Junto al Toyota Proace, la marca nipona ofrece la versión de tamaño compacto, denominada Proace City. Esencialmente, es un derivado de los Citroën Berlingo Van, Peugeot Partner y Opel Combo Cargo. Hoy probamos el Toyota Proace City Van VX L2, que como sus hermanos de Stellantis se fabrica en la factoría española de Vigo.
Con este modelo, Toyota obtiene una fuerte presencia en el segmento clave de furgonetas compactas, aumentando la amplitud y el atractivo de su gama de comerciales ligeros. La Proace City se une a la Proace y al Hilux para fortalecer aún más su presencia en el mercado europeo de LCV, donde las ventas tienes un gran peso.
Al igual que el resto de los modelos de la alianza, presume de una plataforma completamente nueva (EMP2), una arquitectura muy inteligente y las tecnologías más exclusivas. Hay tres variantes, dos destinados a un uso profesional -Proace City Van y Proace City Combi- y otro para uso particular -Proace City Verso- que probamos en su día.
Está disponible en dos longitudes de carrocería: L1, que es la corta y L2, que es la larga. Ambas tienen puertas laterales y un portón trasero. Entre sus rivales, además de los mencionados, están los Ford Transit/Tourneo, Mercedes-Benz Citan, Renault Kangoo, Nissan Townstar y Volkswagen Caddy, entre otros.
Diseño exterior
El Toyota Proace City Van cuenta con un diseño estilizado. Llaman la atención elementos como un voladizo delantero corto y un capó alto que lo hacen equilibrado, robusto y seguro. En el frontal, el ADN de Toyota está claramente diferenciado e incorpora faros con luces diurnas halógenas. Para los faros principales también se recurre al halógeno.
En su extremo inferior cobra protagonismo una toma de aire. A ambos lados encontramos dos faros antiniebla redondos enmarcados en un paragolpes plástico. En esta versión, no lucen el color de la pintura exterior ni delante ni detrás. La luna delantera, de amplia superficie, nos ofrece una excelente visibilidad hacia delante.
En la vista lateral, los marcados pasos de rueda parecen quedar conectados a través de embellecedores plásticos para proteger la carrocería. La superficie acristalada se limita a las plazas delanteras. Las llantas de acero de 16 pulgadas de esta unidad están calzadas con neumáticos Michelin Energy Saver en dimensiones 205/60 R16 96H.
En el lado del pasajero tenemos una puerta corredera de serie con apertura manual. Se complementa con dos puertas traseras. En dimensiones, esta versión L2 larga alcanza los 4.75 metros de largo, 1.85 metros de ancho y 1.88 metros de alto. La batalla es de 2.975 mm y los anchos de vía de 1.563 mm delante y 1.567 mm detrás.
En la zaga, junto a las dos puertas, tenemos unas ópticas verticales y un paragolpes plástico. Se ofrecen un total de cuatro colores clásicos para el exterior, con acabado sólido y metalizado. En este caso vemos el Gris Falcon metalizado. Sobre el techo hay una antena convencional. Para el exterior se ofrecen diversos accesorios.
Es el caso de las barras transversales, llantas de aleación, de 16 pulgadas, plataformas baca en acero y aluminio, bolas de remolque, cifres portaequipaje de diferentes colores, soportes de esquís y bicicletas, deflectores de viento, kits de candados para la zona de carga, faldillas guardabarros traseras y Toyota ProTect, entre otros.
Diseño interior
El interior del Proace City Van es similar al de los modelos de Stellantis. Más que a sus hermanos de Toyota, salvo por pequeños detalles propios. Esto no es ni bueno ni malo.Lo importante es que los MPV cada vez son más similares a un turismo, con una sensación de calidad mucho más elevada que antaño y una evolución positiva.
Les queda margen de mejora, pues encontramos plásticos rígidos allí donde miremos. La sensación visual es sobria, pero agradable en conjunto gracias a algunos detalles como la pantalla del sistema multimedia, enmarcada en negro brillante (muy sucio, por otra parte). Peca en el tacto de algunos materiales y ajustes, especialmente en las partes bajas.
La sensación de solidez es buena y, sin llegar a ser lujoso, se ha trabajado el habitáculo para que no se noten grandes diferencias respecto a los turismos. El volante -ajustable en altura y profundidad- es cómodo y muy similar al de Peugeot y Citroën. Para no manchar el interior, se ofrecen alfombrillas de goma para las plazas delanteras.
Lo que no me ha convencido es la postura de conducción, bastante vertical. En este sentido, el Ford Transit Connect y el Volkswagen Caddy están más logrados. Dan menor impresión de vehículo comercial y ofrecen una postura más estirada. En cualquier caso, los asientos son muy cómodos para la jornada diaria.
Tras el volante, encontramos una instrumentación formada por dos diales analógicos para el velocímetro y el cuentarrevoluciones, una pantalla para el ordenador de a bordo (con la información en blanco y negro) y dos indicadores de aguja para informarnos sobre el nivel de gasolina y la temperatura del aceite.
El diseño del salpicadero es bastante limpio y moderno. Tiene botones sólo para las funciones básicas del sistema de infoentretenimiento y el climatizador manual. La pantalla flotante de ocho pulgadas queda un poco “pegote” para mi gusto. Los gráficos y la percepción táctil son meramente aceptables, con una fluidez que podría mejorar.
Cuenta con una toma USB y es compatible con MirrorLink, Apple CarPlay y Android Auto a partir del acabado intermedio. El freno de mano eléctrico también es de serie en este modelo. Esto permite integrar un banco de dos asientos junto al del conductor. Son abatibles y, el del extremo, deslizable para aprovechar la función Smart Cargo.
La capacidad de remolque con freno es de 1.200 kg (750 kg sin freno).
Ofrece suficientes compartimentos portaobjetos en el salpicadero, frente al conductor y frente al pasajero; además de la guantera y el espacio bajo los controles del climatizador. La habitabilidad por altura es sobresaliente. Eso sí, en el banco delantero dos personas no van cómodas ni por anchura ni a causa de la consola central.
El área de carga cubica un total de 3,9 m3 (4,3 m3 con Smart Cargo, 3,3 m3 la L1 y 3,8 m3 L1 Smart Cargo). La longitud máxima de la zona de carga es de 2.167 mm (1.817 mm L1), la anchura máxima de 1.630 mm (1.229 mm entre pasos de rueda) y la altura máxima de 1.200 mm. Caben dos Europalets. La MMA es de 2.400 kg.
Este acabado VX cuenta con capacidad de carga de 1.000 kg, 10 ganchos interiores en la zona de carga, suelo de madera, toma de 12V, iluminación LED y la función Smart Cargo. Gracias a una trampilla que comunica con la cabina, podemos transportar objetos de hasta 3,4 metros de longitud. La altura libre al suelo es de 160 mm.
La trampilla en el mamparo posee unas dimensiones de 612 (al.) x 298 (an.) milímetros. Las puertas traseras abren 180º.
Motorización Toyota Proace City Van
La oferta mecánica del Toyota Proace City Van contempla alternativas en diésel y eléctrico. En diésel se ofrece el motor de cuatro cilindros 1.5 diésel con 100 CV o 130 CV de potencia. Se combina con una transmisión manual de seis velocidades. La eléctrica tiene un motor de 100 kW (136 CV) y 260 Nm de par.
La batería de 50 kWh ofrece una autonomía de hasta 280 km. Para la prueba he optado por el bloque diésel más potente. Fabricado en aluminio, cuenta con 1.499 cm³ de cilindrada. Incluye dos árboles de levas en la culata, inyección directa por conducto común, turbo, geometría variable, intercooler y Start/Stop.
Eroga una potencia de 130 CV (96 kW) a 3.750 y 300 Nm de par motor a partir de las 1.750 rpm. Gracias a ello resulta bastante elástico, pero también demasiado progresivo. No es un motor que entregue la potencia con contundencia, sino de una forma muy lineal. Es a partir de las 1.900 – 2.000 vueltas cuando empuja con brío.
Todo ello sin perjuicio de que sea capaz de recuperar de manera aceptable desde aproximadamente 1.500 rpm sin transmitir excesivas vibraciones. Por otra parte, no es un motor al que le cueste ganar o mantener una buena velocidad en autopista. Sí es cierto que en pendientes pronunciadas necesitará que bajemos una marcha.
El motor gira a 2.000 rpm cuando circulamos a 100 km/h en sexta. Sus cifras son aceptables para un comercial. Sin carga acelera de 0 a 100 km/h en 9,8 segundos. Recupera de 80 a 120 km/h en 9.2 segundos en cuarta velocidad y alcanza una punta de 185 km/h. En conjunto, me ha parecido un motor agradable.
Suma puntos adicionales gracias a unos consumos contenidos. Toyota homologa entre 5,0 y 5,9 litros a los 100 km. Tras la semana de pruebas por autopista y ciudad, el consumo medio se detuvo en 5.6 l/100 km. Ronda los 6.5 litros en ciudad y los 5.0 litros en carretera. En todos los casos hablamos de circulación sin carga.
El depósito de combustible tiene una capacidad de 53 litros.
Respecto al cambio, cabe señalar que no es el típico de un vehículo comercial. Esta caja manual de seis relaciones no ofrece un tacto deportivo ni un guiado extremadamente preciso. Sin embargo, resulta muy cómoda de utilizar, con unos recorridos y un escalonamiento acertados. Un gran conjunto, aunque podría estar más refinado.
Version | Van VX 1.5D - 4 cilindros en línea |
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Cilindrada | 1.499 cm³ |
Potencia | 130 CV (96 kW) |
Par | 300 Nm @ 1.750 rpm |
Peso | 1.501 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.753 / 1.848 / 1.880 mm |
Volumen Maletero | 3,9 metros cúbicos |
Aceleración 0 a 100 km/h | 9,8 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 9,2 segundos (en 4ª) |
Velocidad máxima | 185 km/h |
Consumo homologado | 5,0 - 5,9 l/100 km |
Emisiones CO2 por km | 141 - 158 g/km de CO₂ (Euro 6) |
Pegatina de la DGT | C |
Precio de partida | 20.136 euros (este motor y acabado sin descuentos, IVA ni extras) |
Comportamiento Toyota Proace City Van
El Toyota Proace City Van aúna un buen confort en carretera con gran maniobrabilidad en ciudad. Eso sí, está claro que tiene sus limitaciones en tramos de curvas dada su altura, la puesta a punto de la dirección y el centro de gravedad más elevado. En cualquier caso, no será su hábitat natural, así que no hay problema.
Sus dimensiones no se hacen de rogar a la hora de maniobrar ni entre el tráfico diario. Hace gala de un diámetro de giro de 11,5 metros entre bordillos. A causa del panelado, la visibilidad se ve gravemente afectada. Hay que extremar las precauciones. Además, no equipa cámara de marcha atrás ni en este acabado más alto.
Como dije antes la postura de conducción es vertical. Si bien resulta cómoda en términos generales, poder ir un poco más estirado no estaría de más. Por su parte, la insonorización es correcta. Si circulamos a 120 km/h, el sonido de rodadura no es extremadamente perceptible, pero sí que lo es el ruido aerodinámico.
Como la suspensión está pensada para soportar peso, su tarado es más bien blando. Pese a ello, guarda buen equilibrio en su conjunto. Es algo rebotona en el eje posterior al circular sin carga, pero filtra muy bien las irregularidades del asfalto. Monta un esquema de tipo McPherson en el eje delantero y un eje de torsión en el trasero.
Si elevamos el ritmo, en curvas los balanceos son acusados, pero está pensado para ir tranquilo y ofrecer gran confort en el día a día. Aun así, es cierto que se muestra suficientemente ágil como para no tener que reducir en exceso la velocidad en curva. Además, las reacciones son muy naturales, aportándonos sensación de seguridad.
Respecto a la dirección, cabe mencionar que el pequeño volante del Partner permite una mayor maniobrabilidad. Sin embargo, el Proace City Van ofrece gran asistencia y buena rapidez. Permite que el vehículo cambie de trayectoria con eficacia y cierta rapidez, aunque su feedback y precisión no son como los de un turismo.
El equipo de frenos es eficaz y fácil de dosificar. Equipa discos ventilados en el eje delantero y discos macizos en el trasero.
A nivel de asistencias a la conducción y de seguridad, no cuenta con los elementos de Toyota Safety Sense. Sí incluye 6 airbags, asistente de arranque en pendiente, ABS, ESP, EBD, asistente de frenada, control de presión de neumáticos, control de estabilidad, sensores de aparcamiento, rueda de repuesto…
Una de las cosas que has de tener en cuenta a la hora de adquirir un vehículo de estas características es cómo está matriculado. Un comercial tiene sus ventajas fiscales, pero no tienes los mismos límites de velocidad que un turismo. Atento a la tabla:
Vehículos derivados de turismo y vehículos mixtos adaptables | Autopista/Autovía | 100 km/h |
Vía convencional con 1,5 metros arcén | 90 km/h | |
Resto vías fuera de poblado | 80 km/h | |
Furgones | Autopista/Autovía | 90 km/h |
Vía convencional con 1,5 metros arcén | 80 km/h | |
Resto vías fuera de poblado | 70 km/h |
Equipamiento y precio
La oferta enfocada al trabajo del Toyota Proace City se puede solicitar con los niveles de acabado GX, GX Plus y VX. En todos los casos incluyen un equipamiento muy completo. Son de serie el asistente al arranque en cuestas, llantas de acero de 16 pulgadas, cierre centralizado, elevalunas eléctricos, aire acondicionado…
Este acabado VX suma retrovisores exteriores plegables eléctricamente, sensor de lluvia, banco de dos asientos reclinable y deslizable manualmente, iluminación LED en zona de carga, información del limitador de velocidad, mandos de audio en el volante, toma de 12 V en zona de carga y toma de 230 V delantera, oficina móvil y Smart Cargo.
No falta un amplio catálogo de accesorios tanto para el interior como el exterior, además de las conversiones de Toyota Se Adapta. En España, la gama del Toyota Proace City Van arranca en 17.712 euros sin incluir IVA, pero sí descuentos. En este caso, el precio de partida es de 20.136 euros con las mismas condiciones.
Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Espacio de carga
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.4
Notable+
El Toyota Proace City Van enfocado al transporte de mercancía no tiene nada que envidiar en equipamiento a muchos turismos -salvo en la calidad de los materiales-. Ofrece dos posibles distancias de carrocería, así como una oferta mecánica compuesta por opciones diésel y eléctrica, con transmisiones manuales y automáticas.
Lo bueno
- Diversos tamaños de carrocería para adaptarse a las necesidades de todos los públicos.
- Gran comodidad de los asientos para trabajar durante todo el día.
- Los huecos portaobjetos son abundantes y generosos.
- Buenas dosis de potencia salvo en pendientes pronunciadas, con buen empuje desde bajas vueltas y sin excesiva rumorosidad y vibraciones.
- Sistema Smart Cargo.
Lo mejorable
- No equipa cámara de marcha atrás ni siquiera en este acabado más alto.
- Echamos en falta asistentes a la conducción y de seguridad.
- Banco poco aprovechable para dos pasajeros por anchura y presencia de la consola central.
- Faros halógenos.
- La percepción táctil de la pantalla es mejorable, al igual que la resolución.