El Citroën C5 X es el nuevo buque insignia del fabricante de automóviles francés en el segmento D. Viene a ocupar el hueco que dejó el Citroën C5 en 2018, pero lo hace con un diseño muy original. Combina una berlina, un crossover y un modelo de corte shooting brake. Hoy nos ponemos al volante del Citroën C5 X PHEV 225 Shine Pack.
Está disponible tanto en versiones gasolina como híbridas enchufables, en todos los casos con caja de cambios automática. No habrá diésel y expresa la modernidad, el estatus y la innovación en la marca, sobre todo en materia de suspensiones. Citroën lo ha diseñado tomando como criterio elemental el bienestar de sus pasajeros.
Ya sabrás que si hay algo por lo que siempre ha destacado Citroën es por hacer algunos de los automóviles más cómodos en lo que a suspensión se refiere. Es más, seguramente recuerdes el Citroën Xantia Activa II y su suspensión de récord. Ahora la firma vuelve a la carga con su sistema de suspensión activa Citroën Advanced Comfort.
Entre sus rivales destacan berlinas del segmento D como los Mazda6, Peugeot 508, Volkswagen Passat y Škoda Superb. De entre todos ellos, es la alternativa más asequible, aunque no por ello renuncia a un amplio equipamiento de serie. Construido sobre la plataforma EMP2, el Citroën C5 X se fabrica en China.
Diseño exterior
El largo capó, las líneas fluidas y aerodinámicas, la cintura alta y los musculosos pasos de rueda aportan dinamismo, elegancia y modernidad a partes iguales al Citroën C5 X. Puede que a primera vista te resulte un tanto particular, pero es innegable que personalidad no le falta, y eso es un punto muy a favor hoy en día…
Al mismo tiempo, su postura elevada, gracias a una mayor distancia al suelo en comparación con una berlina tradicional, permite una posición de conducción más alta que mejora la seguridad y la visibilidad. Se trata de una característica muy apreciada por clientes SUV. El toque de robustez lo ponen las protecciones plásticas inferiores.
En la vista frontal, el Citroën C5 X presenta la nueva firma luminosa en forma de V de la marca. Introducida en el nuevo Citroën C4 por primera vez, es reconocible de inmediato. Esta esta firma lumínica incluye faros ECOLED en toda la gama y subraya el estilo de carrocería único del C5 X. Suma asistente de luces largas/cortas.
No menos llamativa es la parrilla inferior, donde vemos el radar de los ADAS. A ambos lados se distinguen los faros antiniebla. En el extremo opuesto, la amplia luna delantera favorece la visibilidad. En general, la superficie acristalada es amplia, salvo la luna trasera. Puede aportar mayor luminosidad con el techo solar practicable opcional.
Las superficies de las puertas están limpias de ornamentaciones, subrayando la longitud del modelo. Solo vemos una insignia ‘Hybrid’ en la aleta delantera. En dimensiones, hablamos de 4,80 metros de largo, 1,87 metros de ancho y 1,49 metros de alto. La distancia entre ejes de 2.785 mm. La vía delantera alcanza los 1.600 mm.
En cuanto a la trasera, esta suma 5 mm adicionales, hasta los 1.600 mm. Y no menos trabajada está la aerodinámica, con un coeficiente Cx de solo 0,29. La superficie frontal es de 2,31 m² y el factor de resistencia de 0,67. Para la carrocería se ofrecen hasta seis colores con tonos más bien clásicos. En este caso vemos el Blanco Nacarado.
Los marcados pasos de rueda albergan unas llantas de 19 pulgadas «Tall & Narrow». Calzan neumáticos Michelin ePrimacy en dimensiones 205/55 R19 97V en ambos ejes. Por último, destaca en la vista lateral el grueso pilar C en negro con una pronunciada caída de techo. Este parece enlazar con las ópticas LED traseras, que abarcan parte del lateral.
No menos llamativa es la presencia de dos alerones en la zaga: uno sobre la luna trasera y otro al finalizar esta. Junto a los anchos faros y la horizontalidad de las líneas, hacen parecer al C5 X aún más ancho. En el paragolpes plástico, los catadriópticos con detalles cromados simulan dos escapes. Sobre el techo hay una antena de tipo aleta de tiburón.
Diseño interior
En el interior, el salpicadero horizontal, ancho y robusto, proporciona a los pasajeros una sensación de espacio y de volumen. Ofrece buenos huecos portaobjetos integrados en el diseño. Eso sí, no alcanzan la polivalencia del C4. En términos de calidad, está trabajado y los ajustes son correctos, al menos en este acabado tope de gama.
Hay superficies blandas en las partes más vistosas, con molduras que tratan de imitar la madera. El aspecto general es bueno, sin crujidos ni vibraciones, pero en las partes menos visibles los plásticos duros le restan algunos puntos. Quizá la mayor pega en este sentido sea la presencia de superficies en negro brillante, sucio y sensible a los arañazos.
Me ha gustado especialmente que para el climatizador bizona se hayan mantenido los controles manuales en lugar de integrarse en la pantalla. Delante del conductor, el volante calefactable está dotado de un gran brazo inferior. Incluye los mandos de las ayudas a la conducción a la izquierda y del equipo de infoentretenimiento a la derecha.
En su organización y su tratamiento, los IHM (Interfases Hombre Máquina) aportan tecnología y modernidad al habitáculo, aunque no sobresale en este sentido frente a sus rivales. Tras el volante, la instrumentación digital de 7 pulgadas está dotada del grafismo propio de Citroën, original y fácil de leer, con una completa información.
Es más personalizable que en el Citroën C4, pero no destaca en este sentido. Me gusta su sencillez, aunque es innegable que en gráficos queda lejos de sus competidores. La instrumentación se combina con un amplio sistema Head-Up Display a color, de fácil lectura y que permite que el conductor mantenga su atención en la carretera.
En el centro del salpicadero, junto a los aireadores principales, tenemos la pantalla táctil de 12 pulgadas ultra-fina y sin bordes. Es el centro neurálgico de las informaciones del vehículo y está tratada en color negro brillante. Cabe destacar que cuenta con algo más de fluidez y rapidez que en otros modelos más antiguos de la gama.
Esto es gracias al nuevo software, aunque sigue por detrás de muchos rivales en gráficos y agilidad de movimientos. Ofrece compatibilidad con MirrorLink, Apple CarPlay y Android Auto inalámbricos, recarga de smartphone por inducción, navegador TomTom 3D y diversas entradas USB-C. En la consola central hay un hueco portaobjetos de dos pisos.
Está cubierto por una cortinilla y en él encontramos también la toma de 12V, el selector del cambio, el freno de mano eléctrico, el selector de modos de conducción y dos posavasos descubiertos. El reposabrazos es fijo y en su interior alberga una guantera. A ambos lados hay dos amplios y comodísimos asientos de ajuste eléctrico.
Son los denominados Advanced Comfort Seats y tienen un mullido especialmente cómodo, aunque un limitado agarre. La tapicería bitono le da un toque de elegancia, sumando múltiples funciones. Cuentan con calefacción, ajuste lumbar y función de masaje. Además, el reposacabezas integra ajuste longitudinal. Los cinturones no tienen ajuste.
En términos de habitabilidad, el Citroën C5 X ofrece un acceso correcto y un espacio razonable para que cuatro adultos de hasta 1,85 metros viajen cómodos. La anchura y la altura y el espacio para las piernas están en la media del segmento. Quien busque más espacio longitudinal encontrará mejor opción el Škoda Superb.
El asiento del pasajero puede manejarse desde la segunda fila con unos botones ubicados en el costado de este.
El maletero cubica 480 litros. Es fácilmente aprovechable gracias a su amplia boca de carga y destaca por capacidad. Al abatir los asientos -60:40-, el suelo queda totalmente plano y la capacidad crece a 1.580 litros. El borde de carga queda a 660 mm del suelo. En el maletero encontramos ganchos, sujeciones, toma de 12V e iluminación.
Motorización Citroën C5 X PHEV 225
La gama mecánica del Citroën C5 X ofrece opciones gasolina e híbridas enchufables. La rama de los gasolina solo cuenta con el 1.2 PureTech 130 CV. Los PHEV son dos y ambos comparten el motor eléctrico de 110 CV (81 kW) integrado en la transmisión automática; así como la batería de iones de litio de 10,2 kWh útiles y 102 kW de potencia.
Esta se encuentra debajo de los asientos de la segunda fila y resta doble fondo al maletero. En toda la oferta mecánica, la transmisión es automática de ocho relaciones bien el EAT8 o el e-EAT8. El más potente que hemos probado monta el motor de gasolina PureTech de 179 CV (132 kW) a 6.000 rpm y 250 Nm de par a 1.750 rpm.
Se combina con un motor eléctrico con 110 CV (81 kW) y 320 Nm para un total de 224 CV (165 kW) y 360 Nm de par. La versión de acceso equipa el motor de gasolina de 150 CV. Eroga una potencia conjunta de 180 CV. Lo que por ahora no parece que vayamos a ver son versiones totalmente eléctricas, como ocurre en otros productos del grupo.
Para cargarlos, equipan de serie un cargador monofásico de 3,7 kW (3,4 horas). En opción se ofrece otro con el mismo tipo de corriente y una potencia de 7,4 kW (1,7 horas). Para obtener una carga completa con este último y en un cargador de 32 Amperios, se requiere una hora y 55 minutos.
Además de la etiqueta ambiental CERO emisiones de la DGT, el modelo destaca por sus correctas prestaciones y unos consumos bastante contenidos incluso en una conducción real. La autonomía homologada es de 63 km en modo 100% eléctrico, rondando los 50 km en una conducción real, por lo que hemos podido comprobar.
Respecto a su rendimiento, hablamos de una mecánica que mueve con agilidad al C5 X, sin hacerlo prestacional como tal. Brinda la suavidad característica de un vehículo eléctrico a baja velocidad y un confort elevado en autopistas. Además, Citroën ha trabajado bien la entrada en funcionamiento de la mecánica de combustión, con transiciones poco imperceptibles.
En cuanto a las cifras, son las mejores de la gama. Ofrece una aceleración buena, pero lineal y progresiva. Concretamente, declara un 0 a 100 km/h en 7,9 segundos. La recuperación de 80 a 120 km/h se completa en 4,4 segundos y la velocidad máxima es de 233 km/h. En modo eléctrico podemos alcanzar una velocidad punta de 135 km/h.
Encontramos cuatro modos de conducción: Eléctrico (solo motor eléctrico), Sport (ambos motores en conjunto), Híbrido (gestión automática de la energía) y Comfort (híbrido con ajuste más cómodo de la suspensión). La función e-Save permite guardar la energía eléctrica -10 km, 20 km o Máx.- y fuerza al motor a recargar la batería.
Lógicamente, en este último caso el consumo de combustible se dispara, ya que el motor de gasolina tiene que mover el vehículo y, además, recargar la batería. Es posible recargar también la batería con la frenada regenerativa en modo normal o con mayor intensidad en el botón ‘B’ del selector del cambio.
Lo que no podemos variar es el nivel de regeneración de la frenada regenerativa. Las levas ubicadas tras el volante únicamente actúan sobre las marchas del cambio en todos los modos de conducción. Además, no es especialmente rápido ni obediente a nuestras órdenes. Por el contrario, sí que me ha gustado la suavidad entre marchas.
En esencia, para una conducción normal, nos permite disfrutar del confort del C5 X. Sube de marcha ligeramente por encima de las 2.000 rpm. Por último y, respecto a los consumos, el dato homologado es de 1,2 l/100 km en WLTP. Durante una conducción real y con carga, es posible hacer consumos inferiores a 2.0 litros en ciudad.
Podemos rodar en vías interurbanas por debajo de los 4 litros si llevamos la batería cargada y los trayectos no son muy largos. En autopista, el consumo rondará los 5.8 litros con la batería cargada, que va apoyando al motor de combustión; y cercano a 7 litros sin carga. Lo mismo ocurre en ciudad si no cargamos la batería.
En este caso, es fácil superar los 7 litros. La media de consumo eléctrico durante la prueba fue de 14,8 kWh y de gasolina de 5,1 l/100 km. Todo ello teniendo en cuenta que el recorrido fue variado e incluso recargamos la batería empleando el motor térmico. El depósito de combustible tiene una capacidad de 40 litros.
Version | C5 X PHEV 225 - 4 cilindros en línea + eléctrico |
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Cilindrada | 1.598 cm³ |
Potencia | 224 CV (165 kW) |
Par | 360 Nm |
Peso | 1.797 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.805 / 1.815 / 1.485 mm |
Volumen Maletero | 485 (1.580) litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 7,9 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 4,4 segundos |
Velocidad máxima | 233 km/h |
Consumo homologado | 1,2 l/100 km en ciclo combinado |
Autonomía eléctrica | 63 kilómetros WLTP |
Emisiones CO2 por km | 27 g/km de CO₂ (Euro 6) |
Pegatina de la DGT | Cero |
Precio de partida | 52.715 euros (este motor y acabado sin descuentos ni extras) |
Comportamiento Citroën C5 X PHEV 225
La conducción del Citroën C5 X es muy gratificante siempre y cuando circulemos relajados, ya que es un coche “blandito”. Desde los primeros segundos tras el volante descubrirás que vas a viajar realmente cómodo, con amplias regulaciones posibles para los asientos y el volante que garantizan facilidad para encontrar la postura óptima.
Los asientos se ubican en una posición sensiblemente más elevada que en otras berlinas, garantizando buena visibilidad hacia delante. Es peor hacia detrás a causa del ancho pilar C y la luna trasera. Además, el tacto de la dirección es muy agradable para maniobrar a baja velocidad, ofreciendo un diámetro de giro de 11,7 metros entre paredes.
Su grado de asistencia es alto y esto resulta perceptible con facilidad, no informándonos mucho de lo que ocurre en el eje delantero. A ritmo elevado, no transmite gran confianza en un primer momento, requiere que le pillemos el tranquillo, y lo mismo ocurre con la suspensión Advanced Comfort, muy blanda en su conjunto.
El aislamiento en autopista es bueno por el doble laminado de las lunas. Únicamente el ruido aerodinámico queda más marcado a alta velocidad.
Esta suspensión de la que en su día hablamos en profundidad, brinda una conducción suave y toda la comodidad que esperas de la marca. Combina el sistema de Amortiguadores Hidráulicos Progresivos con control activo de la suspensión. El vehículo adapta la suspensión de cada rueda para responder con más suavidad o firmeza en función de las condiciones.
Monta un esquema McPherson en el eje delantero y un eje rígido en el trasero. Filtra de forma excelente las irregularidades del terreno, incluso yendo ligeros sobre resaltos, tramos en peor estado o caminos de grava. A cambio nos ofrece unos cambios de apoyo más lentos y balanceos más acusados incluso en modo Sport.
Esto no tiene por qué significar algo malo, todo lo contrario, gracias a ello es un coche extremadamente cómodo que no tiene rival en este aspecto, al tiempo que mantiene un elevado nivel de seguridad. Pensad que, como os decía, es un coche pensado para circular relajado, lo que, por suerte o por desgracia, le penaliza en el apartado dinámico.
La mayoría de sus rivales logran un mayor equilibrio entre confort y dinamismo.
Lo mismo ocurre con la sensación de seguridad que os comentaba. Que no la transmita inicialmente por lo blandas que se sienten la dirección y las suspensiones no quiere decir que no sea un coche con gran estabilidad y unas reacciones muy nobles y seguras. Únicamente requiere que entendamos el objetivo con el que ha sido concebido.
Para el equipo de frenos la marca ha optado por discos ventilados de 330 mm en el eje delantero y discos macizos de 290 mm en el trasero. Son eficaces y cómodos de dosificar una vez pillado el tranquillo a la frenada regenerativa, pero como ocurre en otros Citroën tienen un tacto del pedal esponjoso y una asistencia marcada.
En materia de asistencias a la conducción y de seguridad, puede equipar asistente de posición en carril + cambio de carril semi-automático, programador de velocidad activo, alerta por cambio involuntario de carril, asistencia al aparcamiento, detector de vehículos en el ángulo muerto, sistema de frenada de emergencia en ciudad con reconocimiento de peatones…
Equipamiento y precio
La gama española del Citroën C5 X cuenta con los acabados Feel Pack, Shine y Shine Pack. En todos los casos cuentan de serie con faros LED, asistente y alerta de carril, detector de fatiga, SmartBeam, lector de señales, control y limitador de velocidad, cámara posterior, Active Safety Brake, sensor de lluvia y antinieblas.
Otros elementos de serie son el climatizador automático dual, acceso sin llave, arranque por botón, instrumentación con pantalla de 7 pulgadas, freno de mano eléctrico, lunas tintadas, sistema multimedia con pantalla de 10 pulgadas, Apple CarPlay, Android Auto, radio DAB, bluetooth, navegador, llantas de 19 pulgadas…
En los más completos suma el detector de ángulo muerto, sensores de parking con asistencia «manos libres», portón automático, cámara 360, tapizado en piel, Head-Up Display, asientos eléctricos y con calefacción, sistema multimedia con pantalla de 12 pulgadas, cargador de móvil sin cables, control de crucero adaptativo, etcétera.
En España, los precios recomendados para la gama Citroën C5 X 2023 sin descuentos ni promociones son los siguientes:
FEEL PACK | SHINE | SHINE PACK | |
1.2 THP 130 CV 8AT | 36.640 € | 38.340 € | – |
1.6 Hybrid 180 CV AT | 47.215 € | 48.915 € | – |
1.6 PHEV 225 CV AT | – | – | 52.715€ |
Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.8
Notable
El Citroën C5 X tiene el objetivo de recuperar el reconocimiento en materia de confort que la firma gala tuvo en el pasado. Heredero del extinto Citroën C5, luce un diseño francamente diferenciado de sus rivales del segmento D berlina, al tiempo que incluye un equipamiento muy extenso. Disponible en versiones gasolina e híbrida enchufable, es la opción más asequible de su categoría.
Lo bueno
- Diseño plagado de personalidad.
- Buenas prestaciones con consumos contenidos aprovechando la batería..
- Un referente en confort entre los generalistas. La suspensión es excelente y los asientos también.
- Tamaño del maletero.
- Precio respecto a sus rivales.
Lo mejorable
- Comportamiento dinámico penalizado por la asistida dirección y la blanda suspensión. Es un coche pensado para circular tranquilo.
- La percepción táctil y los gráficos de las pantallas son mejorables.
- Algunos plásticos rígidos y el negro brillante desmerecen ligeramente su buena calidad interior.
- Menor capacidad de maletero que la versión de gasolina.
- Consumo elevado en carretera cuando se agota la batería.