A pesar de que el Ford Focus puso a la marca del óvalo muy presente en las carreteras, la demanda en Europa del modelo se ha desplomado notablemente. Nos dirá adiós en 2025, pero hasta entonces, el renovado modelo tiene mucho que ofrecer en todas sus versiones. Hoy probamos el Ford Focus Sportbreak 1.0 MHEV 155 CV Active X.
Estamos ante un modelo más atractivo, equipado, tecnológico y, sobre todo, seguro. Mantiene la plataforma C2 de Ford, diseñada para mejorar la respuesta en caso de colisión. En su interior la comodidad y la tecnología son las principales prioridades, pues los pasajeros disfrutan de un amplio espacio y una avanzada conectividad.
Se ofrece con carrocería hatchback en el Berlina y familiar Sportbreak. También mantiene la carrocería Active para hacer frente a la imparable fiebre SUV. No menos importante es señalar que está disponible con mecánicas de gasolina, de gasolina micro hibridadas y diésel. Los MHEV se benefician del distintivo ambiental ECO de la DGT.
Con un precio intermedio-alto en el segmento, la nueva entrega del Focus Sportbreak llega con energía para rivalizar con modelos tan populares como los KIA Ceed, Hyundai i30, Opel Astra, Toyota Corolla, Renault Mégane, Peugeot 308, Fiat Tipo, Volkswagen Golf o SEAT León en su versiones familiares, además de los premium alemanes.
Diseño exterior
El Ford Focus Sportbreak se presenta en el mercado con una evolución en el lenguaje de diseño de la firma del óvalo. Mantiene la buena aerodinámica, aunque es más sobrio y elegante. Integra faros delanteros LED de serie, los cuales han sido rediseñados con luces antiniebla integradas. En opción tenemos unos faros Full LED adaptativos.
Esta ofrece un sistema de iluminación de luces de carretera automáticas con función antideslumbramiento. La iluminación superior también usa la cámara para leer la carretera e iluminar el interior de la curva. Para rematar, la calandra ha sido modificada, junto a algunos elementos del paragolpes. El resto de las novedades son más sutiles.
En el caso de las versiones Active tenemos una carrocería ligeramente sobre-elevada (163 mm de altura libre al suelo), molduras plásticas protectoras por todo el contorno de la carrocería, barras de techo, cubre-cárter en símil aluminio y llantas de aleación, un difusor trasero y elementos equipamiento específicos.
En conjunto, un exterior escultural y atlético con cierto toque robusto. Luce un perfil bajo y elegante, con cortos voladizos delanteros y traseros, esquinas truncadas y características aerodinámicas armoniosamente integradas. Además, la posición del habitáculo hacia atrás proporciona una postura fuerte y dinámica con una impresión compacta.
Hay disponibles ocho colores exteriores, con tonos alegres y clásicos, así como varios acabados. En este caso tenemos un Rojo Fantastic metalizado. En dimensiones, tiene una longitud de 4.67 metros, una anchura de 1.83 metros y una altura de 1.54 metros. La batalla asciende a 2.700 milímetros, igual que ocurre en la versión Berlina.
Los espejos retrovisores integran los intermitentes, cuentan con plegado automático y equipan el detector de ángulo muerto (BLIS) opcional.
El nuevo Focus Sportbreak Active X cuenta de serie con llantas de 17 pulgadas. Calzan neumáticos Continental EcoContact 6, una opción poco acertada para quien busque practicar una conducción más deportiva. Ofrecen unas dimensiones 215/55 R17 98V XL. Opcionalmente se ofrecen unas llantas de 18 pulgadas, así como el techo negro.
La superficie de las puertas queda limpia de ornamentaciones, salvo en su extremo inferior, donde está el protector. Además, podemos equipar el protector de puertas plástico, que se despliega al abrir las mismas. Igualmente, el área acristalada es generosa, favoreciendo la visibilidad. Las lunas posteriores son tintadas.
En la zaga, las nuevas luces con tecnología LED confieren al Focus Sportbreak una mayor visibilidad y lo hacen más reconocible sobre la carretera. Los nuevos pilotos traseros están oscurecidos y otorgan un aspecto más deportivo. A media altura encontramos el logo y la denominación del modelo, junto a la cámara de marcha atrás.
También hay sensores de aparcamiento delanteros y traseros. No falta un sutil alerón sobre el techo y dos colas de escape redondas. Visto desde arriba, el modelo cuenta con una antena de tipo aleta de tiburón rematada en color negro, las mencionadas barras y un techo panorámico de cristal practicable opcional con cortinilla eléctrica.
Diseño interior
Pasando al interior, los mayores cambios se centran en la tecnología. Mantiene el cuadro de instrumentos digital a partir del ST-Line X, pero suma un nuevo sistema de infoentretenimiento de considerables dimensiones y funcionamiento optimizado. También se renuevan el salpicadero y la consola central en consecuencia.
En conjunto, presenta un diseño más limpio, tecnológico y minimalista. La calidad general es simplemente correcta. Seguimos encontrando plásticos duros en algunos elementos, sobre todo en las partes más bajas. Eso sí, la percepción visual es buena y su acabado está cuidado. El Active X incluye molduras que imitan la fibra de carbono.
Como se puede ver, todos los elementos del salpicadero imprimen un diseño más limpio y ordenado. Solo quedan los botones más necesarios, desapareciendo los controles físicos del climatizador. Es una solución muy habitual hoy día, aunque yo sigo prefiriendo la ruleta y los botones de toda la vida para el climatizador bizona.
Por otra parte, el volante forrado en piel de tres radios garantiza un buen tacto para el conductor y es calefactado. Los asientos Active en tela ofrecen buen agarre. En este caso suman extensión de la banqueta, reposacabezas con ajuste longitudinal, ajuste lumbar y calefacción. Tampoco falta el parabrisas térmico como parte del Paquete Invierno.
Los cinturones delanteros tienen ajuste en altura.
Por su parte, el Paquete Tecnológico añade una serie de botones en el volante para tener a mano funciones como el control de crucero y el selector de distancia con el vehículo que nos precede. Incluye asistente de evasión de obstáculos, control de crucero adaptativo, control de luces de carretera y reconocimiento de señales.
Tras el volante encontramos un cuadro de instrumentos digital 12,3 pulgadas. Este nos muestra toda la información necesaria de manera clara e intuitiva. Sin embargo, apenas ofrece posibilidades de personalización. Solo podemos configurar su aspecto al seleccionar los diversos modos de conducción. El Head-up Display es opcional salvo en el ST.
El otro gran cambio es el sistema de infoentretenimiento SYNC 4. Es mucho más rápido (sin destacar en el segmento), tiene mejor resolución y cuenta con una pantalla táctil de 13.2 pulgadas. Incluye actualizaciones inalámbricas, Apple CarPlay y Android Auto inalámbricos, navegador, funcionalidades con la aplicación FordPass…
En opción tenemos el sistema de sonido B&O Play y carga inalámbrica del smartphone.
Con la renovación del salpicadero también tenemos una consola central más despejada. Hay un hueco portaobjetos con tomas USB y USB-C, toma de 12V, el cargador de móvil, dos posavasos, la palanca del cambio manual… Algo más retrasado queda el reposabrazos central, que es deslizable y tiene guantera.
La sensación de amplitud y espacio se mantiene, gracias en parte a la generosa superficie acristalada. Las dimensiones en el interior lo sitúan en una posición privilegiada respecto a sus oponentes directos, salvo en altura al techo en las cinco plazas. Sí que destaca en espacio para las piernas y en anchura.
Pese a ello, el espacio en la segunda fila no es suficiente para que tres adultos viajen cómodamente. Cabe destacar que, con techo panorámico, se reduce algo más la altura en la segunda fila. Alguien de más de 1,85 metros no irá cómodo en esas circunstancias. En las plazas exteriores encontramos anclajes ISOFIX.
Me ha gustado la presencia de un acceso directo al maletero para poder llevar objetos más grandes. Por supuesto, no falta un apoyabrazos central. Eso sí, las plazas posteriores no cuentan con salidas de ventilación centrales ni puntos de conexión USB. Solo hay una toma de 12V. En el maletero disponemos de un total de 635 litros de capacidad.
Ofrece un amplio portón eléctrico opcional que brinda un buen acceso al interior. Al plegar los asientos traseros -60:40-, podemos ampliar la capacidad hasta 1.653 litros. En él encontraremos unas formas muy regulares, iluminación y unos ganchos de plástico. Bajo el piso vemos el subwoofer y una pieza compartimentada.
Motorización Focus Sportbreak 1.0 MHEV 155 CV
La oferta del Ford Focus Sportbreak contempla mecánicas de gasolina y diésel. La gama arranca con el 1.0 Ecoboost de 125 CV sin hibridación ligera y caja manual de seis velocidades. Por encima quedan los interesantes 1.0 Ecoboost de 125 y 155 CV de potencia con sistema MHEV y pegatina ECO. Pueden asociarse a la caja manual de seis velocidades o a una nueva caja automática de doble embrague y siete relaciones.
Ford mantiene vivo al diésel gracias a un motor EcoBlue de cuatro cilindros y 1.5 litros. Brinda una potencia de 115 CV y solo se ofrece con una caja automática de ocho velocidades. El tope de gama es el ST 1.5 EcoBoost de 280 CV. Puede vincularse a la caja manual de seis relaciones o a la nueva automática de doble embrague con siete.
Para la prueba he elegido el motor 1.0 EcoBoost más potente, asociado a la caja de cambios automática. Equipa un motor de tres cilindros en hierro y aluminio con 998 cm3 de cilindrada. IncLuye dos árboles de levas en la culata, inyección directa, turbo, intercooler y Start/Stop. Eroga 155 CV (114 kW) a 6.000 rpm y 220 Nm de par a 3.000 vueltas.
Si bien ya tuve la ocasión de probar este motor en el Puma, me ha parecido más satisfactorio en el Focus, sobre todo por consumos. Da muy buenas prestaciones, aportando gran elasticidad. En cifras, declara un 0 a 100 km/h en 9,9 segundos y una velocidad máxima de 202 km/h. Recupera de 80 a 120 km/h en 6,8 segundos.
Su potencia es suficiente para llevar a cabo adelantamientos e incorporaciones con agilidad; así como para mantener velocidades de crucero elevadas sin esfuerzo. Cabe destacar que el verdadero empuje aparece superadas las 2.000 vueltas, por debajo resulta algo más perezoso. Por otra parte, el tres cilindros resulta bastante refinado.
Respecto a la competencia, es probablemente de los motores de tres cilindros más refinados y menos ruidosos, lo cuál supone un punto a favor. Sin embargo, el habitáculo se me antoja poco aislado de la mecánica en circunstancias concretas. En la opción de 125 CV me parece que va sensiblemente más fino.
Para variar la respuesta del tren motriz y el control de tracción, encontramos hasta cinco modos de conducción: Normal, Sport, Resbaladizo, Eco y Pista. El salto más notable en respuesta del acelerador se produce entre los Eco y Pista. Como ya he comentado, esta mecánica también se beneficia del sistema de micro-hibridación.
Esto nos permite beneficiarnos del distintivo medioambiental ECO de la DGT. Esta tecnología suma un pequeño motor eléctrico de 16 CV a la mecánica de gasolina. Interviene solo en momentos puntuales: para arrancar el motor de gasolina tras detenciones cortas, para recuperar energía en las deceleraciones y para asistir al motor de gasolina en las aceleraciones.
Está asociado a una batería de iones de litio de 48V refrigerada por aire. El mayor aporte de este motor adicional es el apoyo que aporta al motor de combustión a bajas revoluciones, especialmente cuando cae de régimen entre giro y giro. Al fin y al cabo, cuando queremos practicar una conducción deportiva, este motor nos obliga a circular con el motor bastante revolucionado.
Respecto a la caja automática de siete relaciones, podemos decir que cumple con su cometido. Su suavidad y rapidez están bien equilibradas, siendo una opción cómoda tanto para el día a día como para disfrutar al volante. No es especialmente permisiva ni cuenta con levas tras el volante, pero hace del Focus Sportbreak un coche cómodo y polivalente.
El depósito de combustible tiene una capacidad de 52 litros.
En cuanto a los consumos, Ford declara 5.6 l/100 km. En carretera, a 120 km/h en séptima velocidad, el motor gira a 2.500 rpm, pero los consumos no son muy elevados. Hemos logrado 5,8 litros de media en nuestro recorrido habitual de 480 km por autopista. En ciudad sube hasta los 7,5 litros si circulamos a un ritmo tranquilo. Tras la semana de pruebas, la media se detuvo en 6.4 l/100 km.
Version | 1.0 EcoBoost MHEV - 3 cilindros en línea |
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Cilindrada | 998 cm³ |
Potencia | 155 CV (114 kW) @ 6.000 rpm |
Par | 220 Nm @ 3.000 rpm |
Peso | 1.451 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.693 / 1.844 / 1.536 mm |
Volumen Maletero | 635 (1.653) litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 9,9 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 6,8 segundos entre marchas |
Velocidad máxima | 202 km/h |
Consumo homologado | 5,6 l/100 km |
Emisiones CO2 por km | 126 g/km de CO₂ (Euro 6) |
Pegatina de la DGT | Eco |
Precio de partida | 37.369 euros (este motor y acabado sin descuentos ni extras) |
Comportamiento Focus Sportbreak 1.0 MHEV 155 CV
Dinámicamente, el renovado Ford Focus Sportbreak no ha sufrido cambios. El gran trabajo en la puesta a punto del nuevo Focus en todas sus versiones se mantiene, siendo un referente en el mercado. Chasis, dirección y suspensiones están afinados para ubicarlo entre los mejores del segmento, sobre todo por dinamismo.
En este sentido, la versión Active es la menos ágil. Ford nos habla de un chasis que se ha ajustado específicamente para ofrecer un comportamiento diferente, más campero. Cuenta con muelles, amortiguadores, barras estabilizadoras y manguetas específicas, así como con un control de tracción más evolucionado que el de serie.
Si bien no alcanza la calidad de rodadura de, por ejemplo, un Volkswagen Golf, destaca el gran equilibrio logrado en todo tipo de situaciones. En ciudad, la visibilidad es buena en todos los ángulos, incluso a través de la luneta trasera. También cuenta con diversos asistentes y un diámetro de giro de 11 metros entre paredes.
La desmultiplicación de la dirección es de 14.3, con buena capacidad para maniobrar, pero no cuenta con asistencia en función de la velocidad. Por el contrario, varía la resistencia en función del modo de conducción seleccionado. Con todo y con eso, no se siente excesivamente asistida y transmite una información más que aceptable.
Nos brinda reacciones rápidas y suficiente precisión como para llevar al Focus por donde le guiemos, incluso en curvas algo más lentas. Esto se complementa con unas reacciones muy naturales y unos cambios de apoyo ágiles. La dirección muestra gran obediencia y en conjunto el Focus Sportbreak presume de notable estabilidad y agilidad.
Los Active montan un esquema McPherson en el eje delantero y de paralelogramo deformable en el trasero. Como ya os he dicho, cuenta con elementos específicos que la hacen un poco más blanda que en otras versiones, a fin de filtrar mejor las irregularidades del terreno. Esto le resta algo de agilidad, aunque no excesiva.
A pesar de ser algo más blanda, los balanceos de la carrocería no son acusados. Sí cabe decir que, en comparación con el ST-Line, su enfoque hacia el confort es palpable. Con todo y con eso, como ya he dicho, Ford ha alcanzado un buen equilibrio en términos dinámicos y de confort. De hecho, quizá sea la versión más equilibrada en este sentido.
Para el equipo de frenos, encontramos discos ventilados en el eje delantero y discos macizos en el trasero. El sistema es eficaz y con poca presión sobre el pedal logramos una buena frenada. De hecho, tiene un tacto muy directo y, con poca presión en el pedal, es apreciable una frenada intensa. Requiere cierto período de adaptación.
La única pega que podríamos sacarle a este Focus es el aislamiento acústico en autopista. Eso sí, es mejor con estas llantas y neumáticos que con las de mayor tamaño. El ruido aerodinámico es bajo a velocidades más elevadas, pero el ruido de rodadura sí que es algo más perceptible que en otros modelos generalistas.
Con respecto a las “capacidades off road” del Focus Active, estas quedan limitadas a pistas y caminos de baja dificultad. Su sistema de tracción es similar al Grip Control del Grupo PSA. No llega a considerarse un sistema de tracción total, pero sí que nos permite mejorar la capacidad de avance sobre terrenos deslizantes.
Añade dos modos de conducción adicionales que gestionan, entre otras cosas, la respuesta del acelerador para incrementar el agarre: Resbaladizo, para barro, nieve, hielo…; y Pista, para superficies blandas como la arena, donde el sistema de antibloqueo de frenos muestra una configuración más permisiva para favorecer el avance.
En materia de asistencias a la conducción y de seguridad, tampoco hay cambios. Puede equipar frenada automática de emergencia con detección de vehículos y peatones, asistente de cambio involuntario de carril, alerta por tráfico cruzado trasero con freno activo, alerta de fatiga, asistente de luces, regulador de velocidad activo con Stop&Go, aviso de ángulo muerto…
Equipamiento y precio
Los niveles de acabado del Ford Focus Sportbreak se denominan ST-Line, ST-Line X, Active y Active X. Desde el más sencillo ya incluyen climatizador automático bizona, sensores de aparcamiento traseros, control y limitador de velocidad, apoyabrazos central delantero y llantas de aleación de 17 pulgadas, entre otros elementos.
El ST-Line, el acabado de aspecto más deportivo, también cuenta con el paquete deportivo exterior que añade los faldones delantero y trasero, estribos laterales, llantas de aleación de diseño específico, alerón sobre el portón, alfombrillas exclusivas, volante ST, asientos deportivos, costuras a contraste, pantalla táctil de 13,2 pulgadas…
En los acabados Active más camperos no faltan las protecciones de bajos, frisos con el logotipo «Active», tapicería específica, llantas de 17 pulgadas, parrilla específica, suspensión elevada, raíles de techo negros y protecciones plásticas, entre otros.
Los más completos ST-Line X y Active X destacan por la instrumentación digital de 12.3 pulgadas, portón trasero manos libres, sensores de estacionamiento delantero y trasero, aparcamiento asistido, control de crucero adaptativo, detector de ángulo muerto, Head-Up Display, asientos calefactables, acceso sin llave…
En España, los precios recomendados para el Ford Focus Sportbreak 2023 sin incluir descuentos ni promociones arrancan en los 33.395 euros con motor EcoBoost MHEV de 125 CV y acabado ST-Line. Las versiones Active parten de los 33.709 euros con el mismo motor; mientras que el más costoso es el Focus ST con un precio de partida de 44.267 euros. Este Active X con motor de 155 CV parte de los 37.369 euros.
Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.8
Notable
El renovado Ford Focus se presenta en el mercado con una nueva filosofía de diseño y una aerodinámica destacable en su segmento. Como viene siendo ya tradición en Ford, ofrece un interior más espacioso combinado con materiales y acabados de buena calidad. Su precio se sitúa en un escalón intermedio, ofrece mecánicas de hasta 280 CV y diversas variantes de carrocería con un amplio equipamiento.
Lo bueno
- Consumos buenos, pero sensibles a cambios de ritmo.
- Buen espacio en el habitáculo, especialmente en anchura para los hombros.
- El maletero es uno de los más grandes del segmento. Hueco que comunica el habitáculo con el maletero.
- Mecánica suave en general y con potencia correcta para el día a día.
- Gran compromiso y equilibrio entre confort y dinamismo, con un plus de capacidad camperas.
Lo mejorable
- Presencia de algunos plásticos rígidos y ajustes que podrían mejorarse.
- Plazas traseras sin salidas de ventilación ni toma USB.
- La gran pantalla ha hecho desaparecer los controles físicos del climatizador. Pierde ergonomía.
- Calidad de rodadura sensiblemente por debajo de algunos rivales.
- Pérdida de dinamismo con respecto a los ST-Line.