Tras probar una de las versiones de gasolina, hoy me pongo al volante del Ford Kuga PHEV. Ha llovido mucho desde que el Kuga llegara al mercado en 2007 y actualmente alcanza ya su tercera generación. Fabricado en las plantas Ford de Almussafes (España) y Louisville (Estados Unidos), el Kuga recibió en 2020 un cambio de imagen radical.
El Kuga es uno de los productos más exitosos de la firma estadounidense y uno de los pilares fundamentales en el nuevo plan estratégico, que pretende darle mayor importancia y protagonismo a los crossovers. Estos son cada vez más y mejores, con una dinámica parecida a la de los compactos, buenas dosis de espacio y la posibilidad añadida de salir del asfalto.
Más ligero que su antecesor en hasta 91 kilos, el nuevo Kuga crece ligeramente a lo ancho y en longitud para ganar en habitabilidad, adoptando una estética más deportiva, pero también más light. Las formas generales del crossover han perdido algo de rudeza para hacerlo más atractivo a los clientes que habitualmente caían rendidos a los turismos convencionales.
Si hablamos de competidores para el Ford Kuga PHEV, hablamos de modelos de la talla del Citroén C5 Aircross Hybrid, el Opel Grandland 1.6 Híbrido, el Peugeot 3008 Hybrid, el DS 7 Crossback E-Tense, el Mitsubishi Outlander PHEV, el Volkswagen Tiguan eHybrid o el CUPRA Formentor 1.4 e-Hybrid, entre otros. Entre todos ellos, es de lo más interesante en precio.
Diseño exterior
El nuevo Ford Kuga PHEV se presenta en el mercado con una evolución en el lenguaje de diseño de la firma del óvalo, la nueva filosofía empleada en el Focus que fusiona un diseño exterior emocional con una trabajada aerodinámica gracias a que la gestión del flujo de aire alrededor del vehículo desempeña un papel fundamental en el desarrollo de los modelos.
En conjunto, un exterior menos robusto, pero muy escultural y atlético, que luce un perfil más bajo y elegante, con cortos voladizos delanteros y traseros, esquinas truncadas y características aerodinámicas armoniosamente integradas. Además, la posición del habitáculo hacia atrás proporciona una postura fuerte y dinámica con una impresión compacta.
En el frontal, llama especialmente la atención la gran parrilla, una seña de identidad de la última generación de modelos Ford. A ambos lados de la parrilla nos encontramos con unos alargados faros delanteros que, según el acabado, pueden montar tecnología Full LED e incluso ser adaptativos de manera opcional, aunque su funcionamiento no es reseñable.
El paragolpes cuenta con ángulos marcados para incrementar la sensación de deportividad, al tiempo que el capó queda definido por unos esculpidos nervios.
En este sentido, el Sistema de Iluminación Frontal Adaptativa ajusta el ángulo y la intensidad de los faros para adaptarse al entorno de conducción, añadiendo luces largas que no deslumbran, lo que evita la posibilidad de deslumbrar accidentalmente a otros conductores y ayuda a los usuarios a ver mejor la carretera por la noche.
La parte inferior logra que el diseño parezca más asentado sobre la carretera. Una entrada de aire en posición horizontal resalta la anchura del modelo. A ambos lados de la misma, el Kuga ST Line X cuenta con unos embellecedores que integran los faros antiniebla LED con función cornering de serie. No faltan los sensores de aparcamiento delanteros.
Visto de perfil, el aumento de la distancia entre ejes en 20 milímetros hace posible incrementar el diámetro del neumático, lo que permite elevar los pasos de rueda y reducir la percepción de la longitud y la masa visual. Tampoco falta en el caso de este ST-Line X una altura rebajada en 13 mm, con muelles, amortiguadores y barras estabilizadoras afinados.
En dimensiones, hablamos de una longitud de 4.61 metros (+83 mm), una anchura de 1.88 metros (+45 mm) y una altura de 1.67 metros (-42 mm), todo ello acompañado de una batalla de 2.710 milímetros. Las vías delantera y trasera alcanzan los 1.597 mm y 1.588 mm, respectivamente. La altura libre varía según el modelo entre 191 y 160 mm (este PHEV).
Los espejos retrovisores integran los intermitentes, cuentan con plegado automático y equipan el detector de ángulo muerto (BLIS) opcional.
Esta versión se diferencia por la toma de carga en la aleta delantera izquierda y la insignia PHEV trasera. Las llantas negras de 20 pulgadas son opcionales, estando calzadas con neumáticos Continental PremiumContact 6. Estos ofrecen mayor agarre que los EcoContact y unas dimensiones 245/45 R20 103V XL. Tras las llantas podemos equipar unas pinzas de freno en color rojo.
La superficie de las puertas queda limpia de ornamentaciones, pero permite equipar el protector de puertas que se despliega al abrir las mismas. Igualmente, el área acristalada es generosa, favoreciendo la visibilidad, al tiempo que los atrevidos elementos de los estribos inferiores del ST-Line X dirigen el aire a las entradas del difusor de aire.
El Paquete Tech integra el aparcamiento asistido, la cámara de visión trasera, ACC, BLIS, detector de fatiga y el protector de puertas.
En la parte trasera, las luces con tecnología LED confieren al Kuga PHEV una mayor visibilidad y lo hacen más reconocible sobre la carretera. Los nuevos pilotos traseros son más anchos y otorgan un aspecto más asentado y robusto al SUV. Adicionalmente, el hecho de que los pilotos cuenten con dos colores permite cierto contraste en las pinturas claras.
La parte superior de la luneta trasera se encuentra protegida por un spoiler con la tercera luz de freno integrada y dos aletines laterales en negro brillante. Dicho spoiler trasero deportivo, las llantas de aleación de 18” y las pinzas de freno rojas forman parte del paquete ST Line exterior. A media altura encontramos el logo de la marca y la denominación del modelo.
Hay que señalar que el marcado paragolpes y el difusor trasero de los ST Line X tiene un estilo más agresivo, igual que las aberturas frontales son más grandes para mejorar el rendimiento y revelar los componentes del motor que hay detrás. En el difusor se integran dos salidas de escape y no faltan en la zaga los sensores de aparcamiento posteriores.
Diseño interior
Al igual que en el exterior, el interior del nuevo Kuga PHEV presenta nuevos elementos de diseño y materiales que le confieren un carácter distintivo, como el efecto de fibra de carbono y las costuras rojas de este acabado. Esta versión híbrida enchufable se distingue del resto por el selector de marchas con el modo ‘L’ y la instrumentación específica.
Es evidente que se ha llevado a cabo un importante salto de calidad, con un diseño más limpio y minimalista. Si había algo que no nos gustaba de su predecesor era la gran cantidad de botones que se concentraban en la consola central. Ahora vemos un extra de calidad, junto con un volante forrado en piel de tres radios que garantiza un buen tacto para el conductor.
Si bien seguimos encontrando plásticos duros en algunos elementos, especialmente en las partes más bajas, la percepción visual es mejor y su acabado está más cuidado que antes. Además, gracias a la presencia de diferentes molduras que en este caso imitan la fibra de carbono se ha conseguido reforzar aún más la calidad del habitáculo.
Como se puede ver, ahora todos los elementos del salpicadero imprimen un diseño más limpio y ordenado, empezando por dejar solo los botones más necesarios (los del climatizador bizona y el sistema multimedia esencialmente). Los asientos son cómodos y ofrecen buen agarre en el respaldo, aunque lo cierto es que podrían mejorarse el agarre en la banqueta.
La gran cantidad de elementos tapizados aumentan la sensación de calidad y solidez.
Los asientos de Vinilo (Salerno) ofrecen ajustes eléctricos para el conductor, con ajuste lumbar e incluso calefacción gracias al Paquete Invierno. Este añade parabrisas térmico, asientos delanteros/traseros con calefacción y volante calefactado. Para transmitir mayor calidad, la mayoría de los huecos portaobjetos están revestidos de goma.
Por su parte, el volante equipa el Paquete Tech, que añade una serie de botones para tener a mano funciones como el control de crucero y el selector de distancia a mantener con el vehículo que nos precede. Incluye asistente de evasión de obstáculos, control de crucero adaptativo, control de luces de carretera y reconocimiento de señales de tráfico.
En cuando al sistema multimedia, equipa de serie una pantalla de 8 pulgadas en todos los acabados con SYNC 3, navegador y sistema de sonido B&O Play en algunos acabados. Su funcionamiento, fluidez, percepción táctil y gráficos son satisfactorios y ofrece gran visibilidad, pero muchas veces saltan mensajes molestos que desvían la atención.
Un detalle que he notado en todos los Ford que he probado es que la pantalla del sistema multimedia se calienta excesivamente.
En la consola central encontramos un reposabrazos deslizable con guantera, diversos espacios portaobjetos, la palanca de cambios (o el selector giratorio en este caso) y el freno de estacionamiento eléctrico. El cargador inalámbrico de smartphone es de serie en este acabado y los cinturones de seguridad pueden regularse en altura, lo que es un punto a favor.
La instrumentación digital específica tiene un tamaño de 12,3 pulgadas y muestra toda la información necesaria de manera clara e intuitiva, pero apenas ofrece posibilidades de personalización más allá de su aspecto al seleccionar los diversos modos de conducción. Ofrece información del sistema de impulsión híbrido, como el potenciómetro.
La sensación de amplitud y espacio ha mejorado notablemente, gracias en parte a la generosa superficie acristalada. Las dimensiones en el interior han crecido, especialmente en lo que se refiere a anchura para los hombros en todas las plazas, y se sitúa en una posición privilegiada respecto a sus oponentes directos en todas las cotas.
En las plazas traseras nos sorprende el buen espacio disponible para las piernas, algo más limitado para la cabeza con techo panorámico si llevamos a pasajeros de más de 1,90 metros (aunque es cierto que no es lo normal). Está homologado para cinco ocupantes, aunque como suele ser habitual en este segmento, cuatro pasajeros viajarán con mayor comodidad.
En las plazas exteriores encontramos anclajes ISOFIX.
Me ha gustado la banqueta trasera deslizable (145 mm) y con ajuste del respaldo en diferentes posiciones, ya que permite dar algo más de espacio al maletero. Por supuesto, no falta un apoyabrazos central. En general, el interior del nuevo Ford Kuga PHEV merece una nota alta, aunque en los niveles de acabado más básicos notaremos la diferencia.
Las plazas posteriores cuentan con salidas de ventilación centrales y tomas USB.
El maletero del PHEV es pequeño respecto al resto de la gama y de sus rivales. Disponemos de un mínimo de 411 litros y un máximo de 581 litros de capacidad, contando con un portón eléctrico de gran tamaño. La doble bandeja para el maletero nos permite jugar con la capacidad y, al plegar los asientos traseros -60:40-, podemos ampliarla hasta 1.481 litros.
Tiene unas formas muy regulares, iluminación, ganchos de plástico y perchas en las paredes laterales. Bajo el piso vemos una rueda de repuesto de emergencia y pequeños huecos para las herramientas. La cortinilla cubre equipaje va unida al portón y es de material flexible, adaptándose a la forma de la carga cuando el portón se cierra.
Motorización Ford Kuga PHEV
La gama del Ford Kuga en gasolina está disponible con un motor 1.5 Ecoboost de 120 o 150 CV, siempre en combinación con una caja manual de seis velocidades y tracción delantera. Pasando al diésel, los usuarios podrán elegir el propulsor 1.5 EcoBlue con 120 CV, el cual podemos asociar a la caja manual de seis velocidades o a la transmisión automática de ocho.
La tracción es delantera. Le sigue el bloque 2.0 EcoBlue con 190 CV que se ofrece solo con caja automática de ocho velocidades y tracción total. Una acertada opción es el diésel con hibridación ligera a 48V (Mild Hybrid), el 2.0 EcoBlue con 150 CV, caja manual de seis relaciones, tracción delantera y distintivo medioambiental ECO de la DGT.
En todos es de serie el sistema Stop&Start cuyo funcionamiento destaca por suavidad.
El híbrido convencional, bautizado como 2.5 Hybrid FHEV, combina el bloque de 2.5 litros en gasolina con otro eléctrico para conseguir una potencia total de 200 CV. Se puede elegir con tracción sencilla al eje delantero o total a las cuatro ruedas, y siempre con una caja de cambios automática de tipo CVT. Se beneficia del distintivo medioambiental ECO de la DGT.
El híbrido enchufable, conocido como 2.5 Hybrid PHEV, equipa el motor gasolina de aluminio con 2.488 cm3, 152 CV (112 kW) a 5.500 rpm y 200 Nm de par a 4.500 rpm. Se asocia a un motor eléctrico con 132 CV (97 kW), dando como resultado una potencia total combinada de 224 CV (165 kW). La cifra de par oficial no ha sido comunicada por la marca.
La batería de iones de litio y cuenta con una capacidad de 14,4 KWh brutos (10,6 kWh netos). Esto garantiza una autonomía WLTP en modo 100% eléctrico de 56 kilómetros, cifra a la que no resulta difícil aproximarse en una conducción sosegada por vías interurbanas. Además, se beneficia de la pegatina CERO de la DGT.
Dependiendo del sistema de carga empleado, se supone que podemos recargar la batería en 6 horas con un enchufe estándar (2,6 kW) o en 3,3 horas con un Wallbox de 3,7 kW. Según el ordenador de a bordo, es más tiempo. La potencia de recarga máxima en C.A. es de 3,6 kW y con el coche se entregan dos tipos de cables de carga, Schuko y Menekes.
Respecto a sus prestaciones, hablamos de una mecánica que mueve con agilidad al Kuga PHEV sin ofrecer cifras de infarto. Avanza con la suavidad característica de un vehículo eléctrico a baja velocidad y buen confort en autopista. Ford ha trabajado bien la entrada en funcionamiento del motor, con transiciones suaves en aceleraciones normales.
Algo menos agradables son las aceleraciones intensas, donde el sonido del motor de gasolina se hace notorio en el habitáculo. Las cifras de rendimiento son buenas y la carga de la batería no influye en ellas. Ofrece una aceleración de 0 a 100 km/h en 9.2 segundos, una recuperación de 80 a 120 km/h en 6.2 segundos y una velocidad máxima de 200 km/h.
El consumo homologado es de 1.4 l/100 km en WLTP. Durante una conducción real, los consumos son prácticamente nulos en ciudad, pudiendo rodar en vías interurbanas por debajo de los 5 litros si llevamos la batería cargada y los trayectos no son muy largos. En autopista, el consumo fue de 5.3 litros con la batería cargada y de 5.8 litros sin carga.
Lo mismo ocurre en ciudad, si no recargamos la batería, es fácil ver consumos en torno a los 6 litros. Tras 4.880 km recorridos, el ordenador de a bordo indicaba una media de 4.6 l/100 km, con un total de 2.701 km circulados en modo eléctrico. La media de consumo del motor eléctrico fue de 20,6 kWh. El depósito de combustible tiene una capacidad de 45 litros.
Para modificar diversos parámetros del vehículo, encontramos cinco modos de conducción: Eco, Normal, Sport, Resbaladizo y Pista. A estos se unen en el botón EV otros cuatro modos específicos del sistema híbrido: Auto (híbrido), EV (eléctrico), Ahorro (mantiene la carga de la batería) y Recarga de la batería.
Cabe destacar que estos modos son flexibles en su funcionamiento, ya que en el híbrido se prioriza el avance en modo eléctrico; y en los modos de ahorro y recarga el motor eléctrico apoya al de combustión en numerosas ocasiones. Incluso sin carga, el Kuga PHEV intenta avanzar siempre que puede en eléctrico, y eso se nota favorablemente en los consumos.
Es posible recargar también la batería con la frenada regenerativa en modo normal o con mayor intensidad en la posición ‘L’ del selector de cambios. Lo que no encontramos son levas tras el volante para elegir diferentes niveles de regeneración.
Version | 2.5 PHEV ST Line X - 4 cilindros en línea |
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Cilindrada | 2.488 cm³ |
Potencia | 224 CV (165 kW) |
Par | N.D. |
Peso | 1.844 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.614 / 1.883 / 1.675 mm |
Volumen Maletero | 411 - 581 (1.481) litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 9,2 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 6,2 segundos |
Velocidad máxima | 200 km/h |
Consumo homologado | 1,4 l/100 km en ciclo combinado |
Autonomía eléctrica | 56 kilómetros WLTP |
Emisiones CO2 por km | 32 g/km de CO₂ (Euro 6) |
Pegatina de la DGT | Cero |
Precio de partida | 44.169 euros (este motor y acabado sin descuentos ni extras) |
Comportamiento Ford Kuga PHEV
En el apartado dinámico, si bien el Ford Kuga PHEV es un crossover, los ingenieros de la firma del óvalo azul han hecho un gran esfuerzo por lograr una postura y una conducción similares a las de un turismo. La pega del híbrido enchufable es su enfoque exclusivo para carretera, ya que su peso es mayor, la tracción es sencilla al eje delantero y la altura libre al suelo reducida.
En carretera muestra un aplomo y una estabilidad realmente buenas, sin llegar a ser tan cómodo como un Mondeo. En tramos de curvas pierde puntos respecto a las versiones de combustión interna, que sorprenden gratamente por su agilidad. La visibilidad es buena en todos los ángulos, incluso a través de la luneta trasera, contando con diversos asistentes.
El diámetro de giro es de 11,38 metros entre bordillos, como en otras versiones. Gracias a ello y a una desmultiplicación de la dirección de 13,75 ofrece buena capacidad para maniobrar. Además, la dirección cuenta con asistencia en función de la velocidad y varía la resistencia en función del modo de conducción seleccionado.
Esto hace que se sienta muy asistida en los primeros grados de giro y transmite una información meramente aceptable. Aun así, las reacciones son suficientemente rápidas y precisas para el uso habitual que se le va a dar a un modelo como este. Se complementa con unas reacciones naturales y seguras, pero unos cambios de apoyo poco ágiles.
A pesar de ello, sigue siendo de los mejores SUV PHEV dinámicamente hablando. Equipando unos neumáticos con buen agarre, nos permite rodar rápido. El trabajo de las ayudas es eficaz y rápidamente cortan la tendencia subviradora del Kuga sin que ni siquiera lo notes. En este sentido, ayuda también mucho el conjunto de suspensiones específicas más duras.
Sí, el tarado de la suspensión en los acabados deportivos es el que marca las diferencias de comportamiento. Ford ha incorporado pequeñas mejoras en el conjunto para obtener desde un mayor agarre hasta un aumento de la rigidez torsional, por lo que los Kuga ST Line y ST Line X se sienten más cómodos cuando tratamos de buscarles las cosquillas.
Pese a que la suspensión deportiva no es la más cómoda, tampoco cansa excesivamente recorrer kilómetros con él. El esquema tipo McPherson delantero y multibrazo trasero ofrecen una capacidad de filtrado del asfalto y sus imperfecciones más que razonable, siempre y cuando el estado del firme no esté muy deteriorado u ondulado.
Eso sí, es justo decir que, en comparación con otros modelos del mismo segmento o el acabado Titanium, no destaca por la comodidad que aporta en carretera. A cambio, en un puerto de montaña o una carretera revirada, contiene mejor los balanceos. Frente a otros modelos de Ford, también destaca por contar con un habitáculo bien aislado del exterior.
El equipo de frenos ofrece un tacto particular. Requiere de cierto período de adaptación a causa de la frenada regenerativa, que asiste en exceso inicialmente y transmite sensación de falta de mordida en frenadas intensas. El Kuga ST Line X PHEV equipa discos ventilados de 330 mm de diámetro en el eje delantero y discos macizos de 302 mm en el eje trasero.
En conjunto, resulta complicado aplicar la fuerza de frenado deseada, especialmente en una conducción más dinámica.
Fuera del asfalto, tampoco se siente más cómodo que un Ford Puma. La altura libre al suelo de apenas 160 mm en este acabado, por lo que no es ni mucho menos un SUV para ir más allá de pistas de baja dificultad sin asfaltar. Su ángulo de entrada es de 18.8 grados en este acabado, mientras que el ángulo de salida se detiene en 24,4 grados.
Respecto a las asistencias a la conducción y de seguridad, podemos contar con programador de velocidad activo, avisador de ángulo muerto, asistente para el mantenimiento en el carril con detección de superficies diferentes al asfalto en los laterales, sistema de aparcamiento asistido, sensor de tráfico cruzado trasero, frenada de emergencia con detección de peatones…
Equipamiento y precio
En el nuevo Ford Kuga PHEV los niveles de acabado disponibles son los ST-Line, ST-Line X, Vignale y Graphite Tech. Desde el básico contempla el acceso y arranque sin llave, climatizador automático de dos zonas, llantas de 18 pulgadas, sistema de navegación con pantalla de 8 pulgadas, radio DAB, Apple CarPlay, Android Auto, puerto USB, bluetooth, freno de mano eléctrico…
También de serie son los cuatro elevalunas eléctricos, frenada automática en ciudad, alerta de cambio de carril, aviso pre-colisión, detector de fatiga, encendido automático de luces, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, control de crucero con limitador, mantenimiento de carril, módem integrado y cargador inalámbrico, entre muchos otros.
Los ST-Line X añaden cristales privacidad, faros Full LED, control de luces automático (larga/corta), apoyabrazos trasero con portavasos, tapizado en cuero, SYNC + Pantalla táctil de 8 pulgadas + Navegador + cuadro de mandos 12.3 pulgadas + DAB + 10 altavoces sonido B&O y detector de fatiga.
En cuanto al acabado Vignale, posee el paquete cromado exterior completo, asientos con reglaje eléctrico, tapizado en piel premium, asientos calefactables, sistema de sonido B&O, subwoofer, selector de modos de conducción, instrumentación digital con pantalla de 12,3 pulgadas, cargador de móvil sin cables, cámara posterior y portón trasero automático.
Otros elementos de serie son los cristales sobretintados laminados, faros Full LED inteligentes, sensor de lluvia, llantas de aleación de 18 pulgadas, SmartBeam, espejo interior fotosensible, retrovisores abatibles, sistema de cancelación de ruido, parrilla frontal «Vignale», paquete iluminación interior…
Los Graphite Tech se distinguen por el color Gris Matter exterior, llantas de 19 pulgadas en negro, Head-Up Display, cámara frontal, control de crucero adaptativo con reconocimiento de señales y Stop & Go (en automáticos), aviso de ángulo muerto, asistente de aparcamiento y el Pack Styling ST-Line. El Black Pack es opcional.
En España, los precios recomendados de la gama Ford Kuga PHEV 2023 sin descuentos ni promociones arrancan en 44.890 euros, elevándose hasta los 51.921 euros en el caso del acabado Graphite Tech. Esta versión ST Line-X arranca en unos 48.473 euros. Con todos los descuentos y el Plan Moves III se queda en un precio bastante interesante para lo que ofrece.
Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.5
Notable
El Ford Kuga es uno de los SUV más completos y polivalentes que podemos encontrar en nuestro mercado. Recientemente se ha puesto al día -y falta le hacía- con una imagen más fresca, la llegada de interesantes novedades mecánicas y un aumento del nivel de equipamiento. Es un gran coche que cumple en todos los entornos satisfactoriamente, resultando uno de los pilares fundamentales en el nuevo plan estratégico de Ford.
Lo bueno
- Se mantienen los botones esenciales en lugar de aglutinarlos en una pantalla.
- Espacio notable en el habitáculo, especialmente en la segunda fila de asientos, que es regulable longitudinalmente y con ajuste de posición para el respaldo.
- Mecánica muy equilibrada, ofrece buenas prestaciones con unos consumos racionales y la posibilidad de circular en modo eléctrico.
- Buena relación equipamiento-precio. Inferior al de sus rivales.
- Beneficios de la pegatina CERO de la DGT.
Lo mejorable
- Presencia de algunos plásticos rígidos y ajustes que podrían mejorarse, pero no quedan a la vista y el conjunto transmite empaque.
- Sensible merma en el confort a la hora de viajar a causa de la suspensión deportiva.
- Debido al peso adicional del sistema y la puesta a punto de la dirección pierde agilidad y precisión respecto a las versiones con motor de combustión.
- Pierde maletero respecto a otras versiones y en conjunto es pequeño si lo comparamos con el de sus rivales.
- El PHEV solo se ofrece con tracción al eje delantero y la altura libre al suelo es reducida.
- El tacto de los frenos no termina de convencer.
La información no es correcta en lo que se refiere a los cables de conexión en los híbridos enchufables. Pone que vienen dos cables de serie, pero a mí sólo me proporcionaron la conexión doméstica.