algo diferente». Esta edición especial solo está disponible para el TT Coupé. Puedes elegirlo en las versiones 40 TFSI S tronic y 45 TFSI quattro S tronic. Cuenta con un equipamiento muy interesante y, junto al TT RS Coupé, es la única alternativa disponible ya en la gama. Ya no se fabrica el TT Roadster.
Recordemos que la tercera generación del TT llegó con un diseño depurado y un completo arsenal tecnológico. Estamos ante un TT más ligero, potente y eficiente capaz de plantar cara a rivales como los Toyota Supra, BMW Z4, Alpine A110 y Porsche 718 Cayman. Cabe destacar que es de los más asequibles de entre sus alternativas.
No es de extrañar, ya que en su día el TT marcó el inicio de una nueva era dentro de los deportivos “asequibles”. Como sabrás, el TT rinde homenaje a la mítica carrera de motocicletas que se disputa en la Isla de Man. En este caso, un doble homenaje, ya que las siglas TT también hacen referencia al Tourist Trophy.
Diseño exterior
Como buen icono que es, las líneas del Audi TT continúan con el estilo que la marca de los cuatro aros inició con la primera generación (1998). Eso sí, debidamente evolucionadas. La tercera generación sustituye las curvas por unas líneas mucho más horizontales. Ofrece un carácter más serio, frío y concentrado en la carretera.
En el TT tampoco faltan los sugerentes y característicos detalles de las versiones más picantes de los chicos de Ingolstadt. Sin ir más lejos, en el frontal vemos la parrilla Singleframe hexagonal en negro. En su extremo izquierdo nos encontramos con el logo quattro, solo opresente en los 45 TFSI y TT RS. El logo se ubica ahora en el capó.
Cabe destacar que, en el Tourist Trophy, el paquete de detalles en negro y el exterior S line son de serie.
Las superficies de formas tridimensionales unen la parrilla y los faros. El diseño del frontal en forma de V parece separar el centro y los exteriores del diseño. Mientras que en el interior de la V nos topamos con la mencionada parrilla, en el exterior nos encontramos con los nuevos faros que aportan un mayor carácter al modelo.
Los faros son Matrix LED de serie en el Tourist Trophy y resultan realmente buenos en la oscuridad. Ofrecen intermitentes dinámicos y controlan la luz larga de forma inteligente y con una gran adaptabilidad. Bajo los mismos se ubican los lavafaros. En las esquinas inferiores tenemos unas angulosas entradas de aire de mayor tamaño.
Las líneas del frontal se trasladan a través del vehículo gracias a la curvatura del capó y la luna delantera. Los clientes únicamente pueden elegir entre tres colores metalizados: rojo tango, gris cronos o blanco glaciar. Este último es el que vemos en este ejemplar. Las llantas de serie son de 19 pulgadas. En opción pueden ser de 20”.
Los abultados y musculosos pasos de rueda de esta unidad se rellenan precisamente con ellas. Montan unos recomendables neumáticos Pirelli P Zero en dimensiones 255/30 ZR20 92Y. El único inconveniente es el bajo perfil al pasar por tramos peor asfaltados; así como un ruido de rodadura algo más elevado en autopista.
En dimensiones, se mantiene en 4.19 metros de longitud, 1.83 metros de ancho y 1.38 metros de alto. La batalla se sitúa en 2.505 milímetros. Tiene unos anchos de vía de 1.564 mm en el eje delantero y 1.543 mm en el trasero. Los nuevos apéndices aerodinámicos le permiten reducir su coeficiente aerodinámico a un Cx de 0,31.
Desde el pilar A hacia la parte trasera, el modelo se asemeja a una gota de agua. El arco del techo no ha abandonado el diseño curvo de la primera generación. El pliegue que nace en la esquina superior de los faros delanteros fluye a través de la carrocería y muere en la trasera, a la altura de los faros. Es un TT desde el primer vistazo…
El diseño del lateral es muy limpio, lo que contrasta con el cerco de los pasos de rueda y el faldón lateral.
En la trasera nos topamos con un diseño también en forma de V. Forma parte de la tapa del maletero que, además, cuenta con un alerón fijo en color negro. En el filo de la tapa del maletero, Audi nos ha sorprendido con una alargada luz de freno que visualmente une los dos faros traseros en tecnología LED.
La parte inferior de la trasera monta un imponente difusor con dos tubos de escape redondos que recuerdan al primer TT. Tampoco pasan desapercibidos el paragolpes de musculosas formas y los dos embellecedores a media altura que incrementan la sensación de anchura del modelo, asentándolo sobre el asfalto.
Sobre el techo vemos una antena de tipo aleta de tiburón. Destaca en el lateral derecho la tapa del depósito, situada en la zona de cintura derecha y realizada en el diseño característico. Lleva grabada la inscripción TT y se abre presionando sobre ella, algo que ya es típico del modelo.
Diseño interior
En el interior del TT Tourist Trophy encontramos de serie asientos deportivos plus tapizados en Alcantara y cuero con costuras en contraste. Ofrecen gran agarre, ajuste lumbar y extensión de la banqueta. Se suman un volante forrado en Alcantara con marca a las 12h e inserciones de aluminio en gris pizarra en la consola y las puertas.
Vemos un delgado salpicadero de líneas limpias y marcadas. Predominan el minimalismo y la simplicidad. Adicionalmente, hay cuero en los apoyabrazos, la consola central, el revestimiento del módulo del volante y la cubierta del cuadro de instrumento. Esto aporta una elevadísima sensación de calidad al interior.
En la parte central del salpicadero tenemos tres de las cinco entradas de aire. Estas integran las funciones de climatización. La parte central incorpora un display monocromo que funciona como los mandos del climatizador. Alberga los reguladores, la recirculación de aire, la distribución y la potencia del flujo de aire.
No solo podemos decir que queda realmente elegante, sino que además se trata de una función de diseño que ahorra espacio y amplía la sensación de calidad en el interior del TT. Debajo de los tres difusores de aire centrales se encuentran los interruptores de los intermitentes de emergencia y de otras funciones.
Me encantaría seguir con la descripción, pero la consola central acaba aquí. El túnel central, que se encuentra revestido de cuero, se presenta como un cuerpo independiente sin conexión visual con el salpicadero. En primer lugar, encontraremos un hueco portaobjetos con tapa que alberga las tomas USB.
A continuación, tenemos el botón de arranque y los mandos de la radio; seguidos de la palanca del cambio automático S tronic de siete velocidades. Tras la palanca, nos topamos con el intuitivo terminal de manejo MMI y el freno de estacionamiento eléctrico.
El túnel central queda rematado por un posavasos, inserciones decorativas y un reposabrazos ajustable bajo el que se esconde una pequeña guantera. Las manos se posan en un deportivo volante forrado en cuero con la corona achatada en su parte inferior. Casi todas las funciones se pueden manejar a través del volante.
Tras él encontramos el Audi Virtual Cockpit con navegación. Recordemos que el TT fue el primer modelo de la firma de los cuatro aros en incorporarlo. En la gran pantalla TFT de 12,3 pulgadas, el conductor puede elegir entre tres modos diferentes. En segundo plano trabaja un microprocesador de la empresa colaboradora Nvidia.
Este cuadro de instrumentos digital es una pasada de equipo que destaca por su rapidez, su claridad y su calidad. Presenta toda la información de un modo completo, atractivo y versátil. Eso sí, ya le van pesando los años respecto a los sistemas más actuales introducidos en los últimos modelos de la gama.
Por otra parte, el paquete portaobjetos resulta muy práctico en un vehículo como este. Añade cajones bajo los asientos delanteros, red sujetaequipajes en el maletero, en la parte posterior de los asientos delanteros y en el reposapiés del acompañante; así como una toma de 12 voltios en el maletero.
En términos de habitabilidad, el Audi TT es un coupé de 2+2 plazas. Delante el espacio es abundante. Suma dos medias plazas traseras que pueden ser utilizadas por niños, pero no por adultos. La altura queda bastante justa por la caída del techo. Además, el acceso a la parte posterior es complejo por el arco del techo y por la caída.
Es más, la marca avisa de que hay que dejar 2,5 cm hasta el techo en las plazas traseras para evitar lesiones graves en caso de accidente. El maletero cubica 305 litros. Al abatir los respaldos traseros divididos el volumen se amplía hasta los 712 litros. La altura de carga está alta, pues queda situada a 810 mm del suelo.
El maletero tiene unas formas muy regulares. Se puede equipar una red para que no se mueva el equipaje a la hora de afrontar curvas; mientras que bajo el piso encontramos un hueco compartimentado para meter el kit antipinchazos y las herramientas. Es ahí donde encontramos también la batería.
Motorización Audi TT Coupé 45 TFSI
La gama del Audi TT se ha quedado solo con dos mejorados bloques de gasolina más eficientes y prestacionales. El punto de acceso es el 40 TFSI con motor de 1.8 litros, que desarrolla 197 CV, en lugar de los 180 CV del anterior. Se comercializa con caja de doble embrague S-Tronic únicamente.
En cuanto al 45 TFSI, es la opción más prestacional, con permiso del TT RS (400 CV). Equipa el bloque 2.0 TFSI de 245 CV en combinación con una caja de cambios de doble embrague S-Tronic. La tracción total a las cuatro ruedas quattro es ahora de serie. Esta es la motorización elegida para nuestra prueba de hoy.
Personalmente, la considero la opción más equilibrada e interesante por la relación prestaciones-consumos. Equipa un bloque de hierro y aluminio con dos árboles de levas en la culata, turbo, inyección directa e intercooler. Con 1.984 cm3 y cuatro válvulas, desarrolla una potencia de 245 CV (180 kW) entre 5.000 y 6.500 rpm.
Va asociado a un par máximo de 370 Nm desde solo 1.600 vueltas, lo que le permite empujar enérgicamente en un amplio rango de revoluciones y desde muy abajo. Sin embargo, la verdadera explosión de sensaciones comienza en torno a las 3.000 rpm. Acompaña cada aceleración de un bonito sonido que se mantiene discreto.
Se trata del TT más potente de la gama antes de dar el salto a las versiones deportivas. Con sus cifras de potencia, es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 5.1 segundos, y de recuperar de 80 a 120 km/h en torno a los 3.7 segundos. Alcanza una velocidad máxima de 250 km/h. Para muchos usuarios, son números más que perfectos.
Es una mecánica silenciosa cuando no le damos caña, pensada para circular incluso en circuito, con gran relación potencia-consumos.
Pero si hay algo bueno que tiene el Audi TT es que también es un coche que nos permite circular muy tranquilos. En autopista, en 7ª velocidad y a 120 km/h, el motor gira a apenas 2.000 rpm y destaca el ‘modo vela’. Se activa cuando no aceleras con el modo efficiency activado y contribuye a bajar el consumo.
La marca homologa un consumo combinado de 7.8 litros a los 100 kilómetros. Durante la prueba, el consumo medio se detuvo en los 8,1 litros. Ascendió aproximadamente a los 9,5 litros en ciudad y bajó hasta los 7,3 litros en carretera. El depósito de combustible tiene una capacidad de 45 litros.
Respecto al cambio S-tronic de siete velocidades, es el que ya conocemos en otros modelos. Sigue resultando algo brusco en ciertas maniobras a baja velocidad, pero tanto en conducción normal como deportiva cumple con nota. Destaca en suavidad y, sobre todo, en rapidez. En una conducción tranquila, sube de marcha en torno a 2.000 rpm.
Si queremos un plus de deportividad siempre podremos jugar con las levas o con el modo secuencial de la palanca de cambios. Con ello obtenemos unas reacciones mucho más inmediatas y gratificantes. Es de serie la regulación adaptativa del tren de rodaje con varios modos de ajuste: efficiency, comfort, auto, dynamic e individual.
Cabe destacar que, a la hora de necesitar algo más de potencia en momentos puntuales, no es necesario darle las órdenes al acelerador con algo de tiempo para que transmisión y motor reaccionen con la energía que cabría esperar de un conjunto como este. Es muy resolutivo, salvo que hundamos el pie a fondo y tenga que saltar varias marchas.
Version | 45 TFSI S tronic quattro - 4 cilindros en línea |
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Cilindrada | 1.984 cm³ |
Potencia | 245 CV (180 kW) @ 5.000 - 6.500 rpm |
Par | 370 Nm @ 1.600 - 4.300 rpm |
Peso | 1.460 kilogramos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.191 / 1.832 / 1.376 mm |
Volumen Maletero | 305 (712) litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 5,1 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 3,7 segundos |
Velocidad máxima | 250 km/h |
Consumo homologado | 7,8 / 11,6 - 7,8 - 6,6 - 7,3 l/100 km (Comb. / vel. baja - media - alta - muy alta) |
Emisiones CO2 por km | 176 g/km de CO₂ (Euro 6) |
Pegatina de la DGT | C |
Precio de partida | 66.060 euros (este motor y acabado sin descuentos ni extras) |
Comportamiento Audi TT Coupé 45 TFSI
Desde el puesto de conducción del Audi TT la vida se ve de otro color. La puesta a punto es única. Este deportivo parece ir sobre raíles incluso cuando circulamos a ritmo elevado. Si bien rivales como un Porsche 718 Cayman van más finos a la hora de trazar curvas lentas, lo cierto es que no se le pueden poner pegas en dinamismo al modelo.
Gracias a la combinación de motor, chasis, transmisión y tracción quattro, todo funciona a la perfección. Quizás demasiado para aquellos a los que les gusta que el coche castigue sus errores. Por el contrario, aquellos que quieran un coche para llevar al límite con la máxima sensación de control, no quedarán decepcionados.
En términos de rendimiento, los ingenieros de Ingolstadt han trabajado duro para conseguir que la dirección y la suspensión trasera de cuatro brazos sean dinámicas y precisas. Todo ello sin comprometer el confort. Encontramos ya de serie la suspensión deportiva S line, que rebaja en 10 mm la altura del vehículo.
Esta suspensión es bastante firme, resultando algo incómoda sobre tramos en peor estado o al pasar resaltos. Es una pena que ya no se ofrezca en opción la suspensión adaptativa regulable en tres modos. Por su parte, la dirección se siente muy progresiva, con una relación que se hace más directa según se incrementa el giro.
Aporta también un feedback que no admite pegas. Es en curvas lentas donde el conjunto peca sensiblemente a causa de una ligera tendencia al subviraje. En todo caso, hay que circular muy rápido para apreciarlo. En este sentido, un 718 nos da un poco más de juego. El Porsche, en cambio, se siente más ágil.
Abre menos la trayectoria y permite que el eje trasero deslice sutilmente para colocarnos donde debe. En ambos casos, las reacciones son muy rápidas y seguras, pero el TT se muestra menos revoltoso por lo general. Cosa contraria ocurre con el BMW Z4 o el Toyota Supra, más difíciles de domar en estas situaciones.
En ciudad, es un coche totalmente manejable en el día a día. Cabe señalar que la visibilidad hacia detrás es algo limitada a la hora de aparcar. El tamaño de la luna y el alerón trasero fijo no ayudan. Eso sí, resulta muy buena para saber qué ocurre tras el vehículo. El diámetro de giro entre paredes es de 11 metros.
Respecto al sistema de frenos, este resulta eficaz y fácil de dosificar. Recurre a unos discos ventilados en el eje delantero y macizos en el trasero. Son más que suficientes para el uso que la gran mayoría de propietarios le va a dar al modelo. Aquellos a los que les gusta ir un poco más a fuego pueden notar cierta fatiga tras un uso intenso.
Por último y, en materia de asistencias a la conducción y de seguridad, el Audi TT equipa de serie asistente de aparcamiento, cámara trasera, sensores de aparcamiento, control de crucero, reconocimiento de señales con aviso, asistente de carril y sistema de control del ángulo muerto. Se queda algo atrás respecto a modelos más actuales.
Equipamiento y precio
El Audi TT Tourist Trophy cuenta con un equipamiento muy completo, en el que apenas quedan lugar a las opciones. Destacan los detalles de diseño que le otorgan una apariencia especialmente deportiva. Por ejemplo, las llantas Audi Sport, los detalles en negro como el alerón o las colas de escape; las pinzas de freno en rojo…
Son también de serie los faros Audi Matrix LED, el paquete deportivo S line, el paquete óptico negro plus, los asientos deportivos plus, las inserciones interiores de aluminio, el Audi virtual cockpit, la cámara de visión trasera, el Audi sound system, Audi Smartphone interface, el control de crucero y el Audi parking system plus.
La suspensión S line es de serie. Se puede completar opcionalmente con el Audi MMI Navegación plus o con las llantas Audi Sport de 20 pulgadas, entre otros. El precio sin descuentos ni promociones del Audi TT Coupé Tourist Trophy es de 57.020 euros para el 40 TFSI S tronic. El 45 TFSI quattro S tronic parte de los 66.060 euros.
Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
8.2
Notable+
El Audi TT Coupé es una de las pocas propuestas que quedan en la actualidad con 2+2 plazas, precio inferior a 100.000 euros y una configuración decididamente dinámica. El TT más deportivo de la historia destaca por un comportamiento dinámico extraordinario que no renuncia a la tecnología, al confort y a los buenos acabados. No es asequible, pero sí divertido.
Lo bueno
- Estética más deportiva que nunca, con detalles de lo más llamativo.
- Comportamiento dinámico fuera de serie gracias a la puesta a punto de chasis, dirección, tracción quattro, motor y transmisión.
- Confort del modelo a pesar de ser un deportivo, con un nivel de acabados elevado.
- Equipamiento de lo más completo, sin apenas opcionales.
- Cierta polivalencia de la configuración 2+2 con posibilidad de abatimiento y espacio de maletero total.
- Una motorización que ofrece grandes prestaciones sin renunciar a cierta eficiencia.
Lo mejorable
- El precio lo aleja de lo que en un principio fue, ya no es tan asequible como antes. Pese a ello es más barato que muchas alternativas.
- Le pesan los años en algunos aspectos, como la tecnología y los asistentes de conducción.
- Las levas no deberían ser de plástico y de un tamaño tan pequeño en un vehículo de estas características.
- La cámara de marcha atrás en la instrumentación no es muy cómoda.
- Con la suspensión S line de serie puede resultar algo seco en tramos peor asfaltados o con resaltos.
- Cuando circulamos a ritmo elevado en tramos de curvas lentas se siente demasiado limitado por la tracción quattro, denotando cierto subviraje. Si la tracción permitiera un leve deslizamiento del eje trasero sería ideal.