El Jeep Compass ha sido uno de los mayores aciertos de la firma estadounidense de los últimos años, junto con el Renegade. La segunda generación del crossover compacto ha conseguido captar la atención de los usuarios, logrando un elevado éxito comercial dentro y fuera de Europa. Hoy probamos el Jeep Compass 4xe 240 CV AWD Trailhawk.
La primera generación del Jeep Compass aterrizó en Europa en 2006. Si bien no fue precisamente un éxito de ventas por comportamiento y acabados, cautivó por diseño. La segunda generación del modelo no tenía nada que ver y buena prueba de ello ha sido su éxito, alzándose como el Jeep más vendido en el Viejo Continente.
El Jeep Compass se actualizó ligeramente en 2021 para presentar una imagen más fresca, un interior más cuidado, mecánicas más eficientes y una dotación más completa. Ahora, en 2023, la gama mecánica se ha reducido aún más. Ya solo quedan a la venta las opciones con micro hibridación (ECO) y las híbridas enchufables (CERO).
Como competidores destacables cabe mencionar los Opel Grandland, Ford Kuga, Lynk&Co 01, Nissan Qashqai, Renault Kadjar, SEAT Ateca, VW Tiguan, Peugeot 3008, Škoda Karoq, Lexus NX, Hyundai Tucson, Toyota RAV4 o KIA Sportage. Por precio, se sitúa por encima de la práctica totalidad de los rivales mencionados.
Diseño exterior
El Jeep Compass aporta un nuevo nivel de sofisticación a la marca. Además, es uno de los modelos que más gustan de Jeep por diseño. Si bien luce más SUV que el Renegade, junto al que se fabrica en Italia, mantiene múltiples detalles únicos con los rasgos característicos de Jeep. Por ejemplo, la parrilla frontal de siete ranuras.
A ambos lados tenemos unidos los faros LED, lo que aporta mayor sensación de anchura. Su nueva firma lumínica parece sujetar el capó, en este caso con vinilos específicos y que desemboca en una amplia luna delantera. Las luces antiniebla son también LED y se ubican más abajo, en el robusto paragolpes plástico.
Dicho paragolpes, que en el Trailhawk mejora las cotas off road, integra a su vez otras dos entradas de aire. En la parrilla intermedia podemos apreciar que también se ubican los radares de las ADAS. No faltan los sensores de aparcamiento delanteros, que en el Trailhawk están reubicados para evitar dañarlos.
La vista lateral es atractiva. Llaman la atención los marcados pasos de rueda y sus cuadradas líneas. Las puertas ofrecen protecciones plásticas en su extremo inferior y una superficie acristalada amplia. Para la carrocería tenemos un total de cinco colores, cuatro de ellos combinables con el techo negro. En este caso vemos el Blanco Alpine sólido.
La insignia Trail Rated de los laterales y Trailhawk trasera son específicas de este acabado.
Esta unidad luce unas llantas de diseño específico en tamaño de 17 pulgadas. Están calzadas con neumáticos Goodyear Ultra Grip Performance en dimensiones 235/60 R17 102H en ambos ejes. En dimensiones, alcanza los 4.40 metros de largo, 1.87 metros de ancho y 1.66 metros de alto. La distancia entre ejes es de 2.636 mm y la altura libre de 213 mm.
Los cortos voladizos mejoran las cotas off road; al tiempo que la horizontal zaga parece asentarlo sobre el asfalto. Tenemos unos pilotos LED divididos por el amplio portón y un paragolpes plástico con un gancho para remolcar. La inscripción 4xe y los detalles en azul revelan su naturaleza PHEV. El puerto de carga está en la aleta trasera del lado del conductor.
Los accesorios de Jeep Performance Parts (JPP) y Mopar mejoran el rendimiento fuera del asfalto y la estética.
Sobre el techo encontramos barras longitudinales en negro y, en opción, un techo solar. Uno de los puntos fuertes del Jeep Compass son las amplias posibilidades de personalización. El catálogo de accesorios ofrece embellecedores, protecciones, pegatinas para la carrocería, ganchos de remolque, accesorios de techo…
Diseño interior
En el interior, el Jeep Compass deja de lado la herencia todoterreno de la marca para centrarse en la sofisticación y la calidad. No tiene nada que ver con el Renegade. Es ergonómico, tecnológico y cómodo, contando en esta nueva entrega con mayores superficies en materiales blandos. Los ajustes entre piezas también se han trabajado.
Sin ser lujoso, queda bien posicionado en el segmento. Vemos materiales de tacto blando y vistoso en las partes más altas; mientras que para el resto se opta por los plásticos rígidos de tacto correcto. Mantiene la sensación de solidez propia de la marca. Característico de esta versión es el ‘Trailhawk’ bordado en rojo en los asientos.
El sistema UConnect en este acabado cuenta con una pantalla táctil a color de 10,1 pulgadas. Preside el salpicadero y funciona mucho mejor que la anterior. Vemos mejores gráficos, una interfaz fluida y mejor respuesta. Eso sí, la estructuración de los menús resulta confusa. Incluye Apple CarPlay y Android Auto inalámbricos, bluetooth, DAB…
Bajo la pantalla, sobre las salidas de ventilación, tenemos algunas funciones de acceso rápido muy cómodas. Por debajo quedan los controles físicos del climatizador bizona. Una moldura decorativa intermedia parece dividir el salpicadero en dos niveles. Ya en la consola hay un hueco con las tomas USB, USB-C, 12V y carga inalámbrica.
Tras el cómodo volante, que tiene los controles del sistema multimedia por detrás, vemos un cuadro de instrumentos digital de 10,25 pulgadas. Tiene una calidad correcta y diversas pantallas con abundante información, quizá demasiada. Echo en falta una vista más clásica y un mejor orden en los menús. En todo caso es cuestión de gustos.
Los cinturones de la primera fila tienen regulación en altura.
También ha mejorado la consola central. Es más ergonómica y cuenta con la palanca de cambios como protagonista, junto a los botones de tracción, el control de descenso de pendientes y el freno de mano eléctrico. No faltan los posavasos -sin cortinilla para cubrirlos- y un reposabrazos deslizable con una guantera en el interior.
En términos de habitabilidad, el Compass ofrece un acceso y espacio correctos en ambas filas. En las plazas posteriores destaca en espacio para las piernas, con una altura y anchura en la media. Dos adultos de hasta 1,85 metros viajarán cómodos. En estas plazas hay salidas de ventilación, tomas USB, 12V y un enchufe convencional.
El maletero cubica 420 litros en el PHEV. Los asientos traseros pueden plegarse -60:40- para ganar hasta 1.230 litros. En el maletero encontramos e iluminación, ganchos, bolsas laterales y ajuste del piso en altura. Debajo cabe una rueda de repuesto. El portón es de apertura y cierre eléctricos. El borde de carga está a 790 mm del suelo.
Motorización Jeep Compass 4xe 240 CV AWD
La gama mecánica contempla una opción microhíbrida y dos híbridas enchufables. La versión PHEV más sencilla posee 190 CV de potencia y, el tope de gama, 240 CV. En ambos casos la tracción es total y cuentan con el distintivo CERO de la DGT. El e-Hybrid microhíbrido eroga 129 CV. Todos cuentan con caja automática de 6 o 7 relaciones.
En esta ocasión hemos optado por el híbrido enchufable más prestacional. Combina un motor de gasolina con otro eléctrico para conseguir una potencia total de 239 CV (176 kW). La caja de cambios elegida es automática con seis velocidades por convertidor. Esta opción mecánica también posee tracción total.
La batería que incluye tiene una capacidad de 11,4 kWh. Se pueden recorrer 47 km según el ciclo de homologación WLTP. El cargador de abordo posee una potencia máxima de 7,4 kW y necesita un tiempo de 1,7 horas para una carga completa (5 horas a 2,3 kW). Posee la etiqueta CERO emisiones de la DGT.
En concreto, el Compass híbrido enchufable combina un motor gasolina de cuatro cilindros en aluminio con 179 CV (132 kW) a 5.750 rpm y 270 Nm de par entre las desde las 1.850 rpm; y un propulsor eléctrico de 60 CV (44 kW) y 250 Nm de par. El sistema Start / Stop está equipado de serie en todas las versiones.
Es la versión más potente, pero también la más pesada (1.935 kg). Debido a ello, las prestaciones no son excesivamente superiores a las de otras versiones. Con todo y con eso, este conjunto mecánico es más que suficiente para mover con soltura al Compass incluso circulando cargados. Eso sí, en ningún caso hablamos de un coche prestacional.
Es muy progresivo en su aceleración y el pedal del gas ofrece una notable resistencia para que seamos más ‘eco’. Para que os hagáis una idea, en cifras, alcanza los 100 km/h desde parado en 7,3 segundos. Recupera de 80 a 120 km/h en 6.1 segundos entre marchas y declara una velocidad punta de 201 km/h (135 km/h en eléctrico).
La respuesta al acelerador es buena, aunque no haya carga en la batería. Esto nos aporta un plus de confianza a la hora de adelantar o hacer salidas rápidas. Los modos de conducción son los Híbrido, Eléctrico y e-Save. Este último puede configurarse para mantener el nivel de carga o cargar la batería con el motor de combustión.
Lógicamente, en la función de carga aumenta considerablemente el consumo. También podemos modificar el nivel de retención de la frenada regenerativa mediante un botón ubicado bajo la pantalla del salpicadero. La retención no resulta especialmente acusada al levantar el pie del acelerador, lo que lo hace muy cómodo.
Destaca en este modelo un buen aislamiento de la mecánica, que suena muy natural. Es perceptible en aceleraciones fuertes, pero no resulta molesta, y queda bien disimulada. La gestión de la transmisión automática es cómoda y las transiciones entre marchas son correctas en suavidad y rapidez para el enfoque del modelo.
El cambio sube de marcha en torno a las 2.000 rpm. Circulando a 120 km/h en sexta velocidad, el motor gira a 2.300 rpm. Lo que me ha parecido mejorable a la hora de optimizar la carga de la batería en autopista es la gestión del sistema, que siempre trata de ir en modo eléctrico. Creo que debería equilibrarse un poco más.
Respecto a los consumos, Jeep homologa un combinado de 2 l/100 km. En una conducción real, aprovechando las capacidades de la batería, he logrado obtener 6,8 litros en autopista. Sin batería y con una orografía desfavorable, no es difícil superar los 7 litros holgadamente. En ciudad, sin batería, rondamos estas mismas cifras.
Con la batería cargada, en ciudad podemos movernos de manera totalmente eléctrica. Frente a los 47 km en eléctrico que homologa Jeep, he conseguido hacer 54 km con una sola carga. Tras la semana de pruebas, la media de consumo se situó en 5,8 l/100 km. Me parece una cifra razonable. El depósito de combustible tiene solo 36,5 litros.
Version | Trailhawk 4xe 240 - 4 cilindros en línea + eléctrico |
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Cilindrada | 1.332 cm³ |
Potencia | 239 CV (176 kW) |
Par | N.D. |
Peso | 1.935 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.398 / 1.874 / 1.664 mm |
Volumen Maletero | 420 (1.230) litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 7,3 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 6,1 segundos |
Velocidad máxima | 201 km/h |
Consumo homologado | 2 l/100 km en ciclo combinado |
Autonomía eléctrica | 47 kilómetros WLTP |
Emisiones CO2 por km | 46 g/km de CO₂ (Euro 6) |
Pegatina de la DGT | Cero |
Precio de partida | 51.900 euros (este motor y acabado sin descuentos ni extras) |
Comportamiento Jeep Compass 4xe 240 CV AWD
Lo primero que sorprende al ponerte al volante del Jeep Compass Trailhawk es la altura del puesto de conducción. Parece más alto de lo que en realidad es. Esto, sin duda alguna, favorece la visibilidad tanto en ciudad como fuera del asfalto. Quizá la única pega es el impacto de estos neumáticos todoterreno en la calidad de rodadura.
Si le vas a dar un uso urbano o de mucha carretera, el Trailhawk no es la mejor opción. En ese caso, apuesta por una opción con neumáticos de carretera, ya que es un SUV con empaque y con buen rodar en autopista. Igualmente, la insonorización está bien trabajada, aunque no sobresalga en este aspecto en el segmento.
Por el contrario, si le vas a dar mucho uso en el campo, es la alternativa más recomendable. A su altura libre al suelo de 213 mm se unen unos ángulos de entrada, ventral y salida de 30.4º, 20.9º y 33.3º, respectivamente. Además, los neumáticos muestran un gran agarre y la capacidad de vadeo crece hasta los 483 mm.
Cabe también destacar la presencia del bloqueo del diferencial, el control de descenso de pendientes y la reductora. Gracias a todo ello, el Jeep Compass Trailhawk se postula como uno de los mejores SUV (si no el mejor) para salir del asfalto con cierta frecuencia. Además, hay numerosos accesorios para proteger la carrocería.
Por otra parte, los distintos modos de conducción del sistema Select-Terrain permiten adaptar diversos parámetros del vehículo a nuestras necesidades. Es el caso de la tracción, la potencia y par de salida o la sensibilidad del pedal del acelerador, entre otros. En el Trailhawk encontramos los modos Rocas, Arena / Barro, Nieve, Auto y Sport.
En carretera, cumple en todos los aspectos, pese a no destacar en ninguno, ni para bien ni para mal. Es cómodo y presume de cierta agilidad, con reacciones seguras y balanceos contenidos. El Trailhawk monta una suspensión de «alto rendimiento» formada por un esquema McPherson en ambos ejes. El tarado tiene una firmeza intermedia.
Por lo tanto, es un coche cómodo tanto en la ciudad como en los largos viajes, e incluso fuera del asfalto. Ni siquiera en los resaltos o pasos de peatones elevados la suspensión resulta seca, aunque no reduzcamos la velocidad. Es cierto que hay opciones más cómodas en el segmento, pero en cualquier caso, no se le pueden sacar pegas en este sentido.
El Jeep Compass también goza de una dirección que marca bien la trayectoria. Eso sí, en ningún caso nos ofrece una rapidez de movimientos y un feedback que nos inviten a circular deprisa por tramos más enrevesados. Tampoco ofrece asistencia en función de la velocidad, pero cumple tanto en ciudad como en autopista con un buen equilibrio.
Respecto a los frenos, éstos cuentan con las particularidades de los híbridos enchufables. La presencia de la frenada regenerativa en el primer tramo del pedal requiere cierto período de adaptación. Más allá de eso, su funcionamiento para este tipo de vehículo es el normal. Monta discos ventilados delante y discos macizos detrás.
En materia de asistencias a la conducción y de seguridad, encontramos control de crucero adaptativo, mantenimiento y alerta de salida de carril, asistente de luces, aviso de ángulo muerto, lector de señales, detector de fatiga… Tampoco falta la frenada de emergencia con detección de vehículos, peatones y bicicletas, que nos ha saltado varias veces cuando no debía.
Equipamiento y precio
Los niveles de acabado se denominan Longitude, Night Eagle, Limited y S, además del campero Trailhawk. En todos los casos llevan de serie faros EcoLED, alerta de cambio de carril, llantas de aleación de 16 pulgadas, aviso pre-colisión, frenada automática en ciudad, detector de fatiga y peatones, y freno de mano eléctrico.
También de serie desde el más sencillo son el aire acondicionado, cuatro elevalunas eléctricos, sistema multimedia con pantalla de 8,4 pulgadas, bluetooth, USB, Apple CarPlay, Android Auto, radio DAB, control de crucero, lector de señales, sensor de aparcamiento trasero, apoyabrazos central delantero, entre muchos otros elementos.
En las versiones más completas podemos encontrar faros Full LED, control de crucero adaptativo, tapizado en piel, climatizador automático, sistema de navegación con pantalla de 10 pulgadas, acceso y arranque sin llave, asientos calefactables y eléctricos, portón automático, detector de objetos en ángulo muerto, etcétera.
Los precios recomendados para la gama Jeep Compass 2023 arrancan en 39.775 euros sin descuentos ni promociones para la versión híbrida. Por su parte, el híbrido enchufable más asequible arranca en 48.400 euros sin ayudas ni promociones. Ambas opciones pueden beneficiarse de las ayudas del Plan MOVES III con el descuento de marca.
Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.5
Notable
El Jeep Compass es un crossover compacto que tiene todos los ingredientes para captar la atención de los usuarios, especialmente ahora con las pegatinas ECO y CERO. La variante probada eleva el coste por la hibridación, pero la gama 2023 justifica mejor ese coste con mayor dotación. No es el más amplio ni el que mejor va del segmento, pero logra un buen equilibrio general.
Lo bueno
- El mejor SUV para salir del asfalto por cotas y modos de conducción.
- Calidad percibida y sistema multimedia muy mejorados.
- Detalles para salir del asfalto como alfombrillas de goma. Muchos accesorios todoterreno y de personalización.
- Es muy equilibrado, cumple en todas las facetas de la conducción pese a no destacar en ninguna.
Lo mejorable
- Menor maletero en el PHEV.
- Falta de claridad en la estructuración de menús de la instrumentación y el sistema de infoentretenimiento.
- El asistente de frenada de emergencia va un poco a su aire.
- El Trailhawk es la opción menos recomendable para ciudad y para viajar por su enfoque off road.