El Škoda Superb ya ha aterrizado en nuestro mercado. Este buque insignia de la gama de combustión interna de la marca cambia radicalmente, aunque no lo parezca. Es aún más grande y espacioso, todo ello envuelto en un diseño elegantemente evolucionado y una amplia gama de nuevas tecnologías. Hoy probamos el Škoda Superb 2.0 TDI 193 CV DSG 4×4.
Con seis variantes de propulsión y una aerodinámica mejorada, es más eficiente que nunca. La gama de motores, con potencias comprendidas entre 150 CV y 265 CV, incluye un micro-híbrido y un híbrido enchufable. Este último presume de hasta 120 km de autonomía eléctrica. A diferencia del Volkswagen Passat, se ofrece en carrocerías Sedán y Combi.
En la cuarta generación del Superb, la transmisión es siempre automática. Asimismo, la tracción puede ser a un eje -el delantero- o a ambos. Por su parte, el nuevo, limpio y espacioso interior hace aún más uso de materiales sostenibles. Además, presenta un concepto de control particularmente intuitivo que incluye los Škoda Smart Dials y ChatGPT.
Algunas alternativas generalistas al Superb son los Peugeot 508, Škoda Octavia, Toyota Corolla y Citroën C5X. Entre los premium, tenemos los Audi A6 y Audi A4, BMW Serie 3 y Serie 5 y los Mercedes-Benz Clase C y Clase E. Por precio, está por encima de los generalistas, sin alcanzar a los premium, que son mucho más caros a igualdad de motor y equipamiento.
Diseño exterior
El Škoda Superb recibe una evolución en su diseño donde la aerodinámica juega un papel clave. La marca nos habla de un parabrisas más inclinado y una línea de techo más aerodinámica, así como un spoiler optimizado y nuevas aletas laterales en el Combi. También tenemos espejos exteriores rediseñados y una parrilla delantera activa.
Gracias a las nuevas líneas, la berlina anuncia un coeficiente aerodinámico de 0.23, un mejora del 10% respecto al anterior. Por su parte, la versión familiar llega con un Cx de 0.25, lo que representa un 15% de mejora. En la vista frontal incorpora la nueva parrilla octogonal, el logotipo en el capó y nuevos listones embellecedores en el paragolpes.
Los detalles lucen un acabado en cromo oscuro. Tampoco falta una nueva firma lumínica para los faros LED de serie. Según acabado o en opción también se ofrecen los nuevos faros Matrix LED de segunda generación. Suman funciones adicionales y una firma lumínica aún más característica. En la parte superior, el capó alargado está aún más marcado.
Da paso a una amplia luna delantera que nos brinda una excelente visibilidad hacia delante. En la vista lateral, un marcado nervio bajo la superficie acristalada refuerza la presencia del Superb en sus dos carrocerías. Los cristales son amplios y las lunas traseras pueden tintarse. El área de las puertas queda libre de ornamentaciones.
De esta forma, da un mayor protagonismo a los pasos de rueda. En ellos descansan llantas de 17 a 19 pulgadas. En este caso, calzan unos neumáticos Goodyear Eagle F1 en dimensiones 235/40 R19 96W para ambos ejes. La paleta de colores cuenta con seis nuevas tonalidades. Hay un total de ocho opciones con acabado sólido y metalizado.
En las imágenes vemos los Gris Graphite (Berlina) y Ice Tea Amarillo (Combi).
Otra novedad son las dimensiones. La Berlina mide 4.92 metros de largo (+43 mm), 1.85 metros m de ancho (-15 mm) y 1.48 metros (+12 mm) de alto. La batalla es de 2.841 mm. En la versión Combi, todas las dimensiones son exactamente las mismas, salvo la longitud. Mide 4.90 metros, 40 mm más que la generación anterior, pero 12 mm menos que el sedán.
Sobre el techo podemos montar un techo de cristal panorámico practicable.
En la zaga tenemos una horizontalidad muy marcada y detalles remozados. Es el caso de la denominación en cromado oscuro o el segmento superior del grupo óptico en forma de C. Este se prolonga hasta el portón trasero. Asimismo, toda la zona superior de las luces traseras, compuesta por nuevos elementos cristalinos, está iluminada.
Diseño interior
El interior del Škoda Superb se ha renovado por completo, sumando más huecos portaobjetos y mucho espacio. La nueva estructura de la gama cuenta con tres Design Selections (ambientes interiores). Como es habitual, las pantallas son las protagonistas. Por suerte y, a diferencia del Passat, no se abusa del tedioso negro brillante.
En términos de diseño, el minimalismo está muy presente, con una desaparición prácticamente total de botones. Apenas tenemos los elevalunas, la botonería del volante y, por suerte, los mandos del climatizador de tres zonas. A nivel de calidad, Škoda señala que ha mejorado, haciendo gala de un mayor empaque en conjunto.
En calidad, no llega al nivel de los premium alemanes.
Encontramos múltiples superficies acolchadas, con una gran sensación tecnológica. Pero ojo, también encontramos cierta presencia de plásticos rígidos. Eso sí, lucen buen aspecto y presentan unos ajustes correctos. En términos generales y por precio, me parece una alternativa mejor rematada que el nuevo Passat, primo hermano suyo.
Además, el habitáculo es bastante personalizable. Junto a las combinaciones interiores, encontramos 13 paquetes de opcionales, 15 opciones individuales, tres configuraciones diferentes de asientos delanteros y hasta 28 funcionalidades Simply Clever. Destacan el paraguas (también en Passat), el rascador de hielo, la papelera o los portavasos
Por otra parte, encontramos detalles de calidad. Por ejemplo, la base de los huecos de las puertas forrada o la iluminación ambiental con múltiples colores. También crece notablemente la dotación, sobre todo en seguridad y tecnología. Todo el protagonismo lo asume la nueva pantalla de 10 pulgadas ubicada en el salpicadero.
En opción, puede alcanzar las 13 pulgadas y, en ambos casos, equipa el software MIB4. Se trata de un sistema de mucha calidad que puede recibir actualizaciones inalámbricas, tiene sensores de proximidad, control gestual y por voz con integración de ChatGPT; ofrece una amplia conectividad e incluye Android Auto y Apple CarPlay (inalámbrico).
No solo es más intuitivo, sino que también se han mejorado los gráficos, la fluidez y la sensibilidad y respuesta a nuestras órdenes. Para la instrumentación tenemos otra pantalla de 10 pulgadas de diseño un tanto peculiar. Esta evolución de la anterior presenta buena resolución y claridad en la información, que es abundante. Ofrece cierta personalización.
El Head-Up Display se puede equipar en opción. Las funciones esenciales del climatizador, ubicadas bajo la pantalla y las salidas de aire, son físicas. Škoda los llama Smart Dials, porque, aparte de ser giratorios, ofrecen distintas funciones al pulsarlos. Son similares a los que monta JLR. La información se visualiza en una pantalla a color.
Para algunas funciones se mantienen cuatro botones entre los diales. Este sistema, si bien es original, requiere de cierto período de adaptación para evitar distracciones innecesarias. Ya en la consola central tenemos un hueco portaobjetos con cortinilla con las tomas USB-C de 45W, 12V y la base de carga inalámbrica de 15W refrigerada para el smartphone.
En una posición más retrasada quedan los posavasos y el reposabrazos, deslizable, ajustable en altura y con una generosa guantera. A ambos lados tenemos unos cómodos asientos con un mullido equilibrado y un agarre correcto. En función del equipamiento pueden contar con masaje, ajuste eléctrico y lumbar, calefacción y ventilación.
Los cinturones delanteros, por su parte, tienen regulación en altura; mientras que las manos se posan sobre un volante de cuero, que puede estar calefactado según acabado. Como gran novedad, la palanca del cambio pasa ahora a la columna de dirección, a fin de dejar la consola más despejada. El botón de arranque/parada queda algo más abajo.
Respecto a la habitabilidad, el acceso a las plazas traseras es muy bueno por ángulo de apertura de las puertas y altura del techo. En la segunda fila, el espacio para las piernas destaca especialmente y la altura al techo resulta buena para personas de gran altura. Algo peor es la anchura, aunque sigue sobresaliendo en el segmento, junto al Passat.
En opción hay reposacabezas para viajes y soporte para tabletas en la segunda fila.
A diferencia de otros modelos, la plaza central es medianamente cómoda, aunque presenta las clásicas limitaciones del túnel de transmisión y un mullido algo más duro a causa del reposabrazos central. Cuatro adultos viajarán con gran sensación de espacio y cinco, algo más justos. Detrás hay salidas de ventilación y regulador de temperatura según acabado.
Tampoco faltan las tomas USB-C, huecos en los respaldos delanteros y cortinillas enrollables en las ventanas en opción. En suma, ofrece más espacio interior y un maletero de 645 litros en la Berlina y 690 litros en el Combi (510 litros el PHEV). Sobresale en el segmento. Abatiendo los asientos -60:40- el volumen asciende hasta 1.920 litros, quedando el piso plano.
El aspecto del maletero está bien cuidado y es fácil plegar y desplegar los asientos sin apenas esfuerzos. Cuenta con correcta iluminación, un pequeño doble fondo compartimentado, una toma de 12V, enchufe opcional de 230V, varios ganchos, argollas y perchas. Las formas son regulares y el portón eléctrico deja una boca de carga amplia.
Además, hay varios accesorios disponibles, como redes de sujeción o rueda de repuesto de emergencia. Eso sí, el piso del maletero solo se puede colocar a dos alturas en el Combi, dejando un hueco para retirar y guardar la cortinilla, que puede ser eléctrica. Por último, señalar que el borde de carga queda situado a 630 mm del suelo.
Motorización Škoda Superb 2.0 TDI 193 CV
La oferta mecánica contempla opciones turbodiésel (TDI), gasolina turbo micro híbridas (mHEV) e híbridos enchufables (iV). La autonomía eléctrica del nuevo híbrido enchufable de 204 CV (150 kW), solo disponible en el Combi hasta el Q2 de 2025, se ha incrementado hasta 133 km. Además, la carga de CA es más rápida y se ofrece carga en CC.
Entre los gasolina tenemos como opción de acceso un motor 1.5 mHEV micro-híbrido con 150 CV (110 kW). Presume, como cabría esperar, del distintivo ambiental ‘ECO’ de la DGT. La tracción es al eje delantero. Un escalón por encima están los 2.0 TSI con 204 CV (150 kW) y 265 CV (195 kW) sin electrificar. Este último equipa la tracción total.
Ponen la guinda del pastel los dos 2.0 TDI con 150 CV (110 kW) y 193 CV (142 kW). La tracción total queda reservada al 2.0 TDI más potente y todos los ICE se ofrecen en ambas carrocerías. Las mecánicas TSI, TSI mHEV y TDI van asociadas a una DSG con siete velocidades. Por el contrario, es de seis relaciones en el híbrido enchufable.
Para esta primera prueba hemos apostado por el diésel más potente con tracción total. En mi opinión, esta alternativa, que es una de las más potentes de la gama, solo es recomendable si necesitamos la tracción total. Si buscas menos peso, buenas prestaciones y un consumo aún más reducido, el 2.0 TDI de 150 CV es para mí el caballo ganador.
El modelo probado equipa el conocido bloque de cuatro cilindros del Grupo VAG fabricado en hierro y aluminio. Tiene una cilindrada de 1.968 cm3, dos árboles de levas en la culata, inyección directa por conducto común, admisión y geometría variables, turbo, intercooler y Start/Stop. Eso sí, en esta nueva entrega es un poco más eficiente.
Desarrolla una potencia de 193 CV (142 kW) entre las 3.500 y las 4.200 rpm. Más que suficiente para satisfacer las necesidades de la gran mayoría de usuarios e incluso ofrecerles un plus en momentos necesarios. Se complementa con un par de 400 Nm disponibles entre 1.750 y 3.250 rpm, lo que no le impide ofrecer un buen empuje desde bajo régimen.
Puede parecer que no empuja en un rango excesivamente amplio de revoluciones. Sin embargo, asociado a la transmisión automática de siete relaciones es bastante aprovechable y tiene un notable tirón. Empieza a empujar con fuerza realmente a partir de las 2.000 rpm. En una conducción tranquila, sube de marcha en el entorno de las 1.800 vueltas.
Si bien la respuesta al acelerador no es inmediata en ningún modo de conducción, es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 7.5 segundos. Asimismo, recupera de 80 a 120 km/h en 5.6 segundos y alcanza una velocidad máxima de 238 km/h. En carretera el motor gira a unas 1.800 rpm circulando a 120 km/h en séptima velocidad.
El selector de modos de conducción permite elegir entre cinco opciones que modifican diversos parámetros del vehículo. Se denominan en este modelo: Normal, Sport, Comfort, Eco, Individual. En la práctica y, salvo que nos vayamos a los extremos, las diferencias no son especialmente notables.
Si bien es cierto que ha mejorado en refinamiento con respecto a entregas anteriores, es un motor que resulta algo tosco y ruidoso desde el exterior. En cualquier caso, el aislamiento en el habitáculo está muy trabajado y no resulta molesto ni siquiera en aceleraciones fuertes. Si buscas más refinamiento, entonces el gasolina o el PHEV son tu opción.
Con respecto a los consumos, homologa un combinado WLTP de 5,9 l/100 km. En la presentación no hemos podido tomar medidas precisas, pero durante la ruta por la sierra de Madrid la media ha sido de 6,3 l/100 km. Es una cifra razonable para no haber llevado ningún tipo de cuidado con el acelerador. El depósito de gasóleo es de 66 litros (19,5 litros de AdBlue).
Respecto al cambio DSG, este se muestra tan eficaz como de costumbre. Nos brinda una correcta rapidez y unos cambios de marcha prácticamente imperceptibles. Eso sí, su enfoque es priorizar los consumos. Tiene un modo Sport (S) y se puede utilizar con las levas ubicadas tras el volante. Recordemos que la palanca pasa a la columna de dirección.
Version | 2.0 TDI DSG 4x4 L&K - 4 cilindros en línea |
---|---|
Cilindrada | 1.968 cm³ |
Potencia | 193 CV (142 kW) @ 3.500 - 4.200 rpm |
Par | 400 Nm @ 1.750 - 3.250 rpm |
Peso | 1.734 kg |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.912 / 1.849 / 1.481 mm |
Volumen Maletero | 645 (1.795) litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 7,5 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 5,6 segundos |
Velocidad máxima | 238 km/h |
Consumo homologado | 5,9 / 8,3 - 6,1 - 5,1 - 5,7 l/100 km (Comb. / vel. baja - media - alta - muy alta) |
Emisiones CO2 por km | 155 g/km |
Pegatina de la DGT | C |
Precio de partida | 57.400 euros (este motor y acabado sin descuentos ni extras) |
Comportamiento Škoda Superb 2.0 TDI 193 CV
El Škoda Superb también ha recibido una profunda renovación bajo la piel para situarse a la altura de los mejores. No llega al nivel de grandes berlinas como el BMW Serie 5 o el Mercedes-Benz Clase E, que tienen suspensiones más avanzadas y una calidad de rodadura superior. Sin embargo, es de los más confortables entre los generalistas, junto al Citroën C5 X.
Todo ello sin comprometer tanto la agilidad como el modelo galo.Si bien la firma checa no ha entrado en grandes detalles, el Passat Variant, con el que comparte la mayoría de los componentes, suma una mayor rigidez de la inclinación, una mayor fuerza de dirección lateral del eje trasero de cuatro brazos y una nueva configuración de dirección electromecánica, barras estabilizadoras modificadas y amortiguadores.
Cabe esperar que el Superb cuente con modificaciones similares, si no idénticas. Lo que está claro es que la nueva generación del buque insignia de Škoda es mejor en todos los ámbitos. Muestra el rodar y el aplomo de una berlina de calidad, pero en tramos de curvas no se siente tan largo y pesado como en realidad es.
Como ocurre en el Passat, el equilibrio y la neutralidad son sus puntos fuertes. Hay rivales que le superan en agilidad, como el 508, pero en conjunto nos deja muy buen sabor de boca. La insonorización en autopista también es muy buena, aunque marca las distancias con respecto a las grandes berlinas alemanas, mejores en este sentido.
En ciudad, la visibilidad es correcta en todos los ángulos, solo algo peor hacia el tres cuartos trasero. Además, se puede equipar con mucha tecnología para ayudarnos con las maniobras. Su diámetro de giro entre bordillos es amplio, de 11,1 metros. A la hora de enlazar curvas, el Superb responde con cierto brío y unos cambios de apoyo naturales.
Es eficaz por la firmeza de las suspensiones, que apenas permiten balanceo, sobre todo con la nueva suspensión DCC Plus. Es opcional en la mayoría de las versiones, salvo en el tope de gama. Monta unos nuevos amortiguadores opcionales de dureza variable y doble válvula. Gracias a ella, brinda gran seguridad y confianza al volante, como buen familiar.
En definitiva, hacen del Superb aún más coche. Este sistema reacciona continuamente en cada rueda a la superficie de la carretera y a la situación de conducción. Tiene en cuenta parámetros como las maniobras de dirección, frenado y aceleración. También podemos hacerlo manualmente con los diferentes modos de conducción de los que hemos hablado en el apartado anterior.
Cada uno de los nuevos amortiguadores adaptativos está equipado con dos válvulas, una de las cuales controla la amortiguación durante la compresión; mientras que la otra ajusta la amortiguación durante el rebote. Estas válvulas funcionan de forma independiente, lo que permite que el sistema absorba impactos y golpes y, al mismo tiempo, reduce la inclinación de la carrocería en las curvas.
Para el equipo de frenos, el Superb monta discos ventilados en el eje delantero y discos macizos en el trasero. De ellos no hay nada que destacar, pues su tacto, eficacia y resistencia son correctos para el uso habitual del vehículo. Sí que es cierto que, en los híbridos enchufables, la frenada regenerativa requiere de un breve período de adaptación.
En materia de asistencias a la conducción y de seguridad, el modelo puede equipar asistente de giro, alerta de tráfico delantero cruzado, asistente de dirección, control de crucero adaptativo, limitador de velocidad, frenada de emergencia en ciudad con detección de peatones y ciclistas, salida segura del habitáculo, Crew Protect, aparcamiento semi automático, asistente de emergencia…
Equipamiento y precio
Los niveles de acabado se denominan Selection y L&K. En el cuarto trimestre llegará el Sportline. El primero ya cuenta con faros LED, control de crucero con limitador, alerta de carril con asistente de mantenimiento, sensores de estacionamiento, detector de fatiga, sensor de lluvia, freno de mano eléctrico, climatizador automático trizona, sistema multimedia con pantalla táctil de 10 pulgadas…
También de serie son elementos como radio DAB, llantas de aleación de 17 pulgadas, faros antiniebla LED, cámara de visión posterior, instrumentación digital configurable, espejos fotosensibles, asientos delanteros parcialmente eléctricos, Apple CarPlay, Android Auto, acceso sin llave, arranque por botón y paquete cromado, entre otros.
En los Sportline se suman las llantas de 18 pulgadas en color negro, los faros matriciales LED, el paquete exterior en negro, los asientos deportivos parcialmente eléctricos y el tren de rodaje deportivo -entre otros elementos estéticos y de confort-. Este cuenta con una suspensión más firme y una altura rebajada en 15 milímetros.
La versión más completa Laurin&Klement añade a lo anterior el tapizado en piel, paquete cromado ampliado, sistema de sonido Canton con 14 altavoces, navegador integrado con pantalla de 13 pulgadas, asientos eléctricos y térmicos, suspensión adaptativa, portón automático, faros Matrix LED y llantas de aleación de 18 pulgadas, entre muchos otros.
Los precios recomendados para la gama Škoda Superb 2024 sin descuentos ni promociones son los siguientes:
BERLINA | Selection | L&K |
1.5 TSI MHEV 150 CV | 45.400€ | 50.900€ |
2.0 TSI 204 CV | Próximamente | Próximamente |
2.0 TSI 4×4 265 CV | 53.400€ | 58.900€ |
2.0 TDI 150 CV | 48.400€ | 53.900€ |
2.0 TDI 4×4 193 CV | 51.900€ | 57.400€ |
COMBI | Selection | L&K |
1.5 TSI MHEV 150 CV | 46.200€ | 51.700€ |
2.0 TSI 204 CV | Próximamente | Próximamente |
2.0 TSI 4×4 265 CV | 54.200€ | 59.700€ |
2.0 TDI 150 CV | 49.200€ | 54.700€ |
2.0 TDI 4×4 193 CV | 52.700€ | 58.200€ |
1.5 TSI iV 204 CV | 52.700€ | 58.200€ |
Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
8.3
Notable+
La cuarta generación del Škoda Superb es un cochazo con todas las letras. Al igual que sus predecesores, destaca entre los generalistas por sus buenos acabados, su tremendo espacio interior y de carga, una amplia oferta mecánica y un confort de marcha que no compromete en exceso la agilidad. Es algo más caro que sus rivales, pero te hará preguntarte… ¿Merece la pena un Passat?
Lo bueno
- Amplia oferta mecánica con opciones para todos los gustos y necesidades.
- Completo equipamiento de serie y mucha tecnología.
- Habitabilidad en las plazas traseras con un amplio y polivalente maletero.
- Consumos de las versiones diésel.
- Entre las berlinas generalistas más cómodas para viajar sin comprometer excesivamente la agilidad.
Lo mejorable
- Precio más elevado que sus rivales generalistas.
- Pequeñas lagunas en la dotación de serie.
- Mecánicas diésel sin micro hibridación.
- La gran digitalización y los Smart Dials requieren cierto período de adaptación para muchos usuarios.
- Híbrido enchufable solo en la versión Combi hasta verano de 2025. No se ofrece el más potente que sí tiene el Passat.