Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
9
Sobresaliente
La cuarta generación del BMW X5 presume de una elevada carga tecnológica, una calidad de realización soberbia y muchas posibilidades de equipamiento. En su primera etapa comercial la oferta era algo reducida, pero con el paso del tiempo se han ido sumando nuevas alternativas, siendo la híbrida xDrive45e una de las más apetecibles por eficiencia y este brutal X5 M Competition uno de los más deseados por prestaciones y rendimiento.
La cuarta generación del patriarca de la familia X inició en 2019 un nuevo capítulo en la exitosa historia del Sports Activity Vehicle (SAV) fundador del segmento, del cual se han vendido ya más de 2,2 millones de unidades hasta la fecha. Más grande, equipado y avanzado, el nuevo BMW X5 supone un salto muy grande en los aspectos más importantes.
No hay que olvidar que los crossover y SUV suponen ya un tercio de las ventas para BMW y en ciertos países esa cuota se eleva mucho más, por lo que no es de extrañar que en el X5 la firma bávara haya puesto toda la carne en el asador para dejar atrás al mismísimo Serie 7, especialmente en las poderosas versiones ‘M’. Se produce en la planta de BMW en Spartanburg (EE.UU.).
Basta con echar un vistazo al configurador en línea de la marca para darse cuenta de que la gama de vehículos de alto rendimiento de BMW no para de expandirse. En el extremo superior de la gama podremos encontrar los X5 M y X6 M, con sus respectivas versiones Competition que añaden al conjunto dosis extra de potencia y un acabado más radical si cabe.
Si se trata de hablar de rivales para el BMW X5 M Competition, hemos de poner el ojo en modelos como el Audi RS Q8, el Jeep Grand Cherokee 6.2 Trackhawk, el Mercedes-AMG GLE 63 S 4MATIC+, el Porsche Cayenne Turbo S E-Hybrid o el Lamborghini Urus. Entre ellos, el X5 M Competition tiene un precio intermedio, en línea con lo que ofrecen Audi y Mercedes-AMG.
Diseño exterior
A nivel estético, el BMW X5 M presume de un aspecto extrovertido que rebosa autoridad. Amplias tomas de aire, branquias M en las aletas delanteras, retrovisores aerodinámicamente optimizados, alerón trasero, faldón trasero con difusor y dos parejas de tubos de escape conforman la plataforma técnica necesaria para ofrecer un rendimiento sobresaliente.
En el frontal destaca una gran parrilla envolvente y de una sola pieza que luce un acabado negro en la versión Competition, con el emblema ‘X5 M’. El control activo de la rejilla abre las partes internas de los riñones y las entradas inferiores de aire cuando se necesita enfriar más; de lo contrario, las mantiene cerradas para optimizar la aerodinámica.
Junto con el ‘Air Curtain’ y el alerón delantero, el ‘Air Breather’ produce una reducción significativa de las turbulencias de aire en las ruedas, así como una canalización dirigida del flujo del viento. La enorme parrilla se ve escoltada en sus extremos por los faros BMW Laserlight, que son opcionales y ofrecen una iluminación sensacional hasta 500 metros.
Las líneas del capó quedan bien marcadas y dan paso a una generosa luna delantera que ofrece excelente visibilidad.
Las funciones de los faros láser también incluyen iluminación adaptativa y asistente para luz de carretera. En el tercio inferior vemos tres nuevas entradas de aire, dando cobijo la central al radar de los asistentes de conducción. Se enmarcan en un embellecedor negro. En la versión Competition, todos los detalles en cromado del BMW X5 M pasan a ser negros.
Visto de perfil ha ganado en empaque. El alargado capó y los marcados pasos de rueda le otorgan una vista más dura y musculosa. Presenta una generosa superficie acristalada –con cristales acústicos opcionales y lunas posteriores tintadas- y no falta la mencionada salida de aire de la marca en la aleta delantera, donde nuevamente descansa el emblema ‘X5 M’.
Llenan los pasos de rueda unas tremendas llantas de aleación de 21 pulgadas en el eje delantero y de 22 pulgadas en el trasero, calzadas con neumáticos Michelin Pilot Sport 4 S en dimensiones 295/35 ZR 21 107Y delante y 315/30 ZR22 107Y detrás. Estos neumáticos ofrecen un gran prácticamente infinito, aunque su reducido perfil repercute en la comodidad.
La superficie de las puertas queda completamente limpia de ornamentaciones, con apertura y cierre sin llave. En este caso los espejos retrovisores lucen una carcasa de fibra de carbono e integran los intermitentes, mientras que una llamativa línea de carácter rematada con una línea de techo dinámica le proporciona al X5 M robustez y dinamismo a partes iguales.
Los frenos M van a juego con la carrocería en este caso gracias a las pinzas azules.
El modelo es significativamente más grande que su predecesor: la longitud aumenta en 36 mm hasta 4.94 metros; el ancho en 66 mm, para llegar a los 2.01 metros; y la altura en 19 mm, hasta 1.75 metros. La distancia entre ejes crece 42 mm, llegando a los 2.972 mm. Los anchos de vía delantero y trasero alcanzan los 1.699 y 1.688 mm, respectivamente, con un Cx de 0,31.
En la zaga destacan unas ópticas traseras alargadas de diseño tridimensional que llevan tecnología LED. El portón eléctrico de generosas dimensiones que se abre en dos partes, los detalles deportivos como la cuádruple salida de escape (100 mm de diámetro) y el prominente paragolpes con difusor integrado son otras de las señas de identidad de esta vista.
Llaman especialmente la atención elementos como el marcado spoiler superior y los aletines en negro. Tampoco falta tira de sensores de aparcamiento posteriores y el Parking Assistant Plus con Surround View con Top View, Remote 3D View, PDC y sistema de aparcamiento semiautónomo opcionales. Se ofrece la visión nocturna con reconocimiento de peatones.
Vista desde arriba, esta unidad de pruebas cuenta con una antena de tipo aleta de tiburón, carriles longitudinales para la baca -que se ofrecen en negro o en aluminio- y un techo panorámico de cristal Sky Lounge que integra iluminación LED. Hay otro sin iluminación, también panorámico y de apertura eléctrica.
También podemos sustituir los cromados del borde de las ventanas aluminio satinado. Igualmente, está disponible el cierre automático de puertas (SCA). Hay disponibles 11 colores para la carrocería entre los que podemos encontrar tonos más bien clásicos y diversos acabados. En este caso tenemos un Azul Marina Bay metalizado que le da un aspecto único.
Diseño interior
Si pasamos al interior, la calidad de los acabados, el tacto de los controles y el remate de los ajustes es de primera, de lo mejor que encontramos en el segmento. No hay crujidos, no hay vibraciones y todo funciona como la seda, pues la calidad de realización es excelente, haciendo uso de materiales acolchados muy agradables y unos ajustes impecables.
Hay detalles de calidad como el salpicadero de cuero o la llamativa iluminación interior, situándose en calidad y confort por encima de referentes como el Audi RS Q8. Se ofrecen ocho opciones de tapicería y cinco tipos de molduras. El volante añade dos botones rojos para las configuraciones personalizables ‘M1’ y ‘M2’ y puede ser calefactado.
Tras el volante encontramos el cuadro de instrumentos digital de BMW (BMW Operating System 7.0). Con un diseño uniforme y personalizable, se complementa con la pantalla de control de 12,3 pulgadas de la consola central, que permite visualizar el contenido en tiempo real en hasta diez páginas del menú principal libremente configurables.
Me ha parecido curioso que la base de la guantera de las puertas no esté forrada en un modelo de esta categoría.
El conjunto es realmente intuitivo y sencillo de manejar. Además, el cliente tiene la opción de controlador todo mediante el mando del iDrive, el control táctil, el control de voz y el control mediante gestos, aunque es cierto que el MBUX de Mercedes está un escalón por encima. Tampoco falta de serie un Head-Up Display claramente estructurado en el parabrisas.
El Apple CarPlay es de serie. El control del climatizador de cuatro zonas -de serie en este modelo- destaca por el atractivo display para la temperatura, un detalle de alto valor. Como veis, toda esta superficie se ha rediseñado, al igual que las salidas de ventilación, y bajo las mismas encontramos algunos controles del sistema de información y entretenimiento.
Algo más abajo encontramos un hueco portaobjetos cubierto donde se ubican dos posavasos que pueden ser climatizados (entre 3 y 55 grados), una toma de 12V, el cargador inductivo del smartphone y una toma USB. Me ha llamado la atención que esta es la única toma USB convencional que hay, el resto son USB-C, como ocurre en los últimos Mercedes.
La consola central queda rematada por el iDrive, la palanca de cambios M, el selector de modos de conducción, el de ajustes del chasis y el motor, el Auto Hold, el freno de mano eléctrico, algunas funcionalidades de los asistentes de conducción y el botón de encendido del motor, que en este caso es de color rojo.
La consola central acaba en un cómodo reposabrazos fijo que esconde en su interior una guantera de aceptable tamaño. Es calefactable si equipamos el paquete de confort de temperatura delantero. Para los asientos traseros también se ofrece calefacción. Cabe también destacar que el techo puede ser de color anthrazit o revestirse en Alcantara.
Los asientos deportivos delanteros son excelentes en mullido y agarre, contando con ajustes eléctricos para absolutamente todas las funciones (el ajuste del volante también es eléctrico). Las funciones de masaje, la memoria, el soporte lumbar, la calefacción o la ventilación nos ayudan a encontrar la temperatura, la posición y la inclinación ideal para cada cuerpo.
El acceso a las plazas traseras es bueno, pero el grado de apertura de las puertas puede mejorarse.
Las dimensiones exteriores curiosamente no se traducen en mayor espacio interior. Ofrece buenas cotas en las plazas traseras, donde tres adultos pueden viajar cómodos incluso en distancias medias y largas, pero no varían respecto a su predecesor. La pega es que el túnel de transmisión no es muy prominente, pero las salidas de ventilación posteriores sí.
No se ofrece la tercera fila de asientos ni pueden ajustarse los cinturones ‘M’.
Igualmente, el mullido de dicha plaza central es algo más duro a causa del reposabrazos. En la segunda fila podemos equipar entretenimiento Professional y persianas para las ventanillas con plegado y desplegado mecánico. Por otra parte, es destacable la buena insonorización interior con los cristales acústicos que hemos mencionado anteriormente.
Respecto al maletero, este cubica un total de 650 litros, ampliables a 1.870 litros al abatir los asientos -40:20:40-, quedando el suelo plano. Cuenta con unas formas muy regulares y un doble fondo generoso que cuenta con soportes para albergar pequeñas herramientas, una rueda de repuesto de emergencia opcional y la cortinilla de plegado y ajuste automático.
En el piso del maletero equipa carriles antideslizantes hinchables para evitar el excesivo deslizamiento del equipaje. El portón se abre en dos partes de accionamiento eléctrico, lo que resulta muy práctico en aquellas ocasiones en las que vamos a transportar objetos livianos o poco voluminosos. El borde de carga se sitúa a 750 mm de altura al suelo.
Motorización
Sin duda alguna, uno de los puntos fuertes del BMW X5 M Competition se esconde en el vano motor. Hablamos del poderoso bloque V8 de 4.4 litros con tecnología M TwinPower Turbo (código interno S63), colector de escape con flujo cruzado, inyección directa con mayor presión y sistemas de refrigeración y lubricación diseñados para conducir al límite en circuito.
Como ya sabrás, este motor de alto régimen ofrece una potencia excepcional de 625 CV (460 kW) a 6.000 rpm, así como un extraordinario par máximo de 750 Nm disponibles desde solo 1.800 rpm y hasta las 5.800 rpm. Es elástico e insaciable, con un apetito frenético para subir de vueltas y una entrega constante de potencia en una banda de revoluciones realmente amplia.
La respuesta al acelerador es inmediata y sobra decir que es capaz de pegarnos con fuerza al asiento a cualquier régimen y en cualquier circunstancia. Es… uno de esos coches capaces de ponerte los pelos de punta en cada aceleración (especialmente al ser tan alto), pero entregando la potencia de forma progresiva, de menos a más, no de manera violenta.
Es más, podemos ajustar la velocidad de respuesta del motor, del acelerador, de la transmisión e incluso de los frenos con el selector ubicado junto a la palanca de cambios, que nos permite elegir entre Comfort, Sport o Sport Plus, aunque ya os adelanto que el resultado obtenido en el primero de ellos es más que suficiente para cumplir todas tus expectativas.
En cifras, hablamos de un SUV deportivo capaz de catapultarnos hasta los 100 km/h en solo 3.8 segundos cuando activamos la función Launch Control y hasta los 200 km/h en 13.5 segundos, con una recuperación de 80-120 km/h en apenas 2.1 segundos y una velocidad máxima limitada a 250 km/h. Podemos aumentarla a 305 km/h con el M Driver’s Package.
Los ingenieros han aplicado una serie de mejoras para dotar al V8 con estas extraordinarias capacidades de rendimiento. Una tecnología de turbocompresión de nuevo desarrollo y una mayor presión de inyección máxima de 350 bar permiten unos tiempos de inyección más cortos y una mejor atomización del combustible para lograr una respuesta más aguda del motor, así como una preparación más eficiente de la mezcla.
También se han mejorado los sistemas de lubricación y refrigeración, ya que se ha incluido un cárter de aceite con un pequeño depósito delantero y un sistema de refrigeración de aire por carga indirecta. El sistema de suministro de aceite utiliza una bomba de control por mapa totalmente variable y ha sido diseñado para su uso en circuito, donde se pueden generar niveles muy altos de aceleración longitudinal y lateral.
Pero todo ello no sería tan bonito sin una melodía acorde a las prestaciones. En el X5 M Competition se le han realizado modificaciones al colector de gases de escape con dos filas de cilindros y se han instalado silenciadores de alta capacidad. Además, su sonido está controlado por aletas electrónicas y varía dependiendo del modo seleccionado.
En autopista el motor gira a apenas 1.700 vueltas cuando circulamos a 120 km/h en octava velocidad, lo que ayuda a contener los consumos.
Con el botón M Sound Control, también ubicado junto a la palanca de cambios, podemos atenuar el sonido, aunque en conjunto he de decir que este aspecto me ha decepcionado un poco. Si bien suena más que el resto de BMW X5, su sonoridad me ha parecido mucho más comedida que la de los RS de Audi o los AMG de Mercedes-Benz.
Esto puede ser un arma de doble filo. Es estupendo si buscas discreción, pero no mola tanto si quieres escuchar como Dios manda la melodía del poderoso motor. Además, con el M Sound Control activo, se genera un sonido artificial que se escucha por los altavoces y, aunque está muy bien logrado, no es el sonido limpio del potente motor que llevamos.
Otro aspecto que probablemente no te guste tanto serán los consumos, aunque son mejores de lo que esperaba. La marca homologa 12,9 l/100 km de consumo combinado en ciclo WLTP, aunque en una conducción real no te será difícil rondar los 18 litros en ciudad y los 11 litros en carretera, con una media de 14,7 litros a los 100 km tras una semana de prueba.
El depósito de combustible tiene una capacidad de 83 litros, lo que garantiza una autonomía respetable.
Lo que me ha gustado mucho es el cambio M Steptronic de ocho velocidades con Drivelogic, enfocado estrictamente a ofrecer el máximo rendimiento deportivo. La posibilidad de realizar cambios increíblemente cortos y suaves, así como el espaciamiento óptimo de las relaciones, son capaces de lograr la felicidad incluso del conductor más exigente.
Además, el amplio rango de relaciones permitidas por el sistema también ayuda a optimizar la eficiencia del combustible y, en una conducción tranquila, el motor sube de marcha en el entorno de las 1.800 rpm, siempre con una suavidad impecable, ya sea en posición D, empleando las levas o con el modo secuencial de la palanca de cambios.
El embrague de convertidor de par está ya completamente acoplado una vez que el automóvil acelera de nuevo.
Por su parte, la nueva palanca de cambio acortada situada en la consola central requiere de un período de adaptación respecto a la que encontramos en el resto de la gama BMW, aunque a mi parecer es más intuitiva y segura por los movimientos que requiere para seleccionar cada posición. Si nos posicionamos en el modo ‘S’, realmente estaremos seleccionando el secuencial.
Hablamos de una transmisión bastante permisiva, ya que cuando el vehículo alcanza el corte de inyección -a 7.200 rpm-, no se realizan cambios automáticos. Un sistema de refrigeración de la caja de cambios por aceite garantiza unos cambios impecables cuando el vehículo alcanza su ritmo en el circuito.
La configuración de la transmisión también se puede modificar usando el interruptor Drivelogic situado en la palanca de cambio. Encontramos tres modos:
- El modo Drivelogic 1 corresponde a una conducción eficiente.
- El modo Drivelogic 2 se presta a la conducción rápida con unos tiempos de cambio acortados.
- El modo Drivelogic 3 está optimizado para la conducción deportiva en el circuito gracias a sus tiempos de cambio extremadamente cortos.
Ficha técnica
Version | X5 M - 8 cilindros en V |
---|---|
Cilindrada | 4.395 cm³ |
Potencia | 625 CV (460 kW) @ 6.000 |
Par | 750 Nm @ 1.800 - 5.800 rpm |
Peso | 2.385 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.938 / 2.015 / 1.747 mm |
Volumen Maletero | 650 (1870) litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 3,8 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 2,1 segundos |
Velocidad máxima | 250 km/h (290 km/h con Paquete M Driver) |
Consumo homologado | 12,9 l/100 km en ciclo combinado |
Emisiones CO2 por km | 292 g/km de CO₂ (Euro 6d-TEMP) |
Precio de partida | 164.600 euros (este motor sin descuentos ni extras) |
Comportamiento
EL BMW X5 M es un coche al que debes tener respeto desde el primer minuto, ya que al igual que ocurre en muchos otros modelos de BMW M, debes ser consciente de que no vas a poder sacarle todo su potencial ni siquiera en un circuito, salvo que seas un piloto profesional y muy, muy experimentado. Con todo y con eso, es un coche muy manejable a ritmo tranquilo.
Ese es precisamente uno de sus puntos fuertes, cómo aúna una potencia desmesurada y un comportamiento plenamente satisfactorio durante una conducción sosegada. En vías amplias, es sencillo conducir con cierta alegría y plena sensación de seguridad, pero es importante ser consciente de que no es simplemente un X5 que corre mucho o que tiene mucha potencia.
Hablamos de una máquina bestial que, cuando pisamos a fondo su acelerador y/o desconectamos los sistemas de asistencia, seguridad y tracción, requiere muchas manos al volante, especialmente si te adentras por vías estrechas. Dados su anchura y su carrocería elevada, las fuerzas que recibimos en cada curva son mucho mayores, sobre todo en asfalto en mal estado.
La mayoría de los usuarios encontrarán un vehículo más que razonable, e incluso más cómodo y suave, en los BMW X5 convencionales e incluso en los M50i y M50d, pues si bien el X5 M Competition no es incómodo para el día a día, su calidad de rodadura, el firme tarado de sus suspensiones y la puesta a punto del cambio no son tan confortables como en éstos.
Este SUV cuenta con diversas modificaciones en el chasis que tienen como objetivo incrementar todavía más la precisión de la conducción. Además, podemos ajustar múltiples parámetros para adaptar el X5 M Competition a nuestras exigencias y a las circunstancias del trazado sobre el que vamos a conducir ¿O quizás debería decir pilotar?
El sistema de control desarrollado para los modelos de BMW M permite configurar de forma separada la potencia y la tecnología del chasis a gusto del conductor y de sus necesidades, pudiéndose activar varios modos de potencia, suspensión y dirección independientemente uno del otro. En los modelos con el sistema M xDrive, la distribución de la potencia entre las ruedas delanteras y traseras también puede ser ajustado.
Pero indudablemente lo más llamativo es la posibilidad de configurar el sistema de frenos según sea necesario. El sistema es 2 kg más ligero en su conjunto y, gracias a un sistema eléctrico -en lugar de una bomba de vacío-, regula la asistencia, modificando la presión necesaria para obtener una respuesta más dinámica. Con ello, BMW asegura intervenciones mucho más rápidas y precisas en el sistema de control de estabilidad de conducción.
También hay que señalar que la respuesta de frenado no se ve afectada en el conductor cuando las carreteras están mojadas, cuando hay aceleración lateral significativa o altas temperaturas a la hora de frenar, lo que garantiza una medición precisa de la potencia de frenado en todo momento. Me parece sencillamente brillante.
En este sentido, son muchos los que me han preguntado si realmente son apreciables las diferencias entre el modo Confort y el modo Sport para los frenos. En una conducción sosegada puede ser menos palpable la diferencia, pero conduciendo a ritmo elevado es fácil apreciar como las pinzas muerden los discos impasibles con menos recorrido de pedal.
De esta forma, el conjunto transmite mucha más confianza, aunque echo en falta los frenos M de carburo de silicio reforzado con fibra de carbono opcionales que tenía el M8, que parecen prácticamente insaciables, aunque los “torturemos” durante un tiempo considerable. Eso sí, si no vamos a dar un uso intensivo al modelo, tampoco son especialmente necesarios.
En el BMW X5 M Competition, los discos ventilados y perforados delanteros de serie miden 395 mm de diámetro y disponen de pinzas fijas con seis pistones. Los frenos traseros de serie funcionan con pinzas flotantes monopistón y discos de 380 mm. Las pinzas de freno están rematadas en color azul y llevan grabado el logotipo ‘M’.
Respecto al nuevo Modo M, este eleva la intervención del control de estabilidad, permitiendo un sobreviraje controlado, al tiempo que permite la desconexión del DSC. Además, con el nuevo botón M Mode en la consola central, se puede cambiar rápidamente las respuestas de los sistemas de asistencia a la conducción, las pantallas e instrumentos digitales y el Head-Up display.
El M Mode permite al conductor activar los modos ROAD, SPORT y TRACK. Vamos a verlos en detalle:
- Modo ROAD: Todos los sistemas de asistencia al conductor y opcionales están completamente activados.
- Modo SPORT: Los sistemas de asistencia al conductor están activos (en la configuración establecida por el conductor), ahora solo transmite alertas sobre límites de velocidad y restricciones de adelantamientos. Este modo desactiva todas las intervenciones en los sistemas de frenado y dirección, aparte de los avisos de advertencia por colisión o el asistente de evasión. Visibilidad M en los instrumentos y en el Head-up Display (información relevante con una conducción deportiva).
- Modo TRACK: Para un uso en circuito, pues todos los sistemas confort y de seguridad están desactivados. El sistema de las pantallas se apaga para que el conductor esté centrado única y exclusivamente en el trazado, donde obtendrá una sensación ultra pura, inspirada en un coche de carreras con el sentimiento M. El grupo de instrumentos y la pantalla de visualización superior incluyen también la vista M.
Tanto el eje delantero de doble horquilla, como el eje posterior de cinco brazos, muestran unas propiedades cinemáticas y elasto-cinemáticas configuradas a medida, que ayudan a la precisa ubicación de las ruedas y a la estabilidad direccional. Además, el bajo centro de balanceo se combina con la gran anchura de vías para ejercer un efecto favorable en el control lateral y la estabilidad direccional.
Los brazos forjados específicos M son uno de los factores de la extrema agilidad del X5 M Competition, mientras que las precisas respuestas de los elementos de suspensión y amortiguación se deben, en parte, a la rigidez aumentada de las barras estabilizadoras. Podemos encontrar refuerzos de acero y aluminio para una conexión más estable del eje trasero con la carrocería.
El nuevo X5 M Competition también equipa de serie una suspensión adaptativa específica M que incluye amortiguadores controlados electrónicamente. Las fuerzas de amortiguación para cada rueda son ajustadas progresivamente en función de las cambiantes situaciones de conducción, por medio de válvulas electromagnéticas.
La conexión más firme del propulsor a la estructura del vehículo es claramente perceptible, lo que se traduce, incluso, en una respuesta más directa del motor y en la transferencia inmediata de su potencia a la transmisión. El coche también entra en las curvas de forma más directa y precisa gracias al soporte más rígido y a la tracción M xDrive.
En combinación con los neumáticos de altas prestaciones que equipa el X5 M Competition y la tracción inteligente a las cuatro ruedas M xDrive, hacen que el modelo sea rápido y extremadamente ágil, sin despegarse del asfalto. Es una auténtica bestia muy difícil de domesticar si te dedicas a buscarle las cosquillas, pero también extremadamente confortable en carretera.
La interacción entre los sistemas M xDrive y el Diferencial M Activo, controlada centralmente, es en gran parte responsable de canalizar la notable potencia del motor a las ruedas sin pérdidas en el proceso. La orientación hacia el tren trasero del sistema M xDrive es otro factor que contribuye a la tremenda agilidad de este gran SUV de alto rendimiento.
En una conducción dinámica relajada (modo 4WD con las ayudas conectadas), es un coche extremadamente fiel a las órdenes de su conductor. Contiene los balanceos de la carrocería, apoya con firmeza y rapidez, sobrevira suavemente y no comete movimientos erráticos, lo que te transmite constantemente una gran sensación de seguridad y control.
También permite seleccionar el modo 4WD Sport, en el que se transmite una proporción aún mayor de potencia a las ruedas traseras, aunque en este caso no encontramos el radical modo de tracción trasera (2WD) que sí está presente, por ejemplo, en el BMW M8 Competition o el BMW M5 Competition. Desde luego, una gran idea por parte de BMW…
Sin embargo, a medida que vamos subiendo el ritmo, las dimensiones de su carrocería, la elevada postura de conducción y el notable peso del conjunto empiezan a castigar con mano dura la falta de pericia al volante. Es un coche que no perdona los errores del conductor, especialmente cuando seleccionamos el modo de tracción 4WD Sport.
Los ingenieros de BMW M GmbH también han trabajado profundamente en elementos como la dirección electromecánica M Servotronic, lo que hace que el X5 M Competition se sienta extremadamente directo y dinámico, con cambios de trayectoria ágiles y sin apenas mover el volante. Lo cierto es que impone el elevado ritmo al que es capaz de negociar curvas.
Me ha gustado especialmente la puesta a punto de la dirección, que combina una servoasistencia dependiente de la velocidad con una desmultiplicación variable de la dirección. Hablamos de un coche que parece ir sobre raíles, permitiéndote realizar un paso por curva de referencia y pisando con aplomo kilómetro tras kilómetro tanto en autopista como en carreteras reviradas.
La dirección entrega al conductor la retroalimentación necesaria para leer las carreteras más retorcidas, pero gracias a la dureza variable se ha logrado un gran equilibrio entre dinámica y confort que lo hace cómodo para circular por ciudad o aparcar y, al mismo tiempo, rápido y preciso en respuesta en puertos de montaña y circuitos.
Como la dirección tiene una desmultiplicación menor que la del resto de la gama X5, más concretamente de 13.0 a 1 en vez de 18.7 a 1, encontramos 2.3 vueltas de volante entre topes y un diámetro de giro de 12.8 metros entre paredes. La verdad es que, con semejante puesta a punto del conjunto, te resultará difícil aburrirte tras el volante.
En materia de asistencias a la conducción, cuenta con detector de objetos en ángulo muerto, alerta y asistente de cambio de carril, lector de señales de tráfico, aviso pre-colisión, detector de fatiga, frenada automática en ciudad o un mejorado asistente en atascos. Además, cuenta con el nuevo Asistente de Parada de Emergencia.
Este sistema se acompaña de una llamada a los servicios de emergencia para que asistan al conductor lo antes posible.
Con este sistema el propio X5 M Competition toma los mandos cuando el conductor se ve incapacitado por una urgencia médica. El coche es capaz de parar en el mismo carril o incluso en el arcén dependiendo del entorno y lugar dónde se produzca el problema. El conductor solo tendrá que tirar del freno de mano (cuando circule entre 70 y 100 km/h) para que el sistema se active.
Llama también la atención el asistente de marcha atrás, capaz de reconocer los últimos 50 metros recorridos para, en caso de tener algún problema, recorrerlos marcha atrás sin necesidad de hacer absolutamente nada más que controlar el freno. Se encienden los indicadores luminosos del volante y funciona aunque apaguemos el motor.
Equipamiento y precio
En España, todos los BMW X5 incluyen de serie el climatizador automático, freno de mano eléctrico, sistema multimedia con navegación y pantalla de 12,3 pulgadas, bluetooth, puertos USB, acceso a internet y a aplicaciones, instrumentación digital, espejos térmicos, cuatro elevalunas eléctricos, cierre con mando, arranque por botón y portón trasero eléctrico.
También sin coste podemos encontrar faros Full LED, volante multifunción en piel, apoyabrazos central delantero y trasero, retrovisores abatibles, aviso pre-colisión, alerta de cambio de carril, frenada automática en ciudad, detector de peatones, detector de fatiga, sensor de lluvia, encendido automático de luces…
Si nos centramos en el BMW X5 M, también encontraremos de serie las llantas de aleación ligera de 21 pulgadas, el sistema de escape M en acabado cromado, la tapicería de cuero Merino BMW Individual, los cinturones de seguridad en negro y el marco de los riñones y las branquias, el emblema trasero y las molduras de entrada en cromado.
Los BMW X5 M Competition ensalzan todavía más la deportividad del conjunto con elementos como las llantas de 21 pulgadas delante y 22 pulgadas detrás, el sistema de escape deportivo M en acabado negro cromado, la tapicería de cuero integral Merino BMW Individual con aplicaciones en Alcántara y los cinturones de seguridad M con tecnología Active Guard.
Adicionalmente, los detalles en cromado pasan a ser negros, como el marco de los riñones, las branquias laterales y las carcasas de los espejos, el emblema trasero, la parte superior del difusor trasero y las molduras de entrada. Como es habitual, no falta un completísimo catálogo de opcionales que fácilmente elevarán la factura final hasta límites insospechados.
En España, los precios recomendados para la gama más deportiva del BMW X5 2020 sin descuentos ni promociones son los siguientes:
Modelo | Potencia | Cilindros | Combustible | Precio |
BMW X5 M50d | 400 CV | 6 en línea | Diésel | 112.750 € |
BMW X5 M50i | 530 CV | V8 | Gasolina | 112.750 € |
BMW X5 M | 600 CV | V8 | Gasolina | 147.700 € |
BMW X5 M Competition | 625 CV | V8 | Gasolina | 164.600 € |
- Imponente desde el exterior, atrae todas las miradas.
- Gran calidad de realización interior. Empleo de materiales muy acertado que incrementan la sensación de excelencia y de deportividad.
- Los asientos son realmente confortables y tienen un agarre sobresaliente, con múltiples reglajes eléctricos.
- Abundantes posibilidades de equipamiento.
- Fuerte apuesta por la tecnología, especialmente en materia de asistencias a la conducción.
- Su comportamiento dinámico es único y nos da a elegir entre múltiples opciones de ajuste para el chasis y el motor (quizás excesivas). La puesta a punto de esta versión en cuanto a mecánica, dirección, suspensiones y transmisión es, sencillamente, espectacular, no querrás otro SUV deportivo.
- El cambio M Steptronic de ocho velocidades con Drivelogic es espectacular en rapidez y suavidad, con varias posibilidades de ajuste.
- El empuje y el sonido del bloque V8 son tremendamente adictivos, especialmente en línea recta.
- Sus dimensiones pasan factura en aparcamientos y otros espacios reducidos.
- La pantalla de la instrumentación podría estar mejor integrada y cubrir todo el espacio en lugar de ser rectangular, como ocurre en Audi.
- Base de las guanteras de las puertas sin forrar.
- Consumos elevados incluso en carretera con la configuración más eficiente posible activada.
- No permite equipar la tercera fila de asientos.
- Sonido de la mecánica mejorable. Está demasiado aislado y con la función M Sound Control no es tan limpio como si lo que realmente sonara fuese el motor.
- Es menos dócil que sus rivales y conducirlo a ritmo elevado requiere reflejos, concentración y rapidez de movimientos. No hay margen de error para pensar si has hecho lo correcto, por lo que es peligroso buscarle las cosquillas en la vía pública.
- El control gestual requiere una ejecución precisa de los movimientos y puede ser molesto para personas que gesticulan mucho al hablar.